El Playboy tiene un Secreto...

By CheekyBrothers

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Todo empezó cuando descubrió su pequeño secreto. Aria había estado mintiendo y necesitaba arreglar la situaci... More

El Playboy tiene un Secreto
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24. Del cómo la verdad sale a la luz

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La cafetería estaba increíblemente silenciosa y lo único que podía oír era el molesto tic-tac del reloj colgado en la pared sobre mi cabeza. Era como un recordatorio de que mi tiempo de paz en esta escuela iba a tener un final inevitable. Me tomé mi tiempo para mirar a las personas a mi alrededor y una sensación incómoda sacudió todo mi cuerpo tan pronto como la adrenalina en mis venas comenzó a desaparecer y comencé a darme cuenta de lo que acababa de hacer. La voz tranquila comenzó a gritar en mi cabeza cuando mis ojos se posaron en varias personas observándome con desagradable expresión en sus caras.

¡Estúpida, estúpida, estúpida! ¿Estaba encima de la mesa, frente a todos mis compañeros, lista para compartir todos mis secretos y malas acciones? ¿Estaba preparada para enfrentar a todos, cuando en todo este tiempo hacía de todo menos decir la verdad? Santa mierda, seguramente no lo estaba y nunca me había sentido tan asustada en mi vida. Una vez más, hice algo sin pensar solo para arrepentirme más tarde. ¿Alguna vez iba a aprender de mis errores? Probablemente no. Forcé a mi cerebro a trabajar y rápidamente encontré la manera de escapar de la escena que había formado, pero solo había un pensamiento en mi cabeza: cancelar la misión y salir de allí lo más pronto posible.

Eso sonaba bien.

Gruñendo en voz alta, di un paso atrás y miré hacia atrás para no caerme de la mesa. Las miradas de todos eran demasiado para mí y tenía que huir de allí. Tenía que desaparecer. Miré con desesperación para encontrar la salida más cercana y luego lo vi, apoyado contra el marco de la puerta con los brazos cruzados y la expresión de sorpresa en su rostro. Parpadeó un par de veces cuando nuestros ojos se encontraron y enderezó su espalda, esperando mi explicación. Me mordí el labio inferior, pidiendo su ayuda y tratando de calmar mi corazón palpitante y luego, sorprendentemente, su expresión se suavizó. Jake inclinó su cabeza hacia un lado, mostrándome que me bajara de la mesa. Finalmente entendió lo que planeaba hacer y sabía que era demasiado para mí.

Debería sentirme mejor porque Jake entendía la situación y no me culparía por ser una cobarde. Debería sentirme mejor porque, sin importar qué, él todavía estaba dispuesto a apoyarme hasta el final. Pero la leve decepción que se reflejó en su rostro por apenas un segundo fue suficiente para que me sintiera avergonzada. Jake creía en mí, estaba haciendo todo lo posible para ayudarme en todo momento y me había equivocado. De nuevo. Parecía que eso era lo único de lo que era capaz: destruir y hacer todo más difícil para mí y para los que me rodeaban. Pero no quería ser así, ya no, no cuando Jake estaba contando conmigo.

Me giré cuando el comentario de alguien sobre perder el tiempo llegó a mis oídos y fijé los ojos en el suelo para evitar la mirada enojada y curiosa de las personas. Otros hicieron lo mismo y pronto la cafetería se llenó de fuertes demandas y ofensas hacia mi persona. Sabía lo que querían: una gran sensación, algo sobre lo que cotillear de nuevo. Cerré los ojos, tratando de reconciliar los últimos días y encontrar la mejor solución, si había alguna, porque cada movimiento parecía equivocado. Podría vivir feliz sin Walter, ocultándome la verdad. También podría aclarar la situación entre yo, él y Jake, lo que podría salvar su amistad y arruinar mi propia vida. La segunda opción parecía correcta, pero, ¿era de verdad lo suficientemente valiente como para hacerlo?

Levanté los ojos para mirar a Jake por última vez, buscando la respuesta que necesitaba desesperadamente. Él no desvió su mirada ni por un segundo, todavía me miraba con anticipación y cuando las comisuras de sus labios se levantaron perezosamente en señal silenciosa de que, fuera cual fuera la elección, haría que todo estaría bien, finalmente había tomado una decisión. Respiré profundamente y me volví para enfrentar a la multitud, lista para darles lo que querían, dispuesta a mentir por última vez en mi vida. No por mi propio bien, sino por Jake y Walter. Por su amistad.

- ¿De verdad vas a decir algo? ¿O vas a quedarte ahí como una idiota?

Giré a mi izquierda para ver a una chica sentada con los brazos cruzados y el ceño fruncido. La reconocí casi de inmediato, esa era la misma chica con la que choqué hacía unas semanas, arruinándole la falda con el café. Ese día Walter dijo que yo era su novia frente a todos, poniendo toda mi vida patas arriba. Ahora era mi turno de hacer un pequeño espectáculo.

-Lo diré, si me dejas hablar en lugar de gritarme, -di un paso atrás, sorprendida por mi pequeño arrebato más que por el hecho de que mi voz no temblaba en absoluto. O tal vez sí, pero estaba más centrada en qué decía que en cómo sonar. Algunas personas intercambiaron miradas divertidas, pero todos permanecieron en silencio, lo que me permitió decir lo que pensaba. Agarré el extremo de mi camiseta y apreté los dedos sobre el material, con la esperanza de que de alguna manera me ayudaría a superar esto lo más pronto posible sin desmayarme en el proceso. Caer de la mesa solo para aterrizar en mi cara frente a todos era lo último que deseaba.

-Bueno... -comencé dubitativamente, parpadeando nerviosamente cuando mi visión se volvió borrosa por demasiadas emociones. Mi corazón latía como si acabara de hacer más de 500 flexiones y tuve que inhalar y exhalar algunas veces para calmar mis nervios. Me enderecé para parecer más valiente y decidí continuar-. Seguramente todos ya sabéis que Walter y yo somos pareja. Bueno, la verdad es que no estamos saliendo. Nunca fuimos pareja, -y probablemente nunca lo seremos pero este hecho lo iba a guardar para mí. Me tomé mi tiempo para mirar a las caras de las personas y descubrir lo sorprendidas que estaban. Algunos me miraban con la boca abierta, algunos cuchicheaban y me señalaban con emoción. De hecho, era una gran sensación, algo que necesitaban para entretenerse durante sus aburridos días en clase. Parecía que les había dado lo que querían, ¿no?

- ¡Lo sabía! –Gritó la chica de antes, levantándose de la silla con orgullo y una sonrisa en su rostro-. Era imposible que Walter saliera con alguien como tú. ¿Qué le hiciste? ¿Le chantajeaste?

Alguien como yo, ¿eh? Hice un gran esfuerzo para ignorar su comentario sobre mi persona. Una vez más alguien dijo que no era lo suficientemente buena para Walter, que no valía su atención. Aunque no debería pensarlo dos veces, me dolía oírlo una y otra vez. ¿Quiénes eran esas personas para saber si realmente era apta para él? ¿Y qué significaba exactamente? ¿Qué mi nariz era demasiado grande para que coincidiera con la suya? ¿Qué tenías las piernas demasiado cortas para atraparlo durante las caminatas por el parque? ¿Qué simplemente era demasiado fea?

¿No era él quien debía decidir quién le sentaba mejor? Tenía suficiente gente juzgando a los demás.

-Sí, tienes razón, ¿quién saldría con alguien como yo? –apreté los dientes, apretando aún más los dedos en la camiseta, casi rasgándola. Ya me hice a la idea. Era hora de volver a mentir, por última vez. Walter se preocupaba por su reputación, ¿verdad? Solo tenía que hacer que se pareciera al estudiante agradable e inteligente que todos conocían. Tomé otra respiración profunda antes de volver a hablar-. Solo quería ser popular, ser tan admirada por todos como él. La verdad es que lo usé para llamar la atención y Walter fue lo suficientemente amable como para ayudarme.

Hubo un silencio de muerte al principio y les llevó más de un minuto entender lo que acababa de decir. Lo siguiente que escuché fue un montón de malas palabras que ni siquiera quería repetir. Me sorprendió la cantidad de palabrotas que ni siquiera sabía antes. Al menos ahora podría decir que reamente aprendí algo en esta escuela.

Tratando de ignorar el pequeño caos en la cafetería, miré hacia adelante para encontrar a Iris, pero mis ojos no podían encontrarla entre la multitud. Me giré para ver la puerta de salida detrás de mí y luego la sensación de miedo sacudió todo mi cuerpo, apretando mi estómago hasta el punto de que casi vomité.

Iris se había ido. Jake se había ido.

En la sala llena de gente, estaba sola.

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

Todo estaba bien.

Hice todo lo posible para creer en esas tres palabras, incluso si sonaban increíblemente ridículas teniendo en cuenta la situación con la que tenía que lidiar. Desde que decidí compartir una parte de mí mente con todos hacía unos días, mi vida había cambiado a algo que la gente llamaba vivir en el infierno. Ser constantemente humillada, ser golpeada en clase de gimnasia, escuchar a la gente queriendo que me muriera o desapareciera, o ser golpeada por objetos voladores como bolas de papel o comida no era algo a lo que estuviera acostumbrada. La situación era extrema, pero estaba bien con eso. Tenía que estarlo.

Pero después de tres días, no importaba cuánto tratara de convencerme, finalmente admití que no. Una vez más había fallado miserablemente. La crisis llegó el día anterior y terminé llorando histéricamente en los brazos de mi madre después de que ella me preguntara, con una preocupación escrita en su rostro, si todo estaba bien. Por supuesto, no tardó en darse cuenta de que no solo estaba teniendo un mal día, incluso si no decía una sola palabra sobre la situación en clase. Los padres tenían ese sentido que les informaba cuando el mundo de sus hijos se derrumbaba. El mío ya estaba destruido y probablemente le dolió verlo. Me sorprendió mucho lo abrumador que se sentía estar sola durante las clases y en los almuerzos, cuánto anhelaba mis conversaciones con Iris, que ahora también me odiaba, cuándo necesitaba el apoyo de Jake después de que decidiera desaparecer.

Cuánto extrañaba a Walter.

Tal vez es por eso que el mensaje que recibí de mi madre por la mañana realmente no me asustó, como siempre lo hacía. De hecho, sentí algún tipo de consuelo y alivio que no pude encontrar en los últimos días.

Apartando el libro de matemáticas, estiré los brazos doloridos, mirando a mí alrededor solo para darme cuenta de que estaba sola en la biblioteca. Bueno, casi sola porque una pareja estaba detrás en la estantería sobre la Segunda Guerra Mundial. Puse los ojos en la última página que estaba mirando, distrayéndome de la vista desagradable, y me di cuenta de inmediato que no recordaba nada de nada, aunque lo estuve leyendo durante más de treinta minutos. Maldita sea, en estos días tenía peor concentración que un pez dorado.

Suspirando pesadamente, recogí las cosas, las puse en la mochila y decidí pasar el resto del descanso en el patio. Estudiar era inútil de todos modos así que al menos podría tomar un poco de aire fresco en lugar de estar sentada en la biblioteca mal ventilada. Me dirigí a la entrada principal, pasando por la sección de historia y los mismos adolescentes que estaban ocupados intercambiando saliva, y cuando puse la mano en el pomo de la puerta alguien empujó la puerta antes de que tuviera la oportunidad de hacerlo yo. Di un paso atrás para evitar que me golpearan en la cara. El tipo que apareció frente a mí, me lanzó una mirada desagradable y fijó sus ojos en la pareja que estaba detrás de mí.

- ¡Dejadlo para después! –gritó a pesar del hecho de que estábamos en la biblioteca, obviamente ignorando un gran cartel colgado en la pared junto a él, en donde estaba escrita en letras mayúscula la palabra "silencio". Cuando la chica se las arregló para separarse de su novio, mirando con las cejas furiosamente fruncidas, el tipo que abrió la puerta sonrió con satisfacción antes de volver a hablar-. Jake y Walter están peleando en el gimnasio, seguramente no querrás perdértelo.

¡Mierda!

Un escalofrío estremeció mi cuerpo. ¿Acababa de escuchar correctamente? ¿Estaba diciendo la verdad? No podía decir si estaba más sorprendida por el hecho de que esos dos estaban en la escuela o que se estaban pegando. Pero Jake peleando con Walter sonaba ridículo. Eran amigos, ¿no? No había ninguna razón para que esos dos se lastimaran. ¿Era... culpa mía otra vez? Sin pensar mucho, corrí por el pasillo hacia el segundo piso donde estaba el gimnasio. Tenía que descubrir qué estaba pasando y evitar que hicieran algo estúpido, algo de lo que se arrepentirían más tarde.

Respirando apenas, corrí a la gran sala a mi derecha, el gimnasio, que ya se estaba llenando con estudiantes curiosos. Y en el medio los encontré, rodeados por unos diez chicos de la clase de Walter a dos metros de distancia, pero sin dejar de vigilarlos, por las dudas. Forzando mi camino al frente, tomé el tiempo para estudiar sus caras en busca de posibles lesiones, tratando de encontrar de qué estaban hablando. Las primeras cosas que llegaron a mis oídos sonaron como "eres un completo idiota" y "despierta ya, idiota", pero debido a que Jake y Walter todavía estaban demasiado lejos de mí, no estaba segura de si los había escuchado correctamente. No peleaban, pero la incómoda tensión flotaba en el aire. No se veía bien.

Después de un momento de luchar con la multitud, finalmente logré estar en el frente solo para ver todo de cerca. Jake y Walter estaban utilizando ropa de baloncesto y probablemente tuvieron una discusión durante el partido. No pude evitarlo y fijé mis ojos en Walter, de alguna manera feliz de volver a verlo. La camiseta que llevaba puesta, exponía sus brazos y un poco de la piel de sus costillas cada vez que gesticulaba furiosamente. Había una pelota en su mano derecha. Se veía espléndido, como siempre, pero no era el mejor momento para admirar su apariencia.

-Mantén el pasado en el pasado, Walter.

Era Jake y no parecía tranquilo y alegre. Giré la cabeza para verlo y me quedé sin aliento de inmediato. Nunca lo vi así de enfadado. Estaba respirando pesadamente, con el ceño fruncido deformando su bonita cara, los ojos entrecerrados por la ira.

-Aprende de ello y deja de actuar como una víctima porque no eres el único, -continuó Jake con un tono hostil, dando unos pasos más cerca de Walter-. Me dijiste que tenía miedo de estar sola, ¿recuerdas? Y ahora eres el único que la empuja a hacer cosas fuerza de su zona de confort. ¡Ahora está sufriendo solo por ti, porque quería ayudarte y no te importa nada!

Walter le entregó el balón con tanta fuerza que Jake tuvo que dar un paso atrás para mantener el equilibrio. –Si tanto te preocupas por ella, puedes quedártela. Esto es lo que quieres, ¿verdad? –Murmuró entre dientes-. Sabes que solo estaba jugando con ella desde el principio, así que para, esa mierda de ser el culpable no funciona conmigo.

- ¿Cómo podría y...?

-Cállate Jake, antes de que pierda mi paciencia. Esta charla ha terminado y será mejor que nunca más vuelvas a mencionarla.

Y luego Walter se giró para encontrarse conmigo cara a cara. Se detuvo bruscamente. Parpadeó un par de veces, tratando de recuperar la compostura, aún con los ojos bien abiertos.

Miré detrás de él para ver a Jake. Se sentía mal, podía ver fácilmente el arrepentimiento comerlo desde adentro. Supe enseguida que estaban hablando de mí. Al menos ahora sabía la verdad. Esta era probablemente la peor forma posible de descubrir lo que Walter pensaba de mí, pero oye, ¿no era yo la chica con el "mejor" momento de la historia?

Walter finalmente exhaló, pasándose una mano por el pelo. - ¿Qué haces aquí?

Eso no sonaba bien. Encontré su pregunta fuera de lugar y resoplé en voz alta, volteando mi cara cuando las lágrimas comenzaron a juntarse en las comisuras de mis ojos. Tenía que soportarlo sin importar nada. Solo sé fuerte, Aria. Sé fuerte.

- ¿Estudiando? –dije bruscamente, aún con los ojos fijos en el suelo.

-Aria, no es lo que piensas, -escuché la voz de Jake. Se estaba acercando, tratando de salvar la situación.

Walter se rió brevemente con ironía, cruzando los brazos. –Vamos, Jake. Es exactamente lo que ella piensa.

Tomé una respiración profunda, tratando de calmarme cuando la ira comenzó a llenarme desde dentro. ¿Cómo podía alguien ser tan cruel? ¿Cómo era posible que me gustara esta persona? Todo tenía sus límites y no estaba dispuesta a permanecer quieta y escuchar más insultos. Mi paciencia se había acabado oficialmente.

-Solo estoy perdiendo el tiempo contigo. No vales nada, -levanté los ojos para mirarlo con ira escrita en mi cara. Estaba enfada con él por tratarme como una basura sin la capacidad de sentir. Estaba enfadada conmigo misma por acercarme a él. ¿Cómo podría ser tan estúpida para pensar que nos estábamos haciendo amigos?

Me lanzó una mirada de advertencia, pero no me importó. Después, me dirigí a la puerta de salida, como si nada hubiera pasado. Fue gracioso cómo la gente reunida en el gimnasio daba un paso atrás para darme espacio para caminar. Cuando terminé en el pasillo otra vez, alguien agarró mi muñeca, haciéndome parar rápidamente. Me giré y vi a Jake, todavía sudoroso por el partido. Apartó un mechón de pelo de su frente y me miró preocupado.

Odiaba cuando estaba preocupado. Odiaba verlo pelear debido a mi estupidez y la incapacidad de Walter de vivir en la sociedad.

-Lo siento por él, -dijo rápido y le dolió oírlo de él porque era la última persona que debería disculparse-. Es todo culpa mía, no sabe lo que...

-Está bien, -le interrumpí, tratando de darle una cálida sonrisa-. Una semana más y ya no importará.

Jake soltó mi mano y enderezó su espalda, frunciendo el ceño con concentración. Hubo una larga pausa antes de que decidiera hablar de nuevo. - ¿Qué quieres decir?

Los incidentes de los últimos días aparecieron frente a mis ojos, haciéndome sentir como si estuviera viendo una película. Recordé el mensaje que recibí esta mañana de mi madre y miré a Jake. De repente, me sentí avergonzada y asustada. ¿Cómo reaccionaría al escuchar lo que tenía que decir? ¿Creerá que estaba escapando? ¿Me odiará por dejarle todo este desorden?

Exhalé, masajeándome las sienes, manteniendo los ojos cerrados por un momento. Si iba a contarle a alguien, Jake era esa persona que debía saberlo.

-Me voy la semana que viene, Jake. Me mudo.

  ▬▬▬▬❀▬▬▬▬  

Okay, yo creo que el maratón ya se ha terminado. No se pueden quejar porque últimamente he estado subiendo seguido (os lo debía) y además los capítulos me han salido interesantes, al menos desde mi punto de vista xD.

¿Qué opináis del capítulo? ¿Os ha gustado? Espero que sí. ¿Qué sucederá ahora que Aria se va a marchar? ¿Os imagináis algo bueno o malo?

Os voy a contar algo, y es, que aproximadamente quedan 9 nueve capítulos para el final. Todavía es bastante. Y también quería decirles que me voy a proponer actualizar los domingos, ya saben que había dicho que subiría los sábados, pero me he dado cuenta de que he llevado un par de semanas actualizando los domingos, entonces... en fin, eso.

Ustedes disfruten con la lectura y nos vemos la próxima semana.

PD: he cambiado la portada, de nuevo. Por si no se habían fijado xD.

PD2: si no lo saben, cuando termine esta historia, estaré publicando un libro que formará parte de la serie playboy, saldrán algunos personajes y la protagonista es un personaje de este libro. Y eso.

VIVA LA PUBLICIDAD

Cheeky Love, xx

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