Catch me baby (KMB Libro #2)

By ReynaCary

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LIBRO #2 Catch me baby Libro anterior: Kiss me, baby#1 Meses atrás le pedí ayuda a mi mejor amiga Alix para p... More

Catch me baby #2
Locuras aceptables
Un "Te quiero" no correspondido
Mi amiga "Mer"
El truco es tenerte a mi lado
Zombis y papilla
Encuentro ácido
Tan débil...
¡ATRÁPAME!
Me había atrapado
Corazón roto
Reacciones diferentes
5 segundos para decir adiós
Epílogo

La "X" fuera de moda

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By ReynaCary

Capítulo cinco

Alix

No sé por qué desperdicié mi fuerza en hablarle a Ethan si de cualquier modo ya sabía que no me iba a escuchar.

Tenía mis ojos cerrados porque el sol me estaba dando en la cara —y no quería quedarme ciega tan joven— cuando escuché a Ethan caer. Ahí me obligué a cerrarlos aún más porque no quería saber sí se había lastimado. Sentí como el polvo se levantó, escuché como sus pies derraparon varios metros después de mí y como una de las mochilas cayó haciendo un feo ruido, esperaba con todo mi corazón que hubiese sido la mochila.

—¡Alix! ¿Qué tan grave te sientes? —preguntó, acercándose, escuchaba sus pasos cada vez más cerca de mí cabeza. Yo seguía sin abrir mis ojos. Levanté mi dedo pulgar hacia arriba y luego lo dejé caer—. ¿Qué significa eso? —preguntó preocupado.

—Tengo hambre, Ethan —dije entre dientes.

Lo escuché suspirar, su aliento removió mi cabello de la cara. Abrí los ojos al no sentir la luz del sol.

—¿Sólo tienes hambre? —me preguntó. Su rostro estaba cerca de mí, cubriéndome del sol.

—Sí —contesté en un suspiro.

—Caíste de espaldas ¿Estás segura que no te duele nada? —asentí—. Alix, por favor háblame antes de que me dé un ataque.

—Ethan, caí de espaldas pero la mochila detuvo el impacto, la buena noticia es que creo que solo me lastimé el tobillo, la mala noticia es que la comida no sirve, debe de estar hecha más puré que la comida de los ancianos del asilo —le dije y por fin se mostró aliviado.

—¿Cómo está tu cabeza?

—Si tengo suerte sigue del mismo tamaño per…

—Hablo en serio, Alix. ¿No te duele?

Suspiré y moví mi cabeza hacia ambos lados, también hacia frente y atrás pero no sentía nada más que una ligera molestia, como cuando me arrojé del bungee por primera vez.

—La siento bien —dije finalmente al ver los ojos de Ethan casi salirse de sus orbitas de la desesperación—. Quedará pegada ahí un tiempo más.

—¿Y tú tobillo? —había olvidado que mi tía había estudiado dos semestres de medicina en la universidad y que Ethan había estado interesado en esa carrera por un tiempo, por lo que ambos compartían esa manía de actuar como doctores cuando había un pequeño accidente. Esta era la ocasión.

—Mi tobillo sí me duele un poco, pero no debido a la caída, fue poco antes de caerme que me lo lastimé.

—¿Por qué no me dijiste?

—Quería buscar a nuestros padres —dije.

Los dos nos quedamos callados unos segundos.

—Quiero revisar tu espalda ¿puedes voltearte? —habló—. Hazlo con cuidado. Te ayudaré con la mochila.

Me volteé como me pidió, con sumo cuidado quitó la mochila de mi espalda y empezó a tocar sobre mi blusa levemente, después hizo más presión hasta que puso casi todo su peso en mí espalda. Lo escuché suspirar de alivio.

—No hay sangre —murmuró para sí—. Te levantaré la blusa —me advirtió y asentí. ¿Qué otra cosa podía hacer?

—¿Por qué me tocaste así? —le pregunté sintiendo las huellas de sus manos en mi espalda aunque ya no me estaba presionando.

—Necesito saber si tu espalda sufrió un daño mayor, pero al parecer estás bien —contestó. No podía verlo, obviamente, pero sabía que estaba muy serio examinándome como si fuera un doctor. No me había dado cuenta de que ya había alzado mi blusa hasta que sentí sus dedos sobre mi piel—. Tienes unos raspones pero no parece ser nada grave —bajó mi blusa.

—La comida me salvó la vida una vez más —dije sonriendo.

—¿Puedes sentarte?

Asentí. Puse las manos en el suelo para ayudarme a sentarme, me empujé lentamente hasta que quedé sentada sobre mi pierna izquierda ya que mi tobillo derecho era el que tenía lastimado. Inhalé y exhalé, ni yo misma creía lo afortunada que había sido al no tener ninguna herida seria.

Ethan estaba frente a mí, viendo cada movimiento mío y cuando le sonreí estiró sus brazos hacia mí y me abrazó. Fue un abrazo brusco considerando lo que acababa de pasarme, pero fue agradable. Sentí como me apretó contra él, con una mano acariciaba mi espalda, con la otra mi cabello y también besó mi sien. Cerré mis ojos dejándome envolver en su abrazo, sentí ganas de llorar pero no lo hice.

—Tonta —susurró en mi oído.

—Lo siento —le susurré de vuelta—. Parece que sólo sirvo para preocuparte.

—Tonterías —rió—. Para eso existo.

Awww.

—¿Y ahora que haremos? —dije cuando dejamos de abrazarnos.

—Ahora te revisaré tu tobillo… —se calló cuando empecé a negar con la cabeza—. ¿Qué?

—Déjame revisar tus manos —ahora fue su turno de negar—. Tú ya te preocupaste por mí, ahora es mi turno de hacerlo por ti.

Soltó un suspiro y estiró sus manos hacia mí. A la…

Sus manos estaban completamente rojas y con pequeños puntos rojos de sangre, incluso tenía unas piedras incrustadas debajo de la piel de los dedos, pero sobre todo sus manos estaban sucias, no es que eso fuera lo más grave pero si podía infectársele los pequeños cortes que tenía.

Solté aire al ver que la flojera de Cam nos había salvado esta vez, Ethan había cargado la mochila de su hermana y era ella quien se había encargado de los primeros auxilios, pero ahora nosotros teníamos esa mochila. Le dije a Ethan que me acercara la mochila y para nuestra buena suerte nada se había roto. Teníamos vendas, algodón, alcohol y agua desinfectante, también pomadas y otras cosas que seguro nos iban a servir. Gracias.

Sentados bajo el sol empecé a limpiarle las manos y tuve que hacer uso de las pinzas de mi navaja multiusos para poder quitarle las pequeñas piedritas que tenía incrustadas en sus manos, Ethan no se quejó ninguna vez a pesar de que estaba segura que lo había lastimado en más de una ocasión, cuando terminé le coloqué una venda en ambas manos y tuve que obligarlo a mostrarme su cuerpo en busca de alguna otra herida. Lo bueno era que no parecía tener nada más.

Cuando terminé con él fue mi turno de nuevo para que revisara mi tobillo, lamentablemente tenía una cortada un poco profunda y una torcedura que me estaba hinchando el pie, Ethan me limpió la herida y aplicó una pomada desinflamatoria pero no sabíamos si iba a hacer efecto.

—Ahora sólo queda esperar a que alguien nos encuentre o empezar a caminar con la posibilidad de perdernos aún más —dijo Ethan.

—¿Qué hora es? —pregunté y de inmediato sacó su celular, primero revisó si había señal (más que nada para verificar, sabíamos que era casi imposible que tuviera señal) y después revisó la hora.

—Faltan 12 minutos para las dos de la tarde. Tenemos aproximadamente cinco horas antes de que empiece a oscurecer. Si quieres podemos caminar un poco en línea recta, estoy seguro que nuestros padres ya están buscándonos.

Asentí y me puse de pie. Cerré mis ojos por el dolor en mi tobillo pero casi de inmediato intenté cambiar mi rostro, no tenía caso que actuara débil en momentos así. Por mucho miedo y dolor que sintiera.

Ethan se quitó su mochila, juntó a su lado la mía y las dos que llevaba él y se inclinó frente a mí dándome su espalda.

—Ni creas que te dejaré caminar después de media hora de haberte caído de casi cuatro metros de altura.

—Ni creas que te dejaré cargar todo el peso mío y de esas mochilas —dije.

—Ni creas que te dejaré cargar alguna de esas mochilas en estos momentos.

Me crucé de brazos. Ethan se quedó dándome la espalda.

* * *

Ethan estaba sudando y mis brazos se resbalaban de su cuello pero si intentaba sostenerme con más fuerza terminaría ahorcándolo.

Después de todo había terminado en su espalda aunque sí había hecho el intento de caminar pero mi tobillo me estaba molestando tanto que no soporté caminar.

Ya eran las cuatro de la tarde y no habíamos visto señales de vida humana por ningún lado. Temía que nos hubiéramos perdido más.

Ethan volvió a hacer un esfuerzo por acomodarme en su espalda, tenía las dos manos ocupadas con nuestras mochilas por lo que no podía sujetarme bien.

—Hay que descansar —sugerí y él no protestó.

Nos detuvimos debajo de un enorme árbol, Ethan se sentó en una de las raíces que sobresalían y yo cerca de él en una piedra. Tomé la mochila con las botellas de agua y le tendí una, a esa hora del día y con el calor el agua ya estaba tibia pero al menos lo hidrataría. Ethan sufría de deshidratación de vez en cuando, pero no quería verlo mal estando perdidos en la montaña.

—Creo que tengo hambre —dijo limpiándose el agua que había resbalado de su boca.

—Veré que se logró salvar de la caída —empecé a revisar la mochila. Mamá tenía la costumbre de guardar la comida en recipientes de plástico aunque ya los hubiera guardado en una bolsita, siempre me quejaba de eso pero ahora cuando la volviera a ver se lo agradecería. Los sándwiches no se habían aplastado, sólo la salsa de tomate que habíamos puesto en unas bolsas se había derramado al interior de la mochila pero nada grave. Saqué un poco de la ensalada que también había sobrevivido y la abrí—. Al parecer aun sirve —tomé un poco con mis dedos y la probé, sabía bien—. ¿La quieres?

—¿Qué comerás tú? —preguntó y seguí buscando que más quedaba. Habían 4 sándwiches, un poco de ensalada, muchas barras de frutas y de chocolate, en serio, muchas —esas eran las golosinas que Ethan y yo habíamos llevado de contrabando— y un recipiente de plástico con frutas, teníamos naranjas y mandarinas.

—Hay mucho para escoger pero en caso de que no encontremos el campamento hoy deberíamos guardar un poco para mañana —dije—. Podemos comer un sándwich cada uno y una de las barritas de frutas que empacó mamá. Dejemos las naranjas y mandarinas para mañana y el chocolate para la noche.

—Bien. También tenemos 3 botellas de agua de dos litros cada una y una botella de suero de dos litros. Además que yo aún tengo mi botella propia a la mitad.

—Yo también. El suero será para ti.

—De acuerdo —sonrió.

—¿Por qué sonríes?

—Es que hemos dejado a nuestros padres y a Cam sin agua ni comida.

—Bueno pues que se coman entre ellos.

—Eso es demasiado cruel —dijo riendo.

—¿Por qué nos perdieron de vista sabiendo que nosotros teníamos esto? Muy mal de su parte —negué con la cabeza fingiendo molestia.

Ethan rió conmigo.

—Bien, hora de ponernos serios. Llevamos casi dos horas caminando, ya debimos de haber pasado por un río y creo que no he visto ninguno.

—Así es, al venir pasamos por tres ríos, el primero fue casi al salir del campamento, el segundo fue en la primera subida empinada que pasamos y el tercero en donde nos sentamos a comer.

—Entonces intentemos desviarnos un poco hacia la izquierda. Hemos estado viajando en línea recta pero en un momento dimos varias vueltas hacia la derecha lo que significa que si vamos de regreso debemos ir a la izquierda.

Asentí.

—De cualquier manera hay que ir dejando marcas —sugerí—. Seguro nuestros padres estarán buscando eso.

—De acuerdo.

—Pero que no sea una “X” —dije.

—¿Por qué no una “X”?

—La “X” está pasada de moda, hay que usar una “L”.

—Estamos perdidos y lo que te preocupa es que la “X” está pasada de moda —dijo sonriendo—. Sin duda estar perdido contigo es lo mejor.

Yo también estaba feliz de perderme junto a él.

* * *

Cuando cayó la noche los dos estábamos agotados física y mentalmente. La buena noticia es que habíamos pasado dos ríos. Las malas noticias, Ethan ya se habían deshidratado y mi tobillo estaba el doble de inflamado. También las noches eran demasiado frías y sólo teníamos una sudadera cada uno, yo llevaba short que me quedaban debajo de la rodilla y mis piernas se estaban congelando. Otra buena noticia es que el agua y los alimentos aun nos sobraban.

Creo que ambos habíamos aprendido la lección. No volver a alejarnos de nuestras familias o cargar con una brújula.

—¿Ya te sientes mejor, Ethan? —le pregunté.

—Sí, el suero parece haber hecho bien su trabajo. ¿Cómo está tú tobillo?

—Gordo.

—¿Te duele?

No tenía caso mentir.

—Sí.

Se quejó.

—Bien —soltó aire—. Pasaremos la noche aquí. Mañana temprano seguiremos caminando.

—Está bien.

Estábamos rodeados de árboles y no sabía sí era bueno o malo.

Ethan sacó el botiquín y lo guardó en la mochila con las botellas de agua, cuando la mochila quedó libre la acomodó en el suelo doblándola un par de veces, después se quitó la sudadera. Acomodó las dos mochilas que sobraban al lado de la mochila que había doblado en el suelo y sin avisarme me tomó de la mano para acostarme sobre mi lado izquierdo.

—No creo que corramos peligro pero de todos modos me quedaré despierto para cuidar. Deberías dormir. Usa mi sudadera para cubrirte.

Me tenía prácticamente atada al suelo.

—¡Estás loco! No me dormiré mientras tú estás despierto y pasando frio.

—Alix, no empieces, tu tobillo necesita descansar y

—¡Y tú también necesitas descansar! ¡No dormiré si tú no lo haces!

Después de unos minutos de discutir…

—Gracias por romper mi sudadera —dijo sarcástico.

Ambos estábamos acostados con nuestras cabezas apoyadas sobre la mochila que Ethan había acomodado en el suelo. Teníamos nuestras otras mochilas a un lado de nosotros para tener un poco de calor y había cortado la sudadera de Ethan por un lado para que nos pudiera cubrir a ambos. Mis piernas tenían frío.

Nos quedamos acostados por unos minutos sin decir nada hasta que empezamos a hablar de nuestros padres.

—Peor, mamá me va a matar, y que ella me mate con una de sus miradas es peor que lo que papá pueda hacer —dijo Ethan riendo.

—Por suerte soy la princesa de papá y él me salvará —dije sonriendo.

—Eres hija única ¿Cómo no lo haría?

Ambos reímos pero mi risa no duró demasiado. Al estar hablando de padres recordé a América, cada vez me sentía más mal y mentirosa por no decirle a nadie que estaba visitándola. Pero si le decía a Ethan…

—¿Estás bien? —preguntó como si estuviera leyendo mi mente.

—Ethan… ¿Qué piensas de América? —dije sin pensarlo, si lo pensaba más seguro no habría sido capaz de preguntar.

—Lo mismo de siempre. Es la mujer que me dejó con mi papá a nuestra suerte… honestamente no significa nada para mí. Sólo sé cómo es por las fotos que Italia y África tienen de ella, pero… bueno. No importa ¿Por qué me preguntas de ella?

Me quedé en silencio un instante y después lo abracé y me acurruqué en su pecho. Detestaba no poder decirle que ella había cambiado, que lo quería y se preocupaba por él todos los días. Quería decirle todo pero no podía sacarlo de mí.

Después de eso no hablamos, nos acercamos más y nos quedamos dormidos en un abrazo cálido.

En la noche mientras la temperatura bajaba aún más sentí mis piernas completamente heladas, estaba temblando. Ethan me sintió y me atrajo más a él, después pasó una de sus piernas por las mías y ahuyentó el frío casi de inmediato.

Al amanecer, los rayos del sol que se escabullían entre los árboles me dieron directo en la cara, apreté mis ojos antes de abrirlos lentamente, me quejé por el dolor en mi tobillo y ahora de todo mi cuerpo. Dormir en el piso no era cómodo.

Cuando estuve bien despierta e intenté levantarme caí de nuevo en el pecho de Ethan ya que me estaba sujetando fuertemente.

—Ethan —le hablé—. Despierta.

Se quejó y me soltó pero sólo con uno de sus brazos, el otro aun parecía clavado a mí.

—¿Qué hora es? —preguntó adormilado.

—Tú eres el que tiene el celular —dije y me señaló hacía el bolsillo del pantalón para que sacar el móvil.

—Son casi las 8 —dije volviendo a dejar el celular en su pantalón.

—Alix, no te asustes pero creo que tengo fiebre…

Antes de que terminara de hablar ya le estaba tomando la temperatura con mis manos. Era obvio que no íbamos a salir completamente sanos después de pasar una noche durmiendo a fuera pero no esperaba que Ethan se enfermara tan rápido. Quité la sudadera de nosotros, estaba mojada por la humedad de la noche. Me senté con mucho esfuerzo por mi tobillo y alcancé una de las mochilas que por suerte fue la correcta. Saqué una botella de agua y tomé la manga de la sudadera para poder mojarla, no estaba muy fría pero esperaba que ayudara un poco a bajarle la fiebre.  Le pasé la tela por la frente, mejillas y cuello. Mis manos estaban temblando.

—¿Te sientes muy mal? —le pregunté ya que aún no había abierto los ojos.

—Me siento cansado —susurró—. Sólo eso. ¿Cómo está tu tobillo? —murmuró después de unos minutos.

—Casi no me duele —mentí—. Puedo caminar así que no tienes que preocuparte por cargarme.

—¿Estás segura?

—Sí —debía estar realmente mal para no darse cuenta de que estaba mintiendo cuando mi voz estaba demasiado alterada—. ¿Puedes ponerte de pie? —le pregunté.

—¿Puedo descansar un par de minutos más? —preguntó entre dientes.

Apreté mis labios.

—Sí. Sí puedes.

Volví a remojar la manga de la sudadera y la dejé reposar en su frente. Tomé su mano y entrelacé nuestros dedos.

Sin Ethan yo no podía hacer nada.

—¡Los encontré! —gritó Cam.

Inmediatamente volteé hacia la dirección de donde escuché su voz. Se acercó corriendo y estaba sola. Se arrodilló a nuestro lado y me abrazó sin decirme nada.

—¡Por aquí! —volvió a gritar y salí de mi trance—. ¡Papá!

Escuché pasos y murmullos.

—¿Qué tiene mi hermano? —me preguntó y acarició su rostro.

—Amaneció con fiebre —contesté.

—Siempre ha sido un bebé —estaba riéndose y casi sentía ganas de llorar.

—Cállense que soy el más grande aquí —murmuró Ethan—. Cam, Alix tiene lastimado el tobillo. Que la revisen.

—No es nada… —empecé a decir pero en ese momento llegaron nuestros padres haciendo más ruido que el tráfico de la mañana. En serio.

Empezaron a hablar al mismo tiempo mientras se acercaban, lo único que logré entender era que estaban preocupados y que estábamos castigados lo que quedaba de vacaciones. Típico, te encuentran y te regañan.

Mi tío fue el primero en llegar a nosotros y se acercó a Ethan. Le tomó la temperatura rápidamente y le ayudó a sentarse, agarró la botella de agua que había dejado en el piso y de su bolsillo sacó unas pastillas para dárselas a Ethan que se las tomó rápidamente.

Mamá me abrazó por detrás y escondió su rostro en mi espalda.

—¿Cómo pudieron preocuparnos así? —murmuró entre sollozos.

—Es que vimos un castor gordo y gracioso…

—Estás castigada —dijo.

—Sí, mamá —puse una de mis manos sobre las suyas que aún estaban en mis hombros.

Papá ser acercó y me ayudó a levantarme, me abrazó fuertemente, de hecho su abrazo me dolió más que la caída del día anterior.

Volteé para ver cómo se encontraba Ethan, ahora ya estaba sentado y con los ojos abiertos, mi tío le hacía preguntas y él las contestaba, mi tía acariciaba su cabello mojado y tenía lágrimas en sus ojos.

—Déjame revisarte el tobillo —dijo papá atrayendo mi atención.

Mamá me ayudó a guardar equilibrio mientras papá retiraba un poco la venda que Ethan me había puesto.

—¡No, papá! —gritó Ethan y cuando volteé a verlo su rostro se veía ligeramente rojo, Cam y mi tía estaban riendo.

Mi tío estaba sonriendo, su rostro se veía lleno de alivio, abrazó a su hijo y le ayudó a ponerse de pie.

Después de unos minutos empezamos a ir al campamento. Papá me llevo en su espalda pero Ethan se quiso hacer el fuerte y caminó hasta el campamento.

En la tarde cuando mi papá y mi tío terminaron de subir todas las cosas que llevamos para acampar a la camioneta, Ethan se sentó a mi lado en la última hilera de asientos. Sacamos las últimas barras de chocolate que nos habían quedado y comimos en cuanto la camioneta se puso en marcha.

—Después de todo lo que pasó a mí me gustaría volver el próximo año —dijo sonriendo.

—Sí, además que no pudimos escalar como habíamos planeado —le recordé.

—Entonces ¿volvemos el próximo año?

—Sí, pero con brújula —señalé y río.

Eran casi cuatro horas de viaje desde el las montañas a nuestra casa y una sola barra de chocolate no fue suficiente para mí. Como a la hora de camino me quedé dormida.

Entre el sueño escuché un “Mira”, creo que fue Cam quien lo dijo y un “Lo sabía” por otra persona, creo que fue un hombre, no estaba segura. Sólo sabía que me sentía muy cálida mientras dormía.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * 

Regresé :D

Dos capítulos casi seguidos(?

Espero que les haya gustado. Prometo o espero que el próximo capítulo sea mejor que este. Si puedo lo subo mañana aunque estaré casi todo el día fuera jeje. Como sea estaré avisando en mi página cuando lo vaya a subir.

Y bueno, ya saben si les gustó no sean codos y regalenme una estrellita o un comentario o ambos que siempre ayuda ;)

¡Nos leemos después! :D

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