Perfidia

By Bluecities

132K 12.6K 5.7K

Juegas con las reglas que ya manipulas, pero te lanzas al peligro del que ahora no sabes cómo escapar. ¿Qué p... More

Perfidia
Reparto
INTRODUCCIÓN | Ya estamos muertos
CAPÍTULO 01 | Primer ataque
CAPÍTULO 02 | Segundo ataque
CAPÍTULO 03 | Tercer ataque
CAPÍTULO 04 | ¿Qué es esto?
CAPÍTULO 05 | Ocurrirá
CAPÍTULO 06 | Estoy aquí para salvarlos
CAPÍTULO 07 | Lámpara incandescente
CAPÍTULO 08 | Teléfono fijo
CAPÍTULO 09 | Sonrisa sin vida
CAPÍTULO 10 | Pasaje al infierno
CAPÍTULO 11 | Buen presentimiento
CAPÍTULO 12 | El dibujo del reloj
CAPÍTULO 13 | La habitación del ataúd
CAPÍTULO 14 | Nada más que la verdad
CAPÍTULO 15 | Cuarto ataque
CAPÍTULO 16 | La cámara que sólo ella puede usar
CAPÍTULO 17 | ¿Puede un simple beso forjar algo más grande?
CAPÍTULO 18 | Confía en mí
CAPÍTULO 19 | Los refugios me odian
CAPÍTULO 20 | Adrenalina
CAPÍTULO 21 | Perfidia
CAPÍTULO 22 | La página número 24
CAPÍTULO 23 | Las personas muertas estamos más presentes de lo que crees
CAPÍTULO 24 | Apretar el gatillo
CAPÍTULO 25 | Más viva que nunca
CAPÍTULO 26 | Tic, toc
CAPÍTULO 27 | ¿Quieres jugar un juego?
CAPÍTULO 28 | Grita por mí
CAPÍTULO 29 | Es fácil cuando duele
CAPÍTULO 30 | Mueres salvándolo y vives matándolo
CAPÍTULO 31 | Te odiaré cuando muera
CAPÍTULO 32 | Absolutamente todo
CAPÍTULO 33 | Toma lo que siento
CAPÍTULO 34 | Algo tiene que quedar
CAPÍTULO 35 | Un poco más fuerte
CAPÍTULO 36 | Por ti
CAPÍTULO 37 | Una mala razón para ir detrás del pasado
CAPÍTULO 38 | Tan presente
CAPÍTULO 39 | No hagas que me arrepienta
CAPÍTULO 40 | No más preguntas
CAPÍTULO 41 | El fuego se encuentra con la gasolina
CAPÍTULO 42 | Caminar a través del fuego y sobrevivir
CAPÍTULO 43 | Infinitamente complicado
EPÍLOGO | Seguiré cayendo
10 años después
Agradecimientos y algo más
Playlist

CAPÍTULO 44 | Lo que fue verdad y ahora es mentira

931 148 42
By Bluecities

HEATHER

En cuanto Sullivan y Bradley se fueron tuve la oportunidad de mantener esa charla con mis padres que tanto necesitaba. Mi familia nunca fue del todo cariñosa, nosotros no estábamos hechos para los abrazos ni las demostraciones de cariño, por lo que fue frío, crudo y real. Mamá lo soltó sin pelos en la lengua como siempre hacía cuando de un tema complicado se trataba. Lo hizo tal cual cuando murió Caitlin. Le dio igual que yo fuera demasiado pequeña como para entender el suicidio.

Cuando la policía no pudo encontrarme en Gunnhild tras un mes de mi ausencia fue cuando mi mamá cayó en la cuenta de que había desaparecido. Sentía que la única hija que le quedaba se había evaporado de la tierra como castigo por todas las cosas malas que había hecho a lo largo de su vida, razón por la cual comenzó a sentirse cada día más depresiva, pero no quería deprimirse. No quería quedarse acostada viendo todo lo que ella amaba morir. No quería dejar de sentir esta casa como un hogar. Papá también estaba devastado. Por eso mamá dice que también lo hizo por él. Comenzó a buscar ayuda... y así llegó a Joey.

¿O Joey llegó a mi mamá? No sé cómo aclararlo, pero el caso es que se encontraron. Y, cómo no, mi gran amiga, compañera de juego, tomó la decisión de no solo destruirme a mí sino también a mi familia. Supongo que esto era algún tipo de as que guardaba debajo de la manga, que lo estaba manteniendo por si llegaba a necesitarlo. El caso es que Joey le puso un precio a mi vida, y no era necesariamente dinero lo que le pedía a mi madre.

Si ya lo habías pensado, sí. Le pidió sus piernas.

Me faltó el aire en cuanto lo oí. Había intentado mantenerme cuerda en cuanto sentí que podía dolerme todo eso de nuevo, pero juro que al estar en casa al fin dejé mis defensas caer y lloré como no lo hacía en dos años. Cualquiera podría pensar que estaba siendo estúpida al dejar mis emociones fluir por una decisión que mi madre había tomado para salvarme—no hace falta decir que no le sirvió de nada en ese entonces—, pero no pude evitar sentirme culpable. No puedo dejar de hacerlo. Fui yo la estúpida que fue a esa fiesta a colarse, que levantó la mano, que arrastró a dos de sus amigas a...

Mierda, no sabía que pensar también me lastimaría tanto.

Llevo tres días en casa y aún así no soy capaz de hablar de ello. Cada vez que pienso en hacerlo, que intento abrirme, duele. Pienso en Maia, en Esther, y por alguna razón ninguno de mis padres ha preguntado por ellas aún, pero sé que lo piensan. No lo hacen porque me escuchan llorar durante la noche. Ven que dejo la luz del pasillo encendida porque como si fuese una niña vuelvo a temerle a la oscuridad. No intentan presionarme pero están ahí, y en mi mente lo sé. Quieren saber qué me sucedió. Cómo fue. Al mismo tiempo saben que no deben preguntar, que es mejor ser pacientes... pero entre tanto yo pienso que, mientras más rápido lo haga, menos me costará. Y será una forma de acabar con esto, con el sufrimiento.

Pero a veces también comienzo a creer que no hay forma.

He llegado a un único acuerdo conmigo misma que tengo prohibido romper y es no acercarme jamás a Maia ni a nadie que haya estado relacionado con 00:00. No pienso correr el riesgo de que recuerden algo en sus vidas que es mejor que permanezca en el olvido. No me importa si al querer esto estoy siendo egoísta por no permitir que Maia recuerde a Zayn, o Esther a Aarón, pero si de algo estoy segura es de que esto que me está pasando a mí no lo quiero para nadie. Mientras más alejados los mantenga a todos ellos de mí, de ese pasado que nos vincula, mejor será.

Por otro lado, sin embargo, está Bradley. No tengo ninguna forma de hacer que se olvide de mí y, en el fondo, sí que soy egoísta al no querer que lo haga. La primera noche que pasé en casa recibí una llamada de ella al teléfono fijo, lo cual resultó cuanto menos curioso. Al atender no sabía si sonreír o querer matarla por el detalle.

—Tienes que haber visto las noticias—fue lo primero que me dijo en cuanto oyó mi voz.

Comencé a reírme sin hacerlo en realidad. El teléfono fijo está en la cocina y ahí estaba mamá, atenta a la conversación. Ella ya se ha dado cuenta de que pasa algo entre nosotras pero, por alguna razón, no se atreve a preguntar.

—Primero que nada, ¿cómo conseguiste mi número? ¿Y el teléfono fijo, Bradley? ¿Es en serio?

Del otro lado de la línea pude oír que suspiraba, pero no supe si era impaciencia o sarcasmo.

—Existe algo que se llama guía telefónica y es un libro bastante pequeño cuando de Gunnhild se trata, aunque eso no quita el hecho de que suele estar empolvado y oculto debajo de un mueble. Se recurre a él luego de sobrevivir a un juego sangriento que te quita el móvil, ¿no lo sabías?—se burló, y hasta pude imaginármela sonriendo—. Pero no te he llamado para hablar de esto.

Fue mi turno de suspirar.

—Arrestaron a Joey—dije.

—Y a Richard, además de a ese tal Chase—añadió al instante—. Mira, los días seguirán pasando y juro que no voy a creerme jamás que todos esos imbéciles estén en donde pertenecen, pero... ¿no sientes que falta algo? ¿Qué esto aún sigue en pie para nosotras?

Una idea vino a mi mente. Capté que era exactamente la misma que ella estaba a punto de transmitirme, y eso no me gustaba para nada cuando relacionaba peligro y a Bradley, así que intenté cambiar la conversación.

—¿Estás hablando de 00:00 o de... otra cosa, Bradley?—cuestioné mientras le echaba una mirada de reojo a mi madre, quien leía un libro fingiendo desinterés—. Has dicho nosotras, lo cual excluye a Stephen.

Bradley maldijo en voz baja pero aún así pude oírla.

—Deja de dar tantas vueltas, Heather. Sabes a dónde quiero llegar.

—Claro, claro que lo entiendo—pensé por un momento en bajar la voz pero finalmente no lo hice—. Si querías hablar de lo que pasó entre nosotras no tienes por qué utilizar las noticias como una excusa, Bradley.

Cuando esperaba que se enfadara, comenzó a reírse realmente fuerte.

—No tendré nada serio con alguien que aún no se atreve a invitarme a salir y, oh, casi lo olvidaba, que tampoco puede sentir—mierda, no lo sabe. ¿Cómo he olvidado decírselo?—. A ver, nena, quiero ir a visitar a Joey porque tengo un par de insultos para reírme en su cara pero no puedo hacerlo sin esa maldita autorización de mis padres. Dicen que sólo me dejarán ir si voy con alguien, porque pueden entender que quiera reírme en la cara de esa idiota pero no pueden entender que sea la única que quiere hacerlo. Stephen está contento con sus pinceles y tú... eres lo único que me queda.

—¿Estás diciendo que soy tu opción por descarte?

Volvió a reírse y, una vez más, deseé que no dejara de hacerlo.

—Tómalo como quieras pero vendrás conmigo de todas formas.

—Claro que sí—le aseguré.

Di por supuesto en ese momento que ni de coña mis padres aceptarían firmar la autorización así que falsifiqué ciertas cosas para poder estar sentada en donde estoy justo en este momento aguardando a que los policías traigan a Chase a una pequeña sala apenas iluminada con dos sillas enfrentadas y una mesa de por medio. Cuando acepté venir con Bradley supuse que seríamos ambas contra Joey o quien sea, pero al parecer eso no es posible. Las visitas son individuales y duran solo cinco minutos... si tenemos suerte.

Por alguna razón a nadie le sorprende que dos personas que sufrieron tanto ante estos presos quieran ahora visitarlos. No me cabe duda de que no somos las primeras estúpidas en hacer esto, así que eso me tranquiliza en cierta medida. No estoy sola. Sé que no. Que antes estuvo Bradley aquí sentada y salió completamente cuerda. No me matará ver a Joey de nuevo. Tampoco a Richard. Pero... también está Chase.

Mierda, la puerta se está abriendo. Lo primero que aparece es un policía de traje azul, y detrás una persona más alta que él y vestido de negro. No lo reconozco hasta que este se posiciona entre la silla y la mesa, aunque no se sienta. Chase permanece de pie a pesar de que ambos policías que lo acompañaban le ordenen que se siente una única vez.

—Prefiero no hacerlo—es la excusa del muchacho, y quién sabe por qué, los policías no insisten. Luego la mirada de Chase recae sobre mí—. No deberías haber venido, Heather. Ni siquiera tenías que pensar en nosotros de nuevo.

No se ve molesto, pero está siendo sincero. Tiene el cabello más corto que antes y una cicatriz nueva en el pómulo izquierdo. También... ha perdido peso. Sé que todo esto no es gracias a la cárcel pero no puedo evitar pensar que es gracias al último tiempo que ha tenido que vivir. ¿Joey lo hirió? ¿Es la culpable de esto?

—Nosotros merecemos esto—concluye, firme, sin vacilar ni correr la mirada.

Me pregunto cómo lo hace.

—No, Chase—niego—. Tú no mereces esto. No eres culpable de...

Él, por primera vez, hace un gesto pidiéndome que me detenga, que deje de hablar. Por instinto lo hago en cuanto lo entiendo, y espero a que prosiga por su parte, pero Chase se toma su tiempo intentando mantener la calma.

—Yo...—intenta decir, y veo cómo su mandíbula se tensa—. Yo ayudé a mi padre, Heather. Esa es la verdad. Soy tan culpable de 00:00 como él.

Daría cualquier cosa por poder negar sus palabras, pero no es así. Estuvo ahí, en la fiesta, ese día en el que me tocó dejar atrás todo y aceptar de nuevo mi muerte. También estuvo cuando escapamos, cuando llegamos a una ciudad. Nos encerraron junto a él en la misma casa. No sé de qué manera ayudó a Richard, pero estuvo casi en el mismo peligro que cualquier jugador. ¿No cambia eso nada?

—Quería disculparme contigo por todo lo que tuviste que vivir por mí... por nuestra culpa. Sé que es difícil de creer, pero lo lamento muchísimo.

Estoy a punto de decirle que me hago una idea pero me muerdo la lengua a tiempo, y estamos de nuevo en este silencio generado gracias a mí en el cual no puedo dejar de mirarlo. La forma en la que mantiene sus manos juntas delante de su cuerpo, el hecho de que no esté dispuesto a sentarse, de que se culpe a sí mismo por todo esto... no sé cómo reaccionar. Y llevaba tiempo sin sentirme así.

—Debes buscar a Maia—agrega Chase, cambiando de tema—. Cuando les borraron la memoria sabían que existía la posibilidad de que, al volver a Gunnhild, se encuentren entre sí así que hicieron que lo único que pueda hacerles recordar todo lo que vivieron... seas tú. Al verte sabrán quién eres, Heather. Sólo necesitan...

—Espera—lo interrumpo finalmente—. ¿Estás hablando en serio?

Mierda.

Mi cara ha estado por todas partes desde que Sullivan me rescató. Desde en la televisión, en cada canal de noticias, hasta en el diario, en la suela debajo de los pies de cada habitante de Gunnhild. Es imposible que no me hayan visto aún.

—¿Qué sucede?—inquiere Chase al percatarse de mi reacción negativa.

Veo la mesa delante de mí y siento la necesidad de golpearla, de detenerlo todo, porque no quería que ellos me recuerden. No era mi idea. Y ahora es probable que no pueda evitarlo.

No tengo tiempo de explicárselo a Chase porque un pitido nos interrumpe y despierta al policía que estaba al lado izquierdo de él. Se acerca y le indica a Chase que abandone la habitación en este exacto instante. Mi amigo no opone resistencia pero, antes de hacerlo, me dedica una última mirada. Luego se va. Estoy de nuevo sola en esta habitación pero ahora tengo algo en lo que pensar, algo que me saca de quicio.

Mierda...

Si es como Chase me ha dicho que es—lo cual es muy probable—, entonces estoy jodida. No hay forma de que ellos no me hayan visto, por más que no sea en persona. Cada vez que estoy por salir de casa veo a un vecino curioso dándose la vuelta para fingir que no me ha visto. Aquel día que acompañé a papá al Mall porque la ropa que tengo ya no me queda, sentí la atención en mí. En la sobreviviente. En quien aún no comparte su testimonio. He oído que Stephen apenas sale de su casa por la misma razón, odia sentirse observado. Por otro lado, a Bradley le importa muy poco. Está constantemente intentando decirme que pase de esto, que debería darme igual lo que el resto del mundo diga, lo que se hable de mí, pero no puedo. Mucho menos ahora que sé cómo funciona el suero que, en su momento, borró la memoria de mis amigos.

La puerta vuelve a abrirse. Veo a Richard entrar sin ningún tipo de ánimos. Está tan serio que me cuesta darme cuenta de que sigue siendo el mismo demonio que sonreía al decirme que había ganado 00:00. No veo a esa persona ahí, claro que no. Quien ahora se sienta delante de mí no demuestra superioridad, sino todo lo contrario.

Supongo que ahora sí he ganado ante él.

—Sé que tienes un par de preguntar que hacerme, así que hagámoslo rápido y suéltalas sin más.

Puede ser que también luzca un poco más anciano, que ya no tenga tanto cabello como antes, pero de todas formas conserva el mismo odio en su mirada. Es lo único que se ve intacto.

—No en realidad—digo—, porque aunque siempre serás un puto imbécil que se pudrirá en esta cárcel, dudo que exista respuesta alguna para la pregunta que tengo.

Richard no dice absolutamente nada, pero sé que está pensando en una respuesta que darme. Es evidente por la forma en la que apenas se inmuta. Después de un tiempo, soy yo la que vuelve a hablar.

—Al menos, no creo que tú puedas dármela.

Él no sonríe. Hace una semana habría dicho que a diferencia de Joey, quien siempre se mostraba seria, Richard parecía más dispuesto a jugar con todos. Se burlaba de nosotros, enseñaba sus asquerosos dientes cada vez que sonreía, pero ahora no es así. Se ve más serio que nunca.

—Creo que olvidas que soy el cerebro detrás de 00:00—se defiende con indiferencia.

Antes de darle tiempo a decir algo más, lo interrumpo.

—No, Richard. En eso te equivocas. Tú nunca fuiste nada más que un simple peón de tu hermana, pero ella... joder, sí que fue la reina de tu juego, y lo supiste desde el principio.

Por primera vez desde que apareció por esa puerta soy capaz de ver un destello fugaz de enojo en su mirada, una que lo obliga a querer responder con furia, pero justo cuando quiere hacerlo oímos de nuevo ese anterior pitido que indica que su tiempo ha acabado. Richard no aguarda a que el policía se lo indique, él solo se levanta y abandona la sala con decisión, dejándome de nuevo sola con el otro policía a mis espaldas. Casi olvidaba la presencia de ellos.

No alcanzo a tomar aire cuando ella vuelve a aparecer, viéndose tan espléndida como antes, casi como si no hubiese pasado ningún solo día encerrada tras los barrotes de la cárcel de Gunnhild. Joey, más conocida para mí como Victoria, se posiciona detrás de la silla sin ninguna intensión de sentarse. El policía que la acompañaba es el mismo que trajo a Chase, así que no le dice nada, no insiste. Me pregunto por qué, pero de nuevo no es lo importante. Quiero encontrar algo en Joey que demuestre el lugar en el que ha estado, algún tipo de cambio en ella, y aún así sigue siendo la misma persona de mierda que mató a Daniel sólo por descubrirla y que, a mí, me engañó durante tanto tiempo. No veo arrepentimiento por ninguna parte. No veo siquiera algún tipo de intensión suya en sentirse avergonzada por haber sido vencida. Lo único que si veo... es que por fin me sonríe.

Como si de un flashback que llega en el momento más oportuno se tratase, recuerdo las noticias, el día en el que los encerraron. Recuerdo que me enojé con todos, interiormente, porque el nombre de Chase figuraba como culpable, cuando Perrie también existía, también había sido parte de todo aquello.

—¿Jade sabía...?—pregunto de repente—. ¿Jade sabía que tú...?

Joey ríe mientras niega con la cabeza como si le divirtiera hablar conmigo.

—No, ni ella ni Chase lo sabían cuando estuvimos todos en la misma casa—responde, mirándome directamente a los ojos. Todavía no entiendo cómo es que no me di cuenta de todo esto antes—. Pero no es eso lo que vienes a preguntarme, Heather, así que vamos. Suéltalo. ¿Quieres tus sentimientos de vuelta?

Niego con la cabeza al instante, pero no pienso aclararle que por alguna razón ya los tengo, así que tal y como hice con Bradley hace un tiempo, intento cambiar de tema.

—No me alcanza el tiempo para todo lo que quiero saber—confieso.

Vuelvo a sentirme pequeña, aquella estúpida que levantó la mano sólo por diversión. No puedo dejar de pensar en ello, y de verdad me pregunto si llegará un día en el que sí lo haga, en el que pueda dejar todo esto atrás.

Joey asiente al mismo tiempo en el que se abraza a sí misma.

—Vale, ya lo entiendo. Estás reaccionando lentamente a todo lo que te pasó porque el tiempo te da lugar a pensar, ¿ah? Y ahora que lo ves de nuevo, que casi lo revives, no entiendes nada de lo que pasó cuando yo era Victoria.

—Siempre estuviste justo ahí, delante de mis narices—murmuro—. Y nunca...

Ella me interrumpe.

—¿No recuerdas lo que te conté, Heather?—explica, ahora apoyando sus manos sobre el respaldo de la silla—. Tú lo descubriste. Fuiste lo suficientemente inteligente y astuta como para descubrirlo. Por eso te hice ganar, por eso cuando despertaste en la fiesta por segunda vez te sentías tan extraña. Lo habías olvidado también, yo siempre he estado un paso delante de lo que en su momento fue verdad y ahora es mentira. Es tan simple como eso.

No puedo seguir mirándola en cuanto caigo en la cuenta de que está sonando como Victoria cuando quería ayudarnos o, mejor dicho, en el momento en el que pretendía estar de nuestro lado.

—Si quieres tus emociones de vuelta—prosigue ella, y no me deja lugar a detenerla—, lo único que te servirá es vivir una experiencia muy fuerte para ti. A Bradley le bastó con ver de nuevo a su hermana.

En el momento en el que vuelvo a mirarla entiendo de lo que está hablando por la manera en la que me sonríe esta vez, y al instante me pongo de pie para enfrentarla, quedar a su altura, en lugar de sentirme tan inferior como ella estaba intentando hacerme quedar.

—Eres...—quiero decir, pero ella alza la voz y habla por sobre mis palabras.

—¿Cómo está tu madre sin sus piernas, por cierto?

Y todas las respuestas parecen desaparecer de mi boca, de mi mente, de mí misma. Me quedo sin nada a lo que aferrarme. No tiene por qué mentir. No tiene por qué ocultar lo que está haciendo, lo que ha hecho, porque ya está teniendo todo el castigo que podrá tener, pero no me hace sentir mejor. No me reconforta para nada saber que no volverá a ver la luz del sol porque no hay forma de revertir lo que le ha hecho a mi familia. ¿Recuerdas el dicho se sale de la cárcel pero no del cementerio? Casi como eso.

Apoyo ambos codos en la mesa para dejar caer luego mi cara en mis manos y así poder ocultarme, pero eso no evita nada. Joey sabe que estoy llorando. Es la primera vez que me siento tan vulnerable justo delante de ella, pero me importa muy poco. Joey puede ser la puta ama ocultando sus emociones, pero eso no tiene por qué significar nada bueno. Está rota. En todos los sentidos. Por eso intenta hacerme lo mismo a mí.

Quizás esa sea la razón por la que ahora ríe.

—Te he herido, ¿verdad, cariño?—se burla, por más que no la esté viendo, y alza la voz—. ¡Oh, quebré a Heather Tyler! ¡Finalmente has cambiado, maldita idiota! ¿Tienes idea, acaso, de qué más te llevó a ganar? ¿Qué te llevó a ser especial? Fue que eras imposible de quebrar, Heather. Todos cambiaron menos tú... hasta ahora.

Busco en mí algún tipo de fuerza para alzar la mirada, enfrentarla, y decirle algo. Hacer que a cualquier método cierre la boca, me deje en paz, pero no sé cómo. Quiero detenerla pero parece imposible. Por más que 00:00 haya acabado, sigue hiriéndome. Ella sigue intentando matarme.

Oigo de nuevo ese estúpido pitido, el sonido que indica que tiene que irse, pero también alcanzo a oír algo más. Es el sonido de que algo se ha posado justo a mi lado, lo suficientemente cerca como para que yo solo abra los ojos y pueda verlo. Es un frasco de cristal, tal y como los de los viejos tiempos. Contiene un líquido que bien podría ser agua. El policía lo está mirando pero no hace nada para evitar que Joey me lo entregue.

—Un par de gotas de este líquido y olvidarás 00:00 por completo y de manera irreversible. El resto de tu vida seguirá intacta en tu memoria—explica Joey—. Este, Heather, es mi último ataque. Disfrútalo.

Entonces se va.

sí, este es el último capítulo oficialmente :0

y es probable que hoy también suba el epílogo, pero todo depende.

¿estáis listo para acabar con esto? porque yo no.

Continue Reading

You'll Also Like

15.8K 247 14
Aquí unas reseñitas de libros q me permito decir los leí y me gustaron mucho otras no tanto pero hay diversos gustos no? para aquellos que les gusta...
12.3K 1.2K 46
𝑺𝑬𝑮𝑼𝑵𝑫𝑶 𝑳𝑰𝑩𝑹𝑶 No tener pareja en San Valentín es un poco deprimente, aunque no tanto si disfrutas de la soltería. Pero no puedes besar un...
DESCONOCIDO By Alicia Markus

Mystery / Thriller

710K 6.4K 6
UN DESCONOCIDO UN MUNDO DESCONOCIDO UNA CHICA DISPUESTA A CONOCERLO SECRETOS Y UNA PERVERSA VERDAD Portada hecha por la hermosa y talentosa: @Arte...
3.8K 670 36
¿Que tendría de malo ayudar a tu mejor amiga a colarse al camerino de su modelo favorito solo para tomarle una foto? Salvó ir a parar a una comisarí...