Tus misiles han sido orientados directamente al corazón y no digo que seas un soldado, tampoco se si de la guerra has escapado, pero ambos buscamos algo en común, la tranquilidad a la merced de nuestra luz.
Se que en tus ojos encuentro una paz, pues de tormentas vengo y en ti encontré lo que mis entrañas anhelaban, el adonis de mis sueños, quien domina mis infiernos.
No soy tu musa de la perfección, ni la puta ama de los defectos, no sé si te hago feliz como quiero, no se si es suficiente lo que te entrego, se que lo poco lo doy con amor y lo que no puedo te tengo justificación. Puedo responderte con argumentos y si me quedo sin palabras en algún momento o es que te doy la razón o tus encantos me dejan en blanco los pensamientos.
Solo hay una realidad, hay cosas que nunca se van a asimilar, chocan inconformidades como si dos carros a velocidades extremas, en sentidos contrarios corrieran, sabiendo que se van a encontrar, pues dicen que el amor es así, terco y sin razonar.
Yo creo en el destino y esa leyenda del hilo rojo le doy fuerza a mi pensar, pues es cierto que, si algo es para uno, nadie te lo puede quitar.
El futuro es una partida de trampas y pruebas que tienes que saber enfrentar, pues tu mundo es diferente al mío y lo debemos complementar. No sé qué tan valiosa es una rosa con mucha espina, pues si te dejas ilusionar por solo pétalos al rozarla por tu cuerpo sentirás sus rasguños que dibujan su imperfección en tu piel, ¡por eso adonis de mi vida, tienes que vivir en la realidad y saber que la vida te da unos pasos blandos y otros donde caminas sobre clavos, es duro lo sé! ¡Pero joder! Todo se puede si el amor prevalece.
Te diré que con mis besos recorreré lo dulce y hermoso de tu ser, no sé si alguien en otro momento de tu vida, se tome el tiempo de dedicarte un verso, pues no se si le ves el valor que yo le doy, pero quien escribe de ti, es algo que permanece por siempre.