Corrompiendo tu alma negra

By FloreWood

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[Trilogía de Fanfics: Primera parte] "Albus, no tratare de redimir a alguien como él. No creo ser el mejor ej... More

¡Te doy la bienvenida!
Sinopsis
Capítulo 1: Tu mejor opción
Capítulo 2: Llegada
Capítulo 3: ¿Quién eres realmente?
Capítulo 4: Elección
Capítulo 5: Conociendo a la nueva alumna
Capítulo 6: Te odio
Capítulo 7: Plan en marcha
Capítulo 8: Demuestra tu destreza
Capítulo 9: Sangre mágica
Capítulo 10: Perdiendo un poco el control
Capítulo 11: Quidditch
Capítulo 12: Primera reunión entre el grupo selecto
Capítulo 13: Club de las eminencias
Capítulo 14: La marca tenebrosa
Capítulo 15: El peón de sus planes
Capítulo 16: ¿Cordialidad y confianza?
Capítulo 17: Decepción
Capítulo 18: Nuevas reacciones
Capítulo 19: Respuestas
Capítulo 20: El ataque
Capítulo 21: Después de la tormenta
Capítulo 23: La Cámara secreta
Capítulo 24: Salvándote
Epílogo
PROXIMAMENTE

Capítulo 22: Rompiendo promesas

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By FloreWood

Al caer la noche y tras comer juntos el mago y la vampira se retiraron a dormir, cada uno en sus respectivas habitaciones. Riddle apenas cerró los ojos se sumió en un profundo sueño.

Horas después, la puerta de la habitación del mago se abrió lentamente y Riddle se despertó bruscamente e intentó levantarse para enfrentar al intruso. Cuál sería su sorpresa al darse cuenta de que su cuerpo se encontraba inmóvil y lo único que podía mover eran sus ojos. Furioso, trató nuevamente de levantarse, pero no pudo.

Un grave y malvada risa lo detuvo.

- ¿Quién está ahí?

Alguien caminó hacia su cama y los pasos se detuvieron cuando el intruso se dejó ver. El mago intentó controlar su sorpresa: frente a él se encontraba el hombre de la fotografía, aquel que, según Valerie, había sido su marido.

- ¿Qué quieres? – le espetó con odio el mago.

Nuevamente aquella grave y malvada risa salió de los labios de ese hombre.

– Puedo ver tu valentía y poder, no me sorprende que ella te haya aceptado – dijo él como si hablara consigo mismo.

Riddle intentó nuevamente moverse, pero no pudo. Levantó la vista y se topó con unos ojos negros que lo miraban con perversa diversión.

– Es gracioso ver como intentas resistirte, pero no podrás moverte, aunque lo intentes.

- ¿Qué haces aquí?

- Vengo a marcar mi territorio... - a medida que el hombre se acercaba una enorme oscuridad comenzó a rodear a Riddle. – Valerie es mía y de nadie más ¿te quedó claro?

- Ella te abandonó y es mía ahora – le respondió con odio él sin dejarse intimidar.

El hombre volvió a reír.

– Perecerás por insolente -. Su rostro se puso serio y su mirada se cargó de odio. – ¡¡Nadie toca lo que es mío!!

Y antes de que el mago le respondiera se lanzó sobre él enterrándole una de sus largas manos en el pecho y con la otra cortó su garganta.

El grito de dolor de Riddle resonó con fuerza.

***

- ¡¡Tom, Tom!! ¡¡Despierta!! – Valerie sacudió los hombros del mago con fuerza.

Riddle abrió los ojos, topándose con la preocupada mirada de la vampira. Se tocó rápidamente la garganta y el pecho, pero respiró con más tranquilidad al ver que estaba ileso. Rápidamente agarró de las manos a la bruja y la pegó hacia él y enterró su rostro en su cuello, mientras controlaba su acelerada respiración.

- ¿Qué ocurrió? – preguntó él tras varios minutos, habiendo controlado su desesperación y volviendo a su estado normal.

- Gritaste en sueños y vine corriendo, parece que tuviste una pesadilla... - le respondió ella acariciándole la cabeza.

- Ya veo... Fue solo un sueño, no es necesaria tanta inquietud – y se separó de ella con el semblante serio.

La bruja le dedicó una mirada molesta – Disculpa entonces por haberme preocupado, tal vez te debí haber dejado gritando de dolor por más tiempo.

Riddle le dirigió una mirada burlona y la vampira suspiró enojada, se puso de pie y se dirigió a la puerta, pero el mago la agarró de la muñeca, deteniéndola y observó a la bruja con una mirada intensa. Traía puesta una polera larga con el logo del equipo de quidittch que le llegaba más abajo de la cadera, debajo, se había puesto unos cortos pantalones que dejaban ver sus largas y tonificadas piernas.

- ¿Qué quieres ahora? – le gruñó la bruja.

Riddle tiró de su muñeca sorpresivamente y ella cayó sobre él. Con una de sus manos la tomó de la cintura y la acercó más contra su cuerpo. Pese a que estuviera más tranquilo y desechara la pesadilla que había tenido, no quería quedarse solo, por lo que se apegó más a la bruja.

- Tom... Suéltame... - le dijo Valerie molesta, mirándolo a los ojos y percatándose de la cercanía de sus rostros.

- Me gusta que te preocupes por mi – su cálido aliento golpeó su rostro.

- No estoy para aguantar tus burlas, Tom...

- Y yo no me estoy burlando, Valerie... - y de pronto el recuerdo de su pesadilla apareció en su cabeza.

"Ella es mía" recordó la frase de aquel hombre y una enorme rabia se apoderó de él.

"No, Valerie es mía y de nadie más". Y rápidamente tomó de la cabeza a la bruja y la besó con desesperación.

Valerie se sorprendió por la ferocidad del beso, pero sin ser capaz de resistirse le respondió.

Tras unos segundos, Riddle giró el cuerpo de la vampira con rapidez, quedando sobre ella y comenzó a besar su cuello con desesperación, mientras sus manos recorrían sus frías y suaves piernas.

Ella gruñó, disfrutando de los besos y con sus manos apretó la espalda de Riddle, para luego cruzar sus piernas sobre la cintura e él y comenzó a besar su cuello, deleitándose con su olor.

Riddle gruñó gustoso y subió sus manos recorriendo el cuerpo de la vampira hasta pasar por debajo de su polera y dirigirse hacia su pecho, pero ella lo tomó de las manos, deteniéndolo abruptamente.

- Tom... - el mago tragó en seco al escuchar su nombre de sus labios, con aquella mirada cargada de deseo que le dirigía.

- Déjate llevar Valerie ¿cuál es el problema? – Riddle le dedicó una sonrisa pícara.

La vampira se regocijó de escuchar su nombre en sus labios, pero continuó deteniéndolo.

- ¿Qué ocurre? – preguntó extrañado.

- Yo... No puedo... No estoy lista... - respondió avergonzada ella.

Riddle se quedó en silencio unos segundos, comprendiendo el trasfondo de aquellas palabras.

- ¿Te entregaste a él, no es cierto?

Valerie desvió la mirada, pero el dolor en su mirada confirmó la pregunta.

- ¿Crees que seré como él? – preguntó con un dejo de molestia.

- No quiero sentirme usada, no de nuevo...

Riddle abrió los ojos sorprendido. Jamás pensó ver aquella cantidad de debilidad en la bruja y la furia llenó su cuerpo. Él jamás la usaría, la quería a su lado y que todo su potencial estuviera su disposición. Ella sería de él, pero no porque la fuera obligar, sino porque ella misma se entregaría.

- No me interesa utilizarte... Si fuera así, no perdería mi tiempo contigo. Espero me digas cuando te encuentres lista –.

"Por qué pronto lo estarás", pensó para sí.

Valerie lo miró con asombro y asintió.

***

1 de septiembre...

El tren avanzaba a gran velocidad y Riddle miraba el paisaje con la vista perdida, sumido en sus pensamientos. Se acercaba su último año en Hogwarts y era momento de comenzar a trazar el camino final para sus planes, pero por ahora su mente se concentraban en la cámara de los secretos y cuál sería su actuar respecto a ella.

Se masajeó los ojos y observó el bolso de Valerie que se encontraba en el asiento de al frente y frunció el ceño. La bruja se había retirado a conversar con sus amigos, pero le había prometido que volvería en unos minutos.

El mago volvió a mirar el paisaje, mientras el sol se escondía tras los cerros y sonrío con maldad: este año se vendrían cosas importantes.

***

Valerie tomó asiento en el despacho de Dumbledore y le sonrió con alegría a su amigo.

- ¿He de suponer que tuviste unas agradables vacaciones?

- No puedo quejarme – respondió ella con una mueca sarcástica.

- Me alegro... - el profesor tomó asiento y la miró con intensidad.

- ¿Qué ocurre? ¿Por qué me miras así?

- Tengo curiosidad... ¿Pasaste tiempo de tus vacaciones con el joven Tom?

La vampira le sonrió con picardía.

– Si, fuimos a la casa de campo de los Malfoy juntos y los últimos días se quedó en mi cabaña.

- Y siendo yo, tu viejo amigo, no he tenido el privilegio de conocer tu hogar...

Valerie rio.

– ¡Puedo llevarte cuando lo desees!

Dumbledore le sonrió y negó con la cabeza.

– Será en alguna otra ocasión, querida mía -, ambos se observaron y sonrieron. – Ahora... Puedo notar que has aceptado tus sentimientos por el joven Tom -. La vampira se encogió de hombros. – No niegues aquello que sientes, pero no bajes la guardia. Es el último año escolar de Tom y conllevará a que empieza a dar forma a sus planes para el futuro y tú formarás parte en ellos.

Valerie asintió.

– Lo se... Pese a que quisiera no pensar en el futuro y disfrutar del momento, no puedo...

- No te rindas, el tiempo es efímero, pero no para ti. Aprovecha cada instancia y llévalo por buen camino – y le dedicó una cálida sonrisa de apoyo.

***

El segundo día, tras el regreso a Hogwarts, Riddle llamó a una reunión durante la noche.

Valerie observó cómo los distintos magos ingresaban a la sala, mientras ella se mantenía sentada a la derecha del mago, pues se había vuelto la segunda persona más importante dentro del círculo. Hizo caso omiso a un par de miradas de odio que le dirigieron y se limitó a cumplir con las reglas que Riddle había establecido desde el principio.

Cuando sus amigos ingresaron ella les dirigió una pequeña sonrisa, la cual le correspondieron y tomaron asiento en el círculo de sillas.

- Bienvenidos... - el tenebroso tono de Riddle hizo callar a todos y que le prestaran absoluta atención. Valerie no puedo evitar sonreír con maldad al ver la capacidad y el control que el mago podía ejercer sobre los demás, era asombroso.

– Como sabrán, estamos en nuestro último año escolar, a pocos pasos de empezar a convertir nuestros planes en hechos reales. Cambiaremos el mundo mágico y seremos la pieza principal para moldear a las nuevas generaciones.

La mayoría asintió con entusiasmo.

- ¿Qué debemos hacer, mi señor? – preguntó de pronto Nott.

Riddle se puso de pie y caminó al centro del circulo de sillas mientras decía - Por ahora, concentrarse en finalizar el año escolar. No les exigiré rendimiento, no me interesa, pero no me sirven magos mediocres que no pueden pasar los exámenes. Expandiremos nuestras fronteras al buscar carreras que nos permitan estar presentes en casi todos los ámbitos del mundo mágico.

- ¿Qué haremos con las sangres sucias que invaden el mundo mágico? – siseó de pronto Mulcibier.

Riddle sonrió con maldad, pero negó con la cabeza.

– No es prioritario ahora, pero tengo planes en mente.

- Pero mi señor, usted puede... -

- Dije que no es prioritario – le interrumpió Riddle con un dejo de molestia, pero luego sonrió nuevamente con maldad. – Pero aquello no significa que sea un tema menor... El mundo mágico es y será solo de las sangres puras...

Giró para mirar a todos los presentes y se topó con el ceño fruncido de Valerie, cosa que le hizo gracia. Sabía que la bruja no estaría de acuerdo, pero le regocijaba verla mantener su boca cerrada.

- ¿Algo que decir, Deanoff? – le preguntó, tentándola.

Valerie lo miró con molestia.

– No mi señor... No tengo nada que decir... Y supongo que no le interesa saber mi opinión.

El mago rio con maldad en silencio.

– Supones bien, no me interesa – Valerie lo desafió con la mirada, pero no dijo nada.

Minutos más tarde, cuando Riddle dio por finalizada la reunión, la vampira fue la primera en intentar abandonar la sala con pasos firmes y sin dirigirle la mirada a nadie.

- Deanoff ¿A dónde crees que vas? – le dijo Riddle impidiéndole llegar a la salida.

- No creo que te interese saber... -

***

La vampira miró el cielo y suspiró. Sus pensamientos viajaban hacia el futuro, pero ella era positiva en lo que venía o por lo menos intentaba serlo. Tomó asiento en el suelo y observó las estrellas, hacía tiempo que no visitaba la alta torre del castillo.

Resopló, cansada mentalmente, pero tras unos segundos sonrió sin ganas mientras decía – Se que estás ahí Tom... -

El mago apareció entre las sombras y se le acercó. La vampira no tenía intenciones de continuar discutiendo, pero para su sorpresa Riddle tomó asiento a su lado y la miró con el rostro serio y con un dejo de incomodidad en sus ojos.

- Tus actitudes no me ayudan... - comenzó a decir.

- Puedo aguantar ciertas cosas Tom – le interrumpió ella. – Pero no toleraré que dejes de lado mis opiniones y pensamientos. Nadie nunca lo ha hecho y tú no serás la excepción.

Riddle la observó molesto, sintiendo la contradicción en su mente.

– No deseo callarte, pero te quiero fiel a mi lado, pese a que no compartas todas mis decisiones...

- No seré sumisa a ti, no soy así, pero igual te seguiré – le respondió con molestia.

- Lo tengo claro, el fuego que tienes me fascina, pero no quita que desee domarlo – y le sonrió.

- Podrías quemarte...

- Asumo los riesgos...

Ambos se quedaron observándose mutuamente por varios segundos. Riddle le dedicó una mirada cargada de deseo, acercó su rostro al de ella y le susurró en la oreja – Me prometiste estar siempre a mi lado...

- Lo estaré... Pero eso no significa a que esté de acuerdo con todos tus planes.

El mago rio y repartió besos en el cuello de la bruja.

- ¿Qué harás entonces?

Ella gruño, disfrutando los besos, pero le respondió con seriedad – Llevar con calma tus planes a su realización, pero... -

- ¿Pero? – le susurró él en la oreja.

Valerie se separó de él y lo miró a los ojos.

– Primero... Quiero que me acompañes a viajar por el mundo.

Riddle sonrió con maldad y la beso con suavidad, sin poder negarse a aquella condición, después de todo ¿viajar con ella por el mundo en busca de conocimiento? Era una oferta demasiado tentadora como para negarse.

De pronto, finalizó el beso y se dejó llevar con algo que tenía hace tiempo en su mente.

– Valerie... Tengo algo para ti... - ella lo miró confusa.

Riddle acercó sus manos a su cuello y extrajo una larga cadena de oro y se la quitó. De ella, colgaba un anillo de piedra negra.

- Este es el anillo que perteneció a la familia de mi madre, descendiente de Slytherin – la vampira abrió los ojos anonadada. – Deseo que lo tengas tu...

- Tom... Yo no puedo...

- Insisto.

Ante la intensa mirada que le dirigía, la vampira asintió y tomó la cadena atándola a su cuello. El frio anillo chocó con su pecho, pero no sintió ninguna esencia maligna en el.

Riddle la observó y le dedicó una radiante, pero pequeña sonrisa, que la vampira supo era de la más auténticas que le había visto expresar.

***

Meses después...

La nieve se aglomeraba en las afueras del castillo y la cercanía de las fiestas navideñas comenzaban a sentirse en los pasillos.

Los meses habían pasado rápidamente y la dinámica parecía mantener una rutina. Valerie y Tom se habían vuelto la pareja más comentada del colegio, no solo por el gran atractivo que ambos poseían, sino también por ser los alumnos más inteligentes y poderosos de su generación y del castillo.

Walburga se preocupó de apoyar a Malfoy lo mejor que pudo, pero el rubio sufría internamente al ver cada día a su amiga pasar tiempo con Riddle. La bruja, por su parte, esperaba que Malfoy lograra sacarse de la cabeza a la vampira, pero parecía imposible.

Valerie, a su vez, disfrutaba de compartir con sus amigos con quienes fortalecía un poderoso lazo y de pasar tiempo con Tom, que cada vez se metía más en su corazón o lo que quedaba de el, sin prever los futuros sucesos que estaban por ocurrir.

***

Riddle observó como Valerie se subió a su escoba y se elevó en los aires cuando el partido comenzó. Tras varios minutos, Slytherin venció ampliamente a Ravenclaw y el partido se dio por finalizado.

El mago miró con atención a su bruja, la cual voló con velocidad y realizó un par de piruetas en el aire celebrando la victoria. Al enderezar su escoba, ella buscó con la mirada al mago y al encontrarlo le dedicó una radiante sonrisa.

Él tragó en seco, absorbiendo cada detalle de aquel hermoso rostro que le sonreía solo a él. Aquellos ojos cargados de energía y luz, el pelo que se mecía por el viento y los labios que formaban una sonrisa única. Fue ahí cuando lo supo, ella sería siempre de él y admitió que quería pasar el resto de su vida junto con ella.

En ese momento, Tom Riddle se decidió en encontrar el anillo perfecto, porque a fin de año ella aceptaría casarse con él.

***

- ¿Cuándo Riddle, cuando?

Aquella noche, tras la celebración del triunfo de slytherin, Riddle tomó asiento en la sala común mientras los demás dormían, pero el silencio fue interrumpido por la presencia de Mulcibier.

- ¿Qué quieres ahora? – preguntó molesto.

- Quiero asegurarme de que la purga de las sangres sucias empiece de una vez...

- No eres nadie para exigir nada, Mulcibier, eso ocurrirá cuando yo lo decida – respondió Riddle con odio.

- ¿Cuándo Riddle, cuando?

- Pronto...

***

Dos semanas después...

Extraños susurros salieron de la boca de Riddle y la enorme y redonda puerta comenzó a abrirse.

El olor a humedad y el frío llenaron el ambiente a medida que el mago caminaba en la enorme cámara y se detuvo frente a una enorme estatua de la cabeza de un hombre.

- Mi señor... - un silbido grave resonó en la oscuridad.

- Levántate y sal, tenemos una tarea que hacer... -

- Con gusto mi señor

Riddle sonrió con maldad mientras observaba como el enorme cuerpo del basilisco sobresalía y se perdía por uno de los secretos pasajes del castillo.

***

Valerie conversaba animadamente con Abraxas por el pasillo tras haber terminado una tarea juntos. El rubio escuchaba atentamente las anécdotas que le contaba su amiga, cuando de pronto ella se detuvo abruptamente y su rostro se ensombreció.

La vampira olfateó el ambiente, sin moverse, y sintió nuevamente ese extraño olor que la había detenido. Humedad, sangre y suciedad, acompañado de ese característico olor que las oscuras criaturas traían consigo. De pronto, lo sintió, algo rondaba por ahí, pero no lograba identificar que era...Se giró varias veces sobre sus pies sin encontrar nada en el pasillo que explicara aquella sensación.

- ¿Valerie, está todo bien? – Abraxas la tomó de la mano, preocupado.

- Si... Si... Solo creí sentir... - ella volvió a recorrer con la mirada el pasillo, pero el extraño olor había desaparecido. – Nada, olvídalo... No pasa nada... -

El rubio la miró extrañado, no le había pasado por alto la manera en que su rostro se había alterado, pese a que hubiera intentado ocultárselo. Aun así, no quiso presionarla y se encogió de hombros. Si era algo importante él sabía que su amiga le diría.

Apenas habían avanzado unos pasos por el pasillo, se encontraron con Riddle.

- Malfoy...

- Riddle... - el rubio mantuvo el semblante serio y se despidió de su amiga, pues le seguía doliendo verla junto con el mago.

Pese a eso, no le pasó por alto la coincidencia de que cuando la bruja se alteró, como si algo estuviera mal, justo minutos después apareciera Riddle. Creyó por uno segundos que se estaba dejando llevar por sus celos, pero a su vez su instinto le decía lo contrario.

***

Riddle tomó de la cintura a la bruja y la acercó hacia él con una sonrisa socarrona en el rostro.

- ¿Qué tienes en mente? – le preguntó la bruja con una ceja alzada.

- ¿Qué te hace pensar eso?

- Responde a mi pregunta Tom – el mago se regocijó al escuchar su nombre y la pegó más a él dejando escasos centímetros entre sus rostros.

- Creo que todavía están pendientes nuestras clases... Estoy seguro de que todavía tienes mucho que enseñarme...

Valerie le dedicó una sonrisa pícara y el mago se quedó absorto observando sus labios.

- ¿Y que gano yo? – preguntó la vampira susurrándole al oído.

- Tú puedes ganar... - Riddle tragó en seco al sentir los suaves labios de la bruja recorriendo su cuello. - ¿Estas intentando distraerme?

- No te escuche quejarte – le volvió a susurrar en el oído y comenzó a darle pequeños besos en su cuello. Un pequeño gruñido salió de la garganta mago y apretó la cintura de la bruja contra él.

- Bueno... - la vampira se separó sorpresivamente de él. – Cuando tengas algo interesante que ofrecerme a cambio me avisas. ¿Vamos a comer? – y le sonrió con maldad mientras comenzaba a caminar hacia el gran comedor.

Riddle suspiró, controlándose, pero le sonrió con maldad, ella sabía cómo jugar con él y tampoco podía quejarse, pero eso no se quedaría así.

***

Aquella noche, Riddle se sentó en un sillón de la sala común cerca del fuego, mientras los últimos alumnos se retiraban a sus respectivas habitaciones.

Cuando estuvo solo, sacó de su bolsillo una pequeña caja negra con una cinta verde, la cual abrió y observó con atención quedando conforme con el hermoso anillo que contenía. Sonrió con una pisca de maldad mientras se aseguraba que Valerie Deanoff pasaría el resto de su vida a su lado.

***

Dos días después...

Valerie caminaba hacia su clase de pociones junto con Riddle mientras ambos conversaban sobre los hechizos que habían visto en clases de defensa contra las artes oscuras. De pronto, aquel olor inundo nuevamente el pasillo y la vampira sintió esa peligrosa presencia en el lugar. Tomó rápidamente de la mano al mago y lo pegó contrala pared, protegiéndolo con su cuerpo, mientras observaba atentamente el lugar atenta a cualquier cosa.

Riddle no tuvo tiempo de reaccionar cuando se vio preso entre la pared y el cuerpo de la bruja, pero tras unos segundos, el cuerpo de ella se relajó y se giró para mirarlo.

- Si deseas algo de mí, no necesitas acorralarme contra la pared, Valerie... Aunque tampoco me puedo quejar – le dijo con una mueca burlona y la tomó de la cintura para que no se alejara.

Ella puso los ojos en blanco, pero se quedó cerca de él.

– No es gracioso... Estaba segura de que sentí algo...

- ¿Sentir algo? -preguntó extrañado.

- Si... Ya es segunda vez que ocurre... - respondió ella más para sí misma.

- ¿Y qué es lo que sientes?

- Un olor a sangre y humedad... Y la presencia de algo malo y poderoso...

Riddle intentó ocultar su sorpresa.

- ¿Estás segura?

- Absolutamente, pero no logro entender que puede ser...

El mago no respondió nada, él sabía que el basilisco estaba rondando por el castillo hace semanas, pero jamás llegó a pensar que su bruja podría sentir la presencia de la bestia. ¿Hasta dónde llegaba su poder? ¿Cómo podía sentir aquello?

Mantuvo el semblante serio y abrazó a Valerie para desviar el tema de conversación y dirigirse a su siguiente clase.

La vampira se dejó llevar, sumida en sus pensamientos. El mago, por su parte, supo que tendría que tener más cuidado pues no dudaba que su bruja descubriría la verdad tarde o temprano.

***

- Te noto distraída, querida... - le dijo Dumbledore observando a la vampira mientras se sentaba en su escritorio.

- Oh si... Lo siento... ¿Qué estabas diciendo?

- No era importante – el mago le dedicó una intensa mirada. - ¿Qué es lo que te tiene tan preocupada?

- No diría que me tiene preocupada, más que nada intrigada... Llevo dos ocasiones sintiendo la presencia de un ser maligno en los pasillos del castillo, pero no logro asociarlo a ninguna persona o criatura que conozca...

- El castillo oculta muchos secretos o puede que incluso no sea nada peligroso...

- No – le interrumpió ella. – Hay algo en el castillo que no está bien, puedo sentirlo y mis instintos nunca se equivocan.

- ¿Estás absolutamente segura, Valerie? – preguntó preocupado Dumbledore.

La vampira estaba por asentir, cuando nuevamente lo sintió, aquel olor y esa presencia pasaron rápidamente y cerca del despacho y desaparecieron como si nunca hubiera estado. De pronto, con su agudo oído escuchó un doloroso grito de dolor y el rugido de una bestia.

Ella se puso de pie inmediatamente y Dumbledore hizo lo mismo al ver su reacción.

– El basilisco... Tom abrió la cámara secreta... - dijo anonadada, tras lo cual salió corriendo hacia el baño de mujeres seguida del profesor.

***

Riddle escuchó el rugido del basilisco: "¡¡Muerte!!", y se levantó de su asiento rápidamente.

Tras unos segundos dimensionó que debía hacer, pero decidió guardar la calma y no levantar sospechas con sus acciones, por lo que volvió a sentarse frente al fuego y continuó leyendo como si nada hubiera pasado.

***

"¡No, no, no!" pensaba urgida la vampira mientras corría. Se negaba a creerlo, él no podía haberlo hecho, menos ahora...

Llegó al baño de mujeres e intentó abrir la puerta, pero estaba cerrada. Cegada por la desesperación, destruyó la puerta con un solo golpe de su mano y arrancó los pedazos de esta para ingresar.

- ¡Valerie! – le gritó Dumbledore preocupado, pero ella no lo escuchó e ingresó al baño.

Cuando el profesor entró tras ella unos segundos después la encontró de pie, como piedra, mirando hacia el suelo. Siguió su mirada y ahogó un grito de sorpresa, el cuerpo de Myrtle yacía en el suelo sin vida.

Tras aquello, el caos se desató cuando otros alumnos y la profesora Merrythought ingresaron al baño con curiosidad al ver la puerta destruida. La noticia se esparció como pólvora por el castillo y varios alumnos se amontonaron para intentar entender que había ocurrido. Pese a todo eso, la vampira continuó como piedra mirando el cuerpo de la bruja muerta y sintió como una parte de ella se quebraba.

***

Riddle observó la multitud que se aglomeraba en la entrada del baño y sonrió con maldad: el basilisco había cobrado su primera víctima.

Pero toda sensación de victoria se vio apagada cuando se percató que al lado del profesor Dumbledore se encontraba Valerie. La bruja miraba el cuerpo de la alumna con el cuerpo tenso, las manos empuñadas y la furia corriendo por su rostro.

El mago jamás la había visto así y le urgió saber que pasaba por su cabeza en aquel momento.

Los profesores llegaron al lugar rápidamente y obligaron a los alumnos a retirarse a sus respectivas salas comunes. Riddle, al ser perfecto, se quedó a la espera que le dieran órdenes, percatándose de que solo quedaron presente los profesores y, su vez, que Valerie continuaba con la mirada perdida dentro del baño.

El profesor Sulghorn se le acercó y le pidió que se fuera, cuando se percató que la vampira había notado su presencia. Dumbledore, por su parte, también le pidió a la bruja que se retirara, pero ella parecía no prestarle atención pues su mirada estaba pegada en el mago.

Ella camino a paso firme, saliendo del lugar, se acercó a Riddle y tomándolo del cuello de su camisa lo arrastró por el pasillo. Cuando estuvieron fuera de la vista de los demás la vampira lo estampó contra la pared con una sola mano.

- ¡¡¿¿Por qué??!! – escupió ella con odio. - ¡¡¿¿Por qué lo hiciste??!!

Riddle abrió los ojos de la sorpresa al ver la mirada de su bruja: sus ojos estaban negros como el carbón y demostraban una poderosa rabia y dolor.

- No sé de qué hablas...

- ¡¡NO ME MIENTAS TOM MARVOLO RIDDLE!!!

- Yo no he hecho nada – volvió a decir él todavía sorprendido por la furia de la bruja.

Un gruñido sobrenatural salió de la garganta de la vampira y lanzó al mago contra la otra pared del pasillo. Su cuerpo se estampó fuertemente y quedó tirado en el suelo mitad adolorido mitad anonadado por lo que estaba ocurriendo.

- ¡¿Qué demonios te pasa Deanoff?! – le gritó él poniéndose de pie con dificultad.

La vampira se le acercó y lo tomó con ambas manos del cuello de su camisa con fuerza.

– La abriste... Abriste la cámara secreta... - Riddle abrió los ojos con terror, sin poder creer que ella ya lo supiera.

De pronto, la vampira lo soltó con rapidez, controlándose para no hacer cualquier cosa de la que fuera a arrepentirse.

- No sé porque te pones así, sabes que la purga de las sangres sucias iba a ocurrir en cualquier momento – le dijo el mago con el semblante serio.

Valerie controló las ganas de querer partirle el cuello y lo miró con intensidad. Riddle tragó en seco al ver la mirada que no deseaba volver a ver jamás en aquellas oscuras orbes: dolor y decepción.

- Me lo prometiste Tom... Prometiste que no matarías a nadie...

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Chan chan! Capítulo nuevo! Estoy muy emocionada porque nos acercamos al final! Espero sus reviews y perdonen la demora, la universidad me tiene sin vida jajaj  <3 

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