En una casa común y corriente en un barrio tranquilo en Londres una carta había llegado en una lechuza entrando mágicamente por la rejilla del correo donde una niña con el cabello castaño la tomo al ver su nombre escrito y al leerla fue a donde su madre para decirle que era momento que la cambiará de escuela, no entendió porque decía eso, así que, la tomó y le dio una pequeña leída y darse cuenta de lo peculiar que era.
Querida señorita Hermione Granger:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios. Las clases comienzan el 1 de Septiembre. Esperamos su lechuza antes del 20 de julio.
— ¿Qué es lo que sucede? — llegó su padre y vio el rostro de su esposa un poco preocupada — ¿qué es eso?
— Una carta — respondió temerosa — Una carta de una escuela llamada Hogwarts
...
Pasaron los días y recibieron una extraña visita del director de ese colegio, venía diciendo que visita a los hijos de padres muggles, explicándoles que son las personas que no tienen magia, para que sus hijos puedan aprender a utilizar los dones con los que han nacido.
Durante su estadía, Hermione estallaba de emoción cuando el señor le contaba historias sobre Hogwarts: le contó que había fantasmas, escaleras que se cambiaban de dirección, retratos que hablaban y en el gran salón había un techo que cambia durante todo el día como un cielo cualquiera. La madre la mandó a dormir cuando Dumbledore dejo la casa.
— Mamá... ¿Me mandarán a Hogwarts? — preguntó con esperanza mientras se preparaba para dormir.
— Eso creo — volteó a ver a Richard su esposo y él asintió con un movimiento de su cabeza.
— Sí... asistirás a Hogwarts, de hecho, Dumbledore me ha dejado una dirección y la lista de materiales para ir a comprarlos... ¿Te parece que vayamos este fin de semana? — ella emocionada contestó que sí.
...
El día tanto esperado por Hermione había llegado, era sábado en la mañana, la castaña estaba siendo despertada por su madre, irían a comprar el material para Hogwarts, iban en el auto en busca del lugar del cual les habían dado la dirección.
— De nuevo puedes decirme ¿Por qué vamos en junio a comprar los materiales?, Hermione entra a clases hasta septiembre... — preguntó Richard a su esposa.
— Pues, así me recomendó el director. dijo que los materiales se terminan muy rápido, todos los alumnos de Reino Unido van a comprar al Callejón Diagon... — le explicó.
— Oh... bien — dejó de hablar durante todo el viaje.
Afuera del lugar se encontraba un hombre muy grande, con cabello y barba negra no muy larga — familia Granger... Bienvenidos a la entrada del Callejón Diagon — Hagrid estiro los brazos en señal de que quería abrazarlos, ellos aceptaron el abrazo
Entraron a lo que parecía una cantina, nadie los volteo a ver, parece muy común ver a niños cruzar la puerta, siguieron al semigigante a la parte trasera del lugar donde se encontraba una enorme pared de ladrillos, Hagrid sacó un paraguas de su túnica, con el toco tres ladrillos hacia su derecha y luego dos hacia abajo, Hermione quedo boquiabierta cuando vio el Callejón Diagon.
— ¿Cómo has hecho eso? — le preguntó Hermione a Hagrid muy emocionada
— El truco es tres horizontales y dos verticales, recuérdelo siempre — le hizo una señal para que entrara.
Hermione vio la tienda de Calderos y entro rápidamente, gritando que le habían encargado un caldero número dos, Richard fue corriendo tras ella, Jean aprovecho y le preguntó a Hagrid como lo pagarán si no tienen dinero que usan los magos, a lo que él le respondió que Dumbledore le había dado el dinero suficiente.
Hagrid entro rápidamente a la Tienda de Calderos, ya que, Richard estaba a punto de pagar con dinero Muggle.
— Aquí dice que puedo llevar una mascota a Hogwarts, ¿me pueden comprar una? — Les preguntó a sus papás
Jean volteo a ver a Hagrid, a lo que Hagrid le contesto que fuera a escoger, Hermione no dudo y corrió al Emporio de Lechuzas — ¿por qué está pagando él? — Richard le preguntó a su esposa
— Querido... nosotros no tenemos el dinero que manejan ellos, arreglaremos eso luego — aseguró, Jean.
— ¿Qué hacen un par de Muggles aquí? —pregunto un señor vestido completamente de negro, lo único que resaltaba es su cabellera rubia
— Tal vez se perdieron — comento burlón lo que parecía su hijo.
— ¡He comprado una Lechuza Parda!, es linda, ¿no creen? — llegó Hermione emocionada por la compra que había hecho
— Muy linda, querida... ¿le has elegido un nombre? — pregunto su madre hincándose ante ella.
— Obvio no, mamá... la tengo apenas hace unos segundos — dio una pequeña carcajada. Hermione notó la presencia de el niño rubio, él la observaba detenidamente, al igual que la persona que se encontraba cerca de él, viendo su parecido, eran padre e hijo — hola — saludó feliz — ¿entrarás a Hogwarts?, veo que sí... tras la misma lista que yo, mi nombre es... — fue interrumpida por una voz grave
— Tenemos prisa — el señor tomo a su hijo del hombro y siguió su camino, el niño volteaba a ver a Hermione al igual que ella lo hacía — no quiero que le hables... Es una sangre sucia... — él asintió ante su petición.
— ¿He sido grosera? — preguntó Hermione a las tres personas que se encontraban con ella
— Oh no... — le respondió Hagrid — ellos son los Malfoy, suelen tratar mal a los muggles ya que su familia es de sangre pura...
— ¿Sangre pura? — lo interrumpió, Richard
— Toda su familia han sido magos — hizo una señal de que siguieran caminando y lo hicieron— rechazan todo proveniente de personas muggles
Habían entrado a la papelería donde compraron mucho pergamino que el semigigante salió cargado, apenas y podía ver por donde caminaba, Hermione sin percatarse de eso entro a la librería Flourish y Blotts.
Hagrid preguntó que quién cargaría los pergaminos, por él mientras iba con Hermione, Jean rápidamente señalo a Richard y él resignado estiró los brazos para que los pusiera ahí.
— ¿Quién cargará los libros que vaya a comprar? — pregunto Richard escondido entre tanto papel.
— Tú — contestó bromeando Jean, al ver el rostro de su esposo comenzó a reír — lo haré yo, si te apetece.
— Oh, claro que me apetece — dijo divertido.
Hermione se acercó al encargado de la Librería, dándole la lista de libros que les encargaban, él le trajo todos rápidamente, pero ella tenía ganas de comprar otros más, pues nunca había venido y no tenía ni idea de lo que se pudiera encontrar. Ella dio vueltas por la librería y vio un libro que decía Historia de Hogwarts, lo tomó y siguió caminando por ahí, vio otro título El niño que vivió, le dio curiosidad y sin dudarlo lo tomó igual, se acercó con el encargado
— Disculpa... ¿Por qué este libro estaba en la sección de Historia? — levanto el libro con el título de El niño que vivió
— Porque es historia, de como el que No Debe Ser Nombrado fue derrotado por un bebé de solo un año, hace más o menos once — le explicaba el encargado.
— Oh — dijo ella fascinada — me llevo estos dos más — se los entrego.
Siguieron comprando lo que pedían en la escuela, agregaron una palomita a las túnicas y la túnica de invierno y por último se dirigieron a la tienda de Ollivanders, Hagrid le pidió a Hermione que entrara para comprar una varita, sus padres entraron con ella, ya que, el semigigante se los pidió, porque comprar su primera varita es un momento único de todo pequeño mago.
— Hola Garrick — lo saludo Hagrid
— ¿Qué te trae por aquí? — preguntó el señor un poco mayor
— Un encargo especial — él le señalo a Hermione,
— ¿Tú vienes a comprar tu primera varita? — se acercó a la castaña.
Llego con una caja se la acerco a Hermione y de ahí saco una varita y se la dio, al momento en que ella la tomo la varita soltó un gran destello, el señor Ollivanders soltó una gran sonrisa.
— Una gran varita te ha escogido... la madera fue hecha con vid y el núcleo fue hecho con nervio de corazón de dragón — la describió.
Después de haber hecho todas las compras, se dirigieron a su casa, habían pasado casi toda la tarde dentro del Callejón Diagon, es un lugar muy entretenido.
Cansada Hermione fue a su habitación digo que iría a guardar sus cosas, una gran excusa para comenzar a leer los dos libros que había comprado, el primero que leería sería El niño que vivió.
...
Pasaron los meses, las clases tanto en Hogwarts como en el mundo Muggle habían concluido, Hermione se encontraba en su casa preparando las maletas para su estadía en Hogwarts, doblo sus túnicas, la capa para el invierno, su varita, los libros de sus materias y los dos libros que aparte había comprado, sus padres arreglaron un botiquín de primeros auxilios por si los llegaban a necesitar para su pequeño viaje a King's Cross, subieron todo lo necesario a la parte de atrás del auto, Hermione cargaba con la jaula de Rainbow su lechuza parda y partieron camino a la estación de trenes.
Había muchas personas con extrañas valijas cada uno de ellos tenía las iniciales en ella, en las suyas se encontraban las letras HJG, Hermione Jean Granger, su madre le dio un boleto que decía, Expreso a Hogwarts, Plataforma 9 y 3/4, 11:00:00 am.
— ¿Dónde está esa plataforma? — le preguntó a su madre
Su madre no sabía la respuesta, así que vio a una mujer despidiéndose de su hijo y se acercó a ella, la tomo del hombro y distinguió un cabello negro con mechones blancos, un hermoso rostro que inspiraba astucia y seguridad. Jean se paralizo, su boca se movía, pero no salía palabra alguna.
— ¿Sucede algo? — le preguntó amablemente.
— Mamá... — Hermione le hablaba a su madre ya que, el hijo de esa mujer estaba a un lado y era el mismo niño que se habían topado en el Callejón Diagon — creo que ya lo encontré — mentía, solo quería alejar a su madre esas personas.
— ¿Buscan la plataforma? — aseguró la señora Malfoy, ella asintió — bueno... muéstrales, Draco — le ordenó al rubio.
El niño tomo con fuerza su valija y corrió hacía la pared que se encontraba entre el andén 9 y 10, la pasó como si fuera un pedazo de tela, Hermione se exalto de felicidad quería correr hacía esa pared.
— Un gusto conocerlas... — estiró su brazo — Mi nombre es Narcissa Malfoy... ¿Usted debe ser...? — dejó que la señora Granger contestará.
— Jean Granger — contestó y estrecho la mano de la señora Malfoy — el gusto es mío
— ¿Una Muggle? — preguntó con una seguridad que representaban a los Malfoy
— Sí — contestó con confianza.
— Seremos buenas amigas... — la abrazo— ¿qué esperas querida?... — le preguntó a la niña — si no te apresuras... se te va a ir el tren — recomendó la señora Malfoy.
Hermione corrió hace la pared y se acercó al gran tren de color rojo, casi no había alumnos fuera de él y subió rápidamente, buscaba un lugar para sentarse había uno con el niño Malfoy, pensó seriamente en sentarse ahí... siguió su camino, no veía ni un solo lugar, decidió quedarse a fuera unos minutos sacó el libro de la Historia de Hogwarts se distrajo para así para que no se burlaran de ella por no encontrar lugar, estaba recargada enfrente de un cabina con unas cuatro personas viéndola, estaban platicando pero un niño regordete abrió la puerta y le ofreció un lugar, Hermione les dio las gracias y se sentó con ellos.
— Mi nombre es Hermione Granger — felizmente se presentó
— El mío es Neville Longbottom, él es Seamus Finnigan y ellas son Padma y Parvati Patil — el pequeño regordete se presentó y presento a sus compañeros de cabina.
— ¿En qué casa esperas quedar? — preguntó Seamus
— Ravenclaw o Gryffindor — dijo decidida — el otro día estaba leyendo sobre la historia de Hogwarts y me llamo la atención esa dos casas.
— Yo espero quedar en Gryffindor, mi madre estuvo ahí, me encantaría quedar — decía entusiasmado.
— ¿Y ustedes chicas? — les preguntó Hermione a las hermanas Patil.
— Gryffindor — contestaron las dos al unísono.
— Neville... — lo hizo voltear hacia ella — ¿a cuál casa esperas entrar? — le preguntó amablemente.
— Gryffindor — respondió feliz de que alguien le preguntará.
...
Durante el viaje Hermione siguió leyendo el libro de Hogwarts, Padma dijo que no tardaban en llegar a Hogwarts y comenzó a ponerse la túnica, la castaña hizo lo mismo y cuando termino, tomo de nuevo el libro estaba a punto de acabarlo cuando la distrajeron los gritos de Neville gritando el nombre de su sapo, corrió tras él, Hermione cerró el libro y comenzó a seguir a su compañero para ayudarlo con su mascota, varias cabinas después él pudo atrapar a Trevor, llegó a él y acarició al sapo, no se había dado cuenta pero se habían detenido enfrente de la cabina donde se encontraba Draco Malfoy, ella volteo a verlo por unos segundos y luego desvió su mirada a gracias a Neville que se le había escapado de nuevo su mascota.
— ¿En serio Neville?, deberías aprender a cuidar a tus mascotas — volteo a ver a Draco de nuevo y él se estaba burlando de Neville, cosa que no le agrado a Hermione — ¿qué te causa tanta gracia?... — le preguntó enfadada.
Draco se había exaltado nadie le habla en ese tono, pero la castaña no le dio tiempo de responderle pues se fue a ayudar a su compañero Neville, mientras caminaba se detenía en cada cabina para revisar si estaba allí, siguió así hasta que vio a un niño pelirrojo intentando hacer un hechizo en la cabina 7 y lo interrumpió.
— ¿Alguien ha visto a un sapo?, a un niño Neville se le ha perdido — les preguntó cansada.
— No — contestó el pelirrojo con el brazo estirado sosteniendo su varita.
— Oh... ¿estás haciendo magia?... a ver... enséñame — el niño asintió para luego toser preparándose para decir las palabras.
— Rayo de sol, margaritas, dulce de mantequilla, vuelvan amarilla a esta tonta ratita — un brillo salió de la barita paro no sucedió nada
— ¿Estás seguro de que es un hechizo de verdad? — pregunto la niña — no es efectivo, ¿cierto?... claro que yo he utilizado unos sencillos, pero todos me han funcionado — entro a la cabina olvidando el asunto de Trevor, saco su varita y se sentó justo enfrente del compañero del pelirrojo, un niño con lentes un poco rotos, ojos claros y cabello oscuro — por ejemplo... ¡Oculus Reparo! — los lentes del niño se repararon y él quedo completamente emocionado
— Así está mejor, ¿no? — Hermione estaba a nada de presentarse cuando Neville la vio sentada ahí, se acercó a ella y saludo a los demás dándoles la mano — veo que ya encontraste tu sapo.
— Sí, una niña a unas cuantas cabinas después, la tenía en sus manos, por suerte me la regreso — contó su pequeña aventura — bueno... un gusto haberlos conocido, pero ella y yo tenemos que irnos a nuestra cabina ya que, pronto llegaremos a Hogwarts, tenemos que ir por nuestra valija — los dos niños salieron de esa cabina.
— Oh... deberían ponerse la túnica, ya lo oyeron pronto llegaremos a la escuela — se dio vuelta y volvió con ellos —ah... y tienes una mancha en tu nariz — le comentó al pelirrojo — deberías limpiarla, nos vemos abajo — se despidió y siguió su camino
El tren se detuvo y todos comenzaron a salir, Neville difícilmente bajo la valija de Hermione, ella se lo agradeció y camino a su lado, iban completamente tranquilos hasta que una bola de niños se acercó a ellos.
— La pareja del año... vaya, vaya... un regordete y una sangre sucia... vaya combinación, ¿no creen? — Hermione volteo a verlo y era Malfoy, tomo del brazo a Neville y se apresuraron a alcanzar a otro grupo de personas.
Hagrid se encontraba allí, ella lo vio y se emocionó demasiado que corrió hacia a él, lo abrazo de las piernas ya que fue lo único que alcanzo, él feliz por verla de nuevo le despeinó el cabello, él le pregunto cómo le había ido en el transcurso y ella le presentó a Neville.
— Un gusto Neville... veo que traes un gran sapo en manos... ¿Cuál es su nombre? — le preguntaba curioso
— Su nombre es Trevor... Es muy escurridizo... Se me ha perdido dos veces en el tren — le contestó y los tres rieron.
Hagrid grito para llamar la atención a todos los de primer año, iban a transportarse a Hogwarts en lanchas por el gran lago, Hermione, Neville y los dos niños que conoció en la cabina siete se fueron en un bote, iban callados observando la maravillosa vista, los cuatro niños se bajaron del bote y esperaron instrucciones de Hagrid para poder entrar al castillo, entraron luego de unos minutos y era una puerta gigantesca, pasaron por ahí y justo enfrente de ellos estaban unas enormes escaleras de mármol en la cima se encontraba una mujer mayor tal vez unos cincuenta y ocho o sesenta años.
— Bienvenidos a Hogwarts — exclamó una profesora — en breve atravesarán esas puertas y se unirán a sus compañeros — señalo unas gigantes puertas parecidas a la entrada — pero antes de sentarse deberán ser asignados a las diferentes casas... son Gryffindor, Hufflepuff, Ravenclaw y Slytherin, mientras estén aquí, sus casas serán su familia. Con sus triunfos las casas ganarán puntos, si rompen alguna regla, perderán puntos. Al final del año la casa con más puntos se llevará la Copa de las casas... la ceremonia de la selección comenzará en unos momentos — se dirigió a las puertas.
Hermione comenzó a observar de nuevo a sus compañeros y recordó algo que había leído, El niño que vivió describía exactamente al niño que conoció en la cabina número siete, cabello oscuro y una cicatriz en forma de rayo en la frente.
— ¡Dios Santo!, tú eres Harry Potter — le grito emocionada y los dos niños se miraron extraño —lo sé... ya había conversado contigo antes, pero... no tuvimos tiempo de presentarnos... Soy Hermione Granger... — estrecharon las manos ella y Harry — un gusto en conocerte — sonrío — ¿Tu eres?... — le preguntó a él pelirrojo.
— Oh, mi nombre es Ron Weasley — estrecharon la mano igual — un gusto en conocerte — los tres se sonrieron juntos.
— Usted no quiere hacer amigos con las personas equivocadas — soltó el rubio cerca de ellos.
— Te presento a Crabbe y a Goyle — presentó a sus amigos — y creo que nosotros tampoco tuvimos la oportunidad de presentarnos... yo soy Malfoy... Draco Malfoy — estiro el brazo para estrecharla con la castaña.
— Un placer... — le dijo indiferente e ignoro su mano pues se rehusaba a saludarlo después de que molestará a Neville —soy lo suficientemente independiente e inteligente para ver la categoría de personas, gracias — el rubio la miro enfurecido por haber sido rechazado, la profesora que estaba antes con los de primer año regreso y golpeo el hombro de Draco con un rollo de pergamino y él regreso a su lugar.
— Estamos listos para ustedes síganme... — camino hacia el gran comedor.
Las puertas se abrieron solas y había cinco mesas, una para cada casa y otra para los profesores.
— El techo no es real, tiene un hechizo para que parezca el cielo nocturno, leí sobre el en La Historia de Hogwarts — le comentó a Neville mientras caminaron hacia enfrente de la profesora, y se detuvieron donde ella les señalo.
— Tengo unos avisos de principio de año que quisiera anunciar, los de primer año, por favor tomen nota... de que el bosque oscuro le está prohibido a todos los estudiantes. También nuestro velador, el señor Filch — señalo a un señor que se encontraba en la parte de atrás del gran comedor — me pidió que les recordara que el corredor del tercer piso del lado derecho está prohibido... a menos de que quieran sufrir una muerte sumamente dolorosa — se volvió a sentar
— Que calurosa bienvenida — le susurró Ron a Harry haciéndolo reír.
— Gracias — agradeció la profesora — cuando diga su nombre pasarán al frente, les pondré el sombrero seleccionador en la cabeza que les asignará sus casas... El primero es... Draco Malfoy....
El rubio se acercó a la Profesora, se sentó en una gran silla, así le colocó el sombrero, rápidamente él lo colocó en Slytherin, el niño observo a Hermione con una sonrisa de seguridad.
La Profesora nombró al siguiente estudiante y ese fue Ron Weasley.
— Otro Weasley... Sé exactamente que hacer contigo. Gryffindor — Ron se relajó demasiado al saber que había entrado a Gryffindor.
— Neville Longbottom — La Profesora nombro al siguiente estudiante
Neville muy nervioso no se movía de su lugar hasta que recibió un pequeño empujón de Hermione que se encontraba detrás de él, se acercó a la gran silla y se sentó en ella, la profesora colocó el sombrero en su cabeza y comenzó a hablar — mmh... hace mucho que no sentía una mente así desde... la época del 1968 cuando tus padres vinieron... bueno chico... te pondré en... ¡Gryffindor! — exclamó el sombrero
Neville emocionado se levantó y abrazo a Hermione — te espero en la mesa — le susurró dando a entender de que entraría a la misma casa que él, eso esperaba la castaña, espera quedar en Gryffindor o Ravenclaw. La Profesora reviso la lista y leyó el nombre del siguiente estudiante.
— Harry Potter — el niño se acercó se sentó en la gigante silla.
— Difícil, muy difícil... mucho valor, ya veo. Y tampoco tiene una mente mala, hay talento por supuesto y una gran sed de demostrar su valía, pero... ¿Dónde te pondré? — se preguntaba así mismo el sombrero Harry repetía muchas veces que en Slytherin no lo pusiera — ¿con que en Slytherin no?, ¿estás seguro?, podrías ser grandioso, ¿sabes?, todo está aquí, en tu cabeza y Slytherin te ayudará en el camino de la grandeza, de eso no hay duda.
Harry repetía que no quería en Slytherin — ¿No?... Bueno, si estás seguro... Más vale que sea. ¡Gryffindor!
La profesora volvió a revisar los nombres y nombro a Hermione, ella muy nerviosa apenas podía caminar le temblaban completamente las piernas, volteo a ver a Neville que la apoyaba desde su asiento en Gryffindor junto con Ron y Harry, se sentó en la silla y rezaba poder relajarse, le colocaron el sombrero.
— Ah... está bien... Bueno... Un gran cerebro merecedora de Ravenclaw, pero... un gran corazón que está lleno de valentía y seguridad, me lo pones muy difícil... bien... ¡GRYFFINDOR! — grito el mágico sombrero