La Revelación (Almas Perdidas...

بواسطة Ariana_Godoy

14.2M 1.6M 1.1M

[COMPLETADA] Ella es un vampiro convertido. Él es un vampiro purasangre. Ella aún se aferra a su humanidad, é... المزيد

Prefacio
1. Taken
2. Bitten
3. Caught
4. Bled
5. Fought
7. Unbent
8. Dreamt
9. Fed
10. Dug
11. Found
12. Frozen
13. Felt
14. Shaken
15. Burst
16. Hurt
17. Known
18. Born
19. Brought
20. Revealed.
21. Kissed
22. Wanted
23. Awaken
24. Confronted
25. Reunited
26. Controlled.
27. Loved
28. Marked
29. Unbound
30. Challenged.
31. Spoken
32. Frozen
33. Struck
34. Purified
35. La Revelación (Capítulo Final)
Almas perdidas en papel + Tour Latam

6. Bound

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بواسطة Ariana_Godoy

Y mi alma oscura es feliz otra vez porque no sabe sentirse de otra forma durante mucho tiempo y porque el dolor es un mar profundo y tenebroso en el que me ahogaría si no pilotara con firmeza mi pequeña nave por su superficie, siempre con rumbo a un sol que no saldrá jamás.

- El ladrón de cuerpos.

VI

Todavía estoy asimilando lo que acaba de pasar con Aidan, aún puedo sentir su lengua lamiendo mi piel, su cálido aliento. Él no dice nada, solo se permanece ahí, mirándome con sus grandes ojos azules. El aire fresco acaricia suavemente su cabello. Lucho para encontrar algo que decir, pero mi mente está en blanco.

—Vamos adentro. Ya casi amanece. —Todo rastro de calidez se ha ido de su voz. Solo asiento y lo sigo.

Dentro de mi compartimento, me acuesto, observando el rocoso techo sobre mí. ¡Qué noche! Pongo las manos sobre el estómago y me congelo cuando siento un dolor punzante ahí. Paso los dedos por la superficie de una herida que está cicatrizando. Me había olvidado de la «B» que Byron me había dejado en la piel. Ese bastardo me ha marcado como si fuera un animal que necesitara cargar la huella de su dueño. Por primera vez en días, me permito pensar en esa noche. Mi pecho se aprieta, rememorando lo mucho que dolió. Byron me mordió tantas veces... Hago una mueca ante el terrible recuerdo, lo bloqueo para que no me duela. Pero, ¿cómo puedo olvidarlo cuando tengo su inicial en el cuerpo? Tiene que haber una forma de eliminarla, estoy segura de que él hizo algo especial porque la herida no está sanando.

Tomo una respiración profunda, mi mente volviendo al presente, cuando siento a alguien viniendo a mi compartimento; puedo percibir los latidos del corazón y la respiración acelerada de quien imagino es Travis.

—Morgan —saluda incluso cuando sé que no puede verme bien en la oscuridad.

Tiene una vela en la mano. Me siento y recuerdo la noche en la que Travis se convirtió en parte de nosotros; estaba solo después de que sus padres fueran asesinados por chupasangres.

—No has bebido mi sangre estos días. Debes tener sed —dice, quitándose la camiseta.

—Está bien, Travis, no lo necesito —contesto, volviendo a acostarme en la cama. Aun así, se queda allí en silencio, la luz de la vela brillando sobre su joven rostro.

—¿Tienes otro alimentador? —No se molesta en ocultar la tristeza en su voz.

«Los humanos y sus emociones...».

—Más o menos.

—¿Por qué? ¿Es porque tenía problemas para controlar mi lujuria? —pregunta, bastante desesperado. Dejo escapar un largo suspiro. Travis e Ian son tan complicados. Antes de que pueda responder, él continua—: Ya sabes que te deseo, pero prometo que intentaré controlarme. No me cambies, quiero estar contigo, aunque sea para darte mi sangre.

«Humanos... Humanos...».

—Esa no es la razón, solo encontré sangre más poderosa.

—Oh... ya veo. —Baja la mirada hacia la vela y cuando levanta la vista, sus ojos están llenos de resentimiento—. Supongo que no soy lo suficientemente bueno para ti. No soy Aidan.

Me pongo de pie al instante.

—¿Qué quieres decir? —presiono, caminando hacia él.

—He visto la forma en que lo miras, pero él ni siquiera se molesta en notar tu presencia —dice con amargura.

No caeré en su juego, sé que está molesto porque lo he cambiado, por lo tanto, no dejo que sus palabras me afecten.

—No tengo sentimientos, Travis. No para ti, no para Ian y, especialmente, no para Aidan —hablo en serio; aunque me siento atraída por mi líder, eso es todo.

Travis sale del compartimento, lo escucho sollozar en la distancia.

«¡Qué humano tan patético!».

«Espera... ¿Por qué estoy siendo tan mala?». Suelo ser introvertida y de pocas palabras, pero jamás cruel. ¿Por qué siento esta repentina molestia hacia los humanos? Tal vez es la sangre de Shadow lo que me está volviendo una desalmada. Quizás él desprecia a los humanos. Cuando cierro los ojos, uno de los pocos recuerdos que tengo de mi infancia viene a mí. No sé por qué no puedo recordar nada específico o completo de mis dieciocho años de humanidad.

Está muy oscuro, no puedo ver bien; entonces, escucho la voz de mi padre.

—Siempre recuerda quién eres, Morgan. —Su tono tan suave—. No todo lo oscuro es maldad, no todo lo que brilla es bondad. —Y luego el silencio dominó la oscuridad.

«¿Padre?», llamo mentalmente, mirando a mi alrededor, pero nadie responde.

Me pregunto por qué dijo eso, por qué no puedo recordar más.

***

La noche siguiente me despierto sintiéndome extraña. La sangre de Shadow está teniendo un efecto en mí, puedo sentirlo. Gruño, incorporándome. Mi cuerpo se siente pesado, mis extremidades como electrificadas; es como si me estuviera amoldando al poder de la sangre de Shadow. No le presto atención a Aidan, quien está a unos pasos de mí. ¿Se ha aficionado a estar en mi compartimento?

—Morgan.

Estiro los brazos.

—¿Eh?

Sus ojos brillan en la oscuridad.

—Como tu creador, te ordeno: no salgas de esta cueva.

«¡Mierda!».

—¡No, esto no es justo! —exclamo, levantándome. No puedo salir y beber la sangre de Shadow.

—Eres terca. No tengo otra opción. —Se da la vuelta para irse. Por instinto, me materializo frente a él, bloqueando su camino ¿Desde cuándo puedo hacer eso? Nunca he podido hacer algo así con tanta facilidad. Ya me preocuparé por eso más tarde.

—¡No tienes derecho a hacer esto! —le grito. Sus ojos vacíos se clavan en los míos.

—No volverás a beber su sangre, Morgan —habla como si esa fuera la última palabra en esta situación.

—Esto no es asunto tuyo.

Aprieto los puños a los lados de mi cuerpo. Si quiero beber la sangre de Shadow, ¡es mi decisión! No la de Aidan. En un abrir y cerrar de ojos, se mueve tan rápido que lo veo borroso para posicionarse detrás de mí.

—No te acercarás a él de nuevo —me susurra al oído.

Lo siguiente que siento es un golpe cortante en el cuello y todo se vuelve negro.

***

Mis ojos están muy pesados.

Los abro despacio. Un dolor punzante palpita en mi cuello mientras me froto la cara tratando de recordar. ¡Aidan me golpeó! Es un poco más de medianoche. Cuando eres un vampiro, puedes sentir qué hora es aproximadamente; así es como logramos percibir cuando el amanecer está cerca. Me siento, masajeando mi adolorido cuello.

¿Cómo se ha atrevido?

Morgan, sal ya, susurra la voz de Shadow en mi cabeza.

No puedo responderle, solo puedo recibir sus mensajes. Es increíblemente frustrante.

No tengo toda la noche, Morgan, continúa.

Salgo de mi compartimento y sigo el pasillo hasta la entrada, pero, como esperaba, no puedo cruzar la abertura de la cueva. La orden de Aidan no me dejaba, mi cuerpo lo obedece.

¿Qué estás haciendo?. La paciencia de Shadow se está acabando. Veo a Travis entrar y eso me da una idea.

—Travis.

Parece sorprendido al escucharme hablarle después de nuestra última conversación.

—¿Sí?

—Necesito un favor —le digo, acercándome a él. Acaricio sus mejillas suavemente. Sus ojos se abren con sorpresa y luego se sonroja. No estoy orgullosa de lo que estoy haciendo, pero es mi única oportunidad.

—¿Qué... Qué es? —tartamudea.

—Hay alguien fuera buscándome. Necesito que vayas y le digas que no puedo salir.

—¿Dónde? ¿Y quién?

—Debe estar alrededor del bosque, vestido de negro y tiene una máscara.

—¿Ese no es el uniforme de los Purasangre? —pregunta Travis, preocupado.

—Solo ve, por favor, hazlo por mí —le susurro al oído, frotando la nariz contra su oreja.

Se apresura a salir de la cueva. Bueno, eso fue fácil. «Espera... ¿Qué acabo de hacer? ¿Desde cuándo hago cosas como esa?». La sangre de Shadow me está afectando de verdad.

Algunos minutos después, Travis regresa.

—¿Qué pasó?

—Simplemente asintió y desapareció —responde, extendiendo la mano para tocarme la cara. Doy un paso atrás.

—Gracias, Travis.

Me alejo de él. ¿Shadow solo se fue? Por supuesto, él haría algo así. ¿Por qué le importaría que yo beba o no su sangre? Probablemente tiene mejores cosas que hacer que alimentar a un vampiro débil como yo. Pero esto no ha terminado. Camino dentro de mi compartimento de nuevo; estoy enojada y sedienta. Necesito alimentarme de Shadow, necesito su sangre fría, sádica y poderosa. Sueno como una adicta. Me apresuro hacia la roca donde he dormido y me siento. Sin embargo, noto algo debajo de mí. Con horror, me doy cuenta de que me he sentado encima de alguien. Me pongo de pie tan rápido como mi velocidad de vampiro me deja.

Ahí está él: Shadow.

Está sentado en mi roca como si fuera suya, todo de negro, como de costumbre, pero tiene una máscara diferente que solo me permite ver sus ojos. Sus labios están cubiertos esta vez.

—¡Me sorprendiste! —Sostengo mi pecho, pero tengo que admitir que estoy feliz de verlo, o simplemente me alegra tener su sangre cerca de mí.

—Así que estás castigada. —La burla sale de su boca escondida por la máscara—. Siempre he pensado que los vampiros convertidos son muy similares a los humanos, incluso mantienen muchas emociones banales intactas. ¿Cómo de patético es eso? —Hace una pausa—. Bueno, supongo que es de esperar, fueron humanos, después de todo. —Su voz está llena de lástima. Así que tenía razón: Shadow no es muy amigable hacia los humanos.

—Estoy orgullosa de haber sido humana. —Levanto la barbilla—. Prefiero eso en lugar de nacer con un corazón cruel como los Purasangre.

Nos miramos el uno al otro por un momento, el rojo de sus ojos destaca en la oscuridad. Shadow se pone de pie, su altura haciendo que mi compartimento luzca más pequeño aún. Todavía me estoy acostumbrando al peso del poder que emana; es como si su sola presencia modificara todo a su alrededor, listo para doblegar, para matar en cualquier momento y con una facilidad aterradora. Da dos pasos hacia mí y sube la manga del uniforme de uno de sus brazos, ofreciéndome su pálida muñeca. Arrugo las cejas cuando noto que no la ha cortado; es la primera vez que tendré que morderlo para llegar a su sangre. Dudo un segundo.

—¿No tienes un par de colmillos afilados? —me pregunta, aburrido, esperando a que lo haga.

Esto es mucho más íntimo. Sostengo su mano y mi pecho palpita de nuevo cuando lo toco. ¿Por qué siempre pasa eso? ¿Qué es esto? Extiendo mis colmillos, lamo su piel antes de enterrar los dientes en ella. La sangre entra en mi boca rápidamente.

Frío...

Poderoso...

Dejo escapar un pequeño suspiro. He echado de menos su sabor, tengo que admitirlo. Levanto la mirada para ver a Shadow y él tiene los ojos cerrados; sé que está controlando la lujuria que mi mordedura le causa. En ese momento solo se transfieren a mi mente recuerdos cortos, sin importancia. Más matanzas, más combates.

Ver sus peleas es adictivo: lo rápido que se mueve, lo ágil que es, la facilidad con la que controla los cuatro elementos. Sin duda alguna, es el Purasangre más antiguo del mundo. Me detengo y doy un paso atrás, sangre goteando de mi mentón. Mis hombros se levantan y caen al ritmo de mi pesada respiración. Me limpio la boca con el dorso de la mano. Todo mi cuerpo está palpitando. Shadow baja la manga de su uniforme, sus ojos sin abandonar los míos.

Necesito todo mi autocontrol para no saltar hacia él. Su mirada es tan intensa que cuando da un paso hacia mí, retrocedo nerviosamente. Algo nos está uniendo, como un hilo invisible cargado de electricidad. ¿Qué demonios está pasando? Es solo lujuria por la sangre que acabo de recibir, es todo.

—Deberías irte —digo, controlándome. Él me da una larga mirada antes de desaparecer.

No tengo tiempo para pensar, porque Aidan aparece frente a mí. Sostiene mi barbilla bruscamente, olfateando el aire.

—¡Oh, Morgan! —exclama, enojado—. ¡No deberías haber hecho eso! —Aprieta su agarre en mi mentón.

—¡Me haces daño! —gimoteo, tratando de liberarme.

—¿Quieres que te ordene que no bebas su sangre? —amenaza en mi cara.

Él puede hacer eso, puede ordenarme no beber la sangre de Shadow.

—¡No puedes hacerlo! ¡Es mi decisión! —le grito—. ¡Déjame ir!

Lo empujo y, sorprendentemente, mi fuerza es suficiente para liberarme. La sangre de Shadow me está fortaleciendo. Si mi fuerza ha sorprendido a Aidan, él no lo demuestra.

—¡Entonces deja de ser tan estúpida y haz lo que te digo!

—¿Por qué? ¡Dame una razón! ¡Solo una! ¿Por qué tengo que escucharte? ¿Por qué no puedo acelerar mi proceso de madurez? —Aidan abre la boca para decir algo, pero vuelve a cerrarla. Aprieto la mandíbula, furiosa—. ¡Respóndeme! ¡Ni siquiera te importo! —No sé por qué discuto así con él, he perdido todo respeto hacia mi líder.

—¡Eres tan ingenua, Morgan! ¡No puedes tomar las decisiones correctas, incluso si estas te golpean en la cara!

—Bueno, tengo derecho a tomar mis propias decisiones. Tengo derecho a cometer errores. No eres mi padre para decidir por mí.

Un minuto de silencio pasa entre nosotros. Aidan se acerca a mí y me toma de los hombros.

—No te matarán, no lo permitiré. Deja de actuar como una niña con berrinches.

—¡Para de lastimarme! —Lucho contra su agarre. Sus dedos se están clavando en mi piel. Hago una mueca de dolor, probablemente tendré marcas después de eso.

En lugar de dejarme ir, se acerca a mí aún más. Siento su cálido aliento en el cuello.

—¿Qué? —digo desconcertada. Me lame la piel muy despacio. No quiero que me muerda de nuevo—. ¡No! ¡Suéltame! —le ordeno, tratando de alejarme de él, pero todo es en vano. Aidan es más fuerte que yo y está enojado.

—Suéltala.

Esa voz...

Aidan me suelta para girarse y enfrentarlo, la amargura es clara en su voz.

—Tú.





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