La Revelación (Almas Perdidas...

By Ariana_Godoy

14.6M 1.7M 1.2M

[COMPLETADA] Ella es un vampiro convertido. Él es un vampiro purasangre. Ella aún se aferra a su humanidad, é... More

Prefacio
1. Taken
2. Bitten
3. Caught
4. Bled
5. Fought
6. Bound
7. Unbent
8. Dreamt
9. Fed
10. Dug
12. Frozen
13. Felt
14. Shaken
15. Burst
16. Hurt
17. Known
18. Born
19. Brought
20. Revealed.
21. Kissed
22. Wanted
23. Awaken
24. Confronted
25. Reunited
26. Controlled.
27. Loved
28. Marked
29. Unbound
30. Challenged.
31. Spoken
32. Frozen
33. Struck
34. Purified
35. La Revelación (Capítulo Final)
Almas perdidas en papel + Tour Latam

11. Found

374K 47.9K 16.6K
By Ariana_Godoy

XI

—Morgan...

Sangre... miedo...

—¿Mamá? —Se me aprieta el pecho—. ¿Mamá?

Ira... traición...

—Eres una buena chica. —La voz de mi madre resuena a mi alrededor en un susurro.

Dolor... Pérdida...

«¿Dónde estás, mamá?».

Oscuridad... vacío...

«Todo estará bien al final, hija».

Soledad...

—Nunca lo olvides, Morgan. Eres buena. —Su voz se desvanece en el viento.

—¡Madre! —grito, abriendo los ojos.

Ha sido solo un sueño. Solo un sueño.

Pero yo no debería poder soñar, ¿qué es lo que me pasa?

Sentada, aparto mechones de mi pelo de la cara. Tengo la respiración agitrada, así que tomo aire profundamente para calmarme. Ese sueño se ha sentido tan real... Me pongo de pie, pasando los dedos por mi desordenado cabello largo. Levanto mi camiseta un poco para comprobar que la herida que Byron me ha dejado se ha ido. Shadow hizo un gran trabajo, la curó. La noche ha llegado y yo ya he tomado mi decisión. Voy a buscar a mi hermano, aunque tengo dos problemas con eso: Aidan y Shadow. Ellos creen que tienen cierto poder sobre mí porque son mis guardianes, pero están equivocados si creen que los dejaré escoger por mí esta vez.

—¿Lista? —susurra Ian, entrando de modo casual en mi compartimento. Me pongo una chaqueta. Él esta completamente vestido de negro—. Les haremos creer que vamos a hacer una carrera como en los viejos tiempos, ¿de acuerdo?

Al salir de la cueva, encontramos a Aidan y Lyla de pie cerca de la orilla. Ellos nos miran, curiosos. Bueno, tiempo de actuar.

—¡Eres una tortuga! —exclamo, golpeando el hombro de Ian. Nuestro líder vuelve a mirar hacia la orilla, aparentemente desinteresado.

—¿Eso crees? ¿Por qué no lo demuestras en una carrera? —propone Ian, guiñándome un ojo.

—Está bien, pero no llores cuando te derrote —lo amenazo, dedicándole una sonrisa.

Él echa a correr hacia el bosque y yo lo sigo sin vacilar. El viento pasa rápido a los lados de mi cuerpo a medida que aumento la velocidad. Puedo escuchar el ruido de las ramas debajo de mis pies mientras avanzo. Es refrescante correr de esta forma. Ian me lleva la delantera; no puedo permitir que gane, incluso aunque solo sea una carrera fingida. Tengo un orgullo que proteger. Respiro hondo y piso el suelo con fuerza para ganar impulso y salto. Paso por encima de Ian en un movimiento rápido y aterrizo delante de él; rápidamente, sigo corriendo.

—¡Oye! ¡Eso no es justo! —lo escucho quejarse detrás de mí.

—¿Quién dijo que sería justa? —respondo sin detenerme, mi boca está seca por el fuerte viento que se estrella contra mí. Ahora estoy ganando, pero entonces veo una llama pasar a mi lado y encender un montón de ramas y árboles frente a mí. Tengo que parar abruptamente, tratando de no caer en el fuego. Ian lo atraviesa y se detiene al otro lado. Sus propias llamas no lo lastiman. Le doy una mirada asesina.

—Te estás tomando esta «carrera fingida» demasiado en serio, ¿no crees? —Señalo las llamas, que ya están desapareciendo.

—¿En serio? —Arquea una ceja.

—Además, has hecho trampa: yo todavía no tengo un elemento.

—¿Quién hizo trampa primero? ¡Saltaste! Se supone que debemos correr, no saltar. —Me ha ganado con eso. Con nuestras constantes peleas parecemos dos niños, no dos vampiros maduros. Ian es como mi hermano y eso nunca cambiará, sin importar qué suceda. Aparto la mirada, sonriendo—. ¿Ves? Sabes que eres una tramposa —dice mi amigo, caminando hacia mí.

Recuerdo su cara cuando pasé por encima de él, se veía bastante enojado. Estallo en carcajadas

—Deberías... ¡Deberías haber visto tu cara! —consigo decir a través de la risa. Él se une; ha pasado mucho tiempo desde la última vez que nos reímos así. Nos detenemos y compartimos una mirada.

—¿Seguro que quieres hacer esto? —Sé a lo que se refiere: conocer a mi hermano.

—No, pero tengo que hacerlo —respondo, dejando escapar un largo suspiro.

—¿Por qué?

—Sabes de dónde vienes, ¿verdad? Recuerdas tu vida humana, recuerdas las caras de tus padres. —Ian solo asiente—. Bueno, yo no, y quiero hacerlo. No tienes idea de lo mucho que quiero recordarlos. —Desvío la mirada, admitir eso en voz alta me duele.

—¿Para qué? Todo está en el pasado ahora, Morgan.

Es la primera vez que revelo mis pensamientos y mi debilidad. No me gusta causar lástima.

—Mi hermano no está en el pasado, Ian. Él no está muerto, está por ahí, en algún lado.

—Estamos lo suficientemente lejos de la cueva, creo.

—Entonces, ¿a dónde vamos? —pregunto, echando un vistazo alrededor de los árboles.

—Bermouth.

—¿En serio? ¿Ha estado así de cerca todo este tiempo? —inquiero sorprendida. Bermouth es un pequeño pueblo, cercano a nuestros escondites previos. De hecho, nuestros humanos van a esa ciudad para obtener suministros.

Comenzamos a caminar en silencio. Nuestro destino está cerca, pero no tenemos tiempo que perder, así que corremos. Pienso en saltar entre las ramas de los árboles y lo hago, Ian me sigue en silencio.

Después de un tiempo, me doy cuenta de que mi amigo no está detrás de mí;. Me detengo y me dejo caer de la rama donde estaba. Aterrizo, flexionando las rodillas un poco.

—¿Ian? —Un olor nauseabundo me golpea la nariz—. ¡Oh, mierda! —Hago una mueca de disgusto, cubriéndome la nariz. Solo hay un monstruo que puede emitir un olor tan repugnante: un cruentus.

Miro a mi alrededor, pero Ian no está a la vista. Lo llamo de nuevo.

—¡Aquí! —Escucho su voz a lo lejos. Corro rápido para estar junto a él—. Tenemos un problema.

—Apestas. —Arrugo la nariz con disgusto.

—Eso es solo la punta del iceberg. —Apunta con su dedo detrás de mí. Me giro y abro la boca con sorpresa. Cuatro cruentus grandes están parados frente a nosotros.

Un quinto está tirado en el suelo, quemado. Supongo que Ian lo ha matado. Nos gruñen con furia; miro hacia el cielo, deseando que no haya luna llena.

Uno de ellos se apresura hacia nosotros, carne podrida colgando de su cuerpo, su gran boca muestra miles de pequeños colmillos afilados. Sus ojos verdes destilan furia y hambre. «Oh, cómo apesta». Ian y yo nos separamos para distraerlo.

—No hay luna llena, ¿por qué nos atacan? —pregunto, agachándome para esquivar un golpe del monstruo.

—¡Me estaba preguntando lo mismo! —responde mi compañero, concentrando llamas en ambas manos. Lo veo saltar y subir a una rama con el resto de cruentus detrás de él.

El cuarto me ataca de nuevo y paro sus garras con las manos, sintiendo su carne podrida sobre mi. Me volteo y le doy una patada en el estómago, pero mi pie se atascas en su piel, es como gelatina.

—¡Mierda!

Trato de sacar el pie; el monstruo aprovecha la oportunidad para golpearme en la cara, arañando mi mejilla con sus garras, fracturando mi mandíbula y lanzándome por el aire. Me estrello contra un árbol. Me levanto rápidamente para esquivar otro fuerte golpe del cruentus. En vez de acertarme, impacta en el árbol, que se derrumba en pocos segundos.

—¡Morgan! —Escucho el grito de Ian.

—¡Estoy bien! —miento; siento un dolor intenso en el lado izquierdo. Intento moverlo para confirmar que me ha dislocado el hombro. Sangre escapa de los arañazos en mi mejilla derecha, rodando por mi piel. Agarro mi hombro y lo empujo para colocarlo en su lugar—. ¡Ah, mierda! —A pesar de que me duele mucho, de esa forma sanará más rápido.

Saco mi daga y corro en círculos alrededor del cruentus para confundirlo. Esa es su debilidad, es demasiado grande, lo que lo hace lento frente a mí. Salto y aterrizo en su cabeza, clavo mi daga en él y la bajo a través de su cuerpo, desgarrándolo.

Su sangre apestosa me salpica, pero no me importa. Lo quiero muerto. Su cuerpo inerte y desgarrado cae al suelo.

Mis hombros bajan y suben al ritmo de mi respiración. Echo un vistazo a mi alrededor y encuentro a mi amigo peleando con el último de ellos.

—¿Necesitas ayuda? —pregunto, caminando hacia él. Sacude la cabeza mientras quema al monstruo, convirtiéndolo en polvo en unos pocos segundos. Ian se arrodilla, agotado; ha usado demasiado de su elemento.

—¡Oh! —exclama, dejándose caer hacia atrás. Mira hacia el cielo; su camisa está destrozada, dejando al descubierto su torso.

—Esos monstruos no me han matado, pero este olor si lo hará —comento, tratando de no respirar. Ian se sienta, observándome.

—¿Cómo es que todavía tienes tu ropa intacta y yo no?

—Soy mejor que tú. —Sonrío, ofreciéndole mi mano para ayudarlo a ponerse de pie.

—No lo entiendo. ¿Por qué nos han atacado? No tiene sentido. Solo son agresivos en luna llena, y esta noche no hay señal de una. —Mira a su alrededor, donde permanece toda la carne podrida y los restos de esas bestias.

Estoy a punto de responderle cuando siento algo venir.

—Ian —llamo, obteniendo su atención. Él me mira y asiente. Saco mi daga y la espalda de mi compañero está contra la mía en segundos. Damos vueltas despacio, esperando.

Desde las sombras, una figura emana lentamente. Su esencia es de vampiro convertido, sin embargo, hay algo más en él. Es un vampiro joven de piel pálida. Su cabello es negro y un poco largo, cubriendo un poco sus orejas y frente. Sus ojos son verdes, y su expresión, neutra.

—Este es el territorio del Clan Caos —anuncia con calma.

—No queríamos entrometernos, simplemente estamos de paso —explica Ian, pero no se ve serio con su camisa desgarrada y sangre sobre él. La mirada del vampiro se encuentra con la mía y me inquieta—. Estamos buscando a alguien —continúa y aparta la atención del desconocido de mí—. Nos han dicho que el vampiro al que buscamos está en un clan en las afueras de Bermouth.

—Este es el único clan por aquí —indica el hombre, sus ojos volviendo a posarse sobre mí.

—Supongo que pertenece a este clan, entonces —concluye Ian.

—¿Cuál es el nombre del vampiro que buscas? —pregunta el extraño, dando unos cuantos pasos hacia mí; yo quiero retroceder. No sé el nombre de mi hermano, pero Ian sí.

—Milosh —responde mi amigo, que sigue con la mirada todos los movimientos del vampiro. Este se detiene justo en frente de mí, formando una pequeña bola de agua en su mano.

—¿Qué quieres con él? —inquiere, arrojando la esfera a mi cara.

—¡Oye! —gimoteo, limpiando el líquido de mi rostro, aunque realmente me ha ayudado a quitarme toda la sangre. El vampiro me sonríe con malicia y me sostiene la cara con ambas manos—. ¿Qué estás...?

Me besa en la mejilla y luego me susurra al oído:

—Hola, hermanita.

Continue Reading

You'll Also Like

15.2K 1.4K 28
"𝘚ó𝘭𝘰 𝘵ú 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘪𝘭𝘶𝘮𝘪𝘯𝘢𝘳 𝘭𝘢 𝘰𝘴𝘤𝘶𝘳𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘲𝘶𝘦 𝘮𝘦 𝘳𝘰𝘥𝘦𝘢." 𝘑- "𝘚ó𝘭𝘰 𝘵𝘶 𝘱𝘶𝘦𝘥𝘦𝘴 𝘤𝘢𝘭𝘮𝘢𝘳 𝘦𝘭 𝘤𝘢𝘰𝘴...
1.2M 94.1K 65
Cada quien vive sus propios tormentos. Los míos me trajeron hasta donde estoy hoy, no sin antes intentar hundirme. La muerte me miró a los ojos una n...
52.1K 5.4K 20
Todo comenzó cuando Oliv se enamoró, Bree se rompió, Thais se perdió así misma y Gideon suspiro por última vez. Exactamente cuando él apareció.
50.7K 2.9K 42
Vanessa Bernard es una chica con ascendencia francesa que su sueño siempre a sido incursionarse en el mundo de la música, aunque ya tiene un par de t...