"¿Tenés algo?"
"Nada. Ahora estaban empezando a editar".
Jazmín hizo una mueca de molestia. Pensó que tal vez se habrían quedado trabajando durante la noche, preparando aunque sea un poco del material para tener un primer vistazo de lo que sería el primer capítulo. Estaba ansiosa. No era inusual, le solía pasar. Pero sus nervios provenían de otro lado esta vez. Le preocupaba que el producto final no fuera justo con Florencia. Incluso antes de verlo, ya estaba preparada para defenderla.
"¿Me avisas cuando haya algo?"
"Si, te aviso, quedate tranqui", le dijo Damián y se fue a empezar su día. Todavía no eran ni las siete de la mañana, pero su trabajo requería pocas horas de sueño. No le molestaba tanto a Jazmín. Solía sufrir de insomnio, así que era buena adaptándose. Mientras tomaba de su taza de té, Jazmín revisó el itinerario. Podía llegar a ser divertido. Salió del tráiler en donde había estado charlando con Damián y se dirigió a la cabaña de Flor. Era hora de despertarla.
Tocó en su puerta tres veces, pero, cuando nadie contestó, se mandó derecho. Jazmín tenía todas las llaves. "¡Arriba, bella durmiente!" dijo. Sin embargo, se frenó apenas vio a Flor en la cama. Estaba despatarrada y enredada en las sabanas, con el pelo para todos lados. Dormía como una nena chiquita, le pareció a Jazmín. También entendió, en ese momento, que tal vez entrar sin preguntar, cosa que solía hacer todo el tiempo mientras trabajaba, no era lo correcto.
De todas maneras, ya estaba ahí, así que su nueva regla iba a tener que esperar hasta mañana. "¡Flor, arriba!" dijo mientras se movía a correr las cortinas y dejar que la claridad entrara al cuarto.
"Mmm, ¿Jazmín?" preguntó Flor, moviéndose en la cama con pereza.
"Te traje café", le dijo, apoyando el vaso descartable sobre su mesita de luz, pero evitando mirarla.
"Es muy temprano".
"Si. Arrancamos temprano. ¿No te dijeron?"
"No sé", dijo Flor, que seguía moviéndose en la cama.
"Vamos, vamos" insistió Jazmín, sentándose en el sillón y volviendo a mirar el itinerario. Sintió a Flor por fin levantarse unos minutos después y escuchó la puerta del baño cerrarse con más fuerza de la necesaria. Alguien no era fan de levantarse temprano.
Dejó escapar una risa. Había algo muy adorable acerca de Flor y eso no se podía negar. Cuando salió del baño, todavía luciendo como si quisiera seguir durmiendo, Jazmín señaló el café que había dejado para ella con su dedo. "Café", le indicó, sin levantar la mirada de los papeles que había traído con ella.
"¿Todos los días se arranca así de temprano?"
"Sip".
"Ugh", se quejó Flor y Jazmín la sintió moverse hasta que se había sentado en la mesita ratona frente al sillón. "Es muy temprano".
"Bueno, pero si todo sale bien, hoy no estamos terminando tan tarde", le dijo, esperando con eso hacerla sentir mejor. "¿Te cuento que nos toca?" Flor asintió. Se la veía algo entusiasmada. "Bueno, a las nueve vamos a ir a la casa de los chicos para grabar el comienzo del capítulo, donde vas a tener que explicar como viene la mano. Hoy vamos a tener dos citas, el grupo de diez separado en cinco y cinco de manera random".
"¿O sea como la producción piense que se van a generar más cosas?"
Jazmín se tomó un minuto para mirarla. "Es gracioso, porque ayer te enojaste cuando te dije que esto era un juego, pero me parece que vos lo entendés mejor que nadie".
"Es lógica", le respondió, tratando de desviar el tema.
"Es interesante", contestó Jazmín. "Para mí". Se miraron a los ojos por un segundo más de lo que hubiera sido necesario, y después Jazmín volvió a mirar sus hojas. "En cada una de estas citas tenés que elegir a uno de los chicos para así tener dos citas individuales. Eso se filma mañana".
"Hmm".
"No te pongas nerviosa, Flor. Paso a paso, ¿si?"
Flor asintió, pero Jazmín se dio cuenta enseguida de que su mente ya estaba volando. Se levantó del sillón para sentarse a su lado en la mesa. Dudó un segundo en que hacer, pero finalmente posó su mano en el hombro de Flor. "De verdad", le dijo, "vas a estar bien. Te lo prometo".
Flor le sonrió pequeño, pero parecía estar otra vez allí con ella. "¿De qué son las citas hoy?"
"Bueno, con el primer grupo vas a una degustación de vinos".
"Para ver si alguno se va de copas y pasa algo interesante", agregó Flor, pero Jazmín no confirmó ni negó.
"Y con el segundo a una casa de té".
"Que seguro sean los más brutos, ¿no?"
"Señorita Estrella", comenzó Jazmín, cambiando la voz, "¿está usted demasiado interesada en el proceso de producción?"
Flor se rio. Se reía lindo, pensó Jazmín. "¿Y mañana? ¿Cómo son las citas individuales?"
"Bueno, mañana son dos citas que vas a elegir vos, diseñadas especialmente para pasar un buen momento con tus chicos".
"¿Si?"
Jazmín se rió. "Claro que no. Ya están elegidas". Flor también se rió y, por un momento, Jazmín se sintió como si no estuviera trabajando, pero pasando un momento divertido con una amiga. No podía permitirse esos lujos. Pero era demasiado fácil, con Flor. La conversación, la manera de comunicarse. Negando con la cabeza, se paró de la mesa. "Bueno, ahora en diez te traen el desayuno y en media hora te empiezan a preparar. Nos vemos en la casa", le dijo a modo de despedida. Y se fue.
*****
Jazmín no podía creer que tres de los cinco chicos ya estuvieran borrachos. Eran tipos grandes. En una degustación. En televisión. ¿Acaso no les daba vergüenza? Flor la miraba cada tanto, haciendo caras y gestos, buscando esa mirada cómplice. Pobre Flor, se merecía más que a esos papanatas. Por lo menos habían logrado filmar lo suficiente para editar algo que no dejara mal parado a los chicos. O por lo menos, no del todo. Algo del estado "alegre" de los chicos iba a quedar definitivamente dentro del producto terminado. Pero nada demasiado dañino.
Flor iba a elegir a Daniel para la cita a solas.
No habían tenido tiempo de hablarlo todavía, pero Jazmín estaba segura que así sería. Dentro de todo, era de los pocos que se había comportado más o menos decente. Claro que Flor no merecía conformarse con lo mínimo que un ser humano podía ser, pero también parecía que habían pegado onda. A Jazmín seguía sin gustarle. Pero no era necesario que a ella le gustara, claro.
Se acercó a Leo para ver que plano estaba tomando. Desde el control le indicaron que casi estaba y Jazmín levantó un pulgar en dirección a Flor, a modo de aliento. La chica le sonrió y revoleó los ojos en dirección a Franco, que seguía hablándole sin parar, aparentemente sin darse cuenta que Flor no estaba particularmente interesada. Jazmín pensaba que a veces Flor no se daba cuenta que absolutamente todo estaba grabado. Lo que significaba que cada cosa que hiciera frente a cámara podía terminar formando parte del programa. Debería recordárselo en algún momento.
Cortaron para retocar el maquillaje antes de filmar el anuncio de Flor acerca del ganador. Jazmín se acercó a ella para unas últimas indicaciones. "Ahora cuando anuncies al elegido, decí que te costó y que la pasaste muy bien y hacete la conflictuada por la decisión, ¿podrá ser?"
"¿Hacete? ¿Y si de verdad lo estoy?"
Jazmín se rió. "No lo estás. Vas a elegir a Dani".
"¿Cómo...?"
"Es mi superpoder. Saberlo todo", le dijo con una sonrisa. Con eso la dejó, para hablar con el director unas últimas cuestiones. A Flor se la notaba más relajada en cámara. Realmente parecía como si la decisión le hubiera costado un montón. Tenía algo de actriz, sí. Jazmín podía verlo. Una vez que terminaron, Jazmín la mandó rápido a vestuario. Se les había alargado la grabación y tenían que ya mismo grabar la otra cita.
En la casa de té hubo menos inconvenientes. La situación estaba más contenida. Federico se destacaba con claridad dentro del grupo. Se movía con mucha naturalidad en el ambiente y era bastante encantador. Un poco falso, sí. Pero por lejos el que más había logrado llamar la tención de Flor. Aunque Jazmín no veía una chispa romántica entre los dos. Y hacía mucho tiempo que se dedicaba a crear historias de amor, así que de eso sabía aunque sea un poco.
*****
Jazmín dejó escapar un suspiro largo y se sentó en los escalones de su cabaña. Se había sacado las zapatillas para que sus pies estuvieran en contacto con el pasto. Lo habían cortado esa misma mañana y algunas gotas de rocío hacían que estuviera húmedo y se sintiera fresco. Destapó la botella de whisky que había traído con ella y tomó directamente del pico. Ya podía sentir sus músculos comenzar a relajarse. Por alguna razón, se había sentido tensa durante todo el día, aunque nada había pasado que ameritara esa reacción.
En un principio, había pensado en invitar a Lolita a tomar con ella. Pero después lo había pensado y había decidido que prefería tomarse un ratito para ella sola. Ya había pasado todo el día llena de gente y pensaba que se merecía un descanso. Tomó otro sorbo, disfrutando del calor del alcohol al bajar por su garganta. Se movió del escalón para sentarse directamente sobre el pasto. Con su mano libre, recorrió la frescura de los cortos tallos.
A lo lejos, mientras volvía a tomar de la botella, pudo divisar una figura femenina que se acercaba a ella. ¿Tan difícil era tener un poquito de tranquilidad? Jazmín no pedía mucho, en general. ¿También le iban a negar esto? Tomó una vez más, asegurándose de que fuera un gran sorbo. Lo iba a necesitar si tenía que entablar una conversación e esa hora. Cerró los ojos, para disfrutar de ese último momento de soledad antes de que la interrumpieran.
Cuando los abrió, Florencia Estrella estaba parada frente a ella.
"No podés estar acá", fue lo primero que dijo, mirando para todos lados, tratando de ver si estaba con alguno de sus compañeros. Pero no, estaba sola.
"Me dijeron que me podía mover por el complejo".
"Pero no a esta hora. Mañana madrugas. Volvé a la cama", le contestó, aunque no pudo evitar la pequeña sonrisa que se había formado en sus labios.
"¿Eso es whisky?" preguntó Flor, ignorándola. Jazmín escondió la botella detrás de su espalda y negó con la cabeza. Flor se rió. "¿No me compartís un poquito?"
"No", respondió. "Tengo prohibido darle alcohol a los participantes", le explicó. Flor asintió, pero de todas maneras se sentó junto a ella sobre el pasto. "¿Qué hacés acá?"
"No me podía dormir y estaba en la ventana y me pareció que eras vos".
"No tendrías que estar acá", le volvió a decir Jaz.
"No estoy haciendo nada malo".
Jazmín bufó, pero no molesta con Flor. Estaba más bien molesta con ella misma, por permitirle a Flor doblar tantas de las reglas que ella debería estar imponiendo. Mirando para todos lados, simplemente le pasó la botella. Flor sonrió triunfante y tomó un trago largo. Jazmín dejó escapar un silbido, sorprendida.
"Chiquitita pero poderosa, eh" le dijo, aunque se arrepintió al instante. El alcohol ya estaba haciéndole efecto, era claro.
"Te sorprendí, ¿viste?" le dijo antes de tomar otra vez y pasarle la botella a Jazmín.
Flor la sorprendía todo el tiempo, en realidad. Cuando la conoció, había pensado que le había sacado la ficha por completo, pero no había tardado mucho en darse cuenta que la chica era para nada como lo había esperado. Hacía que todo fuera un poco más emocionante, no saber con qué iba a saltar. A Jazmín le gustaba. La sensación. Le gustaba la sensación.
"Necesitaba esto", le dijo Flor, estirando su brazo para que Jazmín volviera darle la botella. "Relajar un poco".
"Estas siempre como muy tensa, ¿no?"
"Si", respondió y volvió a tomar. "Imaginate que con esto, el doble".
"Lo estás haciendo bien", tuvo la necesidad de decirle Jazmín. Flor bajó la mirada, como avergonzada. Pero estaba oscuro y el whisky era fuerte, por lo que Jazmín no podía estar segura.
"Gracias. Por todo. Me ayudas un montón".
"No es nada, Flor", le dijo. "Es mi trabajo", repitió. Sentía como si también tuviera que repetírselo a sí misma.
"Este es un muy buen whisky".
"Ya sé", dijo Jazmín y agarró la botella de la mano de Flor. "No te voy a dejar que te lo tomes toda, eh".
"Eh, ¿pero no es que vos trabajás para mí? ¿No incluye eso tenerme conforme a toda hora?"
"Ah, pero que rápido que se está adaptando a este negocio, señorita Estrella", contestó Jazmín, tratando de no pensar demasiado en sus palabras.
Flor dejó escapar una carcajada grande, tirando la cabeza para atrás. Jazmín se sumó a la risa, contenta de haberla hecho reír. "Sos muy graciosa", le dijo Flor. Jazmín negó con la cabeza.
"Creo que te está pegando el whisky, eh".
"No, posta. Es como re fácil hablar con vos. Y sos así re graciosa".
"Vos también", respondió Jazmín. Quería desviar la conversación. Por alguna razón, se había empezado a sentir algo incómoda.
"Callate. Tengo un miedo que me echen por aburrida".
"Y dale con eso", le dijo Jazmín y volvió a tomar. "Sos una mina super interesante".
"¿De verdad?" Jazmín asintió. "Ay, significa un montón para mí que digas eso porque vos sos como re canchera y copada y así como, ¿viste? Como así. Y que pienses que yo soy interesante es como re wooow".
"Ay, no, Flor. Lo que yo piense no importa. Lo que piense nadie importa", le dijo, aunque ya le estaba costando hilvanar oraciones.
"Bueno, pero igual", le dijo, sin mirarla y jugando con el pasto, "me gusta que pienses que soy interesante".
Jazmín se tomó algunos segundos para tratar de acomodar en su cabeza lo que Flor le había dicho. Ya la había dejado estar allí por más de lo que debería. Estaba a punto de decirle que era hora de volver a su habitación cuando Flor habló.
"¿Eso es un tatuaje?" preguntó apuntando con su dedo a su pie.
"Si".
"¿Gracias? ¿Te tatuaste gracias?" preguntó antes de echarse a reír.
"Eu", respondió Jazmín, entre ofendida y entretenida.
"No, igual no te lo digo mal, eh. Es curioso".
"Claro, si, curioso".
Flor se quedó mirando su pie por unos segundos más y, cuando volvió su mirada hacia ella, era claro que quería hacerle una pregunta.
"¿Qué?" le preguntó Jazmín. Pensaba que le iba a preguntar acerca del significado del tatuaje, pero, una vez más, Flor la sorprendió.
"¿Puedo tocar?" dijo, con el dedo todavía señalando su tatuaje.
No. Era claro que Jazmín tenía que decirle que no. Sería extraño. Inapropiado, casi. La miró, esperando que ella también la mirase. Cuando lo hizo, Jazmín le respondió.
"Si".
Flor le sonrió y se movió, todavía sentada en el pasto, hasta que estuvo más cerca de ella. Después, con una lentitud increíble, acercó sus dedos al tatuaje. Cuando hizo contacto con su piel, Jazmín cerró los ojos. Los dedos de Flor se movían despacio, marcando las letras con las puntas.
"¿Tenés otros tatuajes?" le preguntó cuando dejó de tocarla.
"Si", le dijo y se paró inmediatamente. No podía dejar que Flor tocara esos tatuajes. Entre el movimiento brusco y el alcohol, Jazmín tambaleo en su lugar, algo mareada.
"¿Estás bien?" le preguntó Flor desde el piso.
"Si, si, perfecta. Pero es hora de irse a dormir", le explicó. Flor hizo puchero, pero Jaz extendió ambas manos para levantarla.
"Bueno", le dijo, tomando sus manos. Después, Jazmín hizo fuerza y entonces Flor estaba parada frente a ella, con una sonrisa distendida, clara consecuencia del whisky. Debería haberle dicho que se vaya, pero no lo hizo. Debería haberla soltado, pero tampoco lo hizo. Se la quedó mirando, mientras ella también la miraba y, por primera vez desde que se había enterado que Florencia Estrella sería la soltera codiciada del programa, Jazmín se permitió mirarla como a una mujer.
Recorrió su cara, su flequillo desarreglado, que la hacía ver más joven. Sus ojos brillantes. La recorrió con los ojos de arriba abajo. Absorbiendo todo lo que podía. La miró como no debía, no cuando Flor estaba ahí para encontrar el amor y ella para ayudarla.
Era muy linda.
Se separó de Flor abruptamente, dando tres pasos para atrás. Flor parpadeó varias veces y Jazmín no sabía si estaba sorprendida, o confundida, o qué. Un poco alcoholizada, seguramente.
"Es hora de..."
"Si", le dijo Flor, cortándola.
"¿Te acompaño?"
"No, yo puedo. Tampoco tomé tanto", le dijo.
"Bueno, pero te miro desde acá, ¿sí?"
"Si, mamá", le respondió Flor burlonamente y el comentario alivió un poco la tensión que Jazmín había comenzado a sentir en los últimos minutos. "Gracias por dejarme estar acá un ratito con vos".
Jazmín deseaba poder decirle que no era nada, que era su trabajo. Pero no pudo.