Corrompiendo tu alma negra

Por FloreWood

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[Trilogía de Fanfics: Primera parte] "Albus, no tratare de redimir a alguien como él. No creo ser el mejor ej... Más

¡Te doy la bienvenida!
Sinopsis
Capítulo 1: Tu mejor opción
Capítulo 2: Llegada
Capítulo 3: ¿Quién eres realmente?
Capítulo 4: Elección
Capítulo 5: Conociendo a la nueva alumna
Capítulo 6: Te odio
Capítulo 7: Plan en marcha
Capítulo 8: Demuestra tu destreza
Capítulo 9: Sangre mágica
Capítulo 10: Perdiendo un poco el control
Capítulo 11: Quidditch
Capítulo 12: Primera reunión entre el grupo selecto
Capítulo 13: Club de las eminencias
Capítulo 14: La marca tenebrosa
Capítulo 15: El peón de sus planes
Capítulo 16: ¿Cordialidad y confianza?
Capítulo 17: Decepción
Capítulo 18: Nuevas reacciones
Capítulo 19: Respuestas
Capítulo 21: Después de la tormenta
Capítulo 22: Rompiendo promesas
Capítulo 23: La Cámara secreta
Capítulo 24: Salvándote
Epílogo
PROXIMAMENTE

Capítulo 20: El ataque

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Por FloreWood

Riddle había visto el miedo y el terror en varios rostros a lo largo de su corta vida, pero no esperó encontrarse con la emoción que llenó la cara de Deanoff: pena.

¿Por qué ponía esa expresión? ¿Acaso no le aterraba el hecho de que hubiera matado a alguien?

- ¿Por qué?

El mago dejó de sonreír.

- ¿Por qué, qué?

- ¿Por qué lo mataste? - le preguntó la bruja.

Riddle se quedó varios segundos en silencio sin dar crédito a la pregunta, pero tras un largo suspiro respondió con el rostro serio.

- Él sabía que yo existía, pero aun así eligió abandonarme a mi suerte. Al encontrarlo y verlo con una familia formada y feliz, lo odié. Había descubierto, a la vez, que por parte de la familia de mi madre soy descendiente de Salazar Slytherin, pero lo que quedaba de dicho linaje no era más que la escoria de lo que alguna vez fue una familia de sangre limpia. No los necesitaba, como tampoco a mi padre, un muggle sin valor... - Su tono de voz se fue cargando de odio a medida en que hablaba.

- ¿Cómo no te encarcelaron por asesinato? - le interrumpió Valerie.

El mago le sonrió con infinita maldad.

- Porque le borré la memoria a mi tío, o lo que quedaba de él y al ser el único mago presente en la zona fue declarado culpable.

La vampira abrió los ojos sorprendida, pues ese detalle Dumbledore no se lo había comentado y no supo que decir. Ante el silencio de la bruja, el mago rio con maldad, pero la mirada de decepción en el rostro de ella lo obligó a callar.

- ¿Por qué me miras así?

- ¿Mirarte de qué forma? - le preguntó ella, extrañada.

El mago gruñó, molesto consigo mismo por haber preguntado aquello.

- Dime lo que piensas, ahora.

Ella resopló, pero todavía con la mirada de pena en sus ojos.

- Encuentro triste que hayas asesinado a quienes son tu familia, pese a que no hayan sido las mejores personas contigo... No les diste ninguna oportunidad de conocerte o conocerlos.

- No seas ilusa - le interrumpió él. - Ellos jamás quisieron conocerme...

- ¿Cómo sabes que estaban al tanto de tu existencia? ¿Y si no sabían quién eras?

- Eso ya no importa, ya está hecho.

La vampira se encogió de hombros, sin decir nada más, estaba sorprendida igual forma de que el mago le hubiera confesado la verdad sobre sus actos.

Ambos se quedaron en silencio unos minutos.

- ¿Alguna otra pregunta? - preguntó la bruja.

Riddle observó con atención esos ojos cafés, barajando varias opciones y finalmente decidió preguntarle sobre un tema crucial para él.

"Hay que ver cuál es su opinión y conocimiento frente al tema".

- ¿Qué piensas sobre la inmortalidad? - le preguntó súbitamente.

Valerie frunció el ceño ya que no esperaba que llegaran a conversar dicho tema, por lo que tendría que ser cautelosa en sus respuestas, después de todo: ¿quién mejor conoce la inmortalidad que alguien inmortal?

- Es un deseo que los humanos fantasean, incluso los magos... Considero que es una ambición imposible de conseguir y a su vez solitaria.

- ¿Solitaria? - preguntó extrañado Riddle.

- Pues si... Ir viendo como las personas que quieres mueren con el tiempo, pero tú te mantienes vivo... Ver cómo cambia el mundo, pero no poder formar lazos con nadie... Debe ser un precio alto que pagar al ser inmortal - para su sorpresa, Riddle comenzó a reír. - ¿Qué es lo que te causa tanta gracia? - le preguntó dedicándole una mirada molesta.

El mago se le acercó y le acarició el rostro con suavidad mientras le sonreía.

- Me hace gracia que a veces tengas pensamientos tan inocentes... Como si de verdad eso fuera lo que importara... - Valerie alejó su mano de su rostro, molesta.

- No soy ilusa, solo estaba siendo sincera...

El mago volvió a reír, pero ante la mirada de odio de la bruja se encogió de hombros, restándole importancia.

- ¿Qué piensas tú, entonces, sobre la inmortalidad? - le preguntó todavía molesta la vampira.

Riddle la miró con intensidad y se puso de pie, pero se agachó a la altura de la bruja, quedando ambos frente a frente, le tomó una muñeca con fuerza y con un dedo le bajo la manga de su camisa para recorrerle la marca tenebrosa que tenía en su antebrazo.

- Yo me volveré inmortal, Deanoff, es un hecho.

- ¿Y cómo pretendes hacerlo? - preguntó incomoda por la intensa mirada del mago, quien no había soltado su muñeca y seguía acariciando su antebrazo de manera lenta.

- Tengo varías opciones en mente, pero no creo que las compara contigo... - y le sonrió con sarcasmo.

- ¿No pretenderás crear horrocruxes? - le preguntó sin pensar la vampira, pero apenas las palabras abandonaron su boca se arrepintió.

El mago abrió los ojos sorprendido y le soltó la muñeca con brusquedad.

Valerie temió haber tocado un tema complejo con él.

"Todo depende de si efectivamente ya ha creado o no un horrocrux a estas alturas", pensó ella.

Riddle tragó en seco, anonadado, pues jamás pensó que alguien más podría tener conocimiento de algo tan oscuro y siniestro como aquello, pero después de todo, era Deanoff de quien estaba hablando.

Una siniestra sonrisa comenzó a formarse en sus labios.

- Me sorprendes, no pensé que alguien más estuviera al tanto de un hechizo tan oscuro...

- He aprendido muchas cosas de las que no me siento orgullosa - le interrumpió.

El mago asintió y se sentó junto a ella, ambos se quedaron en silencio.

- ¿Puedo hacerte una pregunta muy personal?

- ¿No es eso lo que hemos estado haciendo? - respondió con sarcasmo el mago.

- ¿Puedo o no?

- Solo si yo también puedo hacer una pregunta de igual calibre - le contestó él con maldad.

La vampira supo que era un precio justo, por lo que asintió. Luego, miró con atención al mago que estaba a su lado, observando sus facciones con atención.

- ¿Has creado un horrocrux?

El mago alzó una ceja.

- ¿Eso esperas de mí?

- No cambies el tema, Riddle -

Él sonrió y se le acercó dejando pocos centímetros de distancia entre sus rostros, pero Valerie pese a su incomodidad no se movió.

- Pese a que me vi muy tentado a hacerlo con la muerte de mi padre... No, no lo hice...

Valerie abrió los ojos sorprendida, porque pese a todo lo que pensaba, le creía.

- Mi turno - Riddle se alejó de ella molesto. No comprendía bien porque le había confesado algo tan personal, pero de todas formas no se arrepentía. - ¿Has matado a alguien alguna vez?

El mago pudo ver como el semblante de la bruja se tensaba y apartaba la mirada. Ambos se quedaron en silencio por unos segundos, pero antes de que el mago pudiera insistirle en responder, ella lo interrumpió.

- He matado más veces de las que hubiera deseado... Cargo demasiada sangre ajena en mis manos.

Él se regocijó en saberlo, pero mantuvo su semblante serio ante la incomodidad de la bruja. Sin pensarlo, la atrajo hacia él y la abrazó, permitiéndole que apoyara su cabeza en su hombro.

- Creo que fueron suficientes preguntas por hoy... - mencionó Riddle y Valerie asintió.

Tras unos minutos, la vampira se separó del mago y le acarició el rostro.

- ¿Puedo pedirte algo?

Riddle tuvo que tragar en seco ante la intensa mirada que le estaba dirigiendo: una súplica enorme estaba marcada en aquellos ojos y no comprendía porque no podía negarse a ellos.

- Depende de que pidas - mintió él.

- Quiero que me prometas algo... - de nuevo esa suplicante mirada destruyó la estabilidad mental del mago y se maldijo por ser tan débil.

- ¿Qué cosa?

Valerie tomó ambas manos del mago y las acarició.

- Prométeme que no mataras a nadie más, por ahora... - Riddle le dirigió una mirada confusa. - Prométemelo. Tu podrás pedirme que te prometa lo que tú quieras, pero solo te pido esto...

Ella sabía el riesgo que podría conllevar algo así, pero estaba dispuesta a intentarlo.

El mago guardó silencio unos segundos. Él no estaba seguro de que no fuera a matar a alguien más en el futuro, sus planes eran radicales y a veces se debían realizar sacrificios, pero con total de tener de su lado a una bruja tan poderosa como ella, estaba dispuesto a prometerle algo así.

"Por ahora...", pensó él con maldad y sabiendo que todavía le quedaba cobrarle una promesa.

- Te lo prometo.

***

- Valerie... -

La vampira se dio vuelta encontrándose en la sala común con Malfoy el domingo por la noche. Ninguno de los dos se había dirigido la palabra durante el día, pero el rubio no quiso dejar las cosas así y aprovechó que ambos estaban solos.

- Abraxas... - la bruja miró incomoda a su amigo y notó el semblante de tristeza que intentaba ocultar.

- ¿Vas a continuar evitándome?

- Podría preguntarte lo mismo... - respondió ella mirándolo con pena.

El rubio se le acercó y tomó una de sus manos.

- Mi respuesta es no, y tampoco quiero pelear contigo... Me preocupe por ti y lamento si mis acciones no fueron las correctas.

- No es necesario, yo te traté mal y no merecías eso.

- He recibido peores tratos - Malfoy le guiñó el ojo.

- No quiero pelearme contigo - le interrumpió Valerie abrazándolo repentinamente. - No me gusta no tenerte cerca - y enterró su rostro en el pecho de su amigo.

Malfoy tensó el cuerpo ante su cercanía y palabras, pero se recordó que ella era solo su amiga y lo veía a él como un amigo, pese a eso le devolvió el abrazo aprovechando de apretarla contra él.

- Lo sé, soy una serpiente muy atractiva como para que no me desees a tu lado - el mago pudo sentir la risa de su amiga en su pecho y le acarició el pelo.

A lo lejos, en la oscuridad, Walburga observó a sus amigos y suspiró con una sonrisa en sus rostros. Le tranquilizaba la idea de que ambos se reconciliaran tan fácilmente.

Cuando estaba por retirarse a su habitación se percató de otra silueta que también observaba detenidamente la escena, para luego girarse y desaparecer tras la puerta de la pieza de hombres. Black se estremeció incomoda al ver como la silueta de Tom Riddle desaparecía sin hacer ruido.

***

Los días siguientes trajeron el inicio de abril.

El último fin de semana de marzo, Slytherin venció ampliamente a Ravenclaw, por lo que el siguiente enfrentamiento se realizaría a fines de ese mes entre gryffindor contra ravenclaw y finalmente a principios de mayo: hufflepuf contra slytherin. A su vez, las clases se volvieron intensas a medida que comenzaron a quedar pocos meses para el fin del año escolar.

El último sábado de abril, en la mañana, Valerie se dirigía con sus amigos hacia la sala común tras haber desayunado con la intención de estudiar para sus pruebas de la próxima semana. A su vez, había quedado con Riddle de terminar su trabajo de pociones durante la tarde de ese mismo día.

Mientras la vampira caminaba con Walburga y Abraxas hacia las mazmorras, se toparon con Riddle, quien saludo fríamente a Malfoy y Black, pero le dedico una coqueta sonrisa a Valerie y le guiñó el ojo. Abraxas no pudo evitar apretar los puños al ver como su amiga le regalaba una pequeña sonrisa amistosa al otro mago.

Antes de que todos ingresaran a su sala común, fueron interrumpidos por la presencia de Dumbledore.

- Buenos días alumnos.

- Buenos días, profesor - respondieron los cuatro.

- Señorita Deanoff ¿sería tan amable de acompañarme a mi oficina? Quisiera discutir unos asuntos sobre su último trabajo.

- Por supuesto profesor.

- ¡Perfecto! - tras lo cual se despidió del resto y avanzó tranquilamente seguido de la vampira que se despidió de sus amigos encogiéndose de hombros.

Malfoy y Black, acostumbrados a que Dumbledore conversara regularmente con su amiga no le dieron mayor importancia al asunto y entraron a la sala común, pero Riddle se quedó mirando con odio al profesor, molesto por la cercanía que parecía querer establecer con ella.

***

- ¿No crees que deberías inventar excusas mejores para que los demás alumnos no sospechen? - le preguntó con ironía Valerie a su amigo cuando tomó asiento en su despacho.

Una pequeña sonrisa se asomó en los labios de Dumbledore y negó con la cabeza.

- Continúo siendo un respetado profesor que conversa con una de las mejores alumnas de su generación. No veo nada malo en ello.

La vampira puso los ojos en blanco sonriendo.

- He notado que mantienes una muy buena relación con Tom. No quise molestar, pero no hemos conversado tranquilamente desde hace tiempo... - dijo Dumbledore cambiando de tema.

- Lo se... Lo lamento...

- No son necesarias tus disculpas -, le interrumpió el profesor. - Creo que mereces poder aprovechar la oportunidad de tener un año escolar un poco normal -, y le guiñó el ojo. - Ahora centrémonos en lo importante... ¿Cómo va todo con Tom? -

Valerie sonrió.

- Mejor, mucho mejor - y le resumió todo lo que habían conversado en el último tiempo y lo que el mago le había confesado.

Albus se asombró de la cercanía que la vampira poseía con el mago en aquellos momentos, pero se espantó ante los planes de inmortalidad que el joven tenía en mente, pese a que supiera que la vampira iba por buen camino al crear un lazo con Tom.

- Debo felicitarte, has logrado mucho en este poco tiempo. Estoy seguro de que mi yo del futuro estaría orgulloso de ti - le dijo el profesor con un tono amable y una mirada divertida pero cariñosa.

La bruja se encogió de hombros y le dedicó una sonrisa traviesa. Dumbledore, por su parte, continúo hablándole, pero de pronto la vampira dejó de prestarle atención al comenzar a recordar sucesos del futuro. Su cuerpo se tensó, percatándose de que había olvidado algo grave.

- ¡¿Qué fecha es?! - interrumpió a su amigo, alterada. Dumbledore la miró extrañada - ¿¡Qué fecha es!?

- 21 de abril - le respondió su amigo sin entender y ella abrió los ojos aterrada.

En la otra línea de la historia, dado que ella sabía lo que ocurriría por venir del futuro, el 21 de abril fue cuando ella le había salvado por primera vez la vida a Albus cuando él estaba de viaje por los fríos terrenos de Rusia. Al mismo tiempo, aquel mismo día había ocurrido un ataque a Hogwarts por parte de los seguidores de Grindelwald, quienes iban tras el profesor, pero fracasaron al no encontrarlo en el castillo. Pero esta vez, su amigo se encontraba en el lugar del inminente ataque.

Los sentidos de Valerie se agudizaron y miró con preocupación la gran ventana del despacho, ubicada detrás del escritorio del profesor. Y de repente lo sintió, una presencia peligrosa que se acercab con velocidad.

- ¡¡Cuidado!! - gritó ella y saltó a una velocidad inhumana agarrando a Dumbledore y lo alejó con rapidez de la ventana.

Albus sintió una presión horrorosa en su estómago cuando fue movido a tan alta velocidad, pero antes de que pudiera decir algo la ventana explotó en mil pedazos. La vampira cubrió con su cuerpo el cuerpo del mago para protegerlo de los vidrios que volaron por los aires. De lo que quedó de la ventana, ingresaron cuatro hileras de humo negras, de las cuales surgieron cuatro magos encapuchados en oscuras capas.

- Vaya, vaya, el prestigioso Albus Dumbledore se esconde detrás de una de sus alumnas... Que escena más patética... - escupió con odio el hombre más alto.

Por la forma en que los demás magos se movían, Valerie supuso que el hombre que habló era el líder.

- Walsh... - Dumbledore se separó un poco de la vampira. - ¿Qué haces acá?

- Eres el estorbo que queda en este colegio que impide nuestro avance total en Inglaterra.

- No deberías estar acá... - el semblante serio del profesor no daba un buen presentimiento.

- ¡No eres nadie para darnos ordenes! - siseó uno de los encapuchados.

- Gellert no atacaría Hogwarts, menos bajo mi presencia. Como su mano derecha, Walsh, estoy seguro de que no te ordenaría algo como esto.

El aludido se separó un poco del resto, pero mantuvo una postura tensa. Su voz resonó cargada de odio.

- Tienes demasiada influencia sobre él, no permitiré que seas la piedra que limite nuestro avance -.

Valerie y Dumbledore comprendieron el trasfondo de sus palabras: eliminar a Albus ya que Grindelwald no lo haría por ahora.

- Retírate Walsh, todo esto es innecesario y menos aquí.

- Pienso lo contrario... - El mago comenzó a acercarse y sacó su varita. Los demás encapuchados imitaron sus pasos. - ¿Qué mejor que acabar contigo en tu adorado templo de educación? Será el mensaje más poderoso que podremos dar. - Y levantó su varita con la intención de atacar.

Cuatro hechizos salieron volando en dirección a Dumbledore, pero antes de que él pudiera reaccionar, Valerie ya había sacado su varita y los protegió a ambos con un fuerte escudo.

Los cuatro encapuchados quedaron sorprendidos por la rápida respuesta, donde la vampira aprovechó para atacarlos.

- ¡Depulso! - gritó y los atacantes salieron volando contra la pared, pero la bruja sabía que se pondrían de pie rápidamente.

Albus ya tenía su varita en mano, pero antes de que pudiera atacar, Valerie lo tomó del brazo y corrió con él en dirección a lo que quedaba de la ventana.

- ¿¡Qué haces!?

- ¡Necesitamos un lugar más amplio y alejado del castillo para enfrentarlos! -le gritó ella y se lanzó al vacío con él.

Valerie se transportó en el aire hacia el suelo, pero apenas pusieron los pies en la tierra cuatro hileras de humo se dirigieron hacia ellos y una lluvia de hechizos comenzó a caer sobre ellos.

Esta vez, fue Dumbledore quien los protegió. Tomó la mano a la bruja y movió su varita con rapidez para realizar un contrataque, pero una fuerte explosión mandó a ambos volando por los aires.

Valerie, con su rapidez inhumana, se apareció cerca de su amigo y usó su cuerpo para atajarlo, mientras todavía volaban por los aires. Cayeron al suelo estrepitosamente, pero ella lo agarró con fuerza y percatándose de la cercanía de los magos que venían saltó y se lanzó contra las enormes ventanas del gran comedor.

Dumbledore cayó sobre una de las mesas de madera y Valerie rodó por el suelo, mientras los vidrios resonaban al romperse.

Los cuatros encapuchados entraron segundos después que ellos al gran comedor, pero Albus y Valerie ya estaban de pie.

Apenas los magos pusieron sus pies en el suelo, Valerie movió sus manos y la tierra comenzó a temblar, un cuadrado de tierra se formó bajo los pies de uno de los magos y salió volando por los aires. Los otros tres se alejaron sorprendidos y decidieron atacar al profesor, quien ya estaba preparado.

La vampira por su parte sintió como el brazalete que le había regalado Walburga le quemaba el antebrazo, por lo que supuso que era momento de aprender cuál era su utilidad.

El encapuchado que había enviado volando por los aires se había aparecido en el suelo, ileso, pero no tuvo tiempo de reaccionar cuando un lazo plateado se enredó en uno de sus pies, como si fuera un látigo. Valerie sonrió con maldad, percatándose de la eficiencia y fuerza del lazo que respondía a sus movimientos, por lo que tiró con fuerza y lanzó al mago contra la pared como si fuera un muñeco de trapo, quien con el choque quedó inconsciente.

La bruja se giró para observar como su amigo se batía de manera extraordinaria contra los otros tres magos, pero se percató que Walsh se acercaba al profesor por su espalda, levantando su varita y gritando - ¡Crucio!

- ¡¡Albus!!

Valerie corrió más rápido de lo que cualquier ojo humano pudiera ver y protegió a su amigo con su cuerpo, alcanzando a cubrir su propio rostro con su antebrazo izquierdo antes de que el hechizo la impactara.

- ¡¡¡¡Valerie!!!! - gritó Dumbledore cuando la vampira cayó al suelo y aguantó el peligroso maleficio por él.

La vampira gruñó y resistió uno de los maleficios más dolorosos que recordaba haber recibido.

***

Riddle ahogó un grito cuando un horrible dolor se apoderó de su antebrazo derecho, donde se encontraba su marca tenebrosa y juró escuchar en su cabeza un quejido de dolor de una voz que no era la suya.

Se tocó su marca con rapidez y cerró los ojos: una borrosa imagen se apoderó de su mente y vio a Dumbledore peleando con tres encapuchados y el cuerpo de una chica tirado en el suelo, mientras su rostro estaba crispado por el dolor.

Riddle abrió los ojos y de su boca se escapó un gemido.

- Valerie - dijo aterrado.

Se puso de pie rápidamente y un fuerte estruendo resonó en alguna parte del castillo.

Al mismo tiempo, Malfoy se había percatado del rostro de dolor que Riddle había expresado, pero tensó todo el cuerpo al ver su cara crisparse por la preocupación y escuchar cómo se escapaba el nombre de su amiga de sus labios.

Otro estruendo resonó en el castillo y el rubio supo, que fuera lo que fuera que estuviera ocurriendo, que Riddle sabía lo que era y de alguna forma Valerie estaba en peligro.

Riddle se dirigió con rapidez a la puerta de la sala común y se encontró con que Malfoy le seguía los talones.

Hay veces, en que las miradas dicen más que las palabras, y cuando ambos magos se observaron supieron que entre ambos compartían la misma preocupación y determinación. Los dos salieron corriendo y Riddle guió el camino hacia el gran comedor.

***

Albus Dumbledore siempre se destacó por ser un hombre y mago de grandes capacidades, pero de personalidad tranquila. Eran pocas las veces en que ciertas emociones se apoderaban de él con gran intensidad que lo llevaran a perder un poco el control. Pero en el momento en que vio el rostro de dolor de la joven vampira que lo había protegido de un poderoso maleficio, la ira y la preocupación se apoderaron de cada fibra de su cuerpo.

Moviendo su varita con rapidez, alejó a los tres magos hacia el otro extremo del salón y se acercó hacia la bruja que yacía en el suelo. Pero, ella se puso de pie sin su ayuda, pero todavía con el rostro marcado por el dolor.

- Estoy bien... Gracias Albus... - le dijo con una pequeña sonrisa. - Démosle una paliza a estos patéticos seguidores de Grindelwald -, y puso una mueca de maldad.

El profesor centró su atención en los encapuchados que comenzaban a acercárseles y todavía lleno de ira dijo - Walsh es mío... -

La vampira asintió y se dirigió hacia los otros dos magos, atacándolos sin piedad con diversos hechizos. Dumbledore por su parte comenzó un increíble enfrentamiento con el líder del grupo.

Valerie utilizó su brazalete nuevamente y atrapó a uno de los magos, lanzándolo contra una de las paredes, pero su compañero la atacó con varios hechizos peligrosos. La vampira saltó hacia una de las paredes del salón esquivando el ataque y con su velocidad inhumana corrió por la pared en dirección al encapuchado, quien la miró con terror al ver su innatural forma de moverse.

Los ojos de terror que la observaron despertaron la bestia que la vampira buscaba controlar, pero logró evitar dejarse llevar y atacó con un hechizo aturdidor, pero el mago fue más rápido y logró protegerse. A los pocos segundos fue secundado por su compañero que se había recuperado del golpe.

- No podrás contra nosotros niña -, le siseó uno de ellos. - Eres demasiado débil.

Valerie no les respondió, sino que se limitó en dedicarles una sonrisa mortífera y guardó su varita ante los sorprendidos ojos de los encapuchados.

- ¿¡Que pretendes!? ¿¡Te rindes!?

- ¡Solo cállate y mátala! - le gritó su compañero.

Ambos levantaron sus varitas, pero la vampira fue más rápida y formó dos bolas de fuego en sus manos y atacó a los magos con ella. Uno de ellos, logró esquivar el ataque, pero su compañero no contó con la misma suerte.

El mago que continuaba de pie comenzó a atacarla, pero ella esquivaba como si nada los hechizos o se protegía creando una barrera de fuego. Tras unos minutos así, la vampira se aburrió y atacó con todo al encapuchado, venciéndolo con facilidad. Pero de pronto, se percató que el compañero se había recuperado y se había puesto junto a Walsh para enfrenta a Dumbledore.

El profesor se movía con agilidad, pero se notaba que comenzaba a verse a acorralado por sus atacantes, y no se percató que el líder del grupo comenzaba a conjurar un hechizo mortal contra él.

- ¡Muere! - gritó Walsh.

- ¡¡NO!! - gritó Valerie corriendo hacia su amigo lo más rápido que pudo, sabiendo que si no lo protegía no sobreviviría.

Walsh había atacado con el lazo del diablo, un maleficio mortal. Ella se movió con gran velocidad y se percató que las puertas del gran comedor se abrieron con un gran estruendo, pero no tuvo tiempo de mirar quien ingresó.

La vampira logró llegar donde estaba su amigo y lo empujó segundos antes de que el maleficio lo impactara, el problema fue que ella lo recibió en su lugar.

Unas negras cuerdas se enroscaron en su cuerpo, pegando sus brazos contra su cuerpo e inmovilizando sus piernas. Ella sintió como sus fuerzas menguaban con sorprendente rapidez y se percató que el monstruo iba a tomar el control de su cuerpo. Aterrada y asumiendo el daño que le podría causar un maleficio de dicha envergadura, controló sus instintos y no se dejó llevar por la bestia que pretendía salir a la superficie. Pequeñas llamas salieron de la cuerda seguido de un grito agudo lleno de dolor y angustia.

***

Riddle y Malfoy llegaron lo más rápido que pudieron al gran comedor, donde se escuchaban fuertes ruidos de un enfrentamiento, pero las puertas cerradas les impedía el paso.

Bajo la curiosa mirada de varios alumnos que se aglomeraban en el lugar, intentaron ingresar al gran comedor, sin éxito.

- ¡Muévete! - le gritó Riddle a Malfoy y con un movimiento de su varita las puertas se abrieron con un fuerte portazo.

La escena ante sus ojos era impresionante. Dumbledore se batía con dos magos de manera extraordinaria y se percataron de que Valerie se encontraba bien, pero pocos segundos después la bruja corrió hacia el profesor y se vio atrapada en el ataque de uno de los encapuchados.

Cuando el grito de dolor perforó los oídos de los dos jóvenes magos que observaban la escena y vieron como la vampira caía de rodillas al suelo ocurrieron dos cosas.

Riddle nunca pensó sentir miedo y mucho menos por alguien que no fuera él. El grito de dolor de la bruja llenó sus oídos y se negó a aceptar que algo le pudiera ocurrir. Ella no podía sufrir de esa forma, nadie le pondría un pelo encima.

Malfoy, en cambio, jamás había experimentado tanto terror de manera tan intensa y su corazón se apretó de angustia al escuchar el alarido de dolor por parte de su amiga. Comenzó a sacar su varita, pero las acciones de Riddle se lo impidieron.

Tom Riddle se había llenado de odio y un deseo profundo por matar a quien se le pusiera enfrente. Sin pensarlo y con el rostro de dolor de Deanoff todavía en su cabeza, ingresó al gran comedor con rapidez y con la sola intención de hacer pagar a los responsables.

Para los ojos curiosos y aterrados de los demás alumnos que se asomaron, nunca pensaron ver una escena semejante.

Riddle avanzó con determinación. Se percató que uno de los encapuchados estaba fuera de combate, pero quedaban dos. Camino con velocidad hacia donde se encontraba Dumbledore y sin que ninguno se lo esperara los atacó sin piedad.

Uno de los encapuchados cayó al suelo gritando de dolor cuando el maleficio cruciatus le llegó en pleno pecho, pero Riddle no conforme lo atacó con otro maleficio dejándolo inconsciente. Se dio vuelta y se percató de las sorprendidas miradas de Dumbledore y el otro mago que había atacado a Deanoff.

La vampira, por su parte, yacía en el suelo y su cuerpo tiritaba por el dolor. Con los ojos entrecerrados observaba sorprendida el desenlace de la pelea.

El joven mago atacó, nuevamente, sin piedad a Walsh, quien intentó protegerse lo mejor que pudo.

La ferocidad de Riddle era asombrosa y su mirada cargada de odio espantaba a cualquiera, su mensaje era claro: no había nadie que lo detuviera.

Walsh cayó estrepitosamente al suelo luego de recibir un fuerte hechizo en su pecho, lo que soltó a Valerie del maleficio. Riddle, por su parte, se acercó a paso lento hacia el encapuchado, con la varita en alto.

- Te destruiré.

- ¡No! - Valerie se había arrastrado por el suelo y logró incorporarse un poco, apoyando sus manos en el suelo. - Tom, me lo prometiste... - y le dirigió una mirada de súplica.

Riddle tragó en seco, quedándose como piedra, sin saber qué hacer, pero de pronto Dumbledore apareció a su lado y con un movimiento de su varita dejó inconsciente a Walsh. Profesor y alumno se miraron con intensidad sin decir nada por unos segundos.

- Duele... - el tono de voz de la vampira hizo que los dos magos dejaran de mirarse y se giraran rápidamente hacia ella para percatarse que había perdido la conciencia.

***

Abraxas corrió rápidamente en dirección a su amiga, pero se detuvo cuando Riddle llegó antes y la tomo en sus brazos. Detrás de él se acercó Dumbledore con el semblante serio.

- Señor Malfoy, le ruego vaya lo más rápido que pueda e informe al director de lo ocurrido. A su vez, dígale que le comunique al profesor Slughorn que hay un peligroso mago inconsciente en mi despacho - le dijo Dumbledore con rapidez cuando lo tuvo en frente. - Señor Riddle, por favor lleve a la señorita a la enfermería lo más rápido que pueda.

Riddle miró al profesor, pues era primera vez en su vida que coincida en aquello que deseaba hacer. Con un simple movimiento de cabeza se llevó a la bruja en sus brazos fuera del gran comedor.

Malfoy tensó el cuerpo molesto, pero ante la intensa mirada de Dumbledore se apresuró a cumplir con su encargo.

***

Riddle caminó con rapidez e ingresó de manera estrepitosa a la enfermería. Ante la sorprendida mirada de la enfermera, depositó con suavidad el cuerpo de la bruja en una camilla y tomó asiento en la silla continua y dejó escapar un largo suspiro.

La enfermera, sin decir nada, se apresuró en realizar su trabajo, sorprendida de la intensa y preocupada mirada que el mago le dirigía a la bruja que yacía en la camilla.

Tras varios minutos de intenso trabajo, la enfermera le rogó a Riddle que se retirara pues debía realizar curaciones en el cuerpo de la bruja. A regañadientes, el mago se levantó y salió de la enfermería, pero solo iría a las cocinas a sacar algo de comida y volvería para cerciorarse de que la enfermera realizara bien su trabajo.

De pronto, un dolor agudo en su costado se hiso presente y el mago tuvo que apoyarse en la pared para no caer. Se revisó con rapidez y se percató de una horrible mancha negra que le apareció en su blanquecina piel. Se dio cuenta que uno de los maleficios del encapuchado lo había alcanzado, pero preso de su rabia y la adrenalina no se había percatado.

Con un gruñido de molestia uso su varita para aplicarse un hechizo que disminuyera su dolor, era una solución parche, pero en aquel momento su mente solo deseaba volver a la enfermería para quitarse esa sensación de miedo que todavía seguía presente en él.

***

Valerie sentía su cuerpo pesado y tenso, como si le hubiera pasado un tren por encima. Abrió los ojos con lentitud, confundida, percatándose de a poco donde se encontraba. Sintió que una de sus manos pesaba más que la otra y girando el rostro se topó una escena que no esperaba; Riddle dormía plácidamente apoyado en la camilla y aferraba una de sus manos como si deseara jamás soltarla.

Como si supiera que lo estaban observando, el mago se despertó con brusquedad topándose con la profunda pero somnolienta mirada de Deanoff.

- Tom... - dijo la vampira con un tono despacio, apretándole la mano con suavidad y le dedicó una pequeña y tímida sonrisa.

En ese momento, Tom Riddle supo que había perdido la batalla y no podía seguir mintiéndose. Todas las reglas que se había impuesto se rompieron dentro él, asumiendo, por fin, que sentía algo grande y muy profundo por la bruja que tenía en frente. Su nombre en sus labios despertó en él sensaciones que jamás había experimentado y supo que nunca más podría dejarla ir, que ella era suya y la deseaba desesperadamente a su lado.

Con desesperación se acercó hacia la vampira y plantó sus labios sobre los de ella, besándola con voracidad, pero segundos después, al sentir esos fríos y suaves labios bajó la velocidad y continuó el beso con suavidad.

La vampira se separó con lentitud confundida y sorprendida por el repentino acto, dedicándole una mirada confusa al mago. Pero él, pegó su frente con la de ella y respiró entrecortadamente.

- Riddle... ¿qué ocurre? - le preguntó la vampira.

El aludido sonrió con ironía, pero sin despegar su frente de la de ella, respondió - ¿Así que ahora soy Riddle?

- No entiendo... ¿Dije algo mal...? - dijo Valerie, pero fue interrumpida por una pequeña risa de parte del mago.

- Mi nombre suena bien en tus labios - respondió él, tras lo cual se separó de ella y la miró con intensidad.

Se quedaron unos segundos observándose mutuamente, pero el mago, sin poder evitarlo, comenzó a revisar las heridas de la vampira con minuciosidad.

- Riddle... Estoy bien - dijo después de unos minutos Valerie, incomoda ante la atención que él tenía sobre ella, pero el mago pareció no prestarle atención.

- Riddle.... Riddle... - suspiró y tomó el rostro del joven entre sus manos. - Tom... Estoy bien... -

El mago le dedicó una mirada cargada de emociones confusas y llenándose de ese poderoso deseo que sentía por ella intentó besarla de nuevo, pero esta vez la mano que ella le puso en el pecho lo detuvo.

- ¿Qué estás haciendo? - preguntó incomoda.

Riddle resopló molesto y tomándole las dos manos la acercó hacia él.

- Nunca más permitiré que mi bruja sea atacada de esa forma -.

- ¿Tu bruja?

- Sí, mi bruja. No sé qué has hecho conmigo, pero ya no puedo negarlo... No te logro sacar de mi cabeza y te necesito a mi lado. No aceptaré un no como respuesta.

- Vaya forma más sutil de decirme que sientes algo por mí...

- Tengo otras formas de decirlo... - tras lo cual se abalanzó sobre ella y la beso nuevamente, pero esta vez la vampira no se lo puso fácil. Le correspondió el beso por unos segundos, pero rompió rápidamente el contacto.

- ¿Y que conlleva que yo sea "tu bruja"? - le preguntó con sarcasmo ella.

Riddle levantó una ceja.

- Eres mía, no puedes estar con nadie más y estarás a mi lado, porque serás mi mano derecha - le respondió como si fuera lo más obvio.

- Y eso claramente se aplica a ti también ¿o me equivoco? - volvió a preguntar con sarcasmo la vampira.

El mago frunció el ceño.

- Si eso te deja tranquila, entonces sí.

Valerie se le acercó y puso el rostro serio.

- ¿Y qué ocurre con tus seguidores?

- ¿Qué tienen que ver ellos en esto?

- No todos son grandes fanáticos de mi presencia... Entenderás que la noticia de que estamos juntos puede que no les caiga bien.

- No me importa lo que ellos piensen - siseó él.

- ¿Estás seguro? Yo sé que mis amigos respetaran mi decisión... - dijo la vampira, pero el mago se mantuvo en silencio con rostro marcado por la molestia.

La bruja suspiró y con su mano acarició el rostro del mago.

"¿En qué momento todas las emociones que había experimentado la habían llevado a que este caprichoso joven me atrajera?" pensó.

- ¿Por qué no mejor dejamos esto entre nosotros? - preguntó.

- ¿Te avergüenzas de mí? - preguntó molesto el mago.

- No - le interrumpió ella. - Pero respetaré a que decidas cuando quieres hacer público que estamos juntos. Puedo notar tu molestia ante el tema de tus seguidores, así que lo dejo a tu criterio.

- Veo que aceptaste todo esto con facilidad.

- Te recuerdo que dijiste que no ibas a aceptar un no como respuesta.

- Pues, vaya forma de decir que también sientes algo por mi - le respondió con sarcasmo él.

Valerie sonrió con maldad.

- Tengo otras formas de decirlo... - y tomó el rostro de Riddle y lo besó sorpresivamente atrayéndolo hacia ella.

Riddle no pudo negarse y dejándose llevar se subió a la camilla sin despegar los labios de la boca de la vampira. Ahora que lo había aceptado y que ella estaría a su lado ¿Qué importaba caer en ciertas tentaciones carnales?

El mago no supo en que minuto su cuerpo se encontraba sobre el de la bruja, acariciando sus piernas y besándola con mayor intensidad. La vampira, por su parte se aferró a la espalda del joven, embriagándose en su olor. Podía sentir como el corazón de Riddle latía con furia y su temperatura subía, pero era incapaz de detenerse pues el olor de su sangre la tenía cegada.

De pronto, Riddle detuvo el beso abruptamente y rápidamente tomó ambas muñecas de la bruja, poniéndolas sobre su cabeza, y la dejó inmovilizada. Valerie le dedicó una mirada curiosa, pero el mago solo pudo notar sus labios llamándole y sus ojos cargados por el deseo. Se acercó a su cuello y comenzó a besarlo con desesperación, lo que hizo que la bruja emitiera un gemido de sorpresa.

- Valerie... - le susurró Riddle con la voz ronca y su cálido aliento chocando con su oreja. La vampira se sorprendió de oír su nombre salir de los labios de él.

- Valerie... - volvió a decir, repartiendo besos en su cuello y oreja. - Promete algo... - le susurro.

- ¿Qué cosa? - respondió la vampira suspirando y el mago sonrió al escucharla hablar así.

Riddle volvió a besar su cuello y la bruja se retorció bajo él.

- ¿Qué tengo que prometerte? - le dijo ella cerrando los ojos al sentir esos labios recorrer su oreja.

El mago la apretó más contra él - Prométeme que siempre estarás a mi lado... -

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¡¡Hola, he vuelto! No los había olvidado, pero el regreso a clases me tiene muy muy ocupada, pero no pienso dejar esta historia sin terminar.

Me comprometo a subir los capítulos que van faltando cada dos o tres semanas (pido su paciencia porque de verdad estoy con poco tiempo debido a la universidad). ¡Nos vamos acercando a el final y tengo varias sorpresas!

Espero sus comentarios con muchas ganas! :)

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