Sae Wa se abofeteó mentalmente cuando los labios de Yoongi se posaron sobre su cuello y ella pensó que estaba soñando.
Pero no, no lo estaba haciendo, sus sueños nunca se sintieron tan bien a pesar de que en ellos hacía muchas más cosas que imaginar al chico besarle el cuello.
Pero nada más el roce de esos labios en su piel, eran mejor que todos los orgasmos que había tenido en su vida.
La humedad de los labios de Yoongi se esparció haciendo una delicada línea en la piel de la chica cuando este subió y bajó sobre su cuello. Sae Wa sentía descarga tras descarga eléctrica en su espina dorsal y su corazón estaba bombeando más sangre de lo normal.
Seguro estaba sonrojada, seguro estaba que se desmayaba pero lo que si era más que seguro es que estaba mojada.
— Hong —Susurró él sobre ella —Hong —Repitió —Todo esto es tu culpa —El aliento de Min chocó contra su piel y la cordura se le fue a la mierda.
Subió sus manos hasta la espalda del chico y lo apretó más hacia él como si no quisiera soltarlo.
¿Era muy osado?
A Yoongi no parecía importarle mucho lo que ella le demandara. Necesitaba tocar, sentir, sentir, sentir... Yoongi quería sentir... algo. Después de tantos años reprimiéndose, quitándose todas las oportunidades de sentir quería aunque fuera un vez dejarse llevar, después de todo no iba a salir lastimado ¿no?
— Yoongi —Dijo ella con la voz entrecortada y a él le pareció sexy.
Sexy, nunca antes había pensado en una palabra así. Jamás una mujer le pareció sexy porque todas le daban asco.
— Déjame sentir, Sae Wa —Dijo él embebido en sus pensamientos. Sabía que debía detenerse, sabía que era algo que no debía hacer pero sin que supiera la razón precisa Sae Wa le había llevado al colmo de la tentación sin siquiera mover un dedo.
¿Era justamente la indiferencia de la chica lo que lo tentó? Porque todas se le ofrecían y todas se le insinuaban y Yoongi le tenía un repudio particular a las mujeres que hacían eso. Tan sólo recordar el pasado y la razón por la cual tenía esa aversión le hizo sentir mareado.
Separó sus labios de la piel de la chica y se dejó reposar sobre su hombro, a Sae casi le pareció que se había desmayado justo cuando aquello apenas empezaba.
— ¿Qué quieres sentir? —Le preguntó ella.
Hoy no entendía nada, su cerebro y su pecho eran un desastre porque aún no podía creer lo que estaba pasando pero no era tiempo de reprochar o pedir explicaciones, sólo quería disfrutar de lo que estaba ocurriendo.
— Algo... —Murmuró él cansado —Algo... por primera vez.
Tantas preguntas le daban vueltas en la cabeza pero se limitó a abrazarlo más. El peso de Yoongi la empujó contra la puerta y su espalda chocó con la madera, aún lo tenía encima echado sobre su cuello.
— Déjame intentarlo —Dijo Sae acariciando el cabello de Yoongi por la nuca. Él se estremeció a su tacto y soltó un leve gemido.
Siempre había soñado con follárselo salvajemente pero ahora no sabía por qué sólo actuaba como si no quisiera romperlo y por eso optó por acariciarlo con suavidad.
— Me gusta —Murmuró Yoongi —Me... —Unió de nuevo sus labios con la piel expuesta del cuello de la chica pero esta vez succionó cada vez con más fuerza haciendo que Sae soltada un gemido.
Ese gemido excitó a Yoongi y notó como su entrepierna se endurecía contra sus pantalones. ¿Es esto lo que se supone que se debe sentir al estar con una mujer? ¿Un cosquilleo y unas ganas de recorrer el cuerpo de la otra persona sin sentirte asqueado y con ganas de vomitar?
Si era así entonces lo disfrutaría como pudiera.
— ¡Ah! —Exclamó Sae cuando la mano izquierda del chico entró por su blusa para tocar su abdomen.
— Entre tus gemidos y la mordida de labio de hace un momento, yo...
Yoongi se sentía embebido en algo que nunca antes experimentó por varias razones: Trauma, miedo, asco y más miedo.
Sae se estaba retorciendo ante el tacto de esos finos dedos que hacían círculos en su piel. Ojalá se escabulleran hacia su sostén y se convirtieran en exploradores.
Pero fue justamente el miedo lo que paralizó a Yoongi.
— ¿Qué...
Él se separó lentamente de Sae Wa y se llevó las manos al rostro mientras negaba con la cabeza.
— No, no. No puedo hacerte esto —Dijo —No puedo hacerme esto...
Pero si nadie lo va a descubrir. ¿A qué le temes otra vez?
— ¿Yoongi, qué pasa? —Preguntó la confundida chica mientras que él se apoyaba en el borde del escritorio y la veía con el semblante decaído.
— No pasa nada, lo siento —Se disculpó.
Pero Sae no quería escuchar disculpa alguna, quería seguir.
— ¿Es por tu esposa? ¿Es porque... por qué?
— Olvídalo, esto no debió pasar.
Anoche se había arrepentido de ir a Neon a pesar de que no pudo estar con aquella mujer de vestido rojo porque cuando se desnudó frente a él sintió arcadas. Hoy había decidido no caer en el mismo error y míralo ahora, besando a su empleada, seduciendo a Hong.
Pero extrañamente ella no le repugnaba.
Entonces, ¿por qué no seguía? Simple: miedo.
— Sí debió pasar —Dijo ella —Si pasó es porque querías ¿no?
Yoongi negó.
— ¿¡Qué pasa contigo!? El otro día me preguntas si lloro por ti, luego vienes a hacer esto y yo... yo no entiendo nada —Se mordió la lengua para evitar decirle que también sabía que fue a Neon.
— Esto está mal, está prohibido. Es peligroso y yo no quiero incitarte a algo... —Sae Wa se acercó peligrosamente a él tomando su rostro entre las manos. Yoongi tenía los ojos abiertos como platos.
— Tengo tantas preguntas —Le susurró cerca de los labios mientras bajaba una mano al cierre del pantalón de Yoongi —Pero me las responderás después, Min Yoongi —Lo miró con ese brillo en los ojos que le hizo saber que lo deseaba —Porque ahorita nada está prohibido y yo sólo quiero que termines lo que empezaste —Dijo empujándolo hacia el escritorio haciéndolo caer sobre él tirando las cosas hacia el suelo.
— Sae... —Algo dentro de él decía que no debía seguir pero las ganas lo estaban invadiendo, su cuerpo estaba reaccionando al tacto de la chica cuando se le montó encima y empezó a besarlo con desesperación.
Mil veces había soñado besarlo y hoy podía hacerlo, Yoongi no se resistía.
Él llevo sus manos al cabello de la chica y la tiró hacia él para ahondar el beso. En un movimiento rápido se giró para ser él quien montara a Sae Wa y con poca delicadeza sacó los botones de la camisa blanca de la chica.
Le gustaba sentir, estaba dejándose llevar.
— Quiero... —Dijo ella —No pienses que está mal.
Porque oh joder, todo eso estaba mal pero a ambos les estaba encantando.
Yoongi llevó sus manos al cierre de su pantalón y se quedó congelado cuando pensó en el próximo movimiento que debía hacer. Sae notó su cara de terror y duda así que se levantó con cuidado mientras que Yoongi se echaba a un lado y se ponía de pie.
¿Qué pasa? Se preguntó ella.
¿Por qué parecía que en un segundo Yoongi la quería tocar y al otro se quedaba congelado?
— Ven —Dijo ella sentada en el borde del escritorio. Yoongi hizo caso y se posicionó frente a ella.
El chico tragó duro cuando Sae terminó de quitarse la franela ya desabotonada y su sostén quedó a la vista.
¿Cómo es que tenía una piel tan bonita? Parecía de seda meditó el chico mientras paseaba la mirada en sus curvos pechos insinuados sobre la prenda.
— No pienses en nada —Sae llevó sus manos al cierre de Yoongi y lo bajó con lentitud. Abrió las piernas y lo acercó más a ella para que ambas partes íntimas se rozaran entre sí.
Yoongi sólo obedecía como si ella fuera una maestra a punto de enseñarle una lección nueva.
— Mierda —Gruñó él volviendo a poner su rostro en el cuello de ella.
Sae no sabía por qué él actuaba tan tímido y llegó a la conclusión de que era la culpa de serle infiel a su esposa lo que lo tenía así.
— ¿Qué quieres hacer? —Le preguntó ella.
— Sentir... —Ella se echó un poco hacia delante rozándose otra vez con él —Te... —Culminó Yoongi con un gemido leve.
— Entonces, hazlo.
— ¿El qué? —La miró con el ceño fruncido.
— Hazme tuya.
***
Sae Wa esperó los diez minutos que Yoongi se tomó para procesar aquella frase y como vio que el chico no parecía responder se bajó de la mesa y se arrodilló delante de él para sacar su miembro del pantalón y observarlo con detenimiento.
Si el no daba un paso, ella daría todos los que fueran necesarios.
— Mierda, ¿qué haces? —Preguntó él.
¿No era obvio?
Nunca antes había recibido una felación de ese tipo, no una que quisiera, no una que deseara pero ahora... Estaba tan duro de imaginarse a Sae metiéndose su miembro a la boca mientras que ella estaba a punto de salivar de tanto desearlo.
— Deja que te responda —Le dijo ella lamiendo la punta lentamente para luego succionar el glande.
— Maldita sea —Gruñó tomándola por el cabello.
Sae Wa sí que lo estaba haciendo sentir el puto cielo.
Ella agradecía que Yoongi le permitiera hacerle todo lo que siempre quiso empezando por una mamada.
Y esto era sólo el principio de todas las cosas que deseaba hacerle.
¿Debía ser un poco recatada o comportarse como una completa puta? ¿A Yoongi le gustaría suave o tendría que incluso tragárselo todo cuando terminara? Estaba debatiéndose internamente mientras lamía toda la extensión del chico y este apretaba más el agarre en su cabello.
— Maldi...ta... sea... Ah —Gemía —Ho... Hong.
Las succiones se volvieron más fuertes y seguidas así como el tirón de cabello que le dio Yoongi pero eso la excitaba más porque sabía que él lo estaba disfrutando.
Estaba a punto de empezar a acelerar el ritmo cuando un portazo se escuchó al otro lado de la oficina seguido de una desagradable voz que llamaba a Yoongi.
— ¡Yoongi! ¿Dónde estás? ¿Estás aquí? —Gritó la señora Min.
A Yoongi se le vino el mundo a los pies y se puso tan pálido que Sae pensó que había visto un fantasma. Sacó rápido su miembro de la boca de la chica y se abrochó los pantalones para salir casi corriendo del cubículo.
— No salgas —Le dijo antes de cerrar la puerta tras él y sin siquiera despedirse Sae lo perdió de vista.
— Maldita sea —Dijo ella bajito arreglándose mientras procesaba que todo se había acabado sin siquiera comenzar.
Sin embargo cuando volvió a su asiento estaba tan acalorada por pensar en Yoongi que no podía quedarse con las ganas. Iba a hacer algo peligroso.
Mientras que él había huido y seguramente estaba pálido y sudoroso ante la señora Min, a Sae Wa le excitaba ese peligro ahora que Yoongi le había dado luz verde. Le excitaba sobremanera saber que al otro lado de la puerta estaba él fingiendo ser un buen esposo aunque hacía unos segundos fue ella quien se la estuviera mamando.
Llevó su mano debajo de la falda mientras abría las piernas y metió dos dedos en su cavidad mientras cerraba los ojos pensando en él. Entraba y salía, entraba y salía con lentitud pensando en que era Yoongi quien se lo hacía. A la vez que escuchaba las voces del chico y su esposa al otro lado.
— ¿¡Hasta cuando... —Gritó la mujer.
— ¡Maldic... —Respondió Yoongi.
Sae Wa no escuchaba nada con claridad primero porque la lejanía no la dejaba y segundo porque se estaba masturbando como nunca antes en su vida pensando en Yoongi.
— Yoon... gi —Dijo apurando el ritmo mientras se mojaba la mano al entrar y salir —Yoon... Min... —Aceleró y aceleró hasta que sintió que el orgasmo la golpeaba y se tuvo que obligar a aguantar la respiración para intensificar el placer a la vez que se mordía el labio para no gritar el nombre de su jefe y delatarse.
Sin duda alguna Sae Wa tenía muchas preguntas en su cabeza pero ahorita mismo tenía también tenía dos afirmaciones en su cabeza: Había tenido el orgasmo de su vida pensando en Yoongi y que el siguiente que tuviera sería causado por el mismo chico follándosela como ella quisiera.
***
Sae Wa no supo más de Yoongi ese día. Después de que su esposa llegara los dos se fueron de la oficina con prisa y no se apareció en el resto de la jornada.
Le tocó saltarse el almuerzo para ponerse al día con el trabajo y todas esas horas estuvo impaciente repitiendo en su cabeza lo que había sucedido temprano. Maldito sea el mundo por quitarle la oportunidad de estar con Yoongi.
— ¿Sae Wa? —Gritó Taehyung desde la puerta de la oficina de Yoongi.
— ¡Aquí! —Miró el reloj de pared y notó que ya era su hora de salida y que por eso Tae la venía a buscar.
— Permiso —Dijo abriendo la puerta —¿Nos vamos? Jimin ya se ha ido y pensé que hoy nos podíamos ir juntos.
— Tae tienes como tres carros puedes ahorrarte tomar el autobús —Bromeó ella recogiendo su bolso.
— Pero me gusta irme acompañado —Se encogió de hombros —Además, así no llamo la atención.
— Tienes razón, vamos —Se levantó y tomó a Tae por un brazo para salir de la oficina.
— Sabes Sae, estaba pensando que... —Comentó alegremente el chico pero se detuvo inmediatamente.
— ¿Qué cosa?
Taehyung la tomó por los hombros y frunció el ceño mirando un punto fijo de Sae.
— Tae, ¿qué haces? —Le preguntó siguiendo su mirada.
— Tu cuello, ¿qué es eso?
Sae palideció.
— ¿Qué es... qué?
Taehyung hizo presión sobre el chupón que tenía en el cuello.
— ¡Duele!
— Sí, obvio. Es un chupón, ¿quién te lo hizo?
— Nadie, ¿por qué...
— ¿Fue Yoongi? —La pregunta la tomó por sorpresa.
¿Cómo mierda sabía que había sido él entre todas las personas?
— ¿Qué? ¡No! ¿Qué mierda dices? —Dijo zafándose de su agarre —Cielos, Tae.
— Sae Wa dímelo, ¿fue él...?
— No te diré quién fue. Es incómodo que preguntes algo así —Respondió ofendida adelantándose pero Taehyung la tomó del brazo e hizo que se girara.
— Sae Wa —La miró con el ceño fruncido. Su voz denotaba seriedad, algo extraño en Tae —No jodas a Min Yoongi. No le jodas la vida.
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sé que están confundidxs pero todo se aclarará conforme avanza la historia, lxs quiero mucho. gracias por tanto amor en el capítulo anterior, me hacen muy feliz.