Apreté mis ojos y las mejillas de mi rostro con mis manos, quería destripar mi cabeza con la fuerza de los dedos. Las lágrimas eran raudales de corrientes de agua que salían por mis pupilas. Los pensamientos eran voces en mi cabeza, los recuerdos me abrazaban y cada imagen de aquel momento me perseguía, cada palabra me susurraba al oído..."Dispárale Elton, es la única salida, si el habla estamos perdidos. La corte no nos lo perdonaría, seríamos exiliados, desterrados de nuestra esencia"
Giré la perilla de la regadera y deje caer el agua sobre mi cuerpo, solo quería deshacerme de las manchas de sangre pegadas a mi cuerpo, sangre seca y oscura. Sangre que sólo nosotros podíamos ver.
"Elton si no le disparas yo mismo lo haré y luego me encargare de ti, ¡coño, dispárale!"
Salí del motel y subí a lo más alto de aquel rasca cielo, sólo quedaban 2/4 de hora antes de ser abierto el acceso y poder olvidar esto...
"Jedhil quitó el arma de mis manos. Para esto el escurridizo joven daba saltos prolongados, sus saltos eran enormes y su rapidez no es posible verla con los ojos humanos, Jedhil jaló del gatillo.
Era espeluznante ver caer a un mortal como si a un títere le cortaran los hilos, pero nada era semejante al ver salir un cuerpo celestial, y ser disperso por el aire como polvo."
-creí que ya no vendrías- preguntó Jedhil, parado en una esquina del rasca cielo.
-claro que vendría, no soportó estar ya en esta tierra, me siento tan débil, y ahora tan sucio, nuestra divinidad se mancha cada minuto aquí.
Un rayo de luz se posaba en nuestras manos, era la señal de dejar estos cuerpos, y de regresar.
5 cosas eran seguras;
1.- hemos matado a un ángel.
2.- la traición se paga con precio de demonio.
3.- la paz no durará en nosotros mucho tiempo.
4.- la sangre del cuerpo muerto clama desde la tierra diciendo los nombres de sus asesinos, (aunque gritaría los nombres de los dueños de los cuerpos que habitamos).
5.- una pluma de mis alas no está.