5. Decisiones

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DAENERYS

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Habían transcurrido casi dos semanas desde que había empezado a trabajar en los Laboratorios Stark. Hacerle caso a Missandei y aceptar el empleo fue sin duda la mejor decisión profesional que había tomado hasta la fecha. En ausencia de Jon Snow, mi jefe directo, el Sr. Eddard Stark me puso a cargo de cinco proyectos grandes, incluyendo uno de gran importancia para la población con diabetes del mundo.

Amaba el ambiente laboral, mis nuevos compañeros eran muy amables y, durante los primeros días se encargaron de hacerme sentir como en casa, me mostraron cada rincón del laboratorio y me ayudaron cada vez que, sin éxito, trataba de alcanzar algún reactivo o material de laboratorio que se encontrara en las repisas superiores de los almacenes.

Todo era perfecto. Sin embargo, el viernes antes del evento aniversario de la empresa, sentí como si hubiese aparecido en una dimensión alterna donde no conocía a nadie. Desde que llegué a mi lugar de trabajo pude percibir la tensión que reinaba sobre todos; los presentes se veían estresado, llenos de ansiedad, corrían de un lado para el otro sin siquiera disculparse si se tropezaban, algunos comprobaban cifras en las computadores e imprimían trabajos, otros revisaban cautelosamente que sus experimentos estuvieran en orden. Era como una olla de presión, con una fórmula para el desastre, a punto de estallar.

Me alarmó sobremanera el hecho de haber atravesado más de la mitad del laboratorio sin que nadie hubiese mirado en mi dirección o me hubiese ofrecido los buenos días. Me acerqué a una de las analistas con la que había hecho amistad y después de preguntarle qué era lo que le estaba pasando a todo el mundo, me explicó que ayer, mientras yo estaba reunida con el Sr. Stark, habían recibido un correo de Jon Snow en el cual les notificaba que llegaría el lunes en la mañana y que para ese entonces deberían tener listos los reportes y experimentos que él les había asignado antes de su partida.

La noticia del regreso de Jon Snow me cayó como un balde de agua fría, había olvidado por completo que en algún momento tendría que volver. Caminé prácticamente por inercia hacia mi oficina, encendí la computadora y revisé cuidadosamente cada uno de los reportes de experimentos y proyectos a mi cargo.

Pasado el mediodía, empecé a sentir con mucha más fuerza la presión por la llegada de Jon. Mi cerebro se empeñaba en jugar con mi sanidad mental y por momentos podía sentir que Jon estaba parado detrás de mí, con sus ojos clavados en mi nuca, mirándome con desaprobación mientras revisaba mi trabajo. Moví los hombros de forma circular por un par de minutos para disminuir mis niveles de estrés y luego fui por una taza de té para revisar mis reportes por última vez antes de mandarlos a imprimir.

Salí a ver cómo iban los analistas y me produjo satisfacción saber que casi todo estaba listo. Muchos de los reportes ya estaban impresos sobre los mesones y la mayoría estaba terminando de pasar los resultados obtenidos a los cuadernos de laboratorio.

De regreso en mi oficina tomé los informes de la impresora y los ordené en cinco carpetas distintas, una por cada proyecto, para poder llevárselos al Sr. Stark, que era el encargado de recibirlos en ausencia de Jon. Al llegar a su oficina me di cuenta que estaba en medio de una videoconferencia, y aunque hice el intento de devolverme, me hizo señas con la mano para que pasara. Continuó hablando mientras me acercaba a su escritorio y finalmente pude reconocer la voz de su interlocutor, era Jon Snow. Esperé pacientemente frente a su escritorio mientras ambos hombres continuaban con su plática. Jon le explicaba a su superior que no podría regresar a tiempo para el aniversario de la empresa porque había ocurrido un atentado terrorista en el aeropuerto de París y debido a esto las autoridades habían decido reprogramar todos los vuelos del fin de semana para el lunes y martes de la semana siguiente. Por lo que entendí, el vuelo de Jon estaba agendado para el sábado en la noche, por lo que llegaría el domingo en la tarde, a pocas horas del inicio del evento. Por lo tanto, ese cambio en su itinerario imposibilitaba por completo su llegada al aniversario de la empresa.

SueñosWhere stories live. Discover now