maravilloso; [adj.] Inexplicable, mágico, que no obedece a las leyes naturales.
— ¿Puedes explicarme cómo hemos terminado viendo una película de amor? — espeto mirando con una mueca de disgusto como el protagonista recoge a su novia en la típica moto de chico chulo que no tiene ni idea de lo que es la vida.
Suelto un bufido y levanto la mano deseando golpear al actor para que no sea un estúpido.
— ¡Ni siquiera tiene sentido, dulzura! ¿Cómo pueden gustarte estas cosas? — cuestiono apoyando de nuevo mi mano sobre su cintura y acariciando con la otra el cabello que tiene esparcido por mi regazo. El movimiento de la cabeza de Alessia en mis piernas me hace agachar la cabeza, una sonrisa cubre su cara.
Noto el impulso de acercarme a ella y darle un beso, sin embargo, me espero porque sé que un solo beso no saciará lo suficiente. Esbozo una sonrisa de vuelta y la piel se me convierte en la de una gallina cuando sus uñas comienzan a trazar un camino irregular sobre mi piel.
Retengo la tentación de sucumbir a su caricia y relajarme entre sus brazos.
— Tampoco son tan estúpidas — defiende, alzo una ceja sin creérmelo. Rueda sus ojos expandiendo su sonrisa —. De acuerdo, puede que un poco. Pero es una forma de que la gente comience a crear expectativas, ¿no? — interroga. Ahora es ella quien levanta la ceja esperando la respuesta de mi parte.
Exhalo una bocanada fuerte de aire —. Sinceramente, me parece denigrante que todas las películas de amor sea de algodón de azúcar. ¿Eso es lo que todos esperamos? Por que yo lo único que quiero es poder largarme de aquí, conseguir entrar a un buen equipo de fútbol y poder estar con la chica que amo sin ser un idiota egoísta que termina cagándola al final de la película — argumento.
El rostro de Alessia está estático para cuando la vuelvo a mirar. La vergüenza me invade y sacudo la cabeza soltando una risa que se queda a medio camino de ser expulsada de mi boca.
— Déjalo, ha sido una tontería — suelto.
— No — niega con rapidez —. Para nada es una tontería, Logan — sus ojos muestran el color más oscuro que he visto en la vida. Me perforan el alma igual que lo haría una bala con mi corazón. Trago saliva —. Solo me ha parecido muy tierno — asegura sonriendo, como si le hubieran enseñado una estrella fugaz, su mirada brilla igual de fuerte que una maldita estrella.
No detengo el impulso de besarla esta vez, me acerco a ella sosteniendo su nuca para acercarla a mí. Sus labios crean el primer contacto con los míos, un jadeo que escapa de mi garganta y se ahoga en su boca. Busco esa suavidad que hace que mi piel se convierta en un terreno rocoso, esa en la que necesito seguir sintiendo como moldeo sus labios y ella les da forma a su manera.
Alessia se encarga de hacerlo perfecto, toma aire para que no tener que volver a separarse. No quiero que vuelva a despegarse de mí, no ahora. Necesito al igual que ella tener su boca sobre la mía. Me importa una mierda si sus padres vienen ahora mismo y nos ven en el salón de su casa.
Me importa bien poco si me gritan y me odian por estar corrompiendo la mente de su hija, la cual comienza a recostarse sobre mí y me causa estragos en el cuerpo. Lo único de lo que soy consciente es de la forma en la que sus labios me hacen perder la cabeza y en cómo no sé donde poner las manos para poder sentirla en todos los sentidos.
En la forma en la que me da ese subidón que me ayuda a enfrentar el mundo.
— Mis padres van a venir dentro de poco — susurra Alessia con la respiración desequilibrada. Dos inspiraciones, una exhalación. Asiento echando la cabeza atrás y poniendo mi brazo encima de mis ojos.
Trato de calmarme como un milagro del universo, siento cada partícula de su cuerpo pegado al mío. Por mi bien, obligo a mi cabeza a pensar algo horrible, a hacer el recuento de cada cosa que he hecho hoy omitiendo las escenas en las que los jugosos y dulces labios de Alessia están sobre los míos.
Mierda.
— Hoy he estado hablando con Stacy — susurra Alessia, levanto la cabeza olvidándome de todo. Puede que ella sepa qué me está sucediendo y trate de hacerme no recordar. Quito esa idea de mi cabeza cuando me percato de su cabeza ligeramente más agachada y sus manos volviendo a pellizcar los bordes de sus uñas.
Hago recuento de todas las clases que tenemos juntos, recuerdo haber salido de clase y querer preguntarle algo. Me golpeo mentalmente al recordar que ella me había descolocado cuando al salir del instituto ha cogido mi mano y me ha preguntado si le acompañaba a casa, que la teníamos para nosotros solos y que por una vez quería hacer lo que realmente deseaba.
Me había vuelto loco al saber que yo era lo que deseaba.
— ¿Por eso no has ido a clase? — interrogo sintiendo un puñal clavándose en el pecho. Debería haber dejado la locura a un lado y preguntarle por eso.
Asiente con la cabeza. Mi mano se mueve hasta cubrir la suya, sus dedos terminarán sangrando si sigue así. Entrelazo mis dedos con los suyos esbozando una sonrisa ladeada cuando clava su atención en mí. Por fin no se guarda las cosas para sí, me está contando lo que ha pasado en su día y la emoción hace estallar mi corazón.
— Sus padres se van a divorciar — anuncia, hago una mueca ladeando la cabeza —. Me la he encontrado en el baño llorando y me he quedado con ella. No quiere seguir en casa, es un estúpido manicomio cada vez que sus padres llegan a casa y empiezan a discutir — traga saliva, reconozco por como su mano tiembla entre la mía que no termina ahí lo que tiene que contarme —. Me ha dicho que lo siente — exhala.
— ¿Que lo siente por qué? — pregunto irónico —. Son tantas cosas que no sé ni por cual quiere disculparse — escupo, me arrepiento cuando veo esa mirada de tristeza en sus ojos.
Sé cuando un tema te toca la fibra, cuando pincha en tu cabeza deseando que te acuerdes de ella y que no te olvides ni aunque quieras. Por más que Alessia haya estado agobiada y estresada por cada vez que Stacy aparecía, por más que se enfadó con ella, y conmigo, cuando estuvimos besándonos en el pasillo, por más que, al menos antes de todo esto, ella la odiara. Sé que ella jamás puede ver a alguien pasarlo mal y que, por más que le haya caído mal, el perdón supone todo para ella.
Suspiro.
— ¿Qué le has contestado? — interrogo, acaricio el dorso de su mano esperando a que se calme. Me muevo de tal forma que su cabeza queda apoyada en mi hombro. Dejo un beso sobre la cima de su cabeza.
— Nada — responde tras unos segundos —. No tenía ni idea de qué decir, quería perdonarla, de verdad que quería, pero estoy hecha un maldito lío —suelta un bufido—. ¿Qué hago? — pregunta de repente, se incorpora en el asiento y me desorienta del rumbo de la conversación durante un instante —. ¿La perdono y hago como que nada de las putadas que me ha hecho han pasado? ¿O dejo que se muera de depresión y viva en una casa que odia con unas personas que se pasan el día discutiendo? Sé lo que se siente de estar rodeada de gente que no termina de aceptarte. No quiero tener en mi cabeza la responsabilidad de que he podido hacer algo para ayudarla y que he sido demasiado egoísta como para hacerlo.
— ¿Desde cuando anteponer tus necesidades es ser egoísta? — Alza una ceja —. Vale, sí que lo es si lo explico así pero quiero decir, ¿desde cuando perdonar a una idiota que no ha sabido valorarte es ser egoísta?
— Desde que hay que hacer lo que te gustaría que te hicieran — me detiene.
— La frase es al contrario, dulzura. No debes hacer lo que no te gustaría que te hicieran.
— A mí no me gustaría que me dejaran tirada — interviene.
— Ahí es donde te equivocas. Tú no has dejado tirada a nadie, ¿la has ayudado cuando estabas en el baño, verdad? — asiente —. Entonces no tienes que sentirte culpable de nada. Ella es la que debería comprender que no puedes simplemente estar con los brazos abiertos esperando a que ella llegue a ti para salvarle. Se tiene que volver a ganar tu confianza o directamente tiene que empezar a convertirse en tu amiga, si es que quiere serlo.
Una risa sofocada por el hipido que ya comenzaba a formarse en su interior escapa de su boca. Sonrío.
— ¿Cómo es que tengo a una novia tan buena? — pregunto al aire apartando un mechón de pelo de su rostro. Sus ojos me miran sorprendidos, una sonrisa se crispa en sus labios.
— ¿Soy tu novia? — la ingenuidad que demuestra su voz me hace sonreír aún más, sus ojos están tan fijos en cada movimiento que hago que me siento el mismísimo Dios y no sé reconocer cual de todas las sensaciones que me embriagan es la mejor.
— ¿Necesitas que hinque rodilla para que seas mi novia? — interrogo deseando besar esos labios que ahora sonríen como si le hubiera dicho la mayor noticia del mundo.
Ríe.
— Eso estaría bien, sí — responde con la risa muriendo en sus labios. Alzo una ceja y me levanto del sofá de un impulso. Alessia pega un pequeño grito cuando me alzo, se hunde en el respaldo del sofá y abre los ojos grande cuando me ve con una rodilla apoyada en el suelo. Veo un pequeño tono color carmesí invadiendo sus mejillas.
— Este no es el mejor lugar donde podría arrodillarme, ya sabes, habría preferido estar en medio de la Torre Eiffel o en Times Square, pero es lo que hay — me lamento. Chasqueo la lengua y mi corazón pega un vuelco cuando ríe.
— Aquí está bien — asegura, no sé si ponerme a llorar de lo estúpido de la situación o deleitarme de su sonrisa. Elijo la segunda opción por encima de todo.
— He conocido a una chica que estaba prohibida, que tenía como novio a un idiota que no sabía lo que significaba el amor no correspondido — Alessia me lanza un golpe suave, carraspeo —. He luchado todo lo que he podido para que una pelirroja dulce y hermosa echara un vistazo en mi dirección, hasta he tenido que ponerle un mote para que me mirara como si me quisiera matar — profiere una carcajada, me encojo de hombros —. Al menos así centraba su atención en mí por unos segundos, aunque fuera para querer matarme.
— ¡No soy tan mala! — interviene a broma.
— Y por eso me encantas — susurro para que ella sea la única que me escuche —. Eres amable, sabes perdonar lo imperdonable y, por más malo que eso pueda llegar a ser, antepones tus necesidades al bienestar de los demás. Es algo que tenemos que ensayar — aseguro, sacude la cabeza en negación —. Pero después de descubrir todas esas cosas que amaba de ti, el cielo me escuchó y me permitió que esa chica que tanto me gustaba se fijara en mí, a pesar de todas esas malditas cosas estúpidas que hice, me dejó besarla y transmitirle todo lo que tenia en mi interior — confieso.
— Me vas a hacer llorar, Logan — finge Alessia echando su cabeza atrás y haciendo como si se le fuera a caer la máscara de pestañas. Quiero creer que es una actuación porque mi intención no es para nada hacerla llorar.
— Esa chica ahora me escucha, me soporta, me aguanta y no se enfada conmigo por todas las tonterías que hago al cabo del día. No le estoy diciendo por nada del mundo que no vaya a volver a hacer idioteces, haré tantas que nunca sabrá cuando acabarán. Pero solo quiero que sepas, Alessia, que quiero compartir todo el tiempo que sea posible contigo — sus ojos tienen un puntillo rojo que no me hace gracia pero no digo nada —. No te voy a decir que estaremos juntos hasta que nos hagamos viejos pero sí te aseguro que voy a hacer todo lo posible para que estés el mayor tiempo posible a mi lado. Así que, después de este maldito y emotivo discurso en el que me he arrodillado, ¿aceptas que eres mi novia o tengo que comprar un anillo? — interrogo.
No me espero ni por un instante lo que va a hacer hasta que sus labios están sobre los míos y no hay nada más en lo que pueda enfocarme. Me recuesto sobre ella sin dejar que se interrumpa el beso, sus labios saben a cerezas y no consigo evaporar la tentación de tocarlos. Respiro, esta chica terminará matándome.
Un tintineo de llaves me despierta de la ensoñación de la que no quería salir. Me levanto rápido del asiento despegando la mirada confusa de Alessia. Le hago un gesto para que guarde silencio, el sonido de pasos y el de unas llaves me alerta.
El sonido de esas llaves entrando en la cerradura de la casa de mi novia me hace palidecer.
Miro a Alessia.
— Joder.
SOUNDTRACK ~ Calinfornia King Bed ~ Rihanna
¡Hoy habrá doble capítulo! Me ha sabido mal no haber subido capítulo esta semana pero ni siquiera tenía un cap comodín que subir aunque no lo hubiera escrito en el momento. Pero...
¡YA SE HAN ACABADO LOS EXÁMENES!
Me voy a pasar lo que no está escrito (o sí) en escribir y editar.
¡Besos y XOXO!
N H O A
¡Pregunta Random!: Puede que sea pesada pero me encantaría saber ¿qué os está pareciendo y, ahora que vamos bastante avanzados con la novela, por qué creéis que se llama así?