Después de todo, nunca deje de tener presente el verdadero final de la historia.
A pesar de no ser un cuento de hadas, resulta asombroso la manera en que las personas logran escapar de sus demonios. Tarde o temprano.
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*3 años después*
-Vamos bebé, despierta.- pedí dándole un pequeño beso en la mejilla.- estamos por llegar.-
-Estoy cansada.- susurró en mi cuello. Sus brazos envolvían mi abdomen.
-Lo sé, el viaje fue largo y agotador.- miré por la ventana y la casa de campo de mis padres se divisó a lo lejos. -en cuanto lleguemos iremos a mi habitación y dormirás un poco más.-
-Gracias.- murmuró aun adormilada.
Al llegar mi padre salió a recibirnos seguido de mi hermana.
-Llegas tarde.- murmuró con seriedad.- ¿se entretuvieron en el camino?- esta vez una sonrisa cómplice apareció en su rostro.
-El vuelo se retrasó, papa.- dije viendo como el rostro de la pequeña se sonrojaba.
-A mi no me engañas, traviesa.- habló Taylor aumentando ahora mi sonrojo.- Ya te extrañaba.- dijo dándonos un abrazo a ambas. -pero mas a ti. Te necesito ahora.- dijo tomando la mano de mi novia.
-Tay creo que tendrás que esperar, esta cansada y...-
-Está bien, amor.- cortó mis palabras. -será un momento y luego estaré contigo.-
Asentí y miré a mi padre para notar como me regalaba su mejor sonrisa.
-Deja que se vaya, hija, nada malo le sucederá.-
Las chicas fueron al patio trasero mientras mi padre y yo caminamos a su despacho. El chofer se encargaría de nuestro equipaje.
Al llegar sirvió dos vasos de agua para ambos.
-¿Cómo está todo en Londres, hija?-
-Va bien, el contrato con los nuevos proveedores se cerró con éxito.-
-Estoy orgulloso, Lauren. Expandir nuestra empresa esta saliendo mejor de lo que esperábamos y eso te lo debo a ti.-
-No es cosa de otro mundo.- murmuré tomando asiento frente a el. -Si mi tío no nos hubiera robado durante años, probablemente la empresa hubiera vuelto a su auge hace tiempo.-
-Sé que lo harás. Confió en mi hija.- tomé su mano por encima del escritorio en señal de agradecimiento.
-Vi a los señores Cabello el otro día.- murmuró cambiando drásticamente el sentido de la conversación.
-¿Cómo están?- pregunté tomando un poco de agua.
-Extrañan a su hija.-
Suspiré.
-Todos lo hacemos, papá.-
-¿Sabes algo de ella?-
-No hace meses.- un sentimiento de tristeza me invadió de inmediato.- No ha hablado con ninguna de nosotras, incluso Normani le perdió la pista.-
-¿Por qué no la buscas?-
-Ella me pidió que no lo hiciera.-
-Se que la extrañas, hija.- me miró fijamente como si intentara descubrir todos mis secretos.- deberías hacerlo.-
-La extraño demasiado.- murmuré sincera.- Dejarla ir fue lo más doloroso que pude hacer pero lo hice por ella.-
-¿Así que solo te rendiste?-
Decir que papá adoraba a Camila era quedarme corta.
-No puedo correr tras ella, papá.- miré por la ventana mientras un pesado suspiro escapaba de mis labios. -Sé que está conociendo gente, incluso sale con alguien.-
Esta vez mis ojos se cristalizaron.
Nunca tuve la oportunidad de hablarlo y hacerlo ahora solo removía viejas heridas.
-Ella solo esta viviendo, Lauren.- dijo con tristeza.- tuvo un accidente en el que perdió la memoria y otro en el que casi se repite la misma historia.-
-Lo sé papá, aun recuerdo ese día con claridad. Si el otro conductor no hubiera frenado, Camila probablemente no estaría aquí.- las imágenes de ese día aun aparecían en mis sueños. Yo gritando su nombre, Dinah diciendo que entre al auto para seguirla y ver como un auto iba en dirección a ella. Cerré los ojos en espera del fuerte impacto pero nunca sucedió. En lugar de eso solo escuchamos el fuerte ruido del claxon y el sonido que hicieron los neumáticos al frenar. Al abrir los ojos vi como Camila continuó con su camino mientras el otro conductor hizo todo por detenerse. La dejó vivir.
-Fue un milagro...-
-Créeme que lo fue pero... ella aun no nos perdona el haberle mentido y sé que sus padres la siguen buscando aunque las esperanzas de que ella regrese... - Luché para que una lágrima no hiciera su camino pero fue inútil.- La perdí.-
-Lauren...-
-Papá yo... la dejé ir y ahora ella es feliz con alguien más.-
-Eso no lo sabes...-
-Lo sé. -dije segura.- la busqué.- mi padre me miró sorprendido.
-¿A que te refieres? ¿La encontraste?-
Respiré para tranquilizarme.
-Hace un año, contraté a un investigador privado que dio con su ubicación.- Sonreí con amargura.- Fui por ella en cuanto lo supe, tomé el primer vuelo y al llegar estaba jodidamente nerviosa. Esperé fuera de su apartamento por horas hasta que la vi llegar de la mano de su novio. Me sentí tan idiota, papá.- esta vez las lágrimas empezaron a aparecer. -Me escondí para que ella no me viera. Yo estaba ahí, de pie con mis esperanzas y sentimientos hecho añicos mientras ella sonreía enamorada. La hubieras visto, papá.- lloré.- Ella lo miraba como yo la miraba a ella. Como si nada más importara en el jodido planeta.-
Nunca antes se lo dije a nadie. Incluso Dinah desconocía el motivo de mi repentino viaje. Al llegar preferí olvidarlo y nunca lo saqué. Nunca dije lo destruida que estaba y lo idiota que me sentía por mantener la esperanza de que ella regrese por mí.
-Lauren...-
-No tenía nada más que hacer ahí.- murmuré.- salí del edificio y tomé un vuelo de regreso a Londres. Me centré en el trabajo y mi mundo se encerró en las cuatro paredes de mi oficina. – Suspiré empezando a secar mis lágrimas.- tiempo después Ariana apareció y las cosas simplemente se dieron.-
-¿Cómo la conociste?-
La comunicación con mi padre empezaba a mejorar después de que saliera de la clínica de rehabilitación pero había algunos detalles que él desconocía de mi vida. No lo culpaba, la distancia era un gran factor ahora.
-En realidad la conocí aquí, en Miami. Salimos por poco tiempo hasta que formalicé con Camila. Dejamos de vernos por algunos años hasta que ella ganó una beca para continuar sus estudios superiores en Londres. Vamos a la misma universidad pero no lo sabía hasta que nos encontramos en un bar. Las vueltas que da la vida.- sonreí.- no esperaba volver a verla pero ahí estaba... rescatándome sin saberlo del agujero en el que había cavado por mucho tiempo.-
-¿La amas?- me preguntó con sinceridad. Saqué una pequeña caja de mi chaqueta y la puse en el escritorio frente a él.
-Me casaré con ella, papá.- lo dije segura y sin vacilar.
Mi padre tomó la cajita aterciopelada para mirar en su interior. Un anillo de compromiso brilló con elegancia.
-Es hermoso...- murmuró embobado. También yo lo estaba en cuanto lo vi. -Hija, no quiero ser molesto y sabes que adoro a Ariana pero... ¿estas segura?-
Sabía que mi padre no tenía problemas con mi novia, su relación era buena pero sé que lo hacía por Camila.
Mi padre siempre pensó que mi historia con ella sería igual a su historia con mamá.
Y para mí lo fue.
Fue perfecta e insuperable.
Pero terminó.
-Lo estoy.- volví a mirar por la ventana, viendo a Taylor y Ari conversar animadamente. Ari sonreía y sin pensarlo sonreí por eso. -La quiero en mi vida por el resto de mi vida.-
-Pero...-
-Papá, extraño a Camila y los momentos que pasé con ella pero ahora son solo recuerdos. No puedo seguir viviendo de ello. Ari es real y esta conmigo. -Suspiró con tristeza. Definitivamente adoraba a la pequeña. – Escucha, Camila fue mi "gran amor"- siempre lo pensé.- pero encontré a mi "amor verdadero"-
Finalmente logré poner una sonrisa en su rostro. Se que se alegraba por mi.
-¿Entonces va en serio?-
-No tengo duda de ello. La amo demasiado.-
-Disculpa, ¿A quién amas?- el simple sonido de su voz me hizo sonreír pero asustar a la vez. Vi a mi padre abrir los ojos como plato antes de ocultar el cofre de terciopelo que seguía en sus manos. Negó suavemente avisándome que Ariana no lo vio. Me tranquilicé.
-A una chica de hermosos ojos y adorable sonrisa. Tiene un perfecto hoyuelo en su mejilla cuando sonríe.- la miré y ella me miraba con un brillo único en los ojos.- ¿La conoces?-
-Claro que sí.- dijo acercándose a mí para dejar un pequeño beso en mis labios. – ¡Esa chica está loca por ti!- Sonreí.- En realidad no sé qué tienes pero ella habla de ti como si fueras magia.- elevó los hombros restándole importancia.
La amaba demasiado.
-De seguro está un poco loca.-
-No tanto como tú por mí.- tenía razón.
-Completamente loca por ti.- aseguré levantándome para darle un beso y envolverla en un fuerte abrazo. Me abrazo de vuelta y la escuché bostezar. -¿Cansada?- asintió como una niña pequeña.
Su simple gesto hizo revolotear mi corazón. Tomé la mano de mi novia antes de dirigirme a mi padre.-Iremos a dormir un poco, el viaje realmente fue agotador.- asintió en comprensión y caminamos a la puerta pero antes de salir, volví la vista a él para notar como su mirada caía sobre el cofre que tenía en sus manos. Su tristeza volvió.
-Espérame.- pedí a Ari soltando su mano para volver junto a papá. El seguía sentado y sin problema me agaché para abrazarlo. Sé que se sorprendió porque tardó un poco en responder.
-Te quiero, papa.- susurré en su oído. -Sé que Camila es feliz y yo también quiero serlo.-
-Te quiero, Lauren.- respondió de regreso.- y si ella es tu felicidad, no tengo nada más que decir.-
Me separé de él para ver su hermosa sonrisa de vuelta. Tomó mi rostro y depositó un beso en mi frente antes de soltarme.
-Te veré a la hora de la cena, ¿de acuerdo?- lo vi asentir antes de salir de su despacho.
-¿Todo bien?- preguntó Ari volviendo a tomar mi mano.
Esa tranquilidad que sentía cuando ella estaba a mi lado, era lo único que quería por el resto de mi vida.
-Lo esta.-dije depositando un beso en su cabello antes de acercarla a mi cuerpo. -Te amo.-
-Lo sé.- respondió feliz con una tierna sonrisa en su rostro.
Lo que ella no sabía era lo que estaba por proponerle esta noche y la promesa que le haría por el resto de mi vida.
Ella sería mi esposa.
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-Stefa ♥