Me eché a correr como si no hubiese un mañana. Abrí la puerta principal y salí a la calle.
Zack me seguía.
Zack corría detrás de mí.
Zack quería matarme.
El chico había matado a sus padres. Descubrí su secreto y ahora quiere deshacerse de mí.
Intenté perderlo entre una multitud, pero se me hizo imposible, no había manera de que Zack me perdiera de vista.
Tenía la respiración agitada de tanto correr. Zack me había acorralado en un lugar desolado, sin gente, vacío.
Estaba desarmado, y en cuanto a él, tenía un fierro, el cual recogió del suelo hacía unos segundos. Traté de buscar un arma, lo que sea.
Encontré una roca.
-¡¡Détente!! -exclamé amenazándolo con el objeto.
Pero tras un mal cálculo, acabé siendo golpeado por el fierro.