No te enamores de tu hermanas...

By AndreaSmithh

14M 703K 356K

[Historia finalista premios watty 2014] ¿Alguna vez has pensado que tu padre pudiera volver a enamorarse? ¿Y... More

No te enamores de tu hermanastro - Andrea Smith
Capitulo 1
Capitulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capitulo 20
Capítulo 21
Capitulo 22
Capítulo 23
Tentación
Premios Watty
¡ME VOY A ECUADOR Y MÉXICO! Noviembre / Diciembre 2018

Capítulo 7

523K 32.7K 20.7K
By AndreaSmithh

Puse resistencia con mis piernas a caminar hacia el coche, pero Jaden era inmensamente más fuerte que yo. A medida que nos acercábamos sus amigos dejaron de hablar entre ellos y, a través de los cristales del coche, aprecié como sus miradas se dirigían hacia nosotros y sus labios se transformaban en sonrisas socarronas. Diablos, podría darle a Jaden un puñetazo que la abriese la cara en dos de lo mucho que le odiaba en ese momento.

—No pienso entrar ahí dentro —Me negué en redondo cuando estuvimos a un metro de distancia del coche.

—No creo que tengas elección, Hale —se burló Jaden mientras Cody-cañonazo bajaba la ventanilla—. Me la debes.

—Yo no te debo nada —renegué, pero hizo caso omiso a mis palabras.

—Que pasa, parejita, ¿problemas en el paraíso?

Seguí el camino aquella voz, y me encontré con una cabeza pelirroja y pecosa pegada a la de Cody mirándonos claramente divertido mientras el rubio trataba de apartarle pegándole con la mano. Eché una última mirada de ruego a Jaden, pero éste solo me sonrió antes de dirigirse a sus amigos.

—Aquí mi hermanita se muestra un poco recelosa a venir con nosotros, ¿verdad que a vosotros os encantaría ayudarme?

Y dicho y hecho, el pelirrojo bajó del asiento trasero del coche de un salto seguido de otro chico asiático de pelo algo largo. Jadeé cuando ambos me rodearon, agarrándome cada uno de un brazo y tirando de mí hacia el coche mientras Jaden sonreía de oreja a oreja. Tuve la repentina idea de ponerme a gritar, ¡aquello decididamente podía considerarse como secuestro! Pero preferí no hacerlo, no quería llamar la atención de los padres de Gabrielle. Además, estaba segura de que ella estaría cotilleando por la ventana. Si no daba señales de vida en 24 horas, al menos alguien podría vengar mi muerte.

Me obligaron a entrar en la parte trasera del vehículo, con el chico moreno a un lado y el pelirrojo a otro, sin soltarme los brazos, aun riéndose y tratando de hablar conmigo.

—Oye, ¿tu color de pelo es natural? —Se interesó el pelirrojo, tirando de un mechón. Vaya, esa misma pregunta podría yo hacerle a él.

—Thai, Cameron, ¿de verdad hace armar tanto escándalo? —Protestó Cody-cañonazo girándose hacia nosotros y mandándoles miradas de aviso a sus amigos—. Es una chica, no un juguete. Pensé que estabais más acostumbrados a tratar con ellas.

—Sí, Cody tiene razón —asintió Jaden entrando al coche y sacando las llaves para arrancarlo—. Sobre todo teniendo en cuenta las muchas e increíbles aventuras sexuales que nos has contado, Cameron.

La piel del chico pelirrojo, hasta entonces blanca como la leche, se cubrió de un intenso rubor que hacía difícil distinguir donde acababa su cara y donde comenzaba el cabello. Ambos me soltaron lentamente, bastante avergonzados de su comportamiento. Por cómo había dicho Jaden la frase, se notaba que ninguno creía nada sobre aquellas increíbles aventuras sexuales. Hice un repaso en mi cabeza sobre los chicos con los que iba metida en el coche mientras Jaden arrancaba. Estaba segura de que Cody estaba en nuestra clase de Historia, de ahí que Gabrielle supiese de él. Prácticamente babeaba cada vez que le tocaba sentarse detrás de él. En cambio aquellos otros dos chicos… Thai y Cameron… Me sonaban, pero no caía de qué. Seguramente estaban en algún curso debajo del nuestro.

—¿Qué haces? —Me preguntó curioso Thai cuando me removí en el asiento, rozando su brazo sin querer.

—Intento ponerme el cinturón —contesté, logrando al fin alcanzar mi objetivo. No me sentía cómoda rodeada de gente que no conocía.

—¿Cinturón? —Rió Cameron, girando su cuerpo hacia mí—. Con Jaden al volante no creo que sea necesario.

—Precisamente con Jaden al volante lo encuentro más que necesario —contraataqué, por fin consiguiendo atarme el cinturón.

Risas y aullidos suaves burlones inundaron el coche cuando dije eso, mientras mis ojos conectaban con los de Jaden a través del espejo retrovisor. Me sorprendió encontrar que estaba sonriendo, una de esas risas sosegadas que te hacen cerrar los ojos unas milésimas de segundo, para luego disimuladamente colocarse el cinturón también.

—Jaden, amigo, me parece que Erin no se fía de ti —Rió Cody. Quitaré lo de cañonazo por ahora, porque de seguir así, tengo miedo de que se me escape y lo diga en voz alta.

—A veces pienso que es muy desconfiada —asintió él, con sus ojos mirándome a través del retrovisor—. ¿Verdad que sí, hermanita?

—¡No me llames así! Te lo dije antes y no quiero volver a tener que repetirlo: ¡Yo no doy tu hermana! —Le grité, apretando los puños. No se me había pasado por alto que sus amigos también me lo habían llamado, lo que venía a significar que ellos ya sabían la historia. Todos guardaron silencio después de mi arrebato, por lo que me vi obligada a iniciar una nueva conversación—. Así que… ¿Dónde se supone que vamos?

—Al sótano, en mi casa —habló a mi lado el chico asiático, Thai.

—Mierda, Thai, ¿para qué se lo dices? —bromeó Jaden, mirando momentáneamente hacia nosotros—.  Yo que quería asustarla un poco primero…

¿Y la palabra sótano no era bastante susto ya? Que un grupo de cuatro chicos me meta a la fuerza en un coche y me digan que me llevan a un sótano, no es precisamente como empiezan los cuentos de hadas. Más bien parecía el inicio de una película de terror de mala calidad.

El resto del trayecto se pasó en silencio para mí, escuchando como aquellos chicos bromeaban entre sí. No podía apartar mis ojos de Jaden, a quien veía a través del espejo retrovisor. Parecía tan cómodo en aquel ambiente… Y para nada el chico imbécil y prepotente que siempre había sido conmigo. De vez en cuando su mirada se cruzaba con la mía a través del espejo, pero no me molestaba en apartarla.

La señora Lee, la madre de Thai (Thai Lee, a mi realmente me sonaba a Tai Chi), nos saludó con una sonrisa cuando entramos en la casa. Con un marcado acento asiático nos ofreció unas bebidas y obligó a su hijo a bajar una bandeja con Dr. Pepper y frituras al sótano. La verdad, al oír por primera vez la palabra sótano, me imagine un lugar oscuro y húmedo, con cadenas gruesas y basura por todos lados, pero lo que me encontré fue todo lo contrario. En realidad era una cálida habitación cuadrada, con paredes amarillo suave y pequeñas ventanas a la altura del techo. Un tenue olor a vainilla salía impregnaba el ambiente, y viejos sofás rojos y puffs estaban esparcidos en el suelo, sobre una alfombra, delante de lo que parecía un televisor con videojuegos.

Uno a uno los chicos se fueron sentando y, no queriendo quedarme de pies, me dispuse a hacer lo mismo. Entonces sentí una mano rodeándome la muñeca, y cuando giré la cara mis ojos se encontraron con unos azules mirándome pícaramente. Jaden tiró de mí y, antes de que me diera tiempo a protestar, se dejó caer sobre un puff, tirando de mí hasta que quede sentada sobre sus rodillas.

—¿Qué se supone que estás haciendo? —Le pregunté irritada, tratando de levantarme.

—Nada, ¿por qué lo preguntas? —Me sonrió él, rodeando mi cintura con su brazo ante mis vanos intentos de fuga.

Finalmente acabé por resistirme cuando noté que los ojos de los otros tres chicos estaban clavados en nosotros, expectantes. Al cabo de un rato, Cody carraspeo y me miró. Bien, ¿y ahora qué pasaría?

—Oye Erin, siempre tuve una duda —Me dijo con curiosidad en su tono—. ¿Cómo lo hiciste aquella vez para colarte en los vestuarios de los chicos y robar toda la ropa de Jaden? Creo recordar que su taquilla tenía combinación secreta y todo.

—Fue fácil descifrarla —contesté en voz baja, notando mi piel ruborizándose—. Su contraseña era su fecha de nacimiento.

—¿Su fecha de nacimiento? —Repitió Cameron con indignación—. En serio, Jaden, esperaba más de ti. Se supone que eres el listo de nosotros. Bueno, sin contar a Thai. Lo siento hermano, estereotipos asiáticos.

Thai hizo un ademán con la mano de que no le importaba. Debía de estar ya muy acostumbrado a ese tipo de comentarios. Por otra parte, Cody parecía querer continuar con su interrogatorio.

—Así que su fecha de cumpleaños… ¿Y cómo es que te sabes su fecha de cumpleaños, Erin? Yo mismo tengo que buscar en las redes sociales para acordarme, y soy su amiga.

Estoy segura de que mi piel adquirió dos tonalidades más de rojo cuando Cody dijo aquello. Había una sencilla razón por la cual sabía cuál era la fecha, y Jaden no dudó en decirla.

—Es que aquí la señorita, cuando era pequeña, estaba enamorada de mí. ¿No es así, Hale?

Mis ojos se ampliaron durante una fracción de segundo con sorpresa. Traté de girarme para encarar a Jaden, pero este tiró de mí hacia atrás hasta que mi espalda chocó contra su pecho. ¿A qué demonios estaba jugando?

—¿Y saben eso vuestros padres? —Se interesó Thai, frunciendo el ceño—. Quiero decir… Vais a vivir juntos. ¿No tienen miedo de que acabéis…? No sé, ¿acostándoos?

Por el tono de voz que uso para preguntarlo, supe al instante que no sabía nada de lo que había pasado en la fiesta. Y por las risas en las que estalló Cameron dándole la razón, asimilé que él tampoco. Solamente Cody se mantuvo reservado, y esta vez sus ojos se clavaron con seriedad en Jaden. Nunca me había dado cuenta de lo oscuros que eran.  Y estaba claro también que Cody si sabía algo. Bueno, no podía enfadarme con Jaden por contárselo. Al fin y al cabo, yo también había hablado de ellos con Gabrielle, ¿no?

Pero Jaden no se dejó desmoronar por las burlas de sus amigos o la mirada severa de Cody…

—No sé, Thai, con todo lo que me odia, dudo que algún día acabemos así —comentó Jaden, mientras con el brazo que no me agarraba de la cintura le alargaba y tocaba un mechón de mi cabello—. ¿Tú qué opinas, hermanita?

—Te he dicho un millón de veces que no me llames herma…

Había comenzado de nuevo a reñirle, pero justo cuando lo estaba haciendo, Jaden me soltó el mechón y, con una agilidad increíble, giró mi cuerpo de forma que mis piernas quedaron a un lateral de puff, dando la espalda a Cameron, y mi hombro tocase el pecho de Jaden. Nuestras caras quedaron prácticamente a centímetros la una de la otra.

—Dime, Hale, ¿crees que haríamos buena pareja?

Y a medida que dijo aquello, fue acercando su rostro más al mío. Quise echarme hacia atrás, pero por la posición en la que estábamos, aquello era imposible. Sentía la mirada del resto de chicos clavada en nosotros y un expectante silencio pesando en la atmósfera. Los labios de Jaden estaban peligrosamente cerca de los míos… Y entonces la puerta se abrió.

—Siento molestaros chicos, pero me pregunta si…

La voz de la señora Lee junto con su acento asiático quedó en silencio en cuanto la visión de Jaden y yo en esa actitud tan comprometida entró en sus ojos. Aproveché el momento para zafarme de los brazo de Jaden y levantarme de encima de él. Aunque no fue ningún acierto el ponerme de pies, porque ahora era yo quien más llamaba la atención.

—Vaya, debí haber llamado —comentó con tono monocorde la señora Lee, para luego desaparecer escaleras arriba dentro de la casa.

Todos nos quedamos durante un rato largo en silencio, hasta que Thai habló rompiendo aquella pesada atmósfera.

—Joder, tío. Ahora me tocará a mí aguantar un sermón sobre chicas y relaciones prematrimoniales. De esta me busca una novia ella, ya verás.

Cameron y Cody soltaron una risa nerviosa, pero yo no podía reírme. Enfadada, cabreada, y más que furiosa, me giré para encarar a Jaden, quien seguía sentado en el puff.

—Eres un estúpido gilipollas —Le grité, apuntándole con el dedo—. ¿Qué demonios se te pasó por la cabeza para hacer eso?

—¿Cómo? —Preguntó, elevando las cejas y su tono de voz octavas más agudo por la sorpresa.

—Ya sabía que no tenías vergüenza, pero esto me parece pasarse —continué sin amedrentarme.

—¿Me has llamado gilipollas? —Inquirió Jaden, todavía con expresión de estupor en su rostro.

—Sí, te he llamado gilipollas —contesté a la defensiva—. Aunque también podríamos añadir un montón de adjetivos más, como imbécil, prepotente, egocéntrico, vanidoso, mujeriego, id…

E iba a continuar con la retahíla de insultos cuando Jaden, ya pareciendo reaccionar ante el ataque a su persona, se incorporó rápido del puff, demasiado rápido, y quedó de pies frente a mí. Me sentí intimidada ante el tamaño de su cuerpo musculoso frente al mío. Su mandíbula estaba apretada y se notaba claramente molesto por lo que estaba diciendo.

—No te cortes, Hale, continúa insultándome —me animó, amenaza notable en su voz.

Capté el sonido de pasos a nuestro lado, aunque no pude girarme para mirar. Los ardientes ojos azules de Jaden me tenían atada a él.

—Eh… Creo que mi madre me ha llamado —dijo Thai, incómodo por la situación.

—Sí y… yo creo que subiré con él —añadió Cameron—. Vamos Cody.

Cuando oí la puerta del sótano cerrarse después de que ellos se fueran, Jaden volvió a hablar.

—Venga, Hale, ¿no tienes acaso más que decirme? Porque sabes, estoy empezando a estar un poco más que harto de ti siempre hablando mal de mí, de tus bromitas en el instituto, de esas miradas ridículas de desprecio… —mientras decía aquello, obligué a mi cuerpo a retroceder temerosa, pero Jaden avanzó al mismo tiempo.

El aire escapó de mis pulmones cuando mi espalda chocó contra la pared. Los brazos de Jaden se encontraron de pronto a ambos lados de mi cabeza, acorralándome entre él y la pared. Me obligué a mi misma a acordarme de respirar.

—Venga, Hale. ¿Es eso todo lo que tienes? —Insistió, acercando su rostro más al mío—. ¿O acaso es que me tienes miedo?

Rió cuando dijo aquello, y eso fue suficiente para desencadenarme de nuevo. ¿Miedo? ¿Yo? ¿A él? No, jamás me dejaría acobardar por alguien como Jaden Foster. ¿Quería escucharme decir lo que pensaba de él? Pues que así fuese, él mismo lo había pedido.

—Yo no te tengo miedo —escupí las palabras, levantando la barbilla para mirarle directamente a los ojos—. Solo que yo también estoy empezando a estar un poco harta. De cómo te has estado burlando de mí y dejándome en evidencia desde que nuestros padres se juntaron, de cómo sabes todo, ¡todo!, acerca de lo que pasó aquella noche y no eres capaz de contarme nada. De cómo disfrutas haciéndome sufrir, y ahora sacándome de casa de mi amiga para llevarme a… este estúpido sótano y contarles a tus estúpidos amigos acerca de mi estúpido enamoramiento por ti cuando no era más que una estúpida cría. ¿Acaso se te olvido contar cómo te burlaste de mí durante un verano entero? ¡Tenía ocho años! ¡Y tú se suponía que eras mi amigo! No eres más que un arrogante prepotente de mierda.

Jaden no me interrumpió mientras hablaba. Espero paciente a que terminase de desahogarme. Realmente me sentía mejor después de decir aquellas cosas, aunque aún muy alterada. Nunca pensé que le diría todo aquello a Jaden, en especial la razón por la cual le odiaba tanto. Sus ojos oscuros aún continuaban fríos, pero mirándome llenos de fuego.

—¿Has terminado? —Consiguió decir, conteniendo su voz para que sonara estable.

—No, la verdad que podría seguir insultándote durante todo el día que no…

Pero no pude seguir la frase. No pude continuar con lo que iba a decir, porque los labios de Jaden tapando los míos me lo impidieron.

No fue un beso tranquilo. No fue un beso relajado. No fue un beso como el que alguna vez me hubiesen dado. Los ávidos labios de Jaden se movían contra los míos con violencia, abriéndose paso en mi boca. La sorpresa inicial me hizo tardar en reaccionar. Quise oponerme, pero cuando puse mis manos en su pecho para apartarle él se apretó con más fuerza hacia mí, oprimiéndome entre su pecho y la pared. Agarró mis manos con las suyas apartándolas. Me resistí gruñendo y desviando la cabeza, pero entonces sus manos abandonaron las mías para agarrar mi cabeza cerca de las orejas, sus dedos hundiéndose en mi cabello sin dejar de besarme. Y llegados a cierto punto, dejé de oponer resistencia.

En el momento en el que me encontré a mi misma abriendo mis labios, recibiéndole y devolviéndole el beso con la misma furia y pasión que él estaba usando, me empecé a preguntar si acaso yo no había estado deseando aquello, si desde el momento que me desperté en la cama a su lado, desde nuestro baño en la playa, las conversaciones profundas que había llegado a tener con él, las cajas con las cosas de mama que había llevado a escondidas a mi cuarto… Me empecé a preguntar si desde ese momento no había estado deseando besarle.

Mis brazos rodearon su espalda, clavando las uñas en su columna vertebral y bajando a lo largo de su camiseta. Jadeó en mi boca, pero nuestro beso no terminaba. Fuego que había estado guardando y ahora quería quemar. En lugar de terminarse, lentamente, fue bajando de decibelios. Nuestros movimientos pasaron de bruscos a delicados. Ya no sentía la pared contra mi espalda ni su pecho contra el mío. Mis manos cayeron de su espalda a los lados de mi cuerpo, inertes, y las suyas se desenredaron de mi pelo, bajando por mi cara hasta detenerse en mis mejillas. Los labios de Jaden masajeaban los míos, tomándose su tiempo, tranquilos, suaves… Hasta que finalmente quitó las manos de mi cara y se separó.

Durante los siguientes segundos nos quedamos quietos, mirándonos mutuamente. Sus ojos azules tranquilos y expectantes al mismo tiempo, y la realidad llegó poco a poco a mí. Acababa de devolverle un beso a Jaden Foster. Él me había besado. Y a mí… Me había gustado. Había disfrutado de aquel beso y, lo que era peor, mi cuerpo pedía más de él.

Aquello simplemente no podía ser. Tenía que salir de allí, de aquella extraña pesadilla y mundo paralelo que se había comenzado a formar alrededor de Jaden Foster. Él no me gustaba. No me podía gustar. Decididamente, no podía siquiera, no debía, sentir atracción por él. No.

Y fue impulsivamente que le solté un bofetón en la cara, haciendo que girara el rostro cuando mi palma colisionó en él.

—¿Qué…? —Comenzó a preguntar, atónito ante mi reacción improvista.

—Nunca más —susurré, y mi voz sonó demasiado ronca y grave, fuera de control—. Nunca más me vuelvas a besar, Jaden Foster.

Su mano rápidamente me agarró de la muñeca, tirando de mí para obligarme a verle a los ojos, que volvían a estar fríos y furiosos, al igual que segundos antes del beso.

—¿Por qué? —Pregunté, maldiciendo al notar cómo mis ojos comenzaban a escocer con lágrimas.

—Lo hice para que calleras —contestó con voz también grave—. Era eso o pegarte.

Mis ojos vagaron por unos segundos hasta sus labios. Estaban rojos e hinchados, como seguramente también estarían los míos. Y la repentina necesidad de querer volver a besarlos me asustó como el demonio. Con furia, tiré de mi mano liberando mi muñeca de su agarre.

—Para la próxima, Foster, prefiero que me mates a golpes.

Y entonces salí corriendo de su lado. Subí las escaleras sin mirar hacia atrás, hacia él, cerrando la puerta de fuertemente, dejándole solo en el sótano. De camino a la salida escuché a Thai y Cameron llamándome, pero no me giré a decirles adiós. Caminando con la cabeza agachada, las lágrimas comenzaban a salirse de mis ojos y no deseaba que nadie me viera así. Y estaba a punto de salir por la puerta cuando choqué contra alguien.

Casi caigo al suelo del rebote, pero me las ingenié para mantenerme en pie. Sin embargo, si elevé la cabeza para mantener el equilibrio, y mis ojos llorosos se encontraron con los oscuros de Cody. Durante una fracción de segundo se quedó mirándome, y pensé que se echaría a reír o se burlaría de mí, pero no fue así. Sorprendiéndome, dio un largo suspiro antes de abrirme gentilmente la puerta de salida y, posando una mano sobre mi hombro, me guió hacia fuera.

—Tengo el coche aparcado aquí —me dijo, su mano aun sobre mi hombro—. Venga, te llevaré a casa.

*******

¡Hola!

Muchas gracias a quienes estáis leyendo y dando estrellitas a la historia ^^ ¡Espero que os guste el capítulo! La historia ya la tengo escrita entera pero subo capítulo por día porque sino me canso y así al menos se que de aquí a dos semanas estará subida entera.

¡Muchos saludos enormes tamaño gigante!

Andrea.

Continue Reading

You'll Also Like

858K 52K 43
Paris Smith siempre ha sido una chica soñadora, talentosa, amante de todo lo que tuviera que ver con la astronomía: las estrellas, los planetas, las...
30M 1.7M 70
Una chica con carácter fuerte y ganas de diversión, viviendo en una casa llena de jóvenes que les gusta parrandear, follar y andar desnudos las 24 ho...
25.7M 1.1M 50
-¿A qué te refieres con que quieres ser jugadora? Nena, te romperás las uñas -Oh, discúlpame bonito. A mi esas cosas no me interesan, solo quiero jug...
17.2K 3K 60
Qin Juran se encuentra un día transmigrada en una novela romántica universitaria fuera de moda. El personaje femenino original era la típica "loto bl...