Sueños

By stark_forever

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Daenerys se encuentra desempleada y finalmente llega la oportunidad de trabajo que siempre ha deseado y con e... More

Nota
1. Adiós
2. Entrevista de Trabajo
3. Juego Dorado
4. Verdad
6. Recuerdos y Promesas
7. Último Día Libre
8. Hermanos

5. Decisiones

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By stark_forever

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DAENERYS

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Habían transcurrido casi dos semanas desde que había empezado a trabajar en los Laboratorios Stark. Hacerle caso a Missandei y aceptar el empleo fue sin duda la mejor decisión profesional que había tomado hasta la fecha. En ausencia de Jon Snow, mi jefe directo, el Sr. Eddard Stark me puso a cargo de cinco proyectos grandes, incluyendo uno de gran importancia para la población con diabetes del mundo.

Amaba el ambiente laboral, mis nuevos compañeros eran muy amables y, durante los primeros días se encargaron de hacerme sentir como en casa, me mostraron cada rincón del laboratorio y me ayudaron cada vez que, sin éxito, trataba de alcanzar algún reactivo o material de laboratorio que se encontrara en las repisas superiores de los almacenes.

Todo era perfecto. Sin embargo, el viernes antes del evento aniversario de la empresa, sentí como si hubiese aparecido en una dimensión alterna donde no conocía a nadie. Desde que llegué a mi lugar de trabajo pude percibir la tensión que reinaba sobre todos; los presentes se veían estresado, llenos de ansiedad, corrían de un lado para el otro sin siquiera disculparse si se tropezaban, algunos comprobaban cifras en las computadores e imprimían trabajos, otros revisaban cautelosamente que sus experimentos estuvieran en orden. Era como una olla de presión, con una fórmula para el desastre, a punto de estallar.

Me alarmó sobremanera el hecho de haber atravesado más de la mitad del laboratorio sin que nadie hubiese mirado en mi dirección o me hubiese ofrecido los buenos días. Me acerqué a una de las analistas con la que había hecho amistad y después de preguntarle qué era lo que le estaba pasando a todo el mundo, me explicó que ayer, mientras yo estaba reunida con el Sr. Stark, habían recibido un correo de Jon Snow en el cual les notificaba que llegaría el lunes en la mañana y que para ese entonces deberían tener listos los reportes y experimentos que él les había asignado antes de su partida.

La noticia del regreso de Jon Snow me cayó como un balde de agua fría, había olvidado por completo que en algún momento tendría que volver. Caminé prácticamente por inercia hacia mi oficina, encendí la computadora y revisé cuidadosamente cada uno de los reportes de experimentos y proyectos a mi cargo.

Pasado el mediodía, empecé a sentir con mucha más fuerza la presión por la llegada de Jon. Mi cerebro se empeñaba en jugar con mi sanidad mental y por momentos podía sentir que Jon estaba parado detrás de mí, con sus ojos clavados en mi nuca, mirándome con desaprobación mientras revisaba mi trabajo. Moví los hombros de forma circular por un par de minutos para disminuir mis niveles de estrés y luego fui por una taza de té para revisar mis reportes por última vez antes de mandarlos a imprimir.

Salí a ver cómo iban los analistas y me produjo satisfacción saber que casi todo estaba listo. Muchos de los reportes ya estaban impresos sobre los mesones y la mayoría estaba terminando de pasar los resultados obtenidos a los cuadernos de laboratorio.

De regreso en mi oficina tomé los informes de la impresora y los ordené en cinco carpetas distintas, una por cada proyecto, para poder llevárselos al Sr. Stark, que era el encargado de recibirlos en ausencia de Jon. Al llegar a su oficina me di cuenta que estaba en medio de una videoconferencia, y aunque hice el intento de devolverme, me hizo señas con la mano para que pasara. Continuó hablando mientras me acercaba a su escritorio y finalmente pude reconocer la voz de su interlocutor, era Jon Snow. Esperé pacientemente frente a su escritorio mientras ambos hombres continuaban con su plática. Jon le explicaba a su superior que no podría regresar a tiempo para el aniversario de la empresa porque había ocurrido un atentado terrorista en el aeropuerto de París y debido a esto las autoridades habían decido reprogramar todos los vuelos del fin de semana para el lunes y martes de la semana siguiente. Por lo que entendí, el vuelo de Jon estaba agendado para el sábado en la noche, por lo que llegaría el domingo en la tarde, a pocas horas del inicio del evento. Por lo tanto, ese cambio en su itinerario imposibilitaba por completo su llegada al aniversario de la empresa.

Por cuestiones de segundos, el semblante del Sr. Stark cambió por completo, se tornó triste y contrariado; sin embargo, retomó su habitual sonrisa con la misma rapidez que la perdió. Le dijo que entendía perfectamente lo que había ocurrido y que lamentaba enormemente que no pudiera estar presente para acompañarlos en el evento aniversario. Finalmente Jon se despidió del Sr. Stark y este le pidió que lo mantuviera informado del estatus de su viaje.

Me sorprendió el trato tan familiar existente entre ambos, si no hubiese sabido que el apellido de Jon era Snow, no hubiese dudado ni por un segundo que se trataba de padre e hijo. También me preguntaba por qué era tan importante para el Sr. Stark que Jon estuviese presente en el aniversario de la empresa, es decir, los Laboratorios Stark hacían este tipo de eventos benéficos al menos seis veces al año, de seguro Jon había asistido a muchos de ellos y tendría la oportunidad de asistir a muchos más cuando regresara. Entonces, ¿qué tenía este que lo hacía tan especial?

Una vez finalizada la videoconferencia, el Sr. Stark me pidió los reportes que le había traído y después de revisarlos rápidamente, me comentó sobre uno de los proyectos que pensaban retomar una vez que Jon regresara a Londres; me dejó saber que le gustaría que trabajara en ese grupo de desarrollo y me recomendó que en la medida de lo posible, le diera una segunda oportunidad a Jon.

• ✾ • ✾ • ✾ •

"Srta. Targaryen... Srta. Targaryen... ¡Daenerys!" Gritó Jon desde el otro lado del teléfono, trayéndome de vuelta a la realidad. Olvidé por completo que estaba hablando con él y sin darme cuenta, había empezado a quedarme dormida nuevamente. "¿Cuánto tiempo más tengo que esperar?"

Me senté en el borde de la cama tan rápido como pude y después de pestañear repetidas veces, para tratar de ajustar mi visión a la escasa luz de mi cuarto, miré el reloj que estaba sobre mi mesita de noche y me di cuenta que eran casi las tres de la madrugada. "Dis... Disculpe, es que es muy tarde o muy temprano, como prefiera verlo... y, siendo completamente honesta con usted... no esperaba recibir una llamada suya, muchísimo menos a esta hora." Le confesé antes de reprimir un bostezo.

"No entiendo su sorpresa, justamente eso es lo que define una llamada de emergencia, que es inesperada. Puede ocurrir en cualquier momento y a cualquier hora." Me respondió sarcásticamente. "¿Ya encendió su computadora?

«¡Mierda! Olvidé por completo ir a encender la PC.» Pensé mientras saltaba de la cama y corría hacia la sala. "Disculpe, mi PC es algo vieja y tarda mucho en encender, pero ya casi está lista." Le mentí rápidamente. Encendí la luz de la sala y pulsé el botón de encendido de nuestra desktop. Jon suspiró cansinamente, sin ocultar ni un gramo su disconformidad y me dijo que en ese instante me había enviado por correo la exposición que debía presentar esa noche en el evento benéfico de la compañía, remarcándome que debía aprendérmela a la perfección porque él no estaría allí para ayudarme si algo salía mal.

"¿Que yo debo qué?" Le pregunté sorprendida, levantando la voz.

"En primer lugar, no vuelvas a gritarme." Me respondió con frialdad. "Eres la segunda persona al mando en cuanto al Laboratorio de Control de Calidad se refiere, todas mis responsabilidades recaen sobre ti si yo no puedo estar presente para ejecutarlas. ¿O es que acaso no eres lo suficientemente buena para el puesto que según tú tanto querías?" Sentí ganas de matarlo mientras la sangre empezaba hervir dentro de mí; sin embargo, cuando estaba a punto de responderle, volvió a hablarme. "Si no me equivoco, las palabras exactas que utilizaste durante tu presentación para hacerme saber por qué era tan importante tenerte dentro mi equipo fueron -capacidades, conocimientos y experiencia- estoy empezando a creer que solo lo dijiste para conseguir el empleo."

Había empezado a sujetar el borde de la silla con tanta fuerza que mis manos empezaron a perder la sangre que circulaba por ellas, respiré profundamente y decidí ignorar su actitud arrogante y grosera. No le daría el gusto de verme fracasar, lo haría comerse una a una todas las palabras que acababa de decirme. "No se preocupe, Sr. Snow, tendré todo listo para esta noche. Puede contar con ello." Le informé que había recibido su correo y empecé a despedirme de él.

"No he terminado." Me dijo casi en un ladrido, frustrando mi acción anterior. "Abre la presentación, la revisaremos juntos."

Tardamos poco más de una hora en revisar la presentación. Tomé nota de los aspectos más importantes para él y me aseguré de tener en cuenta cada una de sus indicaciones. También fue muy enfático en hacerme saber que no había márgenes para errores, todo debía salir perfecto porque de mi desempeño de esa noche dependían un par de alianzas con empresas extranjeras que el laboratorio no podía darse el lujo de perder.

Finalmente se despidió y colgó antes de que yo pudiera hacer lo propio. Suspiré en completa frustración y tiré la cabeza hacia atrás, tratando de liberar un poco la tensión que había empezado a acumularse en mi cuello.

«Ahora sí estoy segura, Jon Snow va a acabar con mi vida.» Pensé mientras caminaba de vuelta a mi habitación. Necesitaba dormir al menos un par de horas más antes de empezar a engullir la presentación que mi jefe acababa de enviarme por correo.

• ✾ • ✾ • ✾ •

Miércoles, 4:48 a.m.

Como si se tratase de un déjà vu, volví a despertarme mucho antes de que sonara mi despertador. Me giré hacia el otro lado de la cama, buscando la frescura de la sábana fría que no había usado y me quedé mirando el techo.

"¡Pero qué carajo! ¿Acabo de soñar con Jon Snow?" No entendía por qué había tenido ese sueño tan raro e incontables veces me pregunté qué significado podría tener o por qué, entre tantas personas en el mundo, justo tenía que soñar con él. El solo hecho de recordarlo provocó que volviera a molestarme con él, me resultaba absurdo que alguien pudiera ser tan insoportable y mal educado sin ninguna razón; sin contar lo ridículo que era que también lo fuera en mis sueños.

Cerré los ojos con fuerza, obligándome a dormir un poco más, pero no lo logré. Entre Jon Snow y el sueño-pesadilla que acababa de tener me fue imposible volver a conciliar el sueño.

Me levanté de la cama con extrema pereza, fui al baño para poder asearme y luego le coloqué comida y agua limpia a nuestros gatos, que salieron corriendo de sus camitas al escuchar el sonido que producían las galletitas al caer en sus platos. Volví a mi cuarto, me vestí con ropa deportiva y salí a trotar un rato para tratar de despejar mi mente. Entre la ansiedad que me producía el hecho de ir a rechazar el empleo y el sueño que acababa de tener era más que suficiente para tener la cabeza llena de tonterías.

Cuando regresé a casa eran casi las siete de la mañana. Missie ya estaba preparando el desayuno y la saludé antes de ir corriendo a bañarme. A pesar de que solo iría a los Laboratorios Stark a rechazar el empleo, no pretendía llegar tarde. Nunca he sido una persona impuntual y no iba a empezar a hacerlo justo ese día.

Durante el desayuno, Missandei me repitió más de mil veces que le parecía una locura que fuera a rechazar el mejor empleo del mundo solo porque no quería trabajar con alguien; incluso intentó llamar a Grey para ver qué pensaba de Jon pero le hice colgar la llamada. Así ella tuviese razón, ya mi decisión estaba tomada, no había marcha atrás.

A las 7:45 a.m. salimos de casa hacia los Laboratorios Stark y en menos de media hora, ya me encontraba nuevamente en el edificio Este del complejo farmacéutico; sin embargo, las emociones que estaba experimentando en ese momento fueron diametralmente distintas a las que había sentido dos días atrás. Tenía una colección de sentimientos encontrados en mi pecho; primero recordaba mi sueño, lo feliz y segura que me había sentido dentro de las paredes de un laboratorio que aún no conocía por completo; luego recordaba mi entrevista con Jon Snow y lo patán que se había comportado en mi sueño, solo podía pensar que era una señal del cosmos advirtiéndome que lo mejor que podía hacer era rechazara el empleo; después recordaba a mi mejor amiga, diciéndome que no podía rechazar el empleo de mi sueños porque no me caía bien una persona y finalmente recordaba a Tyrion, diciéndome lo que mis ex jefes decían de mí; sí, es cierto que en la carta me explicaron que todo había sido una mentira, pero esa era la reputación que tenían los Laboratorios Khalasar, ¿por qué pensarían que yo era diferente? Quizá esa fue la razón por la cual me hicieron esa tonta prueba.

Exhalando una cantidad exagerada de aire, me acerqué nuevamente al módulo de la recepcionista. "Buenos días, soy Daene..." pero la recepcionista me interrumpió con una gran sonrisa, "Daenerys Targaryen, la recuerdo muy bien, me alegra que haya conseguido el empleo," dijo revisando su reloj, "aún es temprano, pero el Sr. Stark ya en el edificio. Le preguntaré si puede atenderla de una vez, deme un segundito. Por cierto, mi nombre es Mordane Brown, si en algo puedo ayudarla, no dude en decírmelo." Se presentó con dulzura mientras me extendía su mano con una gran sonrisa.

El Sr. Stark aceptó atenderme de inmediato. Le pedí a la Sra. Mordane que me ayudara con el torniquete y me miró confundida. "¿Qué pasó con su carnet?" Preguntó finalmente. "Ya no lo tengo," le respondí, encogiéndome de hombros, "se lo dejé al Sr. Stark antes de abandonar el edificio."

Con una pequeña sonrisa y quitándome de las manos la caja que había llegado a mi casa, me dijo que ella misma había sido la encargada de hacer mi nuevo carnet, así como de preparar y entregarle la caja al mensajero para que fuera entrega en mi casa.

La Sra. Mordane abrió la cajita que estaba dentro de la caja grande y, en efecto, ahí estaba mi nuevo carnet, sobre una tela blanca. El carnet tenía la foto que me habían tomado hacía dos días, mi nombre completo y mi cargo, Gerente de Control de Calidad. Cuando la Sra. Mordane terminó de sacar el contenido de la caja me di cuenta que la tela blanca era una bata de laboratorio, la cual tenía el lobo guargo de los Stark bordado del lado izquierdo del pecho, mi nombre y mi cargo. Sentí una mezcla de alegría y tristeza inundar cada célula de mi cuerpo; alegría porque tenía en mis manos lo que siempre había deseado y tristeza porque estaba allí para rechazarlo.

La Sra. Mordane me sacó de mis pensamientos al recordarme que el Sr. Stark me estaba esperando en su oficina al mismo tiempo que extendía sus manos para entregarme un nuevo mapa del edificio, mi carnet y la bata. Tomé el carnet y, con muchas dudas, lo guindé en mi cuello antes de guardar la bata dentro de la caja. Me despedí de la Sra. Mordane con una pequeña sonrisa, me acerqué a los torniquetes, puse mi carnet en el lector óptico. Luego me dirigí hacia los ascensores para subir al cuarto piso.

"¡Y con ustedes, la Srta. Daenerys Targaryen!" Una voz familiar habló a mis espaldas tan pronto como abandoné el elevador. "¡Bienvenida a casa!"

Me giré hacia él y sonreí con un poco de vergüenza. "Hola Robb, buenos días."

"Lo son, en especial contigo aquí." Robb se acercó a mí para darme un beso en la mejilla que me tomó por sorpresa. "Ayer en la tarde me enteré que habías sido seleccionada; desde que escuché tu respuesta en la primera prueba supe que lo lograrías." Confesó Robb con algo de orgullo. "Ven, te acompañaré a la oficina de mi padre, quizá corramos con suerte y me deje darte el recorrido de bienvenida a mí." Finalizó pícaramente mientras me guiñaba un ojo y me invitaba a caminar a su lado.

"Muchas gracias, Robb. Pero la verdad es que he venido a..."

"Srta. Daenerys Targaryen, muchas gracias por venir." Me saludó el Sr. Stark con una sonrisa mientras abría la puerta de su oficina para que ambos pudiéramos pasar. "Nuevamente le pido disculpas por lo ocurrido, me alegra saber que es algo que quedó en el pasado y que está aquí para..."

"Decirle que no acepto el empleo." Lo interrumpí, quitándome el carnet del cuello y poniéndolo sobre su escritorio junto a la caja que había llegado a mi casa. "Le agradez..."

Robb me tomó de un brazo y me giró hacia él mientras me preguntaba por qué lo hacía. Me quedé callada y fue el Sr. Stark quién le confesó que me habían hecho una prueba llamada el Juego Dorado. Robb volteó incrédulo hacia su padre, perdiendo el agarre que ejercía sobre mi brazo y le preguntó que por qué lo habían hecho, si ese tipo de pruebas casi nunca la hacían y mucho menos si se trataba de un aspirante. Su padre simplemente le dijo que tuvo sus razones y que con mucho gusto se las explicaba más tarde.

"Sr. Stark, le ruego que me disculpe, pero a mi también me gustaría saber cuáles fueron sus razones para someterme a tal prueba." Le dije mientras halaba una de las sillas de su escritorio para sentarme frente a él. "Oh, y no se preocupe en decirme que es una historia muy larga; como verá, sigo desempleada, así que no tengo muchas cosas que hacer últimamente. Tiempo es lo que me sobra."

El Sr. Stark se sentó en su escritorio y empezó a explicarnos que un miembro de su equipo más cercano le sugirió que yo podía ser la persona indicada para un proyecto muy importante que estaba engavetado desde hacía varios años, pero para estar seguros de que era yo la indicada, debían saber qué tan confiable era y si mi ética, principios y valores estaban por encima de mi ambición económica.

Mi cabeza repetía una y otra vez las palabras del Sr. Stark mientras mis manos se volvían una maraña de dedos producto de la ansiedad. Robb se dio cuenta y tomó una de mis manos. "Hey, tranquila. Después de lo que acabas de oír, ¿aún quieres rechazar el empleo?" Me preguntó con una pequeña sonrisa. Cambié mi mirada del uno al otro, sin saber qué hacer o decir. Robb giró mi silla hacia él para que pudiera verlo de frente y entonces me dijo que si bien sabía que el Juego Dorado no era una experiencia que pudiera definirse como fascinante, tampoco era como para rechazar el empleo de mis sueños y mucho menos ahora que conocía la verdadera razón por la cual había sido sometida a ella.

Liberando mi mano de su agarre y respirando profundo, le expliqué que no rechazaba el empleo por la prueba en sí, que fue lo suficientemente desagradable como para no querer pasar por una situación similar nunca más, sino porque el encargado del Departamento de Control de Calidad me dejó saber que no estaba interesado en tener a una persona como yo dentro de su equipo y que, más allá de que este fuese el empleo con el que había soñado toda mi vida, no quería transformar lo que amaba en un motivo de angustia por no poder satisfacer las expectativas de un jefe que desde un principio no me quería en sus filas.

Robb me miró con los ojos muy abiertos, como si acabara de escuchar la mentira más grande del mundo, incluso pude sentir como sus ojos buscaban el menor atisbo de falsedad o broma en los míos; pero al darse cuenta que no mentía, su mirada pasó de completa incredulidad a absoluta confusión. "¿Jon... Jon te dijo eso?" Me preguntó completamente sorprendido. Sin darme oportunidad de responder le habló a su padre. "Padre, pero no entiendo, Jon no... ¿Qué fue lo que pasó?" Le exigió saber.

Nuevamente, el Sr. Stark fue el encargado de decir las cosas que no lograban salir de mi boca. Le contó rápidamente el episodio de mi presentación y finalmente trató de explicarnos a ambos que en realidad Jon nunca quiso hacerme sentir de esa forma, que su pregunta había sido netamente profesional, sin ánimo alguno de ofenderme, pero que lamentablemente, el tono usado y la forma en la cuál fue formulada la pregunta no fueron los más acertados por lo que obviamente se prestaba a ser malinterpretado.

"Srta. Daenerys, reconozco que no tuvo la mejor de las primeras impresiones de Jon Snow, pero créame, trabajar con él no es tan malo, en realidad es una gran persona." Me aseguró el Sr. Stark, invitándome de forma indirecta a darle una segunda oportunidad.

"Lo que dice mi padre es cierto." Intervino Robb. "Jon es un gran jefe, un magnífico compañero de trabajo y una de las mejores personas del mundo. Me parece absurdo que tires por la borda todo lo que hiciste el lunes solo porque Jon no fue tan cortés como debía." Robb tomó una de mis manos nuevamente y, sonriendo con dulzura, me pidió que lo pensara una última vez.

Estaba totalmente abrumada por la situación y como no fui capaz de formular una frase coherente, simplemente bajé la mirada mientras negaba sutilmente con la cabeza. Pocos segundos después el Sr. Stark aclaró su garganta y me dijo que entendía perfectamente si no quería trabajar con ellos, pero que debía comprender que estaba rechazando una gran oportunidad y, lo que era mucho peor, me estaba negando la posibilidad de cumplir ese sueño del que había hablado en mi presentación. "Entonces Srta. Targaryen, ¿ya ha tomado una decisión?" Me preguntó mientras levantaba el auricular del teléfono que estaba en su escritorio.

"Sí, Sr. Stark. Le agradezco mucho la oportunidad que me está ofreciendo y sí, probablemente esté cometiendo el error más grande de toda mi vida, pero este empleo no es para mí. Mi decisión está tomada". Le dije con tristeza. El Sr. Stark asintió y con una mueca de decepción en el rostro, pidió por teléfono que le trajeran el contrato que habían preparado para mí.

Por tercera vez en el día, Robb volvió a tomar una de mis manos y la sujetó con fuerza entre las suyas. "¿Y si trabajas para mí? Es decir, conmigo, ¿aceptarías trabajar conmigo?" Abrí un poco mi boca, producto de la sorpresa. Robb sonrió y miró a su padre, que se había quedado como suspendido en el tiempo mirando con asombro a su hijo. "Padre, ninguno de los aspirantes que entrevistamos tenía los requisitos necesarios para trabajar conmigo; sin embargo, Daenerys está más que capacitada para hacerlo, revisé su hoja de vida. La aceptaría con mucho gusto en mi equipo, si ella así lo desea." Concluyó esperando una respuesta de ambos.

Con una gran sonrisa, el Sr. Stark nos dijo que por su parte no había ningún problema; sin embargo, me advirtió que la paga que me había ofrecido el día lunes no sería la misma, pues la vacante que Robb tenía en su departamento era para un Gerente Junior y la oferta se reduciría a £6,000 mensuales.

Miré a Robb y estaba feliz, sonriendo como un niño pequeño al que estaban por entregarle su regalo de cumpleaños. Miré de nuevo al Sr. Stark y con una sonrisa, levanté mi mano derecha para ofrecérsela. "En realidad mi ingreso mensual estaría aumentando en £6,000 así que, con mucho gusto, acepto el empleo." Le dije, mientras les sonreía a ambos.

Robb se levantó rápidamente de la silla y gritó «¡Sí!» mientras me halaba y me abrazaba con fuerza, levantándome en el aire. El Sr. Stark volvió a aclarar su garganta, interrumpiendo la efusiva e inapropiada celebración de Robb, el cual volvió a dejarme en el suelo mientras me pedía disculpas por su imprudencia.

"No hay problema, Robb. Pero en serio, no vuelvas a hacer eso." Le pedí con un poco de vergüenza mientras el Sr. Stark salía de su escritorio y se acercaba a nosotros. "De acuerdo, no volveré a cargarte de esa forma hasta que tú me lo pidas." Me prometió con una sexy sonrisa al mismo tiempo que me picaba un ojo.

Para mi sorpresa, el Sr. Stark también me dio un pequeño abrazo y apretó la mano de su hijo con fuerza. Posteriormente, volvió a sentarse en su silla, me dio la bienvenida formal a su empresa y me aseguró estar muy feliz de que hayamos logrado superar todo lo ocurrido. Tuvimos que esperar unos cinco minutos mientras traían mi nuevo contrato y, en menos de lo que dura un pestañeo, ya los tres lo habíamos firmado.

Cuando estábamos por salir de su oficina, para hacer el recorrido de bienvenida del edificio, el Sr. Stark recibió una llamada que no pudo posponer. "Padre, aún es temprano, si quieres yo puedo darle el recorrido de bienvenida." Se ofreció Robb inmediatamente, aprovechando la oportunidad. Su padre aceptó con un par de movimientos de cabeza antes de despedirse de nosotros y contestar la llamada.

Ese día no conocí el Complejo Stark en su totalidad, en realidad el recorrido se limitó solo al edificio Este porque nuestra jornada laboral estaba por empezar; sin embargo, lo poco que conocí, resultó ser mucho más de lo que yo esperaba. En la planta baja, a mano derecha, estaba el Almacén de Químicos y un área restringida que solo se usaba en caso de riesgo biológico; a mano izquierda estaba un cafetín y un comedor lo suficientemente amplio para 150 personas y en la parte posterior estaba una gran santa maría que permitía la entrada de camiones al edificio.

El primer piso estaba clausurado por remodelaciones, pero Robb me dijo que ahí solían estar los Laboratorios de Toxicología y Mezclas Intravenosas pero que habían sido trasladados hacía menos de un mes hacia el edificio Sur. También me explicó que en ese piso había un puente que conectaba el edificio Este con el edificio Norte. En el segundo piso a la izquierda, estaba el Laboratorio de Microbiología y a la derecha, el de Control de Calidad; me sorprendió muchísimo darme cuenta que, en la parte posterior, ambos laboratorios se conectaban y sentí un vacío en el estómago de solo pensar que a pesar de todo, terminaría cruzándome con Jon Snow continuamente.

En el ala derecha del tercer piso estaba el Laboratorio de Cosméticos y, a mano izquierda, estaban tres Laboratorios de Investigación Mixta. En el cuarto piso no había mucho que ya no conociera, a mano derecha había varios salones de conferencias y a mano izquierda, una serie de oficinas, entre ellas la del Sr. Stark, la de la Sra. Catelyn y la de Tyrion Lannister. En la parte posterior, había un laboratorio que no tenía nombre y que Robb tampoco mencionó, estaban todas las luces apagadas y parecía estar en desuso, así que tampoco me molesté en preguntar qué hacían ahí. En el último y quinto piso, estaban tres Laboratorios de Investigación, uno de Microbiología, uno de Control de Calidad y otro de Cosméticos; al final del pasillo, a mano izquierda, estaba el área de mantenimiento y una pequeña enfermería con todo lo necesario para brindar primeros auxilios ante cualquier eventualidad.

Después del pequeño recorrido por el que sería mi nuevo lugar de trabajo, tuvimos que volver a la oficina del Sr. Stark por la caja donde habían enviado mi carnet y bata de laboratorio. Robb me ayudó a ponérmela pero luego me miró con los ojos entrecerrados y con una mueca de desagrado en el rostro. "Esto está mal, tendremos que cambiar eso." Me dijo con una voz juguetona mientras señalaba el cargo bordado en mi bata. "Usted señorita, es un miembro orgulloso del Departamento de Microbiología. No podemos permitir que te andes paseando por el mejor laboratorio de este edificio en esas fachas. Ven, quítatela, vamos donde Mordane para que te arreglen esto mientras te muestro tu lugar de trabajo."

Mordane se disculpó conmigo al ver que había cometido un error tanto en la bata como en el carnet pero, Robb le explicó rápidamente que en realidad ella no había cometido ningún error sino que hubo un pequeño cambio de planes en cuanto al cargo que yo desempeñaría dentro de la empresa. Nos despedimos de ella y Robb le pidió que enviaran mis cosas al Laboratorio de Microbiología.

Cuando entramos al Laboratorio de Microbiología comprobé mis sospechas, era ridículamente inmenso, algo así como unir 3 o 4 laboratorios grandes en uno solo. El primer sector estaba compuesto por una hilera de lockers pegados contra la pared y unos 20 cubículos individuales con su propio mesón y lavaplatos. Después de esa área, había un primer laboratorio con su propia sala de balanzas seguido por un segundo laboratorio, un poco más grande que el primero; que, aparte de tener su propia sala de balanzas, también almacenaba todos los reactivos y materiales de laboratorio de uso diario; ahí nos encontramos con un pequeño grupo de personas preparándose para su rutina diaria, la mayoría ya tenían sus batas puestas y otros estaban en el mesón central hablando y tomando café. Robb los saludó con mucho afecto y me presentó rápidamente, explicándoles que yo era la nueva Gerente Junior de Microbiología. Justo después, había un tercer laboratorio de paso restringido, equipado con campanas y diferentes áreas con control de partículas. Cuando estaba por preguntarle dónde estaba mi oficina, Robb me pidió que lo siguiera a través de una puerta que separaba el tercer laboratorio de la parte final del ala izquierda, justo donde Robb me había dicho que nuestro laboratorio se conectaba con el de Control de Calidad. A primera vista, después de haber visto los otros tres sectores, pensarías que era una zona bastante insignificante; pero en realidad, era como la suma de los otros tres en un mini laboratorio con tres oficinas al fondo. "Aquella es mi oficina." Me indicó Robb, señalando hacia la extrema izquierda. "Esa es la oficina de Theon Greyjoy, el Gerente, mi mejor amigo y mano derecha. Y ésta de aquí es tu oficina." Me dijo con una gran sonrisa, mientras abría la puerta y me invitaba a pasar. "Aquí tienes todo lo que puedas necesitar, hasta tu propio baño".

Entré a mi nueva oficina y literalmente había de todo. A mano derecha había un mueble de madera con una cafetera, un juego de tazas y vasos, dos jarras de vidrio y un dispensador de agua; del lado izquierdo estaba un pequeño recibo conformado por tres sofás individuales y una mesita redonda de vidrio. Al fondo, lo primero que vi fue un gran escritorio de vidrio esmerilado con una computadora y un teléfono sobre él; justo detrás, entre las dos puertas que estaban en las esquinas traseras de mi oficina, había una biblioteca de tres cuerpos donde se podía apreciar una impresora multifuncional, un proyector de video y muchos libros científicos.

El baño se encontraba detrás de la puerta derecha, mientras que la de la izquierda daba paso a una pequeña sala de reuniones que por lo que pude ver, las tres oficinas tenían acceso a ella. En la sala de reuniones había un mesón central con capacidad para 10 personas, un televisor de pantalla plana conectado a un Blu-ray, nevera ejecutiva, microondas, otro filtro de agua y una cafetera.

Robb se reía disimuladamente ante mi cara de felicidad y asombro, pero cuando le conté que mi antigua oficina se reducía a un minúsculo escritorio con computadora y teléfono dentro de la oficina del gerente estalló por completo en risas, provocando que yo me riera con él. "No me extraña," confesó él cuando logró calmarse, "los miembros de la familia Khalasar siempre han sido muy avaros, incluso entre ellos. Por eso casi no invierten en investigación, lo consideran dinero perdido. Por lo general esperan que otro haga algún descubrimiento para ellos poder copiarlo." Coloqué la caja que llegó a mi casa sobre mi nuevo y reluciente escritorio mientras Robb me decía que nuestro pequeño paseo había llegado a su fin.

Me giré hacia él para darle las gracias por la oportunidad pero, para mi sorpresa, me conseguí con un Robb de ceño fruncido y espalda recta que me quitó el habla. "Ha llegado el momento de convertirme en el jefe amargado y mandón que el resto de tus compañeros de trabajo conocen." Me dijo con superioridad, usando una voz muy gruesa, impropia de él; pero, para su mala suerte, no fue capaz de aguantar la risa y no me quedó otra opción más que reírme con él.

Como Robb no tenía ningún proyecto preparado para mí, me dijo que podía volver a casa por las cosas que considerara necesarias para sentirme más cómoda en mi nueva oficina y así le daba tiempo de poner en orden los proyectos que aún estaban sin asignar.

Acepté su propuesta, pero no porque tuviese muchas cosas que buscar en casa, en esa oficina literalmente había de todo. Sino porque necesitaba a hacer algo muy importante. Guardé la caja que había llegado a mi casa en la gaveta inferior de mi nuevo escritorio, tomé mi cartera y le pedí a Robb que me marcara el ascensor, pues mi nuevo carnet aún no había llegado.

Me despedí de Robb antes de subir al ascensor y le di las gracias, como por quinta vez, por la oportunidad que me había dado. Una vez en planta baja, la Sra. Mordane se acercó a mí para decirme que estaban por subir mis cosas a Microbiología, pero que ya que estaba ahí, aprovechaba para hacerme entrega tanto del carnet como de la bata.

Salí del edificio Este de los Laboratorios Stark con una gran sonrisa en el rostro. Pero lamentablemente, antes de llegar a mi carro, pero pude sentir como se desdibujaba rápidamente al recordar hacia donde me dirigía. La verdad es que nunca me ha resultado sencillo ir a ese lugar, ni siquiera después de recibir una noticia tan buena como esta. Pero supongo que la vida es así, algunos lugares te llena de energía y otros simplemente te la roban, como si con cada pisada la alegría se escapara de tu manos.

◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦ ❁ ◦ ❖ ◦

Nota de Autor

¡Holaaaa! Aquí está el quinto capítulo de Sueños. Sí, lo sé, ya es sábado; pero de todo corazón les confieso que me fue imposible publicar antes; peeeero, si tomamos en cuenta que aún no me he acostado, podemos imaginarnos que sigue siendo viernes, jajaja.

Pobre Jon, no pega ni una con Dany. Y lo más triste del cuento es que el pobre no tiene ni la más remota idea de la mala impresión que Dany tiene de él. Tendrá que trabajar muy duro cuando regrese de París para conseguir que Daenerys cambie de parecer.

¿Qué les parece Robb? Para mí es demasiado adorable, es de esos jefes que se vuelven tus amigos y hasta terminas yendo a un bar a tomar con ellos. ¡Me encanta, lo amo!

La pregunta de las 50.000 lochas, ¿a dónde creen que va Dany?

Como siempre, les agradezco mucho, mucho, muchísimos que se pasen por aquí a leerme. Espero ansiosamente mi pago por este capítulo, es decir, comentarios y estrellitas, jajaja, ¿qué más puede pedir un escritor de fan fictions?

Nos leemos pronto =D

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