Corrompiendo tu alma negra

By FloreWood

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[Trilogía de Fanfics: Primera parte] "Albus, no tratare de redimir a alguien como él. No creo ser el mejor ej... More

¡Te doy la bienvenida!
Sinopsis
Capítulo 1: Tu mejor opción
Capítulo 2: Llegada
Capítulo 3: ¿Quién eres realmente?
Capítulo 4: Elección
Capítulo 5: Conociendo a la nueva alumna
Capítulo 6: Te odio
Capítulo 7: Plan en marcha
Capítulo 8: Demuestra tu destreza
Capítulo 9: Sangre mágica
Capítulo 10: Perdiendo un poco el control
Capítulo 11: Quidditch
Capítulo 12: Primera reunión entre el grupo selecto
Capítulo 13: Club de las eminencias
Capítulo 14: La marca tenebrosa
Capítulo 15: El peón de sus planes
Capítulo 16: ¿Cordialidad y confianza?
Capítulo 17: Decepción
Capítulo 18: Nuevas reacciones
Capítulo 19: Respuestas
Capítulo 20: El ataque
Capítulo 22: Rompiendo promesas
Capítulo 23: La Cámara secreta
Capítulo 24: Salvándote
Epílogo
PROXIMAMENTE

Capítulo 21: Después de la tormenta

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By FloreWood

A veces, los segundos pueden transformarse en minutos. La mente de Valerie trabajó a esa velocidad al escuchar las palabras que Riddle le había dicho.

Miles de pensamientos se aglomeraron en su cabeza, analizando los pros y contras, hasta que una idea interrumpió en su mente: el futuro era lo vendría y se preocuparía de ello más adelante.

- Te lo prometo... - susurró con seguridad.

Riddle sonrió y volvió a besarla ferozmente, pero tras unos segundos unos pasos lo obligaron a separarse, justo cuando Dumbledore apareció frente a los dos.

Lo único que la vampira y el mago no se habían percatado es que habían tenido un espectador, oculto en las sombras.

Cuando Dumbledore ingresó a la enfermería, Malfoy se escurrió sin ser visto, aguantando el horrible dolor que se había aparecido en su pecho, pero con una verdad incrustada en su ser: estaba enamorado de Valerie, pero ella había elegido a otra persona.

***

- Señorita Deanoff, me alegra verla despierta – dijo Dumbledore a modo de saludo. – Señor Riddle ¿sería tan amable de dejarnos unos minutos a solas, por favor? Le recomendaría ir a descansar un poco y notificarle a los amigos de la señorita que ella ya se encuentra despierta.

El joven mago puso mala cara, pero asintió y se retiró de la enfermería.

- ¿Cómo te sientes? – le preguntó Dumbledore tomando asiento, cuando se hubo asegurado que estaban los dos solos.

- Estoy bien. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?

- Solo una noche. Iba a venir a verte más temprano, pero tuve que quedarme conversando con el director Dippet. Es probable que el ministro de magia venga al castillo en unas cuantas horas. –

Valerie asintió.

- ¿Tú te encuentras bien? – le preguntó.

- Perfectamente, gracias a ti... Pese a que no me siento orgulloso por eso..

- No es nada, si hubieras recibido tú el ultimo maleficio era poco probable que sobrevivieras – le interrumpió ella encogiéndose de hombros.

- Hablando de aquello... ¿Qué tanto daño puede hacerte un maleficio imperdonable?

- ¿A qué viene tu pregunta?

Dumbledore suspiró, se sacó sus anteojos y se rascó los ojos.

– Me vuelve a parecer curioso lo débil que puedes llegar a quedar tras un ataque como este. No conozco tus verdaderos limites, pero de igual manera sobrevives a lo que se te pone encima, pero pareciera que lo logras a duras penas... Pese a que no muestras tu poder absoluto.

- Te lo he dicho ya varias veces, no voy a dejar que el monstruo que llevo dentro se libere...

- ¿Eso quiere decir que, si lo dejaras tomar el poder, tus capacidades serían aún más fuertes? – la vampira asintió. – Estuviste dispuesta a sacrificar tu cuerpo para salvarme aun cuando tienes el poder para resistir un ataque como ese.

- No quiero volver a ser el monstruo que era, no volveré a caer en la oscuridad... – volvió a interrumpirle ella.

- No eres un monstro, pero no puedes seguir negando lo que efectivamente es parte de ti – le dijo el profesor con seriedad. – No eres humana, lo quieras o no, pero eso no conlleva a que vayas a caer en la oscuridad nuevamente. Debes aceptar lo que eres y ser fiel a ti misma. El pasado no lo puedes cambiar, pero abraza el futuro con entusiasmo, no retengas tu esencia y mantén el equilibrio. No tienes por qué ser el monstruo que temes, pero no puedes continuar negándolo. Entre más pronto lo aceptes saldrás de la tormenta en la que te encuentras. No tengas miedo a equivocarte, sino de no haberlo intentado, acepta todas tus capacidades y defectos, porque así podrás enfrentarte a ti misma.

- Pero Albus...

- No hay peros, tu eres lo que eres lo quieras o no. La aceptación es el primer paso, pero aquel monstruo no te define, pero es parte de ti, eso no lo puedes cambiar – la intensa mirada de él incomodó a la vampira que bajó la mirada.

- No es tan fácil... Las tentaciones, la sangre, el dolor, todos los recuerdos...

- Nunca dije que fuera fácil, pero solo de esa forma podrás salir adelante, venciendo tus propios fantasmas y enemigos – se puso de pie. – Ahora descansa, le diré a la enfermera que te de alta pronto, para que puedas ir a comer con tus amigos al gran comedor.

Tras aquello se puso de pie y dejó a la vampira sola.

***

- Abraxas...

- Déjame tranquilo Black, no quiero seguir conversando sobre esto – le respondió el rubio con rencor.

Walburga frunció el ceño, años de amistad le permitían pasar por alto la hostilidad en las palabras de su amigo, pues detrás de esa mascara de odio se escondía un gran dolor.

La bruja suspiró y tomó asiento en uno de los sillones de la sala común observando al rubio, pero sin decir nada.

Ella sabía que él tenía sentimientos por Valerie, como también se había percatado de como Riddle también desarrollaba una extraña inclinación por ella. Era cosa de ser capaz de sumar las pistas que veía, uno de los dos debía arriesgarse, pero Malfoy no se había atrevido por temor de perder a su amiga.

Walburga se masajeó el rostro, cansada. Ella hubiera preferido mil veces que Valerie se hubiera interesado por Abraxas, pero ante cosas como esas ella no juzgaría a nadie, muchas veces la cabeza no lograba ganarle al corazón. Estaría de lado de su amiga de igual forma, pese a que no confiara en los planes que tuviera Riddle y dudara de la autenticidad de sus emociones.

Observó nuevamente a su amigo y volvió a suspirar frustrada por verlo así. Jamás pensó que llegaría el día en que Abraxas Malfoy sufriera por una mujer.

- ¿Entonces ya sabes que vas a hacer? – le dijo Walburga rompiendo el silencio.

- ¿Hacer con qué?

- Con Valerie...

- No es mucho lo que pueda hacer... - le respondió molesto el mago.

La bruja resopló.

– Pues tienes dos opciones.

- ¿Cuáles?

- Primero, puedes decirle que es lo que sientes por ella...

- ¿¡Cuál es tu problema Walburga?! Ella ya tomó su decisión, no sirve de nada que le confiese algo que no tiene por qué saber – le interrumpió el rubio, furioso.

- Pues entonces aléjate de ella y así no sufrirás.

- ¿Esas son las únicas opciones que se te ocurren? – le dijo Malfoy con un tono bajo.

- Pues no... Puedes hacer lo que gustes, pero como creo conocerte sé que no harás ninguna de las dos. – Ella se puso de pie y miró atentamente a su amigo. – Se que como buen Malfoy que eres, no le dirás nada, seguirás siendo su fiel amigo y no la dejarás sola. Buscaras la forma de sacar de sus casillas a Riddle, porque sabes que Valerie te protegerá y cada oportunidad que tengas de pasar tiempo con ella, la aprovecharas. ¿O me equivoco?

Abraxas abrió los ojos sorprendido y una malvada sonrisa se comenzó a formar en sus labios.

– Me conoces bien... - Walburga le guiñó el ojo, pero Malfoy suspiró y comenzó a reírse. – Quién diría que sería yo él que se viera envuelto en una situación como esta...

- Fuiste lento, Abraxas, te lo insistí varias veces.

- No necesito que me lo recuerdes...

La bruja se encogió de hombros.

– Tal vez en el futuro encuentres a alguien más... – tras aquello se sentó en uno de los sillones de la sala común y tomó un libro para continuar su lectura.

"Dudo que me interese alguien más..." pensó para sí mismo Malfoy, pues sabía que aquello que sentía por su amiga jamás lo había experimentado con nadie.

En poco tiempo, ella se había vuelto la persona que más le importaba, más allá de él mismo. ¿En qué minuto eso sucedió? No lo sabía, pero debía aceptar que no había tenido el valor de decirle nada a la bruja debido al temor de perderla, pero ahora ya la había perdido.

De pronto, unos fuertes pasos se escucharon y Riddle ingresó con el rostro serio, pero con una mueca de molestia en su rostro.

El mago intentó ocultar el dolor que la herida le estaba ocasionando por lo que lo único que quería en aquel momento era echarse y descansar.

Riddle levantó la vista y vio en una esquina a los amigos de Valerie y suspiró molesto.

– Black, Malfoy – la bruja levantó la vista y lo miró sin emoción en su mirada, mientras que el rubio le dedicó una mirada de odio, la cual ignoró. – Valerie ya despertó, le darán el alta dentro de poco – y se retiró a su habitación.

Walburga abrió los ojos sorprendida y miró a su amigo que había puesto el rostro tenso. A ninguno de los dos les pasó desapercibido que el mago se hubiera referido hacia Valerie por su nombre.

Aquello planteó dudas en los pensamientos de Walburga, sobre su cuestionamiento sobre los sentimientos de Riddle.

***

- Ya puedes retirarte, le avisaré al profesor Dumbledore que ya te encuentras recuperada – le dijo la enfermera.

- Muchas gracias.

- Intenta no volver, aunque pareciera que no me haces mucho caso.

- Le prometo que lo intentaré – le respondió la vampira sonriendo y comenzó a retirarse.

- Señorita Deanoff, una última cosa – le dijo la enfermera antes de que saliera, la vampira se dio vuelta. – No tengo idea de cómo se las arregló para sobrevivir... Bajo mis conocimientos ante ese ataque usted debería estar muerta.

- Debo haber tenido mucha suerte entonces – le respondió con rapidez la vampira encogiéndose de hombros.

- Lo dudo, pero no soy nadie para juzgar las circunstancias de la vida, solo sé que sea lo que le permitió sobrevivir, debería estar agradecida de ello. – Valerie puso mala cara. – Se sacrificó por un profesor y sobrevivió, actos así dejan de lado cualquier mancha negra en el pasado. – La enfermera se supo pie – Que tenga buena noche señorita Deanoff -, y la dejó sola.

La vampira salió de la enfermería y se encaminó al gran comedor. Al ingresar, todos se quedaron en silencio, el director se puso de pie rápidamente y le aplaudió, lo que llevó a los demás alumnos a imitarlo.

Valerie miró a su alrededor sin saber qué cara poner, por lo que se limitó a inclinar la cabeza y dirigirse a la mesa de su casa, para sentarse con sus amigos.

Fue recibida por una radiante sonrisa de Walburga y antes de que pudiera decir algo, Malfoy ya la estaba abrazando fuertemente y pegándola contra él.

Ella se sintió abrumada por tanto cariño y le sonrió con timidez a sus amigos, pensando en su cabeza como explicarles que ahora mantenía una relación con Riddle, pero prefirió dejarlo para otro momento. A su vez, buscó disimuladamente con la mirada al mago, pero no lo encontró en la mesa, por lo que asumió que estaría descansado.

Tras la comida, los tres se dirigieron a la sala común conversando animadamente. Walburga se despidió primero y se retiró a dormir. Valerie estaba por seguirla, pero Abraxas la tomó del brazo deteniéndola.

- Valerie...

- ¿Ocurre algo? – le preguntó preocupada la vampira.

Malfoy se quedó pegado en aquellos ojos cafés que lo observaban con preocupación y tuvo que reprimir las ganas de hacer algo de lo que se arrepentiría. Con suavidad, le acarició el rostro y ella abrió los ojos sorprendida, pero después le dedicó una sonrisa cálida.

Con aquella sonrisa supo qué hace tiempo que estaba perdido por ella, pero no había querido admitirlo.

– No vuelvas a darme un susto como este, pensé que no volverías a despertar...

- Tranquilo, soy un hueso duro de roer, tú lo sabes.

- Eso no significa que me guste verte postrada en una cama en la enfermería, cosa que se está haciendo cada vez más común.

La vampira le sonrió nuevamente para tranquilizarlo.

– Estoy bien, tu quédate tranquilo.

Abraxas asintió, pero antes de que ella se retirara la tomó de nuevo de la mano y la atrajo hacia él, rodeándole la cintura y la abrazó con fuerza. Valerie se sorprendió, pues sentía como si el mago no quisiera soltarla nunca. La lleno de alegría y gratitud saber que contaba con alguien como él, pero sin llegar a comprender las verdaderas emociones que el rubio transmitía. Abraxas tras unos segundos la soltó y le besó la frente

– Buenas noches, descansa y duerme bien.

***

Valerie estaba echada en su cama mirando el techo, escuchando las respiraciones tranquilas de las demás chicas de la habitación.

Suspiró frustrada, con la mente llena de diversos pensamientos. Era en aquellos momentos donde deseaba poder tener la posibilidad de dormir nuevamente, pero era un precio que debía pagar por la libertad que obtuvo al romper sus ataduras.

Se giró, apretando la suave almohada con sus manos y pensó en Riddle, a quien no había visto durante la comida. Le parecía curioso que no hubiera presentado, pero tal vez cabía la posibilidad de que necesitara descansar.

Tras varios minutos, se levantó y decidió ir a la sala común a leer algo. Los incontables pensamientos en su cabeza no la dejaban tranquila por lo que prefirió mantener su mente en otra cosa.

Al bajar silenciosamente, cuál sería su sorpresa al encontrar a Riddle echado en uno de los sillones respirando con dificultad.

***

Riddle respiraba entrecortadamente tirado en uno de los sillones. Había querido bajar al gran comedor, pero el cansancio se lo impidió, por lo que se quedó en cama. Tras haber dormido un par de horas, bajó a la sala común, pero el dolor en su costado le impidió avanzar y cayó pesadamente en un sillón. Se tocó la herida y tuvo que aguantar gritar de dolor.

Valerie, al bajar y encontrarlo así se acercó a él corriendo, llena de preocupación.

- ¡Tom! ¿¡Qué te ocurre!? – el mago no le respondió, pues el dolor le impedía hablar.

La vampira se percató como Riddle se sujetaba su costado y rápidamente le levantó la camia para revisarlo.

Ahogó un grito de sorpresa y terror; cerca de las costillas del mago había una enorme mancha negra, parecida a un gran moretón, con manchas rojas de sangre y estaba hinchado.

Ella pudo sentir la magia negra presenta en aquella zona. Si Riddle todavía estaba vivo era porque su poderosa magia lo estaba protegiendo, pero aquella herida necesitaba curarse inmediatamente o las consecuencias serían terribles.

- Tom, debo llevarte a la enfermería inmediatamente.

El gruñó.

– No puedo... Moverme... - le respondió con la voz entrecortada.

- Te cargaré – la vampira intentó levantarlo, pero el quejido de dolor la detuvo y resopló frustrada.

El rostro de sufrimiento del mago la dañaba, por lo que asumió que debía tomar medidas de forma inmediata.

– No te muevas, regreso altiro –, el mago solo gruñó en respuesta.

Valerie corrió hacia su habitación y repitió el mismo proceso que había hecho cuando tuvo que sanar las heridas de sus amigos, meses atrás. Tras hacerse un corte en la muñeca y llenar dos probetas con ella, bajó corriendo.

- Ten, bebe esto – le pasó la probeta, pero le mago no se movió. Aterrada, Valerie se percató que Riddle estaba por quedar inconsciente, por lo que se metió su sangre a la boca y rápidamente besó al mago para darle de beber suavemente.

La mente de Riddle estaba sumida en el dolor, le costaba aferrarse a la realidad, pues estaba cerca de sumirse en la inconciencia. Creyó escuchar que Valerie le decía algo, pero no logró entender que. Sintió la cercanía de ella y como posó sus fríos labios sobre los de él. No se logró percatar que hacia la bruja mientras lo besaba, pero con debilidad fue tragando una extraña sustancia que ingresaba a su boca. No logró entender que era y su sabor, pero de pronto sus dolores comenzaron a disminuir rápidamente y sintió como Valerie separaba sus labios de él.

La mente del mago volvía a funcionar, pero con debilidad. Notó el rostro de preocupación por parte de la bruja y pudo respirar tranquilo al notar como la herida comenzaba a deshincharse.

- ¿Qué me diste? – preguntó él con un susurro, pero Valerie no le respondió y le revisó el costado. Cuando tocó con sus frías manos la herida, que ya no tenía las manchas rojas, Riddle se quejó.

- No es suficiente, tienes que beber más – y la vampira obligó al mago a que levantara un poco la espalda y le pasó la probeta que quedaba. – Bebe, te sentirás mejor.

Riddle miró con extrañeza el recipiente y luego observó los ojos de la vampira con atención, pese a que sus instintos le decían que debía siempre revisar las sustancias que ingería confiaba en ella, por lo que se bebió el contenido obedientemente, pero con lentitud.

Al tragar tensó el cuerpo por la sorpresa. El sabor de lo que fuera que estaba bebiendo era increíble. Un calor se expandió por su pecho y sintió que jamás había probado algo semejante, las sensaciones que lo embriagaban en poderosas y necesitaba beber más. Era como si todas sus energías se revitalizaran de manera asombrosa y el sabor lo volvía loco.

Aquella sensación se fue apagando a medida que terminó el contenido de la probeta y pudo respirar con calma. Buscó con la mirada a la bruja, pero se percató que ella lo observaba con el rostro tenso y los ojos oscurecidos.

Valerie agradeció todo su autocontrol, pues no esperaba que Riddle reaccionara de aquella forma ante su sangre. El poder del mago flotó en el aire a medida que bebía de la probeta y la vampira pudo oler como la sangre de él llenaba el lugar. Vio como Riddle se relamía los labios al terminar de beber todo y tuvo que aguantar el gruñido de satisfacción que intentó apoderarse de ella. Aquello le recordó cosas de su pasado.

- ¿Te sientes mejor? – le preguntó ella con la voz ronca.

- Absolutamente... ¿Qué me diste?

- Algún día te contaré...

- Exijo saber...

- Tu ahora debes descansar y dormir, nada de discutirme ¿quedó claro? – le interrumpió ella.

El mago frunció el ceño, pero fue como si las palabras de la bruja lo hubieran hechizado, pues un gran cansancio se apoderó de él y asumió que necesitaba urgente ir a echarse a su cama.

- Buenas noches – le dijo Valerie, dándole un pequeño beso en los labios y dejándolo solo para que descansara.

Cuando él se echó pesadamente en su cama, intentó pensar en lo que acaba de ocurrir y recordó el sabor de aquella extraña sustancia que había bebido, pero el sueño lo venció rápidamente.

***

Los días siguientes iniciaron el mes de mayo, lo que trajo consigo, durante el segundo fin de semana de ese mes, el enfrentamiento de Slytherin contra Hufflepuf, donde la casa de las serpientes obtuvo una rápida victoria, por lo que la final constaría de la casa de los leones contra slytherin el último fin de semana de mayo.

Durante este tiempo, Valerie advirtió de un extraño comportamiento por parte de Riddle. Él mantenía una actitud similar hacia ella frente al resto del mundo, exceptuando a que compartía cada momento que podía con ella. Solo cuando estaban solos, de vez en cuando, en la alta torre del castillo demostraba sus sentimientos a la vampira. Pese a eso, ella se percató que el mago pasaba ciertos momentos solos, pero al no tener mayores sospechas sobre sus acciones lo dejó pasar. Después de todo, pensaba que debía darle su espacio, al no ser una persona acostumbrada a mostrar sus emociones y aceptar la cercanía de otra persona.

A su vez, la vampira les confesó a sus amigos en la extraña relación en la que se encontraba con Riddle. Para su asombro, Walburga se encogió de hombros y le comentó que esperaba que estuviera feliz con su decisión y la apoyaría. En cambio, Abraxas no pudo controlar su odio, pero le prometió a su amiga apoyarla y respetar su decisión. Valerie se alegraba y agradeció de poder tener a su lado amigos tan comprensibles, pese a que recibiera miradas extrañadas cuando ella compartía con Riddle. Si bien sus amigos sabían que estaban juntos, el mago no daba señales de algo entre ellos hubiera cambiado.

***

Riddle resopló frustrado mientras caminaba por el pasillo el viernes de la última semana de mayo. Se suponía que debía terminar su ensayo final para el examen de pociones con Deanoff, que se entregaba la semana próxima, pero la bruja se había ido a Hogsmeade. Los profesores les habían dado la tarde libre y Valerie le pidió a Riddle que lo acompañara al pueblo con sus amigos, pero él se negó.

La vampira lo miró con un poco de molestia y tristeza, por lo que le dijo que se verían a la hora de comer. Al recordar esa mirada de tristeza Riddle gruñó para sí, mientras continuaba caminando. Él sabía que la bruja no deseaba presionarlo, pero el mago tenía muchas cosas en su mente.

El año escolar estaba por acabarse y eso acrecentaba el odio en él con solo pensar que debía volver al orfanato. A su vez, deseaba pasar las vacaciones con Deanoff, pero era algo complejo, y finalmente todavía no encontraba la cámara secreta.

Los últimos días se había pasado investigando el castillo buscándola y estaba casi seguro de que pronto la encontraría. Tenía claro que su comportamiento estaba levantando dudas en Deanoff, por lo que debía de ser cauteloso.

Molesto, se masajeó la cabeza tratando de calmar el torbellino de pensamientos.

Valerie era suya, él abriría la cámara secreta y la bruja lo apoyaría en los planes que venían en el futuro. Sería difícil, pero el desafío de tenerla siempre a su lado era excitante, sabiendo del potencial que tenía y que poseía sentimientos hacia él... No había podido quitarse la mente que era el líquido que le había dado de beber para curar sus heridas, pero aquel misterio solo demostraba cuanto más deseaba a su lado a la bruja...Tal vez era momento de dejar en claro a quien le pertenecía.

***

El último sábado de mayo los alumnos del colegio se dirigieron rápidamente a las canchas de quidditch, expectantes del enfrentamiento final del campeonato.

Mientras tanto, Valerie y Abraxas se habían despedido de Walburga y se encaminaron rápidamente hacia los camarines.

- Más te vale que atrapes la snitch.

- ¿Cuándo no lo he hecho? – le respondió el rubio con mofa en su tono de voz. – Tu asegúrate de meter la mayor cantidad de puntos.

- No te preocupes, no me verán venir... Será una masacre... - la vampira apretó contra ella su escoba y le dedicó una enorme sonrisa.

Abraxas tuvo que contenerse de querer besarla en aquel momento, pero agradeció que la llegada a los camarines los obligará a separarse. Aun así, le alegraba saber que la bruja disfrutaba de jugar quidditch con la hermosa escoba que le había regalado.

***

- Black, espérame... - Walburga se dio vuelta sorprendida al escuchar la voz de Riddle. - ¿Qué tanto me miras? Vamos, camina, hay un partido que ver... - le dijo el mago con un pequeño tono impaciente.

Extrañada y sorprendida, la bruja camino junto con Riddle hacia las canchas, donde se encontraron con los demás seguidores del mago. Varias alumnas de otros cursos invitaron a Riddle a que se sentara con ellas, pero él las ignoró y tomó asiento junto con Walburga.

La bruja observó como el mago pretendía mantener una postura relajada, cosa que casi lo lograba si no fuera porque estaba masajeándose las manos constantemente.

Dejándose llevar, Black se le acercó y le susurró al oído para que ninguno de los demás presentes la escucharan – Tranquilo, no le va a pasar nada y van a ganar. Tu astuta mente ya lo sabe -, y se alejó de él. Temió unos segundos de haberse sobrepasado con él, pero se percató como el mago le dirigió una rápida mirada, asintió y le sonrió con maldad.

Walburga tragó en seco, incomoda ante lo que acaba de ocurrir.

***

- ¡¡¡MALFOY ATRAPÓ LA SNITCH!!! ¡¡¡SLYTHERIN GANA!!! – gritó el comentarista con entusiasmo.

Los alumnos de la casa de las serpientes gritaron de alegría. El partido había sido un enfrentamiento impresionante, en donde Deanoff no tuvo misericordia y marcó una cantidad de puntos absurda.

Valerie bajó con rapidez al suelo en su escoba y corrió a abrazar a Abraxas, al igual que sus demás compañeros de equipo. El rubio abrazó más tiempo a su amiga, feliz del increíble resultado, cuando varios alumnos de la casa de las serpientes ingresaron a la cancha a celebrar con el equipo.

Walburga corrió hacia sus amigos y los abrazó felicitándooslos con una enorme sonrisa en el rostro. Tras eso, la vampira buscó con la mirada a Riddle y lo encontró ingresando a la cancha seguido de sus seguidores que gritaban con entusiasmo, pero no esperaba lo que ocurriría a continuación.

***

Riddle ingresó a la cacha de quidditch con una pequeña sonrisa en el rostro, conforme con el increíble rendimiento del equipo.

Entre la masa de gente que celebrara, se topó con la mirada de Valerie que lo estaba buscando. Cuando la vio, con una sonrisa en el rostro, el cabello un poco despeinado y que se mecía con el viento, el mago se dejó llevar por las emociones que se apoderaron de él.

Camino directamente hacia la vampira y sin que le importara el resto de las personas, la tomó de la cintura, la acercó a él y la beso.

Valerie abrió los ojos sorprendida por unos segundos, pero le devolvió el beso, gustosa.

Todos los alumnos se quedaron en silencio, absolutamente sorprendidos, pero Reid rápidamente gritó con ánimo y el resto de los alumnos gritaron, continuando la celebración. Abraxas, por su parte, apartó la vista dolido, pero se sumó a la celebración para distraerse.

Valerie, tras separarse de Riddle, le agradeció con la mirada a Reid, el cual solo se encogió de hombros.

Riddle, no soltó la cintura de la bruja y le sonrió con maldad – Felicitaciones, jugaste muy bien...- Desde ese día, todo el colegio se enteró que Tom Riddle tenía una relación con Valerie Deanoff.

***

Días después...

"¡¡Por fin!" pensó triunfante Riddle y se regocijó de su inteligencia, mientras observaba como la entrada a la cámara secreta se cerraba ante sus ojos. Él, el verdadero heredero de slytherin había, finalmente, encontrado la cámara secreta y su tenebroso contenido.

Cuando ingresó a la sala común, suspiró satisfecho. Las clases estaban próximas a acabar y debía dejar el castillo para regresar al maldito orfanato, pero su reciente descubrimiento le permitía pasar por alto ese hecho.

De pronto, se encontró con Mulcibier sentado en uno de los sillones y los brazos cruzados, el cual le dirigió una mirada de molestia. Riddle sabía que muchos de sus seguidores no aceptarían la idea de que estuviera con Valerie, pero a él no le importaba en lo más mínimo que opinaran, pero aquello no les permitía que tuvieran la intención de cuestionarlo.

- ¿Quién te dio derecho a mirarme de esa forma? – le preguntó con un maligno susurro Riddle. Mulcibier tragó en seco, intentando ocultar su temor e intentó responderle. – No me interesa escuchar tus excusas u opiniones – le dijo Riddle antes de que el otro mago hablara.

Mulcibier frunció el ceño, pero no se atrevió a contradecirlo, por lo que ambos se quedaron en silencio. Riddle en una postura segura y confiada, mientras que el otro mago intentaba ocultarse en el sillón y pasar desapercibido.

- La encontré – dijo de pronto Riddle, recibiendo una mirada confusa de parte de Mulcibier. – Encontré la cámara secreta de Salazar Slytherin... -

El otro mago se levantó sorprendido y sonrió con maldad – La purga de las sangres sucias va a comenzar... -

***

Valerie sonrió mientras caminaba hacia el tren, habiendo finalizado su año escolar.

Dumbledore se había despedido de ella el día anterior, insistiéndole que pasara una semana de sus vacaciones con él y ella se negó, asegurándole que ya tenía donde quedarse.

Tanto Walburga como Abraxas la habían invitado también a pasar tiempo en su casa, pero decidió irse primero donde los Black, pues había disfrutado mucho el tiempo con la familia de su amiga.

A su vez, los últimos días Riddle se había comportado un poco extraño, pero él le aseguró que era porque no quería volver al orfanato, sin confesarle su descubrimiento y ocultándole que él deseaba pasar tiempo con ella.

La vampira, sin saber los descubrimientos de Riddle, celebraba internamente que el mago no hubiera matado a Myrtle, pero sabía que todavía le quedaba un largo camino con él, pese a eso sus pensamientos eran positivos.

Durante el viaje de regreso a Londres, la vampira compartió unas horas con sus amigos, para después pasar el resto del viaje con Riddle. El mago no habló mucho, molesto por dejar el castillo, pero se echó en las piernas de la bruja y dejó que ella le acariciara el pelo. Cosas así de simples le agradaban, pero desechaba esos pensamientos rápidamente, pues no le interesaba llenarse de emociones así. Con su deseo por Valerie y teniéndola consigo le era suficiente.

Cuando bajaron el tren al llegar a la estación y tomar sus pertenencias, Riddle se acercó a la vampira y la beso posesivamente.

- Que tengas buenas vacaciones... - le dijo él tras separarse para tomar aire.

- Créeme... Las tendré... - Valerie le besó el cuello y Riddle tensó el cuerpo. – Preocúpate de tener tu ventana abierta para cuando pase por ti -, y se despidió de él dejándolo como de piedra.

El mago observó la silueta de su bruja mientras se alejaba acompañada de sus amigos y sonrió con maldad. Pareciera que las vacaciones no iban a ser tan aburridas como pensaba.

***

Valerie fue recibida con gusto en la casa de los Black, donde se quedó dos semanas. Tras aquello, Abraxas invitó a ambas brujas a pasar tiempo en su mansión.

Cuando Walburga y Valerie llegaron a la mansión Malfoy, fueron recibidas por el elfo domestico que las llevó al salón principal. La vampira, se percató de lo enorme que era la mansión, las lujosas decoraciones que poseía y los hermosos detalles que la acompañaban.

Al entrar al salón, encontraron a Abraxas leyendo El Profeta, pero se puso de pie rápidamente al ver a sus amigas llegar. Tras saludarse con un fuerte abrazo, abraxas las llevó a la habitación de invitados y después de que las brujas se acomodaran, los tres bajaron nuevamente al salón, pero fueron interrumpidos por el ingreso de un mago.

- Buenas tardes padre, mis invitadas ya llegaron.

El señor Malfoy se les acercó y la vampira se percató de lo parecido que era con su hijo. Él saludó primero a Walburga, con una cálida sonrisa y luego se fijó en Valerie.

- Tú debes ser la señorita Deanoff...

- Un placer conocerlo, señor Malfoy.

- El placer es todo mío. ¿Con que eres la bruja a quien mi hijo le regaló una escoba?

- Si, no sé cómo agradecérselo...

- No es necesario, jovencita – le interrumpió el señor Malfoy. – Estoy seguro de que debes ser una excelente jugadora. Mi hijo no regala en vano -, y le sonrió.

Los siguientes días fueron muy agradables y Valerie se sintió muy cómoda en la mansión.

Tras una semana, Malfoy las invitó a pasar unos días en su casa de campos.

- Me encantaría ir, pero quedé de pasar tiempo con Tom – respondió Valerie incomoda.

- ¿Quién es Tom, querida? – preguntó el señor Malfoy que se encontraba leyendo en el salón, mientras los jóvenes conversaban entre ellos.

- Su novio – respondió Walburga, antes que la vampira.

- ¿Compañero de casa? –

- Si – respondió Valerie. – Tom Riddle... -

- Ahh... El joven Riddle... - comentó curioso el señor Malfoy. – He escuchado mucho sobre él... ¿El mejor alumno de su generación o no?

- No desde que llegó Valerie – señaló Abraxas, guiñándole el ojo a su amiga.

- Bueno, pues invítalo a nuestra casa de campo – dijo tranquilamente el señor Malfoy.

Walburga sonrió, pero se percató de la molestia en el rostro de su amigo, pese a que intentó ocultarla lo mejor posible,

- ¿Enserio? ¿Puedo? – preguntó sorprendida la vampira.

- Mi hijo tiene la última palabra – y el señor Malfoy volvió a enfrascarse en su lectura.

Valerie miró a su amigo, con una sonrisa radiante en su rostro. El rubio se maldijo internamente, le era imposible decirle que no a Valerie, menos si le sonreía de esa forma.

- No hay problema con que venga...

La vampira pensó en correr y abrazar a su amigo, pero se contuvo al recordar que contaban con la presencia del señor Malfoy, aun así, no dudo en darle infinitas gracias a su amigo.

***

- ¿Estás hablando en serio? – le preguntó extrañado Riddle.

- Te digo que sí. Ahora guarda tus cosas y vamos, nos están esperando – le respondió Valerie con una sonrisa.

La vampira había ido a buscar a Riddle por la mañana, mientras sus amigos y el señor Malfoy viajaban a la casa de campo, ya que se reunirían allá.

Riddle todavía le costaba asimilar que fuera a ir a la casa de los Malfoy. Si bien le servía para generar contactos con personas de la clase alta de los magos, le costaba creer que fuera verdad. Aun así, no le discutió a la bruja y preparó sus cosas. Cuando estuvo listo, los dos dejaron atrás el orfanato y cuando estuvieron en un callejón solitario la vampira se concentró para aparecer en el lugar donde los estaban esperando.

***

Riddle tuvo que admitir que los Malfoy tenían buen gusto y clase a la hora de ostentar su riqueza. La casa de campo era una enorme mansión, a la orilla de un bello lago. La mansión contaba con grandes piezas y diversos espacios, en su patio había un hermoso jardín de rosas, una pequeña playa que daba al lago y un espacio construido hace poco para jugar partidos de quidittch.

El mago, pese a lo que hubiera pensado, pasó unas increíbles vacaciones en un lugar de lujo.

Tras dos semanas, el señor Malfoy les avisó que al día siguiente volverían a Londres, pues pronto recibirían las cartas con los materiales para su último año escolar y debían ir al Callejón Diagon.

El ultimo día, antes de volver, Walburga y Valerie se dirigieron a la pequeña playa para disfrutar del soleado día que les había tocado. Abraxas y Riddle, se quedaron sentados bajo un árbol descansando mientras observaban a las brujas caminar.

Riddle se apoyó en el tronco y sacó el volumen II que le había regalado Deanoff y leyó un par de páginas, pero se quedó mirando a Malfoy y suspiró.

- Debo admitir que esta invitación me sorprendió mucho, pese a eso, no puedo negar que posees una hermosa casa de campo y tu padre es una persona muy interesante y agradable...

- Valerie tiene razón... - Riddle lo miró extrañado. – Tienes una forma muy particular de dar las gracias.

- Tómalo como quieras – le respondió serio Riddle.

Malfoy se giró y observó al mago seriamente – Créeme, por mí no te habría invitado.

- ¿Entonces qué hago aquí? – preguntó con un dejo de odio el mago.

- No lo hice por ti, lo hice por ella... - se limitó a responder el rubio dándole la espalda.

Riddle sonrió con maldad y no dijo nada.

***

Al regresar al Londres, Walburga volvió a su casa, mientras que Valerie y Riddle fueron invitados a quedarse en la mansión Malfoy. El rubio deseaba poder aprovechar de ver más a su amiga, pero su padre extendió la invitación al otro mago, cosa que no le causó ninguna gracia.

Tras la llegada de la lechuza con los materiales correspondientes a su nuevo y ultimo año escolar, los tres se dirigieron a comprar sus útiles, encontrándose con Walburga en el Callejón Diagon.

Finalmente, cuando quedaban ya dos semanas antes de iniciar las clases, Valerie se excusó con su amigo y el señor Malfoy, afirmándoles que no deseaba seguir abusando de su hospitalidad y debía pasar un tiempo en su hogar. Riddle, a su vez, también agradeció la invitación y se sumó a las palabras de la vampira.

Fueron despedidos por el señor Malfoy en la entrada de la mansión y luego Abraxas abrazó fuertemente a su amiga, despidiéndose de ella, pese a la penetrante mirada de odio que Riddle le lanzó.

- Nos vemos el 1 de septiembre en King Cross – le dijo el rubio, depositando un beso en la frente de su amiga.

- Por supuesto, nos veremos allí – y tomando sus cosas, seguida de Riddle, quien que se despidió del mago con un apretón de manos más fuerte de lo usual, la vampira abandonó la mansión.

Tras varios minutos caminando, llegaron a un hermoso prado.

- ¿Estas listo? – Valerie le extendió la mano al mago.

- ¿A dónde vamos?

- Ya verás... – le respondió la vampira con sarcasmo. Riddle le sonrió con maldad y tomo su mano. – Realmente no deberías ser tan confiado... - le dijo la vampira con voz burlona. – El mundo es un lugar peligroso... - Y los desaparecieron con un fuerte "crac".

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¡Nuevo capítulo! Espero les haya gustado, me ha costado avanzar ya que estoy en la parte final de la historia, pero ya verán se vienen increíbles sorpresas! Espero ansiosa sus comentarios. ¡Nos vemos en 3 semana con otro capítulo!  

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