Así, eres suficiente.
Así con las marcas en tu cuerpo que cuentan la historia de quién eres y quién fuiste.
Así con las cicatrices en tu alma, huellas de cosas que aprendiste.
Así, con los logros que alcanzaste y que te dan orgullo.
Así, con los fracasos y defectos que no quisieras que fueran tuyos.
Así, con lo que no te gusta y lo que te cuesta.
Así, con los errores de los que llevas la cuenta.
Así, con los miedos que todavía no lograste educar.
Así, con las cosas que te hacen reír o llorar.
Así, con lo que no puedes disimular.
Así, con lo que amas y con lo que sueñas. Así, con esa sonrisa.
Así, con ese pelo, ese perfil, esa estatura, ese tono de voz.
Así, con esa mirada.
Así, con ese corazón.
Así, con tus gustos.
Así, con todo lo que eres.
Así, eres suficiente.
Suficientemente amado por alguien que consideró que valía la pena dar hasta la vida por ti.
Suficientemente deseado por Aquel que planeó que existieras así, acá, ahora, hoy.
Suficientemente aceptado por alguien que decidió darte otra oportunidad y su perdón.
Suficientemente cuidado por alguien que no descansa ni de noche y es poderoso como un león.
Suficientemente bendecido por Aquel que te dio su Espíritu y no un espíritu de temor.
Suficientemente abrazado por Aquel que es suficiente.
Eres suficiente, no importa lo que diga tu mente.