pasaron unos minutos y Ashton comenzó a conversarme de temas variados.
-¿qué me sucedió?.-lo corté antes de que siguiera hablando.
-no creo que sea el momento para decirte esto, Lyss.- sinceró.
-por favor Ashton, no me ha dado un infarto.-me miró- ¿o-o si?.-dudé al preguntar.
-ya vuelvo.-bufé y a los segundos volvió con un doctor de apróximadamente 45 años.
-seguramente quieres saber que sucedió ¿verdad?.-adivinó, asentí guardando al calma-bueno, fue una crisis de pánico. el hecho que hayan sido dos aumentaron el riesgo de sufrir algún paro cardíaco .
¿por qué mi madre no estaba aquí? ella debía saber esto.
-uhm.-carraspeé- ¿mi madre sabe de todo esto?
-sí, de hecho se acaba de ir.
-¿se fué?.-miré a ashton.
-estuvo toda la noche aquí, a penas despertaste quizo entrar pero te dió un crisis nuevamente por lo que solo me dejaron entrar a mi, necesita descansar, está al tanto de todo, tu salud, estado, tu corazón, todo.
-¿toda la noche dijiste?.-pregunté atónita.
-si, hace 12 horas que no despertabas, razón por la que estás aún un poco desorientada.-respondió el amable doctor.
-bien, gracias.-el doctor salió- Mhm, ¿ashton? ¿como está zack?.-pregunté.
-no nos dan noticias aún, lo último que nos dieron fue que estába con riesgo vital, no se su estado ahora, sólo familiares.-comencé a respirar agitadamente pero ashton me ayudó a calmarme.
dios, que niña más escandalosa.
-¿me puedes decir cómo sucedió?.-rogué en un susurro.
-Alyssa.- arrastró sus palabras.
-ashton, lo necesito, es la única que forma para quedarme tranquila.
-¿ah si? ¿¡sabiendo cómo a tu amigo de infancia casi lo muelen dos camiones?!.-preguntó enfurecido. sabía que este tema le dolía, al igual que a mi.
-¿que?.-susurré en trauma. dos camiones lo habían chocado, quizá simultaneamente o alternada, pero que vá, casi lo matan, y aún pueden hacerlo.
-estará bien, estaremos bien, volveremos a compartir con él cómo lo hicimos durante años, debes estar tranquila.- se calmó un poco.
-no puedo, no puedo ashton.-comencé a llorar, no quería un ataque nuevamente. me mareaba y no sentía las piernas. un pito ensordecedor comenzó a sonar y veía cómo muchas siluetas entraban a la habitación, haciendo ruido.
-¡doctor! ¡doctor!.- gritó Ashton.
-¡Alyssa no!.-gritaron, sentí que alguien tomaba mi mano.
y todo se fué en negro, de nuevo.
-Calum, basta.-susurraron.