Valentina: como quieras... iluminada puedes pasarme un analgésico por favor.
Gabriela: Ahora si me vas a decir lo que tienes en mente?
Valentina: vamos a darles una pequeña sorpresa a nuestros esposos para que aprendan que lo de anoche no estuvo bien.
Valentina puso a Gabi al tanto de su pequeño plan, no era algo macabro, sólo una lección.
José Miguel llevó a sus hijos al kínder y a su regreso pensaba como pedirle una explicación a Valentina sin que ella se enterara que la había seguido.
Gabriela: entonces yo me quedo en la hacienda mientras tú estas en el ojo de agua.
Valentina: exactamente, toma mi teléfono, quiero que José Miguel lo tenga en sus manos a tiempo, a que horas llamaras a Horacio?
Gabriela: en una hora.
Valentina: Bien, mi tía, Leonor y don Ernesto pasaran por los niños a la escuela y los llevaran a comer a San Pedro.
Gabriela: perfecto, la hacienda estará sola, así podré hablar con Horacio y tu con José Miguel en el ojo de agua sin interrupciones.
Valentina: me da un poco de lastima pero se lo merecen.
Gabriela: aunque debemos admitir que nos siguieron anoche también porque estaban preocupados por nosotras.
Valentina: y no impidieron que saliéramos, otros en su lugar nos hubieran encerrado, pero bueno después de esto les va quedar muy claro lo que sentimos y pensamos, debo irme no quiero que se haga más tarde.
Gabriela: Suerte.
Valentina: igualmente para ti.
José Miguel llegó a la hacienda algo alterado buscando a Valentina.
Iluminada: Don José Miguel, la señora salió hace rato en su caballo, de seguro fue a dar una vuelta.
José Miguel: pero le dije que debíamos hablar, la llamaré.
Gabriela: no creo que te conteste, dejo su celular, y mira no para de sonar, mi amiga recibió un mensaje y salió como alma que lleva al diablo.
José Miguel: por favor dame el teléfono.
Gabriela accedió y le pasó el celular de Valentina, José Miguel lo reviso y allí vio un mensaje de un número desconocido que decía " Estoy ansioso por verte de nuevo, nos vemos a las 11 en el ojo de agua, tengo algo muy importante que decirte"
José Miguel sintió que le hervía la sangre.
Gabriela: estas bien?
José Miguel: quién envió este mensaje?
Gabriela: No lo sé, supongo que un amigo de Valentina.
José Miguel: Valentina no tiene amigos en San Pedro.
Gabriela: bueno a lo mejor es de Pachuca o de la ciudad de Mexico, cuando vivíamos allí teníamos muchos amigos en común.
José Miguel salió disparado y se montó en su caballo con el único interés de descubrir en que andaba metida su esposa.
Gabriela llamó a Horacio con la excusa de que su hija estaba un poco indispuesta y había tenido que sacarla del kínder antes de que terminara su jornada de estudio.
Valentina estaba en el ojo de agua meditando lo que iba a decirle a José Miguel que seguro no tardaría en llegar, se quitó sus botas, su pantalón y su blusa y las dejó sobre las piedras, al escuchar ruidos se escondió detrás de los árboles.
Era José Miguel que veía a todas partes buscándola, a lo lejos pudo reconocer su ropa y al no verla empezó a llamarla...
Valentinaaa!! Valentina!! Valentina!! Ya sé que estás aquí, sal, tenemos que hablar.
Valentina estaba completamente inmóvil esperando el momento oportuno para salir.
José Miguel estaba imaginándose una película en su cabeza, estaba muy furioso y celoso.
Está bien, esperaré a que salgas no creo que tu o tu acompañante estén dispuestos a esperar que caiga la noche.
Valentina: porque estás tan seguro de que estoy acompañada?
José Miguel: ahí estas...Puedes decirme de que se trata esto? Con quién venías a verte en esas fachas?
Valentina: no tengo por qué darte explicaciones.
José Miguel: no? Soy tu esposo, a caso tienes una aventura con alguien?
Valentina: no tengo la menor idea de lo que dices.
José Miguel: mira este mensaje, claramente dice que ibas a verte con alguien, dile que salga.
Valentina: estas loco, mira a tu alrededor estoy sola, sólo quise venir a nadar.
José Miguel: mientes como lo hiciste anoche, dime la verdad, se trata de alguno de los strippers con los que bailaste anoche?
Valentina: como sabes que baile con strippers?
José Miguel: ehh pues lo supuse, eso hacen las mujeres cuando salen solas en la noche.
Valentina: creo que parte de lo que dices es cierto, pero si me conoces bien, debes saber que ese tipo de espectáculos no son de mi interés, salvo cuando se trata de demostrarle a mi esposo que no tiene porque seguirme.
Jose Miguel: de que hablas?
Valentina: te vi José Miguel, anoche, tu, Horacio y Felipe llegaron al lugar donde Gabi, Sandra y yo estábamos bailando, y no lo niegues ustedes 3 estaban tan a unos metros de nosotras vigilandonos como si fuéramos unas niñas.
José Miguel intento evadir pero era imposible, Valentina estaba en todo su derecho de reclamarle.
Valentina: supongo que todos se percataron que las 3 regresamos sanas y salvas, no necesitamos de un hombre para que nos cuidara la espalda.
José Miguel: Valentina...
Valentina: escúchame José Miguel, me sacaste de quicio con lo que pasó con los empleados y por eso quise darme una escapada con mis amigas, necesitaba olvidar ese mal rato que pasé por tu culpa, nunca tuve la intención de conseguirme un amante, no hay hombre en el mundo que me interese más que tú.
Los ojos de Valentina empezaron a llenarse de lágrimas, José Miguel decidió guardar silencio y seguir escuchándola.
Valentina: sabía que si dejaba mi teléfono ibas a verlo y vendrías de inmediato, quería hablar contigo lejos de todo, necesito que entiendas que yo sólo te amo a ti y no necesito buscar afuera a otro hombre cuando en mi casa tengo al único dueño de mi corazón.
José Miguel: entonces no estas con alguien?
Valentina: no! estoy sola, lo hice para enseñarte que no tienes por qué dudar de mi amor, y aunque pueda defenderme de muchas cosas, siempre voy a necesitar de ti, que me des mi lugar y me defiendas como lo que soy, tu esposa y madre de tus hijos.
José Miguel: pero y el mensaje?
Valentina: me lo envié yo misma, usé una aplicación, sólo quería que sintieras lo que yo sentí cuando no me diste mi lugar.
Jose Miguel: pero, es que, pensé que tú.
Valentina: sé lo que pensaste, te conozco muy bien.
Jose Miguel: pero disfrutaste el baile con esos hombres.
Valentina: para nada, sólo lo hice para que te molestaras, admito que no es la primera vez que estoy entre unos, pero no me traen malos pensamientos, además tu estás más guapo que todos ellos juntos.
José Miguel: sé que Gabi te llevó unos cuando ibas a Casarte con Alonso.
Valentina: si, pero no fue de mucho agrado esa experiencia y anoche no quería acercarme a ellos, pero al verte, no tuve opción.
José Miguel: perdóname bonita, por mi mal comportamiento con los empleados, no merezco una mujer tan maravillosa como tú a mi lado, te prometo ser más duro con ellos, yo te amo, lo eres todo para mi.
Valentina observó que su esposo realmente estaba apenado y sin decir nada, lo abrazó.
Mientras en la hacienda...
Horacio: entonces mi hija no está aquí?
Gabriela: No! Lo inventé porque quería hablar contigo.
Horacio: pero así, en pijama? Gabi, no serás tú la enferma?
Gabriela: estoy perfectamente.
Horacio: estás segura?
Gabriela: segurísima, aunque tienes razón, con esto puesto parezco enferma.
Gabriela se quitó la bata y bajo esta había un encaje negro bastante erótico que dejó a Horacio sin palabras.
Gabriela: no te gusta?
Horacio: no pos, te ves chulísima con eso.
Gabriela: pensé que después de lo de anoche este tipo de ropa me podría quedar bien.
Horacio: por supuesto, ningún stripper te puede igualar mi vida.
Gabriela: ajaa!! Entonces si estabas allí.
Horacio: de que hablas?
Gabriela: tu y tus amigos nos siguieron anoche hasta Pachuca, y no trates de negarlo porque Valentina los vió.
Horacio: bueno, es que, Mi amor hay una explicación.
Gabriela: pues entonces quiero oírla.
Gabi volvió a taparse.
Horacio: José Miguel, estaba muy preocupado por Valentina y bueno Felipe llegó a la hacienda y pasaron a nuestra casa y al saber que las 3 habían salido pues quisimos saber dónde estaban, porque todas nos mintieron, entramos a todos los bares de San Pedro y al no encontrarlas yo pensé que podrían haber ido a Pachuca y pues no me equivoqué.
Gabriela: y tu como sabias de ese lugar?
Horacio: en la tienda de abarrotes llegan mucha publicidad y bueno la semana pasada llegó lo de la inaguración de esa y pues...
Gabriela: alguna vez has ido a ese tipo de lugares?
Horacio: no, por supuesto que no, mi amor me haces mucha falta, por favor vuelve conmigo.
Gabriela: tengo miedo de que al estar contigo vuelvas a mencionar a Ivana.
Horacio:no, eso no volverá a pasar de lo juro, si quieres voy a terapia para que me borren de la cabeza ese nombre, yo te amo mi amor.
Gabriela no pudo resistirse y lo beso.
En el ojo de agua...
Valentina: estás más tranquilo.
José Miguel: si! Perdón por llegar así, vamos a la hacienda? Está haciendo un poco de frío.
Valentina: No todavía, tu yo hemos dejado algo pendiente hace dias.
Valentina se alejó un poco de José Miguel y se acercó al agua, allí se quitó su sostén y lo lanzó hasta donde estaba su ropa, igualmente hizo con su ropa interior, José Miguel se quedó inmóvil y mudo, sus ojos la observaban de arriba abajo y viceversa.