The stranger ➸ J. HoSeok ©

By personarandoom

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¿Para qué vivimos? ¿Qué nos impulsa a seguir de pie pese a las atroces situaciones que nos depara la vida? Ho... More

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Hoseok, una vez listo, bajó por las escaleras y caminó hasta la sala, no entró sin antes cerciorarse de que nadie estuviera allí. Giró el pomo de la puerta pricipal, la iba a abrir pero detuvo su acción al oír un carraspeo detrás de él y volteó a ver.

—¿Vas a algún lugar, Hoseok?— preguntó una seria Jiwoo.

El azabache giró su cuerpo sin dejar de sostener la manilla de la puerta, ya que esta estaba entreabierta, y la miró con la misma seriedad.

—Claro. ¿Qué no era lo que querías todo este tiempo? Hasta se lo dijiste a Namjoon.— el chico ladeó una sonrisa.
—Aunque, hubiese sido mejor que tú me lo hayas dicho directamente, ¿no?— cuestionó.

La castaña apretó los labios. Ella no pensó que Namjoon se lo diría.
—Oh..., él vino hasta aquí entonces.— dijo en un murmuro casi inaudible. Levantó la cabeza y miró a su hermano.
—Por supuesto que quería que salieras a tomar un poco de aire fresco. Sólo no quería que te enfadaras conmigo... de nuevo.— suspiró.

Hoseok chasqueó la lengua mirándole con sorna.
—Oh..., no querías que me enfadara contigo, por eso aprovechaste a tu novio. Que mala eres.

—Claro que no, Hoseok.— la mujer frunció el entrecejo.
—Namjoon llamó porque estaba muy preocupado y no contestabas, yo sólo le informé. Pero no pensé que vendría.— apretó los labios.
—Estaba realmente preocupada también, lo siento.— bajó la mirada.

—No importa.— dijo finalmente y se giró para pasar por la puerta, pero la voz de su hermana nuevamente lo detuvo.

—Espera.— habló.

Hoseok rodó los ojos y la miró esperando a que dijera algo.

—¿A dónde vas?— preguntó.

Hoseok miró incrédulo.
—¿Eso importa?- su hermana asintió y él resopló sobrepasado.
—Sólo tomaré 'aire fresco'.— replicó.

—¿No quieres que alguien te acompañe?

—No. Saldré en mi auto.— dijo.
—Tranquila, no para la misma cosa.— aclaró.

—Tu auto esta en el taller.

—Ah, mierda, no lo pensé.— apretó los labios. Pensó por un efímero lapso.
—De todos modos saldré, solo.— volvió a aclarar.

Jiwoo pareció insatisfecha una vez que vio a su hermano salir. Una corazonada la invadía. Ella misma se había jurado desde aquella última vez que no lo dejaría solo, no podría permitirle algo así, al menos hasta que esté el cien por ciento segura de que sus impulsos suicidas hayan desaparecido en su superioridad. Y con menos razón lo haría sabiendo que este se negaba a cualquier tipo de ayuda.

Suspiró una vez más.

Blue apareció por la puerta de la sala y miró a la mayor. La castaña la miró también y una idea le surgió.

~

Hoseok cruzó algunas calles. Caminaba siempre manteniendo la mirada baja cada que no necesitaba ver si algún auto no pasaba, aunque si era por él, estaría feliz de poder ser arrollado por uno y que este lo matara en el acto.

Tenía varias razones para mantenerse cabizbajo: bien clara estaba una, no le interesaba en lo más mínimo saber lo que pasaba a su alrededor y la otra, tampoco quería que alguien lo reconozca y mucho menos que se le acercaran. No tenía ni una mínima pizca de humor para algo así, sólo había venido por una razón, quitando el hecho de que también era para convencer los caprichos de su hermana.

Detuvo sus pasos en la acera y elevó una mano para pedir un taxi. Sólo fueron breves los segundos de espera para que el taxi por fin parase frente a él.
Se subió, sentándose en la parte trasera y miró los ojos del conductor a través del espejo retrovisor.

—Hacia el cementerio, por favor.— pidió y el hombre asintió moviendo el auto.

...

Después de pagar al chofer, el azabache bajó del taxi y comenzó a caminar hacia el interior de aquél fúnebre lugar. Su mirada, como siempre se mantuvo gélida. Pero una vez estuvo frente a aquella lápida, no pudo evitar que su mentón se arrugue con tristeza.

—Ahri...— sus ojos se aguaron. Acarició con sus yemas las letras inscriptas en la piedra.
—No te he traído flores, lo lamento.— le habló.

Habían pasado ya dos años desde aquella vez; cuando su amada se fue. Hoseok se sintió tan desolado en ese entonces. Ahri se había ido tan desprevenidamente que él no supo como reaccionar y por meses permaneció encerrado sin querer saber de nadie, la mujer que él amaba con su vida lo había dejado y no sabía qué hacer sin ella.

No sabía realmente cómo sentirse. Bueno, triste, por supuesto ya lo estaba. Pero... culpable o realmente miserable...¿debía estarlo? porque era eso lo que perduraba hasta hoy en su vacío corazón.

Se puso de cuclillas, sin dejar de acariciar la lápida, y dejó que las lágrimas al fin salieran. Lloró todo lo que no pudo hace meses; desde que no venía a verla. Normalmente se mantenía inexpresivo con los demás, pero cuando estaba con ella dejaba ir todas sus emociones. Dejó escapar palabras, tanto de disculpas como de súplicas; pidiendo que por favor le concediera su deseo de poder irse él también y estar allí con ella. Aún a sabiendas de que era imposible que ella contestaste.

—Perdóname, lo volví a intentar, soy un cobarde.— sorbió por la nariz.
—¿Pero cómo podré ser feliz sin ti?— repitió aquella monótona frase, siempre dirigida a la misma.

Ahora acariciaba la foto que yacía también, incrustada, en la piedra. Recorrió con detención sus dedos sobre esta, reparando en cada detalle del bello rostro de aquella mujer. Su cabello era tan obscuro como el de él, sus ojos grandes y cafés, sus labios rosados, los cuales ya había olvidado como se sentían al estar pegados a los suyos.

Pudo recordar aquella felicidad que sentía al estar con ella, al besarse o tocarse el uno al otro. Pero sólo fue un recuerdo fugaz, ya que él no podría volver a sentirse bien por ningún motivo al recordarla. Porque, de alguna manera, sus buenos recuerdos se esparcían y sólo los malos quedaban para envolver su mente y hacerle cometer aquellas atrocidades.

—Te extraño...tanto...— dijo entre sollozos.
—Quiero estar contigo...— hundió su rostro entre sus manos.

Sintió un suave toque en su hombro y giró a la velocidad de un caracol. Miró hacia aquél lugar, las lágrimas no le permitieron ver más allá de sólo una silueta femenina. La cuál le dejó completamente esperanzado; esa figura de algún modo le era familiar, ¿acaso era ella?

—¿Ahri...?— secó con frenesí sus lágrimas e intentó aclarar su vista, pero una vez sus ojos lograron ver bien a la muchacha, su desilusión se notó a millas.

—Hoseok. Soy yo, Blue.— La chica le dedicó una de sus dulces sonrisas.

"No es Ahri... es la extraña."

¿Pero por qué vio a Ahri entonces?

¿Y qué hacía ella ahí?

Hoseok frunció el ceño y se levantó de sopetón. Blue retrocedió unos pasos, asustándose.

—¿Qué mierda haces aquí?— le miró con furor. Sus ojos seguían algo rojos a causa de lo anterior.

Blue trató de articular alguna palabra, pero sólo logró mover la boca como si de un pez se tratase.

—Te he preguntado algo, ¡respondeme!— la apuntó.

—Yo... sólo...no quería verte llorar...— miró al suelo y mantuvo ambas manos sobre su pecho. Estaba un poco asustada.

Hoseok dejó escapar una risilla amarga.
—¿Ah, si? ¿Entonces me seguiste hasta aquí sólo para tratar de reconfortarme?

—No...yo...— titubeó, la mirada fría del mayor no la calmaba en absoluto y no sabía que decir realmente. No debió acercarse tanto. Pero el hecho de tener que aguantar ver al mayor romperse como nunca ante aquél sepulcro, y ella sin hacer absolutamente nada, le causó un extraño e insoportable pinchazo en su interior. Entonces, no le dejó más opción a su mente y sus impulsos atacaron.

—¿Fue mi hermana acaso?— salió de su trance al volver a oír el tono furioso del mayor.

Ella le volvió a mirar con temor, pero más temía a perder en su lucha interna entre asentir o no más que a otra cosa. Si asentía, estaba segura de que mancharía a Jiwoo, cosa que por lejos quería. Así que sólo permaneció sin hacer ninguna acción, lo que hizo que la expresión de Hoseok se colmara aún más.

—¡Contesta!— gritó, pero luego de efímeros segundos, él mismo se arrepintió al notar el tono que había usado y sumado con la expresión atemorizada de la chica. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se sentía mal tan repentinamente?
—Ah, mierda...— restregó una mano por su cara, totalmente superado, y sólo caminó a paso firme y rápido hacia la salida de aquél lugar, dejando atrás a la chica.

Blue quedó absorta en el mismo sitio por un pequeño lapso y sin comprender aún lo que pasaba giró su cabeza a ver al mayor, quien rápidamente se iba del lugar. No quiso dejarlo sólo, así que volvió a seguirlo, esta vez corriendo para poder alcanzarlo.

Jiwoo le había dicho que lo siguiera, no para acosarlo, tan sólo era para comprobar que no cometiera algo malo de nuevo. Y al recordar lo que ella misma se había propuesto, aceptó sin rodeos. Sólo que no pensó que sería tan torpe como para ser atrapada tan rápido (de hecho, si fue muy torpe, una estúpida, ya que ella misma se delató y también lo arruinó todo).

—Hoseok.— le llamó una vez estuvo justo detrás de este.

—Vete.

—Hoseok, espera. Quiero hablar contigo.— insistió.

—Yo no quiero hablar contigo.— fue cortante de nuevo, no volteó, siguió sin bajar el ritmo de sus pasos.

La chica sin otra alternativa, tomó el brazo del mayor y este giró bruscamente, con el ceño fruncido.

—¿Qué parte de 'no quiero hablar contigo, vete' no has entendido?— luego movió con la misma brusquedad su brazo, esta vez para soltarse de su agarre y siguió caminando hasta llegar a la calle.

Hoseok pidió una taxi, el auto se estacionó frente a él y estuvo a punto de subir pero la chica volvió a tomarle del brazo.

—¿Podemos regresar juntos? No traje suficiente dinero.— confesó apenada y con el labio inferior abultado.

—Vete sola.— habló, iba a continuar su acción de subir pero la menor acentuó más el agarre a su sudadera.

—Perdón.— le miró tristona.

El azabache pensaba en dejarla ahí sola, tal vez como castigo por seguirle. Pero de algún modo sus acciones le negaron a subir, y en vez de eso, abrió la puerta y señaló con la cabeza el interior del auto a la chica.

—Anda, sube.— habló cuando esta sólo permaneció espectante. Blue reaccionó y con una pequeña sonrisa entró, dejó un lugar para el mayor pero este cerró la puerta. Su expresión cambió totalmente al ver como el chico le daba dinero al chofer, sin siquiera subirse antes.

Hoseok volvió a acercarse por la ventanilla semiabierta a ver a la chica quien aún permanecía con una expresión preocupada.

—Irás sola, no pienso viajar contigo.— chasqueó la lengua.
—De todos modos, dile a Jiwoo que no se preocupe, estoy bien. Y que no hace falta mandar a una enana para que me fisgonee.— el chico sonrió divertido al ver la expresión indignada de la chica. Como si hace minutos no hubiera estado llorando sin consuelo alguno.

—¡Oye!— fue lenta al poder quejarse porque que Hoseok ya había dado la señal para que el auto avanzara, golpeando levemente el techo de este.

Blue pegó su frente en el vidrio trasero del taxi, viendo la silueta del mayor desvanecerse con la distancia.

¿Por qué de pronto se sentía tan torpe?

...



💚


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