El Pulpo Azul.
Narra Nathan.
Camille se aparta de mi y me mira a los ojos sorprendida. Desde hace mucho quiero decirle que se vaya a vivir Conmigo, la quiero a ella y a Maddie en mi casa.
Yo quiero cuidarlas, quiero que estén siempre conmigo a mi lado, quiero darle todo lo que tengo. Quiero verlas pasearse libremente por mi casa, quiero que lo primero que escuche en el día sea el hermoso sonido de la risa de Maddie, quiero despertarme al lado de Camille por el resto de mis días.. Dios quiero hacerla mi esposa, quiero casarme con ella, formar un hogar... una familia.
Quiero un Matteo.
–Oh Dios Nathan. ¿En serio? –Pregunta incrédula. –Yo... yo te quiero un montón enserio... yo te quiero, siempre te he querido pero irme a vivir contigo eso sería algo muy apresurado. Además yo me mude con Dani y..
–Por eso mismo. –La interrumpo. –Como aún no has desempacado será más fácil llevar todas tus cosas y las de Mad a la mansión.
–Pero es muy rápido. –Insiste. –Dame unos días para para pensarlo vale, en una semana veremos.
–Esta bien, pero iré llevando tus cosas y la de Madison a mi casa. –Insisto.
–Esta bien. –Responde abrazándome nuevamente.
Rodeo su pequeña cintura con mis brazos aprestándola más contra mi. Se siente también sentirla en mis brazos, me alegro mucho haberla recuperado y por nada del mundo la volveré a perder nuevamente.
Cuando nos separamos Camille me sorprende con un beso en la mejilla. Le sonrío mientras escondo varios mechones de su cabello detrás de su oreja.
–¿Vamos por nuestra hija? Ya muero por verla. –Pregunto.
Ella asiente en repuesta así que empiezo a tirar de su brazo para caminar pero ella no se mueve. Volteo y la miro confundido, y ella me sorprende aún más cuando tira de mi brazo en su dirección y estampa su boca contra la mía.
Al principio me veo muy confundido, no me esperaba esa acción por parte de ella. Pero por supuesto que le correspondo, desde hace muchos días estoy ansiado por un beso de su parte, mi lengua busca rápidamente la de ella y empezamos una batalla de labios y lenguas. Pongo una de mis manos en su mejilla y la otra la paso por su cintura acercándola más a mi.
Gruño cuando Camille muerde mi labio inferior y tira de el para luego succionarlo y después profundizar el beso nuevamente.
Nos tenemos que separar por falta de aire, pero aún así no nos separamos del todo si no que yo pego mi frente a la de ella, nuestras respiración son dificultosas y el aliento fresco de Camille me da en lleno en mis labios y la ganas de besarla aumentan más. Le doy un último beso para separamos.
–Ya si podemos ir por nuestra niña. –Responde está tomando mi mano.
Ella tira de mi mano en su dirección pero no me muevo, en vez de eso la atraigo hacia mi mientras vuelvo y la beso nuevamente.
Nunca me cansaré de sus labios..
**************
Ya ha pasado una semana desde la fiesta donde presente a Emma como mi hermana y a Maddie como mi hija. La verdad estaba muy nervioso cosa que es raro porque me he acostumbrado a hablar, cantar y actuar en público. Pero esa vez no solo era por mi, si no por mi hermanita menor y mi hija.
Las redes sociales, las revistas, la televisión todo el mundo explotó cuando se enteró de la noticia.. Nadie se lo esperaba ni siquiera yo. Pasé de ser el chico mujeriego que salía con cuantas chicas que se le presentará a tener una hermana y una hija de la noche a la mañana por así decirlo. Mis fans se pusieron súper feliz al conocer de ellas pues Maddie es una increíble niña y cualquiera la amaría.
Ahora casi no podemos salir en familia al parque, o a comer afuera porque se nos acercan pidiendo una foto de mi hija, y Maddie puede ser muy odiosa si se lo propone.
Con Camille las cosas van increíble aún no se viene a vivir conmigo pero he llevado poco a poco sus cosas a mi casa, y cuando digo sus cosas me refiero a la ropa de Maddie y ella. Estoy seguro que le es muy difícil encontrar algo para ponerse en el departamento de Dani pues casi todo está aquí ya.
Los besos con Camille siempre están ahí, pasamos los días, las horas, los minutos y los segundos basándonos y tocándonos pero aún no hemos llegado a más y se que necesita tiempo se que quiere acostumbrarse a mi.
Maddie y Camille pasan los días en mi casa, se han quedado amanecer varias veces. Le pinte una de las habitaciones a Maddie de azul—si sorprendente a mi hija le gusta el color azul debido a su pulpo llamado Azul— también le he comprado varias cosas para su habitación y ella está más que feliz.
Hoy Maddie cumple sus 4 años, es el primer año donde estaré con ella y quería hacer algo especial con ella, Camille y Emma. Pero Daniela insistió en una fiesta de cumpleaños y Maddie dijo que la quería de disfraces así que tengo que pasar por ella y Emma al Departamento e ir y comprar los disfraces.
Las cosas con Emma van increíble, aunque ella pregunta constantemente por su madre o si tiene un padre, pero aparte de eso las cosas van geniales. Ella obviamente vive conmigo pero se queda con Camille y Daniela cuando tengo que viajar a conciertos.. Si es fin de semana la llevó junto a Maddie pero si es un día de semana Camille se queda con ella porque hace unos días empezó a ir al colegio.
Según Maddie ella quiere su disfraz de Ladybug es una tal Mariquita súper heroína. Emma quiere disfrazarse de las tortugas Ninjas y según Dani a mi me toca de Cat Noir el novio de Ladybug y es un gato... no me imagino a mi disfrazado de gato.
Pero por lo menos no fueron los ponys porque ahí si es verdad que no entro, disfrazado de la pony rosada llama Pinki Pie. —Si me se el jodido nombre pues esa pony y sus canciones me traumaron—
Pensé que una fiesta de disfraces de niños iban vestidos de princesas, príncipes y sapos.. Pero no, está generación es muy diferente pues se viste de héroes.
Me coloco mis anteojos y tomo las llaves del auto y así tomo el auto rumbo al departamento de Camille, Daniela y Katherine.
Cuando entro al auto mi celular suena así que antes de empezar a conducir contestó.
–¿Si?
–¿Nathan ya estás llegando? —Pregunta Camille del otro lado del teléfono.
–Recién voy a salir.. ¿Por qué ya me hechas de menos? —Bromeó.
–No bobo. –Responde riendo. –Bueno si pero solo un poquitito... yo solo me preguntaba si puedes pasar por una farmacia y traerme algo para la fiebre y el dolor de garganta, creo que estoy resfriada.
Rápidamente me preocupo, la verdad si no se escucha nada bien..
–¿Quieres que vaya por ti y te lleve a algún hospital? ¿Llamó a una ambulancia? ¿A la policía? ¿O a los bomberos?
–No, bobo. Estoy bien, solo es un pequeño resfriado pero quiero estar bien para la fiesta de cumpleaños de Maddie así que si puedes tráeme una pastilla por favor. –Responde pero aún así no me convence.
–Esta bien, pues llegaré pronto. –Respondo y cuelgo la llamada.
Enciendo el auto y conduzco a la farmacia más cercana. Allá pregunto por medicamentos que baje la fiebre y disminuya los síntomas del resfriado. La farmacéutica me pregunta que si Camille es alergia algún medicamentos y yo le respondo que no, porque no lo es creo. Entonces la farmacéutica me presenta algunas opciones y yo al no saber cuál elegir la compró todas.
Cuando llego al Departamento bajo del auto con la Bolsa en la mano y camino hacia la puerta. Me agachó y tomó la llave de la puerta que siempre la ponen debajo de la alfombra.
Abro la puerta frunzo el ceño al ver todo en silencio, camino hacia la habitación de Camille pero me encuentro a Emma en el camino.
–¡Nate! —Chilla mientras me abraza por los pies.
–Hola hermanita. –Me agacho y beso su frente. –¿Dónde están los demás?
–Maddie esta en la habitación de Dani y Camille esta en la de ella acostada. Ella no se siente muy bien, ¿Nos viniste a buscar para comprar los disfraces?
–Si pero no sería bueno dejar a Camille sola.. ¿Dónde están Katherine y Daniela? —Pregunto.
–Ellas están comprando todo lo que falta para la fiesta.
–Pues entonces espera en el living con Maddie, iré a llevarle esto a Camille. –Emma asiente mientras se va correteando al living así que yo continúo mi camino hacia la habitación de Camille.
Cuando llego a la habitación abro la puerta sin tocar encontrando la acostada en su cama arropa hasta la cabeza.
–¿Camille? —La llamo, ella parece que no estaba dormida porque rápidamente descubre su rostro. –¿Estas bien? —Pregunto mientras me acerco a ella.
–Si estoy bien, ya te dije solo estoy algo resfriada. –Responde fingiendo una sonrisa pero le sale más como una mueca de dolor.
Me acerco a ella y le pongo la Bolsa de pastillas a su lado, luego toco su frente y descubro que esta ardiendo el fiebre.
–Tienes mucha fiebre. –Tomo una toalla de Maddie y voy al baño y la mojó de agua fría luego se la coloco en la frente para bajar la temperatura.
–¡Frío, frío, frío! —Chilla cuando la toalla hace contacto con su piel caliente.
–Es para bajar la temperatura, tienes mucha fiebre.. Ahora espera aquí y no te quites la toalla mientras busco un poco de agua para que te tomes una pastilla.
Sin esperar repuesta de su parte salgo de la habitación y me dirijo hacia el living haber en que están las niñas primero. Cuando llego las observo desde la puerta y veo que están mirando la televisión tranquilas así que me dirijo hacia la cocina.
Cuando llego a la cocina sirvo un vaso de agua y camino nuevamente a la habitación.
–Aquí está el agua. –Murmuro cuando llego.
Le extiendo mi mano y ayudo a sentarse en la cama.
–Estas son muchas pastillas. –Murmura Camille.
–No sabía cual comprar pero la chica de la farmacia me dijo que estás son las mejores. –Saco un par de pastillas de la Bolsa y se la extiendo.
Ella toma las pastillas de mis manos y luego el vaso de agua y se la toma. Retiro la toalla húmeda de su frente y veo que ya está caliente así que voy al baño y la mojo de agua fría nuevamente.
–¿Puedes quitarte la camiseta? —Le pregunto una vez que estoy en la habitación.
Camille asiente mientras se saca la camiseta por la cabeza quedando solo en bragas, pues no tiene un sostén puesto.
¿Por qué rayos no tiene un sostén puesto?
Trago grueso y me acerco a ella con la toalla chorreando agua, coloco la toalla en su estómago sin mirar mucho sus pechos.
Sus pechos son perfectos ni muy grandes ni muy pequeños para mi. Son perfectos para mi..
–Esta frío Nathan. –Se queja.
–Lo sé pero hay que bajar la fiebre. –Respondo.
Pero no funciona Camille aún así esta muy caliente y la toalla se calienta rápido.
—Creo que tenemos que ir al baño para que tomes una ducha.
–Tengo mucho frío Nate.
–Pero es para que se te quite la fiebre, ¿no quieres estar bien para el cumpleaños de Mad esta noche?
–Pero.. La pastillas me la quitan.
–Si pero el agua actúa más rápido.. Tengo que salir con las niñas y no quiero dejarte sola con tanta fiebre pues puedes convulsionar.
–Esta bien. –Acepta.
Le extiendo mi mano y ella la toma y caminamos hacia el baño.
La entro en la ducha tratando lo más que puedo de no mirar sus pechos desnudos.
–Nathan abre el agua calient.. –Camille es interrumpida por el chorro de agua fría que le cae encima.
Un chillido es abandonado de su garganta y trato lo más que puedo de no reír. ¡Oh vamos ella tiene fiebre no le iba abrir el agua caliente!
–¡Dios eres cruel! ¡Te odio, animal! —Chilla.
–Si y yo te amo. –Respondo naturalmente pero puedo ver como Camille se tensa notablemente.
Desde que nos encontramos solo unas pocas veces se lo he dicho, y enserio no planeaba decirlo ahora pero sí. La amo y no me importa que el mundo entero lo sepa.
Después de esa confección ambos nos quedamos en un incómodo silencio. Solo se escucha el agua de la ducha cayendo y el sonido de los dientes de Camille mientras castañea por el frío.
Pasamos algunos minutos así hasta que decido que es suficiente y que se le bajara la temperatura.
–Espera aquí, iré por una toalla. –Le informó.
Ella asiente así que voy y busco una toalla para ella. Cuando regreso al baño y voy a extenderle la toalla a Camille veo que esta completamente desnuda. Se a quitado sus bragas..
¡Oh mierda...! Esto ya es demasiado para mi cordura.
Por más que quiera evitarlo no puedo así que mis ojos viajan por todo su cuerpo. Recorro cada centímetro de esté con la mirada. El deseo de poseerla crece en mi, lo único que quiero en este momento es entrarme a esa ducha con ella y hundirme en lo más profundo de su ser.
Hace tres años que no estoy dentro de ella, hace más tres años que no me siento tocando el cielo y de verdad que lo necesito.. La necesito a ella, necesito estar dentro de ella.
Pero se que ahora no se podrá, me duele decirlo pero ahora mismo no se puede así que obligo a mis ojos a ir a otro lado.
–Aquí está la toalla. –Se la extiendo con la mirada fija en la pared.
Espero algunos segundos y cuando creo que ya su desnude esta cubierta la miro. Y agradezco a Dios que si ya tenía la toalla puesta.
Sin decir nada la tomo en brazos como recién casados y camino hacia la habitación con ella. No me importa mojarme la ropa, no me importa nada siempre y cuando ella esté bien.
– Nathan solo estoy resfriada, estoy bien de los pies y de las manos así que puedo caminar. –Murmura riendo.
Le sonrío mientras la dejo suavemente sobre la la cama.
–¿Dónde está tu ropa interior? —Pregunto.
Camille sonríen nuevamente mientras me señala una gaveta así que dirijo hacia y saco un sujetador rojo y unas bragas negras.
–¿Tu me pondrás la ropa interior? —Pregunta con una sonrisa burlona.
–Claro que no. –Respondo rápidamente.
Eso sería demasiado para mi pobre cordura.
–Oh vamos estoy enferma, ayuda a tu casi novia.. Casi no tengo fuerzas y si lo hago yo me desmayare. –Exagera.
Resoplo pero camino hacia ella. –Ponte de pie. –Le ordeno y eso hace
Cuando ella ya está de pie deja caer la toalla quedando completamente desnuda frente a mi.
¡Oh Dios...!
En completo silencio me agacho mientras me pongo de rodillas y pongo las bragas frente a sus pies para que pueda entrarlos. En el proceso no quito la mirada de los ojos de Camille pues no quiero mirar a esa zona de ella.
Pero aparto la mirada porque en ella solo puedo ver deseo, puro deseo y si sigue mirándome así la follare bien duro.
Me concentro en mi tarea y cuando los dos pies de Camille están adentro empiezo a subirles las bragas lentamente. Disfrutando y deleitando me de sus fabulosos pies, de sus fantástico muslos. Y cuando llego a esa zona no puedo evitar mirarla más tiempo del necesario, estoy arrodillado frente a frente a esa zona especial de su cuerpo.
–Nathan. –Ella gime.
No se por que lo ha hecho, por que no lo he tocado.. Creo que lo hizo por que quiere que la toque yo también quiero hacerlo pero aún no.. No puedo.
Dejo un beso húmedo en su zona V antes de subir sus bragas. Me pongo de pie y veo que Camille tiene sus ojos cerrados, tomo el sostén en mis manos y con un poco de dificultad se lo pongo.
–Nathan yo... –Empieza a decir pero se detiene.
La miro intensamente tratando lo más que puedo de no besarla. Si lo hago perderé el control.
–¿Tú qué? —Le pregunto.
–Yo... yo te deseo. –Dice después de unos segundos en silencio.
Cierro los ojos y respiro profundo... necesito de todo mi autocontrol... necesito respirar y controlarme.
–Prometo que cuando te mejores te haré el amor todas las veces que quieras y en todas las posiciones que desees. Pero ahora debes mejorarte para la fiesta de cumpleaños de nuestra niña. –Murmuro con voz ronca y se exactamente por que.
–Pero.. –La Interrumpo con un beso.
Fue solo un roce pero la hizo jadear y a mi me dio ganas de besarla de nuevo de verdad.
–Tengo que ir con las niñas por los disfraces, acuéstate y no te pongas ropa y tampoco te cubras con la Sábana para que la fiebre se te quite por completo. Cualquier cosa no dudes en llamarme. –Beso su mejilla y tomo al gran Pulpo azul de la cama de Maddie y salgo de la habitación.
Ya afuera de la habitación respiro profundo nuevamente y coloco una mano en mis pantalones. Mi súper Nate esta muy activo. <<Lo siento súper Nate pero por ahora no habrá acción, nos quedamos para la próxima>>
Con el gran pulpo azul voy en busca de las niñas. Quiero llevar a azul pues le pondré un rastreador, Maddie ama ese Pulpo y no va a ningún lado sin el. Se que si algo le llegará a pasar Dios no lo quiera.
Se que donde este el Pulpo Azul ahí estará mi Maddie..