Corrompiendo tu alma negra

By FloreWood

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[Trilogía de Fanfics: Primera parte] "Albus, no tratare de redimir a alguien como él. No creo ser el mejor ej... More

¡Te doy la bienvenida!
Sinopsis
Capítulo 1: Tu mejor opción
Capítulo 2: Llegada
Capítulo 3: ¿Quién eres realmente?
Capítulo 4: Elección
Capítulo 5: Conociendo a la nueva alumna
Capítulo 6: Te odio
Capítulo 7: Plan en marcha
Capítulo 8: Demuestra tu destreza
Capítulo 9: Sangre mágica
Capítulo 10: Perdiendo un poco el control
Capítulo 11: Quidditch
Capítulo 12: Primera reunión entre el grupo selecto
Capítulo 13: Club de las eminencias
Capítulo 14: La marca tenebrosa
Capítulo 15: El peón de sus planes
Capítulo 16: ¿Cordialidad y confianza?
Capítulo 17: Decepción
Capítulo 18: Nuevas reacciones
Capítulo 20: El ataque
Capítulo 21: Después de la tormenta
Capítulo 22: Rompiendo promesas
Capítulo 23: La Cámara secreta
Capítulo 24: Salvándote
Epílogo
PROXIMAMENTE

Capítulo 19: Respuestas

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By FloreWood

Mulcibier jamás pensó que llegaría a odiar tanto a una persona. Su desprecio por las sangres sucias era evidente, pero había alguien que superaba a todos los impuros: Valerie Deanoff.

Al principio no supo que lo llevó a detestarla tanto. En primera instancia no era más que la nueva alumna de la casa, atractiva e inteligente. El repentino interés que tuvo Riddle en ella no le llamó la atención en un principio, hasta que el oscuro mago lo envió para ponerla en su lugar.

Nunca olvidaría la golpiza que esa mujer le había dado y más vergonzoso era el hecho de que lo hubiera realizado sin magia. Desde entonces un perverso odio, pero también un cierto deseo se instaló en su ser; le gustaban los retos y mucho más las brujas con actitud. Pero su deseo por ella se fue apagando rápidamente a medida que ella comenzaba a pasar cada vez más tiempo con Malfoy y Black, a su vez, el enorme interés que le profesaba Riddle era cada vez más grande, lo que aumentó su molestia.

Tras los últimos hechos ocurridos no pensó que Deanoff fuera de las que les interesara obedecer a Riddle, pero ahí estaba, formando parte del grupo selecto y robándole a cada paso la predilección que tenía el líder del grupo por él.

Tras el excesivo castigo que le habían impuesto a la bruja antes de navidad, Mulcibier pensó que todo volvería a la normalidad, pero tras la vuelta de las vacaciones navideñas notó que Riddle continuaba mirando de la misma forma a la bruja, inclusive con un dejo de deseo en sus ojos que no presagiaba nada bueno.

La gota que rebalsó el vaso fue encontrar a la bruja junto con Riddle en la biblioteca y apreciar el juego que empleaban entre ellos. Parecía que las advertencias que había mencionado no fueron escuchadas y pese a sus pequeños intentos no había forma de alejar a la vampira.

"A veces hay que tomar cartas en el asunto y con tus propias manos", pensó Mulcibier decidido a intentar frenar la cercanía ya existente entre Deanoff y Riddle.

***

El lunes siguiente trajo el inicio de febrero, tras un fin de semana donde hufflepuff venció a ravenclaw por pocos puntos de diferencia, dejando a la cabeza slytherin en el campeonato de quidditch.

El cielo estaba despejado, pero los alumnos de sexto de slytherin se encontraban en las mazmorras entregando su informe al profesor, por lo que no podía apreciar el sol.

- ¡Vaya! Tenemos interesantes pociones que han elegido y ya llegado el momento de la verdad. – Todos los alumnos miraron extrañados al profesor. – Con la reciente investigación que han llevado a cabo, deberían considerarse expertos de la poción que eligieron, por lo cual, van a prepararla.

Varios alumnos levantaron las manos preocupados, pero el profesor hizo caso omiso.

– No lo consideraré como evaluación, pero quien logre preparar la poción a la perfección recibirá una bonificación para su examen final... – Los alumnos se quedaron en silencio. - ¿Qué están esperando? ¡Empiecen!

Mulcibier no pudo quitarle los ojos de encima a Deanoff, que comenzó a trabajar codo a codo con Riddle. El mago se veía a gusto a su lado y se notaba que ambos sabían lo que hacían.

"Ni modo... si ambos son unos cerebrillos...", pensó Mulcibier molesto.

De pronto, se percató que varios alumnos iban y venían desde el armario de la sala hasta sus puestos en busca de los materiales que necesitaban o haciendo consultas al profesor, pero para ello, todos debían recorrer las escaleras y pasar por la mesa donde se encontraban Deanoff y Riddle. Mulcibier sonrió con maldad y supo inmediatamente que hacer: "Un poco de dolor no le hace mal a nadie".

***

Malfoy trabajaba con gran concentración de la mano de Walburga ya que no podían cometer ningún error, la poción de veritaserum requería seguir cada paso con precisión.

Tras unos minutos, el rubio soltó un suspiro y se echó hacia atrás masajeándose el rostro, dejando que Walburga continuara. Mientras tanto, observó a Valerie que trabajaba codo a codo con Riddle y tensó el cuerpo, molesto. Al mismo tiempo, se percató de que Mulcibier se ponía de pie y se dirigía hacia la mesa del profesor, pero algo en él le dio un muy mal presentimiento.

Observó como el mago conversó con el profesor, para luego dirigirse al fondo del salón donde estaba el armario de los ingredientes. Malfoy no supo porque, pero no podía quitarle la mirada de encima a Mulcibier, aun así, reaccionó tarde a sus malignas intenciones. Solo puedo observar cuando el mago volvía a su puesto y dejaba caer un ingrediente de manera disimulada, que no logró identificar, en la poción de Valerie.

Después de eso estalló el caos.

***

Valerie tenía los instintos y sentidos más agudizados que cualquier humano, pero en aquellos momentos se maldecía a si misma porque haber dejado pasar tanto tiempo sin alimentarse. No sentía ninguna tentación por los alumnos que la rodeaban, pero tampoco era bueno tentar al destino y a ella misma no le gustaba sentir debilidad en su cuerpo.

De pronto, sintió la cercanía de ese odioso mago, Mulcibier, cuando revisaba sus anotaciones y no prestaba atención al caldero. No tuvo necesidad de levantar la vista, el hedor característico del mago le advirtió de su presencia, pero no logró prever sus acciones. Vio en cámara lenta como algo entraba a su poción gracias a Mulcibier y dirigiéndole una rápida mirada supo inmediatamente que algo malo ocurriría.

- ¡¡Cuidado!! – gritó ella y a una velocidad inhumana se lanzó sobre Riddle, segundos después el caldero explotó.

Ambos cayeron al suelo mientras la poción volaba por los aires y el cuerpo de la vampira recibía gran parte de ella, protegiendo así al mago.

Riddle no supo que ocurrió hasta que chocó de espalda contra el suelo y el cuerpo de Valerie se enterró sobre él de manera comprometedora.

Tras ello, escuchó los gritos de los demás alumnos y miró sorprendido a la bruja que se apoyó en su pecho y se levantó un poco, pero todavía sentada sobre él.

De haber sido otro el escenario, el mago le habría regalado una mirada maliciosa al tenerla así, pero esa idea se esfumó de su mente apenas vio su rostro de dolor.

Valerie es echó hacia un lado y alejándose de Riddle cayó pesadamente al suelo de frente, retorciéndose y siseando con sufrimiento.

- ¡Valerie! – el gritó de Malfoy golpeó la mente de Riddle que rápidamente se puso de pie, pero el rubio ya había llegado donde su amiga y sacándose su capa, le rodeo la espalda y la levantó en sus brazos, cargándola.

El resto de los alumnos corría por la sala evitando los rastros de la poción y el profesor intentaba controlarlos y enviar a los heridos a la enfermería.

Riddle notó las horribles heridas que la bruja tenía en la espalda y los brazos, cerró los puños, molesto, sin comprender que había ocurrido. Al mismo tiempo miró con odio al rubio por tener a la bruja en sus brazos. Para su sorpresa, Malfoy le dirigió una fría mirada.

– Fue Mulcibier, agregó algo a su caldero. – Y sin decir más se giró, llevándose a la bruja consigo.

Riddle no logró decirle nada a Deanoff antes de que se la llevarán, pero cayó en la cuenta de que ella, sin dudarlo, se había lanzado sobre él para protegerlo.

Tensó el cuerpo, furioso como jamás había estado en años y observó la silueta de Mulcibier abandonar la sala. Una mueca de maldad pura surgió en los labios del mago y sus ojos adquirieron una tenue tonalidad roja: su seguidor pagaría caro semejante acto.

***

Tras las rápidas y expertas manos de la enfermera y su fuerza para embutirle una poción para dormir, Valerie se sumió en una inconciencia hasta que la poción perdiera efecto.

La tarde del día siguiente, la vampira se movió molesta en la camilla de la enfermería donde yacía y abrió los ojos con pereza. Parpadeó varias veces y trató de levantarse, pero una mano le sujetó el hombro y la detuvo.

- No te muevas, debes descansar – la intensa mirada que Dumbledore le dirigía obligó a la vampira a obedecerle. Volvió a recostarse y lanzó un suspiro.

- ¿Cuánto tiempo llevó aquí? – preguntó ella con los ojos cerrados.

El mago suspiró.

– Un día – y la miró con el ceño un poco fruncido.

La vampira gruñó y abrió los ojos.

- ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

- Me llama la atención la debilidad que estaba presente en tu cuerpo cuando llegaste a la enfermería. Supondría que una vampira podría resistir a la explosión de una poción mal elaborada.

Valerie lo miró anonadada.

- ¿Me estas llamando débil? – su tono sonó más despectivo de lo que quería.

- No pongas palabras que no han salido de mi boca. Pero te rogaría que para la próxima vez tengas tus capacidades al máximo.

Ella siseó, sin saber porque le molestaban tanto sus palabras, estaba por decir algo, pero el mago la interrumpió.

– Tú me pediste que confiara en ti y lo hago. Por ende, te ruego que para la próxima vez te preocupes de alimentarte. No desconfió de tu autocontrol y no temo que mis alumnos estén en peligro contigo, pero no deseo tampoco que exista una mínima posibilidad para que algo malo ocurra. Por otra parte, el tiempo que le costó a tu cuerpo recuperarse de la explosión fue muy lenta y casi ninguno de los métodos de la enfermera funcionó. – Se sacó los anteojos y se masajeó el rostro. – Entenderás que soy más joven que mi yo del futuro, pero aun así sigo siendo un mago viejo...

- ¿De qué hablas? ¿Qué hiciste Albus? – le interrumpió aterrada la vampira.

Dumbledore negó con la cabeza restándole importancia.

– Era necesario alimentarte con sangre, por ende te cedí un poco de la mía. Estabas más hambrienta de lo que esperaba -, y rio agotado.

- Por Merlín.... – Valerie se tapó la boca y sin pensarlo se bajó corriendo de la camilla y abrazó al mago, preocupada. – Perdóname, perdóname, no volverá a ocurrir. No debiste haber hecho eso.

Albus rio disimuladamente.

– No creo que sea apropiado que una alumna este abrazando a un profesor de esta forma.

- Pues me importa una mierda, eres mi amigo antes que mi profesor.

Él volvió a reír.

– Valerie -, ella se apartó y lo miró a los ojos. – No vuelvas a dejar de alimentarte -. Ella asintió avergonzada. – Y tranquila, todavía queda suficiente de este viejo loco como para que te preocupes tanto de mí.

Esta vez, fue ella quien rio.

– Acostúmbrate, suelo estar siempre preocupándome de ti y ayudándote. Sueles, de repente, complicar mucho las cosas.

- No lo dudo, una mente tan brillante como la mía a veces puede tener ciertos fallos -. Ambos rieron, tras lo que el profesor le pidió a la bruja que volviera a descansar.

Antes de despedirse Dumbledore le dijo – Lamento comunicarte que te darán el alta mañana por la noche. – Valerie puso los ojos en blanco molesta. – Pero tus amigos te dejaron chocolates, eso siempre es una buena compañía.

Ella le dedicó una mirada sarcástica.

- ¿Sabes que el chocolate para mí no sabe a nada, verdad?

- ¿Enserio? Es bueno saberlo, que descanses -.

Y tomando la caja de chocolates que estaba en la mesita frente a la camilla le dedicó una sonrisa y se fue.

Valerie rodó los ojos, negó con la cabeza y sonrió, mientras se acomodaba en la camilla.

***

Malfoy y Walburga suspiraron tranquilos cuando la enfermera les dijo que su amiga se encontraba dormida y en buen estado, pero que todavía no podían verla.

Tras ello, Malfoy comenzó a caminar dejando a su amiga sola.

- ¿A dónde vas? – le preguntó Walburga alcanzándolo.

- Me encargaré de que el responsable tenga su merecido.

Walburga más de alguna vez había tenido que tomar al rubio y detenerlo antes de que cometiera una estupidez. Era algo característico de los Malfoy, cuando algo se les metía en la cabeza era muy difícil que lo dejaran ir. Años de experiencia le permitían evitar que su amigo se metiera en problemas, pero esta vez, al ver su rostro tuvo que admitir que quien fuera el responsable estaba metido en un gran problema. Nunca había visto tanto odio en los ojos del rubio, por lo que, por primera vez, prefirió no intervenir.

***

Malfoy encontró a Mulcibier donde sabía que estaría, en el pasillo cercano a la sala común molestando a cualquier alumno que se cruzara en su camino.

Apenas lo vio, Mulcibier le sonrió con maldad – Malfoy – le dijo a modo de saludo.

El rubio no dijo palabra y moviendo su varita, que ya tenía en la mano, lanzó al mago contra la pared con un hechizo.

- ¡¿Qué te pasa estúpido?!

El rubio no le respondió, sino que lleno de odio, se le acercó sin decir nada y le estampó un combo en el rostro. Mulcibier gritó de dolor y sangre salió de su labio.

Malfoy, no sintiéndose conforme, volvió a elevar el brazo para golpearlo nuevamente.

- ¡Malfoy! ¡Es suficiente!

El mago detuvo el golpe a escasos centímetros del rostro de Mulcibier que lo miraba entre la sorpresa y el dolor. Abraxas, por su parte, habría esperado que aquellas palabras provinieran de cualquier otra persona menos la que estaba ahí parada frente a ellos.

- Dije que es suficiente -. Volvió a repetir con seriedad Riddle.

- No es asunto tuyo, Riddle.

- Me temo que sí.

- Lárgate – Malfoy le dirigió una profunda mirada que odio, pero el otro mago ni se inmutó. – No estamos en una de tus reuniones y no eres nadie para darme órdenes.

- ¿Estás seguro?

- Púdrete – le dio la espalda dispuesto a golpear nuevamente a Mulcibier, cuando unas fuertes cuerdas le rodearon el cuerpo. Giró el rostro furioso y vio la varita de Riddle apuntándole. - ¡Suéltame ahora!

- ¿Tengo que volver a repetirlo para que lo entiendas? Es suficiente.

Mientras ambos magos discutían, Mulcibier se puso de pie silenciosamente y arrancó cuando ambos no lo estaban mirando.

- ¡Menudo hijo de puta! ¡Corre Mulcibier, corre como gallina! – le gritó fuera de si, Malfoy. – Apenas te encuentre te mato -, siseó más para sí mismo. Después miró a Riddle. – ¡¡Suéltame de una vez!!

- ¿Terminaste el berrinche?

- ¿Qué demonios te importa lo que haga?

- Tengo curiosidad – le respondió con sarcasmo Riddle. - ¿A qué se debe esto?

Malfoy rodó los ojos. – No necesitas pensarlo tanto. Valerie está en la enfermería por su culpa.

Riddle rio – Awww... ¿defendiendo el honor de tu amiga, acaso? – le dijo con sarcasmo, pese a que no encontraba gracioso burlarse del estado en que había quedado la bruja.

Malfoy levantó una ceja, pero su voz sonó furiosa – Búrlate todo lo que quieras Riddle, pero si no fuera por ella, tal vez serías tu él que estaría en la enfermería.

El rostro del otro mago se puso serio de golpe – Lo sé -, movió su varita y soltó al rubio.

- ¿Entonces por qué mierda te metes en mi camino y te entrometes en mis cosas? – le gruñó el rubio.

Riddle le dedicó una mirada sin ninguna emoción, pero le sonrió de la manera más siniestra posible – Porque seré yo quien castigue a Mulcibier, personalmente.

Malfoy estaba por decir algo, pero prefirió omitirlo. Jamás se le diría a alguien, pero la tenebrosa sonrisa de Riddle le dio un escalofrió y supo que cualquier cosa que él tenía en mente para Mulcibier no eran nada comparadas con lo que le esperaba. Riddle definitivamente era mil veces peor que él y por un segundo sintió lástima por Mulcibier, solo por un segundo.

***

- Gracias por todo.

- De nada -, le respondió la enfermera. – Y procura no volver por un tiempo a la enfermería.

Valerie rio y asintió, tras lo cual se retiró y camino por los oscuros pasillos. La noche le dio la bienvenida y suspiró, por fin libre de no tener que pasar otro segundo más en una camilla.

Sin pensarlo, se dirigió hacia la alta torre del castillo, no quería todavía ingresar a la sala común y deseaba unos minutos para admirar el cielo con tranquilidad.

Cuál sería su sorpresa al encontrarse con Riddle sentado en el suelo y jugando con una bola de fuego, tal como ella le había enseñado, solo que esta vez se notaba su enorme progreso.

- Riddle...

El mago levantó la vista sorprendido, no esperaba encontrarse con la bruja, pero le dedicó una pequeña sonrisa.

- Deanoff...

Ambos se quedaron en silencio unos segundos.

La vampira resopló, se sentó al lado del mago y le sonrió. – Veo que ya te manejas con el fuego, felicitaciones.

Él le dedicó una mirada de sorpresa – Gracias... ¿cómo te sientes?

- Perfectamente.

Riddle le sonrió con sarcasmo – Me lo imaginaba... Resistente como siempre.

Ella se encogió de hombros.

- De todas formas, no te agradecí por protegerme de esa explosión. De no haber sido por ti ambos estaríamos en la enfermería – le dijo él observándola intensamente.

Valerie levantó una ceja y le dedicó una sonrisa sarcástica – No hay de que... - Se quedó unos segundo en silencio. – Ahora tengo unas cuentas que arreglar... - siseó más para sí misma.

- ¿Cuentas que arreglar?

- Nuestra poción exploto porque alguien le puso un ingrediente de más y no dejaré que se salga con la suya.

- Te refieres a Mulcibier ¿o no?

- Por qué será que no me sorprende que ya lo sepas....

Riddle rio – No pierdas tu tiempo, dudo que Mulcibier vuelva a molestarnos en harto tiempo.

- ¿A qué te refieres?

- De todas formas dudo que Malfoy haya logrado espantarlo... - dijo Riddle como si no la hubiera oído.

- ¿Abraxas? ¿Qué tiene que ver él con esto? – le interrumpió la vampira todavía sin comprender.

- Tu amigo intentó darle una paliza a Mulcibier, pero lo detuve. Aunque debo agregar que me sorprendió la golpiza que le dio en el rostro.

Valerie lo miró furiosa - ¿No dejaste que Malfoy golpeara a Mulcibier? ¿Es broma? Ese imbécil pudo haberte dañado si no fuera por mí y pese a eso lo defiendes.

- Nunca dije que lo defendiera. Yo mismo me hice cargo de él...

La vampira lo miró con incredulidad.

- Debo admitir que disfrute sus gritos y suplicas, más de lo que esperaba... Dudo que vuelva a molestarnos en un futuro cercano – le dijo Riddle con una sonrisa maligna.

Para sorpresa del mago, Valerie le devolvió la sonrisa, pero fue la expresión más tenebrosa y maligna que había visto en su vida, demostrando una perversidad tan pura que Riddle tragó en seco percatándose de maldad que la bruja ocultaba. Supo entonces, que cada vez estaba más cerca de conocer aquella parte oculta de Valerie Deanoff, aunque ella no tuviera conciencia de eso.

***

Valerie miró a Riddle, mientras ambos se quedaron en silencio apoyados en la fría pared de la alta torre del castillo.

De pronto, la vampira se puso de pie frente a Riddle, le sonrió maliciosamente y se sentó en la baranda del balcón. El mago la observó sin comprender.

- ¿Confías en mí? – le preguntó súbitamente la bruja.

Riddle se quedó mudo unos segundos - ¿A qué viene esa pregunta?

Ella puso los ojos en blanco – Solo respondeme -, pero el rostro del mago le entregó una mirada de extrañeza.

La vampira resopló y se puso de pie sobre la baranda del balcón y mirando a Riddle estiró su mano hacia él - ¿Confías en mí?

- Si pretendes que demuestre mi confianza hacia ti, parándome cerca de una caída mortal, dudo que vayas por buen camino...

- Solo responde la maldita pregunta, Riddle.

El mago sonrió, le gustaba molestar a la bruja. Se quedó unos segundos en silencio, tras los cuales se acercó a ella. "Estas cometiendo un grave error", le dijo una voz en su cabeza, pero él continuó y subió a la baranda quedando frente a frente, mientras cruzaba los brazos. - ¿Esto responde a tu pregunta? –

- Más o menos – respondió ella. Recibió una mirada de molestia por parte del mago, pero ella le ofreció nuevamente su mano y le dedicó una pequeña sonrisa.

- Lo voy a preguntar por última vez ¿confías en mí?

Riddle miró la mano y luego al vacío que se encontraba a su lado desde aquella alta torre. Su mente procesó demasiados pensamientos para saber en cual enfocarse, pero ante la pequeña sonrisa de burla que se estaba formando en los labios de Deanoff su orgullo le ganó y le estrechó la mano con la suya. "Algún día aprenderás que el orgullo te traerá serios problemas" pensó su conciencia.

Valerie le dedicó una alegre sonrisa y su felicidad se vio reflejada hasta en sus ojos. Sin soltare la mano se le acercó rápidamente, susurrándole al oído – No te sueltes – y sin darle un segundo al mago para responder se lanzó con él por el balcón.

***

Tom Marvolo Riddle había experimentado varias cosas en sus cortos años de edad, pero jamás había sentido tanto miedo como en aquel momento. La sensación de caer era horrorosa y desagradable, aun así, pese al terror que lo invadió, no gritó.

Su terror fue rápidamente reemplazado por el asombro, cuando Valerie movió su mano libre y fuertes corrientes de aire los golpearon. Sin soltare nunca la mano, la bruja frenó su caída y descendieron suavemente los metros que quedaban hasta posarse con delicadeza en la tierra. Valerie se había preocupado de que su aterrizaje fuera lo más lento posible, para ella una caída así no implicaba un gran daño, pero no podía decir lo mismo por el mago.

Observó el pálido rostro de Riddle y sonrió con malicia.

- Quita esa sonrisa de tu rostro – le siseó él, ante lo que ella rio.

- ¿No te gustó la experiencia?

- No podría asegurar que haya sido la mejor experiencia, pero resuelve mi curiosidad de cómo es que sobrevivías a una caída de semejante altura -, le respondió él seriamente.

- Me complace haber resuelto una de tus dudas – respondió ella con sarcasmo y sin decir agregar nada más camino hacia una de las entradas del castillo. – Buenas noches, Riddle.

El mago la observó retirarse y sonrió, pareciera que las cosas, nuevamente, se estaban poniendo muy interesantes.

***

El invierno comenzaba a retirarse y dio paso a marzo.

Durante las semanas siguientes, Riddle y Deanoff mantuvieron una tranquila relación, pero a su vez la vampira comenzó a pasar más tiempo con sus amigos. Riddle, ante aquello, ocultaba su molestia, pero comenzaba a comprender que la presencia de Malfoy cerca de Deanoff era una amenaza. Sin darse cuenta, comenzó a aparecer en los pasillos cuando la vampira estaba con sus amigos para interrumpirlos y conversar con ella; la cara de desprecio de Malfoy cuando aparecía le generaba más agrado hacerlo.

Al mismo tiempo, Riddle continuó enfrascado en descartar los lugares donde se escondía la cámara secreta de slytherin. Estaba determinado a encontrarla ya que sabía que existía

Por otra parte, Walburga continuaba insistiéndole al rubio que aclarara sus sentimientos, pero Abraxas se negaba a admitir algo que no sucedía, pese a que se estuviera mintiendo a sí mismo. Pese a eso, el rubio no podía dejar de disfrutar el tiempo que compartía con Valerie, en especial en los entrenamientos de quidditch.

En febrero, hufflepuff se había enfrentado a gryffindor, siendo vencidos brutalmente por la casa de los leones. El siguiente enfrentamiento vendría a ser ravenclaw contra slytherin a finales de marzo, ante lo cual Reid les exigió entrenar una vez por semana durante febrero y dos veces por semana durante principios de marzo. Era vital que el equipo de las serpientes venciera a ravenclaw, ya que gryffindor los había alcanzado en puntaje tras el último partido.

El penúltimo sábado de marzo , Abraxas y Valerie volvían de entrenar, conversando animadamente por los pasillos en dirección al gran comedor para almorzar y Walburga los estaba esperando en el corredor con una pequeña sonrisa.

- ¿Cómo les fue? – preguntó Black apenas los vio, tras lo cual los tres continuaron conversando animadamente mientras caminaban.

Estaban por llegar al gran comedor cuando se toparon con un grupo de alumnos de gryffindor y ravenclaw.

- ¡Charles! ¡Peter! – Valerie saludó con alegría a ambos magos, los cuales le devolvieron la sonrisa y se acercaron a saludarla.

Malfoy y Walburga miraron a su amiga sorprendidos, no podían acostumbrarse a que se llevara tan bien con alguien que no fuera de slytherin.

Potter y Lovegood saludaron cordialmente a Walburga y Abraxas, quienes les devolvieron el saludo, incomodos.

- ¿Qué tal van los entrenamientos? – preguntó animadamente Potter.

- ¡Excelente! Venimos de entrenar de hecho. Te apuesto que va a ser un partido muy interesante ¿verdad Abraxas?

El rubio escondió su sorpresa de que su amiga lo incluyera en la conversación y respondió con una pequeña sonrisa sarcástica – Totalmente de acuerdo -.

Lovegood rio – Espero con ansias el enfrentamiento -.

- Debo admitir que tras esta conversación no podré perderme el partido... - respondió con sarcasmo Walburga y todos rieron en voz baja.

- Perdona, debe ser aburrido que hablen tanto de quidditch si no eres fanática, pero espero que estemos a un nivel que te permita disfrutar del partido -, le respondió Lovegood con una tímida sonrisa.

- Habrá que ver... puede que no tenga tanto interés por ver el partido – respondió Black con una sonrisa coqueta. Sus amigos negaron con la cabeza, divertidos.

- Te puedo asegurar que será un gran espectáculo – respondió rápidamente Lovegood, todavía sonriendo tímidamente.

- Lo tendré en cuenta -, y le guiñó un ojo, ante lo que Lovegood se puso rojo. Valerie y Abraxas tuvieron que aguantar la risa, sabían de sobra que Walburga solo estaba jugando con el chico.

- ¿Coqueteándole al contrincante? Un acto muy vulgar de tu parte Black... ¿No tienes nada mejor que hacer?

Todos se giraron sorprendidos encontrándose con la sonrisa socarrona de Weasley.

- Septimus, no es necesario la hostilidad – le dijo con incomodidad Potter.

- ¿Cuál hostilidad? Yo solo señalo lo que acabo de ver.

Valerie le dirigió una profunda mirada de odio al pelirrojo, seguía sin comprender que problema tenía él con su amiga para que la tratara de aquella forma.

- No tienes por qué inventar cosas Weasley... Sería mejor que te retiraras, solo estas estorbando con tu presencia... - dijo con hostilidad Lovegood para sorpresa de todos.

El aludido rio con maldad - ¡No puedo creerlo! ¿Caíste redondito en su trampa, verdad? Esperaba que tuvieras mejor gusto. –

- Cállate – siseó Lovegood.

Weasley volvió a reír – Patético...

- Creo que tu presencia está estorbando aquí Weasley ¿por qué mejor no te retiras? – Todos giraron el rostro sorprendidos al ver como Riddle se les acercaba. Su rostro se mantenía serio, pero sus ojos advertían de su molestia.

- No es asunto tuyo, Riddle – le respondió el pelirrojo.

- No toleraré que hables así de compañeros de mi casa y siendo perfecto, no creo que tu actitud sea la adecuada.

Weasley se encogió de hombros – No pensé que alguien como tú también estaría detrás de esta asquerosidad de bruja... – Y le dedicó una mirada de asco a Walburga que estaba como piedra sin decir nada.

- Esa no es forma de dirigirse a una dama – le interrumpió Malfoy, furioso.

- ¿De nuevo con eso? ¿Es que todos van a proteger a la pobrecita que no puede decir nada por si sola? – le dirigió una mirada de asco a Walburga. – No sé qué tanto la defienden, yo no veo ninguna dama... Solo una ramera barata que... -

¡CRAC!

El grito de dolor de Weasley casi le rompe los odios a todos, pero nadie lo miraba, estaban absortos observando el rostro de odio de Valerie, quien seguía con el brazo estirado tras haber golpeado al mago.

Varios alumnos que estaban por ahí se quedaron mudos mirando la escena.

- ¡Vuelve a decir algo así y te arrepentirás! – le gritó fuera de sí la vampira, pero el mago continuó gritando de dolor.

Compañeros de gryffindor se acercaron donde el pelirrojo para ayudarlo, pero todos se dieron vuelta aterrados mirando a la bruja de slytherin.

- ¡Le has roto la mandíbula! – le gritó una chica con espanto.

- Y le seguiré quebrando más huesos si continua hablando mal sobre Walburga – siseó con odio la vampira.

- Valerie, es suficiente – Abraxas la sujetó del brazo.

Todos miraban aterrados o sorprendidos a Deanoff, en especial Riddle que no daba crédito de lo que veía. Los ojos de la bruja estaban negros como el carbón y pudo notar una pequeña sonrisa de maldad cuando los alumnos de gryffindor levantaron a Weasley para llevarlo a la enfermería. Esperaba que, al ver ese lado de Deanoff, le gustara, pero era tanta su sorpresa que trago en seco y se quedó mudo.

- Yo... comprendo que hayas defendido a tu amiga Valerie, pero creo que te excediste... Aun así no te juzgo – Charles miró a la vampira con pena e incomodidad y se retiró, seguido de un Lovegood que les lanzó una mirada nerviosa, pero levanto ambos pulgares y les sonrió tímidamente.

Valerie seguía con la respiración agitada, pensado en las mil formas de matar al pelirrojo. No recordaba haber estado tan furiosa hace años.

- ¿Se puede saber en qué demonios estabas pensando? – le preguntó Malfoy girándola para mirarla a los ojos.

- No iba a dejar que hablara así de mi amiga.

- Eso no explica porque tenías que golpearlo de aquella forma.

- ¡¿Qué importa eso?! ¡Se lo merecía!

- ¡Le quebraste la maldita mandíbula, por Merlín! ¿¡Estas dimensionando lo que acabas de hacer!?

- Si no estás dispuesto a defender a tu amiga, no es culpa mía – le respondió con odio la vampira.

Abraxas abrió los ojos sorprendido ante la hostilidad y sintió un dolor en el pecho porque su amiga lo tratara de ese modo.

- ¡¡Basta los dos!! – Walburga los interrumpió antes de que el rubio digiera algo de lo que fuera a arrepentirse. – No es tiempo para que nos pelemos entre nosotros, lo hecho, hecho está.

Valerie se soltó bruscamente de Malfoy y miró a Walburga asintiendo, la cual le dedicó una pequeña sonrisa para que se relajara.

Riddle estaba por decir algo, pero fue interrumpido – Señorita Deanoff, vaya a mi despacho ahora. - Todos se giraron, la alta figura de Dumbledore los miraba seriamente.

La sola presencia del profesor bastó para que Valerie volviera en sí y su odio se esfumara. Abrió los ojos sorprendida y miró a Malfoy apenada. - Yo... yo... Abraxas, perdóname... No quería... -

- Señorita Deanoff, no me haga repetir la orden – la vampira se encogió sobre sí misma, asintió y camino rápidamente.

Malfoy observó cómo su amiga se retiraba y no pudo sacarse de la cabeza la mirada de tristeza que le lanzó. Suspiró y negó con la cabeza, jamás pensó que pelearse con ella le haría sentirse tan incómodo y triste.

Walburga miró a su amiga y suspiró, luego le tomó la mano al rubio – Vamos, esperemos en el gran comedor a que vuelva... - el mago se dejó llevar.

La bruja sabía que su amiga se había excedido, nunca había visto semejante odio en sus ojos y no podía dimensionar como logró quebrarle la mandíbula al pelirrojo. Por otra parte, estaba agradecida que ella saliera a defenderla sin que se lo pidieran, pero esta vez había cruzado un límite. Pese a eso, estaba más sorprendida de la hostilidad con la que le había respondido a Malfoy, nunca pensó verlos tratarse de ese modo.

Dirigió una rápida mirada hacia atrás y se percató que Riddle seguía de pie en el pasillo con la mirada perdida, pero una maligna sonrisa comenzaba a formarse en sus labios. "Tengo un mal presentimiento de todo esto", pensó Walburga.

***

Valerie se dirigió rápidamente hacia la alta torre, todavía dándole vueltas a la conversación que tuvo con Dumbledore. Su amigo se había limitado a recordarle que no podía perder el temperamento de esa forma. - Esta será la única vez que toleraré que le hagas daño a uno de mis alumnos ¿quedó claro? – le dijo tranquilamente y ella asintió.

Continuó caminando a paso rápido, mientras la luz de la luna se filtraba por las ventanas. Ahogada en sus propios pensamientos, la vampira se dejó caer en la puerta de su balcón favorito y se sentó en el frio pasillo, apoyando su espalda en la pesada puerta de madera. Un largo suspiro salió de sus labios y se tomó la cabeza con las manos. "No volverás a caer, no volverás a caer".

Su cuerpo temblaba mientras más se apretaba la cabeza con sus manos. Podía sentirlo, el llamado, la tentación, aquella oscura sombra que estaba dentro suyo y se estiraba por su cuerpo con el fin de controlarlo. "No volveré a ser un monstruo, no caeré..." Si su cuerpo se lo hubiera permitido, lloraría, pero las lágrimas no habían salido de sus ojos desde hace siglos.

***

Con la cabeza apoyada en sus rodillas, escondiendo el rostro y apretándose las piernas con sus brazos, fue la posición en que Riddle la encontró en el pasillo de la alta torre.

Algo en él se contrajo al ver a la bruja así, alterado que alguien le hubiera hecho algo. No lo dimensionó en el momento, pero nunca había estado tan preocupado por otra persona que no fuera él.

Se acercó lentamente y llevado por el instinto que lo dominó se sentó al lado de la vampira, la obligó a soltar sus piernas, la rodeó con sus brazos y dejó que apoyara su cabeza en su pecho; sin importarle cuanto tiempo tuviera que quedarse así con ella.

Valerie no le importó que el mago la abrazara de esa forma, estaba tan sumida en sus pensamientos que enterró su rostro en el pecho de mago y cerró los ojos para intentar distraerse.

Tras varios minutos en que ambos estuvieron en silencio, la vampira soltó un largo suspiro y dijo – Sería agradable que siempre fuera así...

Riddle rio, apretándola contra él y comenzó a acariciarle el pelo - ¿Te refieres a que estemos los dos en son de paz y podamos compartir de manera tranquila?

Ella asintió, todavía con el rostro enterrado en el pecho del mago.

- Podríamos llegar a un acuerdo para lograrlo...

- ¿Cuál es tu condición?

El mago volvió a reír y poso su rostro en la cabeza de la bruja, la cual sintió su cálido aliento – Podrías responder a mis preguntas y quedaremos en paz... - mientras hablaba acaricio la espalda de la bruja con suavidad.

La vampira resopló, se alejó un poco y miró al mago a la cara – De acuerdo, pero yo también tengo una condición –, y le sonrió con sarcasmo. Riddle levantó una ceja, también sonriendo, no pensó que ella fuera a acceder tan fácil, pero todo dependía de que imponía a continuación. - Toda pregunta que tú hagas, me da derecho a hacerte una a ti.

El mago ensanchó su sonrisa – No esperaba menos de ti, pero me parece un trato justo -. Él conocimiento siempre tenía su precio, pero estaba dispuesto a pagarlo.

La bruja se apoyó en la puerta de madera y cruzó los brazos – Perfecto... Dispara entonces ¿cuál es tu primera pregunta?

Riddle se tomó su tiempo para pensar - ¿Por qué cuando llegaste al colegio, Slughorn te preguntó sobre tus heridas? Era el primer día de clase, si mal no recuerdo...

La vampira abrió los ojos sorprendida – Vaya memoria....

- Estoy tanteando el terreno – le respondió el mago sonriendo con malicia.

- Llegue unos días antes a que comenzaran las clases... No fue el mejor viaje que haya tenido... Estaba escapando de un ataque y llegué muy herida a los terrenos del colegio, donde Dumbledore y Slughorn me encontraron...

- ¿Escapando de un ataque?

- Estaba en un pueblo al norte de Inglaterra esperando un transportador para irme a Hogsmeade, cuando seguidores de Grindelwald aparecieron, el resto lo puedes suponer... - le mintió ella y Riddle asintió.

- Mi turno – Valerie le guiñó el ojo. - ¿Tienes familia?

- No – el mago tensó el cuerpo. – Vivo en un orfanato desde que tengo memoria, nunca conocí a mis padres... - la vampira asintió.

- ¿Cómo sabías que soy mestizo? – le preguntó él inmediatamente.

- Dudo que me creas, pero intentaré explicártelo lo mejor posible... - Riddle le dirigió toda su atención. – En Rumania, no creemos en la supremacía de sangre, sino en el concepto de la "sangre mágica", creo que te lo explique alguna vez... Mi madre me enseñó a sentir y captar las diferencias entre las sangres puras, mestizas o aquellas provenientes de familias muggles.

- ¿Solo así? ¿Tan fácil?

- No, es difícil. Si el mago o bruja es poderoso no requiere tanta concentración, pero en caso contrario sí. Mi madre me enseñó a comprender, que si bien las sangres son distintas, la magia que habita en ellas es la misma. No se es más poderoso por ser sangre pura o por ser un nacido de muggles... - sus palabras contenían cierto grado de mentira, pero le era imposible confesarle que por ser una vampira podía oler la sangre de los magos.

Riddle asintió no muy convencido, pero prefirió dejarlo pasar.

- ¿Qué sabes de la familia Deanoff? – preguntó ella cambiando de tema.

- Es un poco vago lo que conozco... Me baso en textos que leí en la sección prohibida, que señalaban que en Rumania habitaban criaturas nocturnas muy peligrosas para los seres humanos pero, a su vez, existía un linaje familiar que las estudiaba. Eso me llamó la atención, por lo que me dedique a investigar sobre dicho ascendencia, pero la información era muy escasa. Se decía que la familia provenía de 1550, pero las ramas sanguíneas eran confusas. Pareciera que en 1570 quedaba solo un linaje, el cual no tuvo más descendientes. Lo extraño, es que es casi cuatrocientos años después, en 1890, el linaje volvió a esparcirse por la región. Dado que los datos pueden ser incorrectos, puede que alguien hubiera tomado el apellido Deanoff y se apoderara de su fama. De todas formas, aquellos descendientes de 1890 no negaron el estudio de las criaturas oscuras, por lo que por descarte pensé que tenías alguna relación con ellos.

Valerie asintió sorprendida y procesó todo. Tal vez algún día descubriría quienes eran aquellos Deanoff de 1890. - ¿Tienes algo que ver con esa descendencia? – le preguntó el mago interrumpiendo sus pensamientos.

Ella negó con la cabeza – No que yo sepa... Después de que mi madre muriera nunca tuve contacto con ningún familiar, o bien no existían o no sabían de mí. A mi padre nunca lo conocí, por lo que nunca supe si era originario de Rumania o no.

Riddle la observó unos segundos y asintió soltando un suspiro. – Tu turno... -

- Paso, por ahora, cuando me surja otra pregunta te lo diré.

El mago se encogió de hombros sin darle importancia – Como tú digas.... – Se puso a pensar unos segundos, para luego preguntar – La vez que te torturé ¿cómo supiste que mordiendo la marca tenebrosa me harías daño?

- No lo sabía exactamente, más bien lo sospechaba. Me sentí extraña al tener la marca, como si hubiera algo que no correspondiera con ella... Pero la verdad no sabía a ciencia cierta que morderme realizando un hechizo serviría para dañarte...

- Interesante...

- ¿Qué es exactamente lo que hiciste con mi marca?

Riddle le sonrió con maldad – Establece un vínculo entre los dos. Al principio supuse que tu magia se rehusaría a establecer dicho enlace, pero con el tiempo ambos hemos ido cediendo sin que nos percatemos. Si bien, esta "unión" no nos afecta en el día a día, podría llegar a invocarte de manera tal que pese a no estar contigo sepa lo que estas sintiendo. No he profundizado que otros efectos puede llegar a tener a futuro, pero habrá que descubrirlo.

- Una movida arriesgada, si te soy sincera.

- Todo depende de qué lado estés en el futuro – y el mago se acercó a ella, poniendo un mechón de pelo detrás de su oreja.

- No vas a lograr cambiar el tema de conversación, Riddle...

Él rio – No pensaba hacerlo, pero me gusta intentar verte incomoda - . Valerie rodó los ojos.

- ¿Por qué fuiste a buscarme para navidad?

- Ya te lo había dicho, porque consideré que era mejor pasar los últimos días de navidad acompañado que solo. – Riddle la miró con cara de no creerle. – También estaba el factor de que me salvaste en el ataque del partido de quidditch y suelo aceptar hechos que perdonan acciones pasadas. Sentí que era lo mínimo.

- Mmm... no hubiera pensado que me lo mereciera y menos que valiera como para darme un regalo de navidad.

- Pero no eres tú el que debía decidir eso -, y la bruja le giñó el ojo.

Riddle se encogió de hombros, sabía que por más que la bruja respondiera sus preguntas no necesariamente entendería sus acciones.

Ambos se quedaron en silencio unos segundos.

- ¿Entonces, estas casada? – preguntó de pronto el mago, mirándola con atención.

Ella rio – Es una larga historia... - Riddle continuó observándola a la espera que continuara. La vampira carraspeó – En términos específicos, tuve una ceremonia, de discutible legalidad, que me unía con otro hombre. No fue algo que quisiera, pero ya no estoy casada...

- No entiendo... ¿Por qué tienes una foto con vestido de novia entonces?

- Me pidieron matrimonio y acepté bajo las circunstancias, pero cuando abandoné Rumania dejé todo atrás incluyendo mi matrimonio.

- ¿Abandonaste a tu marido? – preguntó extrañado y molesto Riddle al pronunciar la palabra "marido". - ¿Qué edad tenías cuando te casaste?

Valerie se cruzó de brazos – Era muy joven... Tenía catorce años... - le mintió. Ella debía recordar que estaba simulando ser una bruja de dieciséis años, pese a que su cuerpo llevara siglos con veintiún años. – Mejor te cuento todo desde un principio... - Riddle asintió.

La vampira estuvo unos segundos en silencio pensando, después de todo, debía hacer ciertas modificaciones a su historia para no revelar su verdadera naturaleza.

- En Rumania, las tradiciones son algo muy importante, al igual que las viejas doctrinas. Cuando tenía catorce años, ocurrió que uno de los descendientes de una importante y antigua familia, tomó el puesto de presidente del mundo mágico – mintió de cierta manera la bruja, ya que algo así había ocurrido, solo que en 1570. – Tras aquello, el presidente cambió ciertas estructuras y leyes, volviendo a imponer la existencia de matrimonios arreglados. Las diferencias de edad no eran un tema a discusión, dado que se tomó esta medida drástica debido a la escasez de magos y brujas que habían. Fue así, que se impuso que todas aquellas brujas de catorce años en adelante debían contraer matrimonio con algún mago. Como yo ya era huérfana hace poco, no poseía voz ni voto, por lo que me quedaban dos opciones: encontrar a alguien con quien casarme o ser vista como una clase social más baja. Tampoco tenía muchas opciones por donde elegir marido... Fue entonces que nos dieron, a aquellas que éramos muy jóvenes como para conocer a hombres con quien desposarse, la opción de asistir a un evento en el palacio de gobierno para sociabilizar y conocer a los magos que quedaban solteros. Yo diría que fue una forma sutil de decir que nos estaban vendiendo al mejor postor... - suspiró y continuó, bajo la atenta mirada del mago. – En aquel evento, nos separaron según nuestros avances y capacidades mágicas, pero nunca supe como diferenciaban quienes eran más poderosas que otras... Ahí, nos obligaron a vestir de manera que se supiera que tipo de brujas éramos... Fue humillante... Recuerdo que fuimos muy pocas las que nos entregaron vestidos negros, por lo que supongo nos identificó como brujas con un alto conocimiento en hechicería.

La vampira se quedó unos segundos en silencio, pensando como continuar, los recuerdos de su pasado volvían a su mente como si hubieran ocurrido ayer. No era fácil recordar aquello, pese a lo mucho que hubiera deseado que dichas memorias no le afectaran. Riddle esperó pacientemente en silencio, suponiendo que la bruja necesitaba tiempo para poder contarle algo tan personal.

- Ahí conocí a quien sería mi futuro marido... Una importante figura en el mundo mágico, descendiente de una de las primeras familias de Rumania y, a su vez, un poderoso mago... El resto te lo puedes imaginar... No deseaba casarme con él, pero bajo las circunstancias no me quedó de otra. Debo admitir que al principio no fue una experiencia tan horrorosa como había pensado, e incluso yo un momento en donde creí haberme enamorado de aquel hombre... Pero después descubrí que solo estaba interesado en el poder y que deseaba una bruja sumisa y fuerte a su lado. Durante un año, aprendí cosas de magia oscura que nadie jamás había visto, hechizos macabros y toneladas de información que él compartió conmigo. Todo cambio cuando empezó su cacería...

- ¿Cacería? – preguntó extrañado Riddle.

- El deseaba atrapar criaturas mágicas poderosas, estudiarlas y usarlas para su beneficio... Al principio pensé que era un pasatiempo extraño, por lo que no le di mayor importancia, hasta que me obligó a acompañarlo y cazar con él... Fue ahí cuando me atacó una de las criaturas... - mintió nuevamente la vampira.

Riddle abrió los ojos sorprendido y para su asombro la bruja rio – Ya debes haber notado ciertas cosas extrañas en mí, consecuencias de ese ataque. – Se quitó el pelo del cuello y le mostró la extraña cicatriz que varias veces le había visto. Esta subía por parte de oreja y bajaba por su cuello, pero no se notaba el final debido de la camisa que llevaba puesta. – No recuerdo que me atacó ni como sobreviví, pero casi muero... Desde entonces no volví a ser la misma...

- ¿Tiene eso algo que ver con tus ojos? – preguntó el mago y la vampira asintió.

- Mis ojos se ponen negros cuando siento emociones fuertes, en especial con la rabia y al mismo tiempo, soy incapaz de llorar, ya no poseo lágrimas.

- ¿Y sabes porque pasa eso?

- No exactamente... Entiendo que efectivamente fue una criatura muy oscura la que me atacó y hay magia negra que me afecta constantemente. En un principio creyeron que podía ser una mordida de hombre lobo o que me hubiera cortado con sus garras, pero no me afecta la luna llena y las consecuencias no tienen relación.

- ¿Eso explica tu fuerza, entonces?

- ¿Mi fuerza...? – preguntó extrañada ella.

- Bueno, de repente tienes la capacidad de levantarme y lanzarme un par de metros... Dada tu contextura, me cuesta un poco creer que tengas la fuerza capaz para hacerlo con tanta facilidad, como también romperle la mandíbula a un mago con un simple puño. – La vampira tuvo que ahogar una débil risa y asintió.

- Siempre he pensado que quede a medio camino de convertirme en algo – mintió de nuevo. - Pero no fue completo... Pase meses intentado averiguar que pudo haber sido, para encontrar una solución, sin embargo no di con ella. Al mismo tiempo, aquel hombre que pensé que amaba comenzó a usarme... A usar mí rabia y mi nueva fuerza con malos propósitos. Estuve sumida en la oscuridad por meses, hasta que no pude más. No iba a ser para él ni para nadie un monstruo, usaría mis capacidades para lo que yo quisiera y decidí vengarme de todo lo que me hicieron pasar. Pero... no pude... Por más que quise matarlo o, aunque fuera, dañarlo de alguna forma, no pude hacerlo. Sentía todavía algo por él, pero sabía que él no merecía ningún sentimiento de mi parte, asique tome la mejor decisión: lo abandoné. Él no sabía que cada vez me volvía más fuerte, independiente y no lo necesitaba. Cuando tuvo que viajar fuera del país aproveche y me escapé, desde entonces no he vuelto a Rumanoa.

- Alguien tan poderoso como él ¿jamás te buscó? – preguntó Riddle sin poder controlar la pisca de preocupación que se apoderó de él.

- Estoy segura que sí... Pero el cazador olvidó que la presa aprende a esconder sus pasos – y le sonrió con maldad.

Riddle tuvo que admitir que no esperaba nada de lo que acababa de oír y para su sorpresa no supo que decir, por lo que los dos se quedaron en silencio varios segundos. De pronto la bruja suspiró y cerró los ojos, apoyando la cabeza contra la puerta.

El mago la observó detenidamente, hipnotizado por su belleza, cuando ella sin abrir los ojos le preguntó repentinamente - ¿Nunca tuviste curiosidad por tus padres, saber quiénes eran o conocerlos?

Riddle se quedó en silencio, pensando. Ella le había conferido un secreto muy grande de su vida ¿debía él hacer lo mismo? "Ella será tu mano derecha cuando controles el mundo mágico y luego el mundo. La ataras a ti, no a la fuerza, sino porque ella misma lo querrá. Que ambos sepan sobre si mismos solo fortalecerá su unión contigo" se dijo a sí mismo. Pero tampoco necesitaba de aquellas palabras y lo sabía, estaba dispuesto a contarle de igual forma la verdad, porque a cada palabra que decía, más acercaba a la bruja a él.

- Sí... siempre tuve curiosidad... Busque el nombre de mi padre por años en los libros del colegio, pero no encontré nada. Finalmente busqué por mi segundo nombre: Marvolo y encontré algo. Supe quiénes eran mis padres, mis descendientes... Mi madre había muerto al darme luz, pero mi padre seguía vivo y fui a visitarlo.

Valerie abrió los ojos sorprendida ante la verdad que salía de los labios del mago - ¿Y qué paso cuando visitaste a tu papá?

Riddle se le acercó, le acarició la mejilla con una mano y le sonrió con maldad, pues no pensaba ocultarle su verdadero ser – Cuando lo vi, lo mate él y a toda su familia -.

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Hola! Florence por acá. Espero les haya gustado este largo capítulo. Me esforcé para que pudieran disfrutar de harto contenido ya que me iré de viaje por diez días de camping y no podre actualizar la historia. ¡Pero no desesperen que apenas vuelva continuaré! <3 ¡Amor para ustedes y espero sus comentarios!

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