El cielo en tu mirada (COMPLE...

By 19anamz

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Alex conoce a los hermanos Tyler en su primera semana de clases, asustada y sin conocer nada de la vida norma... More

Booktrailer
1 Alex, un nerd y un popular
2 El fan fic más viejo de la historia
3 De estereotipos y otras cosas
4 Chicos ruidosos versión 2.0
5 De idiotas populares y nerds adorables
6 La persona más hermosa del mundo
7 El prodigio del futbol americano
8 ¿Verdad que es pelirrojo?
9 La abue
10 De nerds que no han dado su primer beso
11 Díganle a Johann que lo amo
12 De amigos increíbles y una arpía anti perros
13 Woler
14 De estereotipos y malas influencias
15 Un nerd a mi manera
16 Virginia
17 De idiotas que no son tan idiotas
18 De invitaciones elegantes
19 De hermanos elegantes
20 De tímidas confesiones
21 Un espía en la oscuridad
22 Hola novio... Hola novia
23 Ella no lo vale
24 De listones negros y promesas de amor
25 Un vistazo al idiota popular
26 Un vistazo al popular no tan idiota
27 De nerds un poco idiotas
28 Claveles rojos
29 Florecer con fuerza de voluntad
30 De entrenadores molestos y como enfrentarlos
31 El punto de quiebre
32 Baker
33 De vuelta al pasado
34 Después de esto ya no queda nada
35 Los últimos pedazos de mi alma
36 Al día siguiente
38 De otro tipo de dolores
39 Chocolate
40 Los pequeños detalles
41 Amasijo de pedazos rotos
42 LA ALEX
43 De nuevos amigos y ex-es semi olvidados
44 De "te amo" dolorosos
45 De adicciones deliciosas
46 De lecciones de besos
47 De secretos y más secretos
48 El verdadero juego comienza
49 Mi chica
50 Ley del hielo
51 Nunca debí conocerlos
52 De confesiones dolorosas
53 Elizabeth
54 Pasar sobre mi
55 El ahorcado
56 Un ángel con el cielo en su mirada
57 Un lugar mejor
58 Una señal
59 Mi tonto nerd (FINAL)
Epilogo
Agradecimientos...
¡SECUELAS ALTERNATIVAS!

37 La elección correcta

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By 19anamz

Cuando me adentro al salón el lugar se sume en un silencio profundo por una milésima de segundo, no alzo la mirada hasta la última fila, sé que se encuentra ahí, pero tampoco agacho la cabeza y cuando llego a mi lugar me siento aliviada, ahora solo tengo que soportar las clases hasta la hora del descanso, después podre refugiarme en algún lugar para poder pasar desapercibida.

Acomodo mis cosas sobre la mesa y espero pacientemente a que el profesor aparezca, sin embargo, pasan minutos y no lo hace.

—Sí, hoy me llevará a cenar, es tan romántico que en ocasiones empalaga, pero así lo quiero —aprieto mis puños al escuchar esas palabras detrás de mí, está hablando más fuerte para que la pueda escuchar, puedo sentir como la furia sube por mi cuerpo hasta instalarse en mi rostro y agradezco mentalmente el estar de espalda a ellas, así no pueden ver mi reacción.

Todas las chicas sentadas a su alrededor le comienzan a hacer preguntas y es cuando me percato de que se ha hecho muy conocida, yo he estado aquí dos meses y medio y solo pude hacer tres amigos como mucho y ella con tan solo unas semanas ya se ha ganado a todo el mundo.

La tristeza se apodera de mi al recordar lo que pensé aquella horrible mañana en casa de Johann.

¿Y si ella es mejor que yo? Por algo ha logrado hacer más amigos y por algo ha logrado quedarse con Johann, aprieto mis ojos y niego, si sigo pensando así solo lograre ponerme mal y arruinarlo todo, recuerda Alex, debes fingir para no derrumbarte. Tienes que creerte tu propia mentira.

Por algunos minutos continuo con mi mirada al frente, fingiendo no prestar atención a nada a mi alrededor, finjo estar en mi celular, pero rápidamente comienzo a desesperarme, no creí que sería tan difícil, finalmente respiro aliviada cuando el director aparece anunciándonos que nuestro profesor no vendrá el día de hoy, inconscientemente destenso mis hombros y dejo salir el aire de mi cuerpo, es la mejor noticia que me han dado en el día.

Me pongo de pie de prisa y avanzo atravesando el salón de clases, pero antes de que pueda salir alguien se atraviesa en mi campo de visión.

Hago acopio de todo mi autocontrol y la observo esperando a que se digne a dejarme pasar, pero en lugar de eso me sonríe y avanza hacia mí, algunas de sus amigas nos observan detrás de ella.

—Mira lo que me ha regalado Johann —habla alzando la mano y colocándola al punto de casi estamparla en mi rostro— a que es lindo ¿verdad?

Observo el enorme anillo que adorna su esquelético dedo y moviendo la cabeza a un lado para poder verla le sonrío. No debo perder el control, eso es lo que ella quiere.

—Sí, es lindo, ahora si me permites... —intento avanzar para poder salir y cuando estoy a punto de lograrlo su fría mano me toma de la muñeca y me detiene.

Giro rápidamente para enfrentarla y jalando con todas mis fuerzas me zafo de su agarre.

—Te estoy hablando, es de mala educación dejar a las personas hablando solas —puedo sentir como la tensión sube por mi cuerpo a cada palabra calculada que sale de sus labios, aprieto mis puños y agacho la mirada sin saber qué hacer, no tengo ni idea de cómo salir librada de esta y el pánico comienza a apoderarse de mí y entonces digo algo de lo que estoy segura después me arrepentiré.

—Yo no tengo la culpa de que tengas que llenar el vacío que dejaron tus padres con regalos costosos de mi exnovio —todas se paralizan por un segundo ante mis palabras y sin más desaparezco a toda velocidad alejándome lo más posible.

Corro a toda velocidad sin saber a dónde ir y justo cuando giro para llegar a otro pasillo el tobillo se me dobla y caigo de rodillas al suelo, solo doy permiso a la humillación de apoderarse de mi por un segundo y finalmente me vuelvo a poner de pie y avanzar ignorando el latente dolor de mi pie, lo peor que me podría pasar en este momento es que esas arpías me vieran tirada en el suelo.

Mi cabello vuela por todos lados mientras pienso un lugar en el que pueda esconderme, sola no puedo, creí que si lo haría, pero no puedo, necesito a Elizabeth o a alguien, cuando los baños aparecen frente a mi doy un paso hacia el de chicas cuando me detengo y pensándolo mejor me adentro al de chicos.

La puerta hace un ruido sordo detrás de mí en cuanto se cierra y el lugar se sume en un silencio profundo. Mi pecho sube y baja sin parar, puedo escuchar el latido de mi corazón en mis oídos y el repiqueteo de mis tacones a cada paso que doy, pero además de eso no se logra escuchar nada más, cuando me digno a mirarme al espejo descubro a una chica con los ojos abiertos de terror, los labios secos y el cabello enredado.

Parezco salida de una película de persecuciones así que asombrada y confundida avanzo hasta quedar al pie de los lavabos.

Reviso mi rostro y por suerte el maquillaje no se me ha corrido así que con renovada fuerza me descuelgo la mochila y saco mi peine, con rapidez lo desenredo y en segundos queda como antes, busco con vehemencia mi labial entre las bolsas y lo aplico, cuando vuelvo a guardar todo en la mochila casi parezco la de antes, de no ser por la maldita expresión en mis ojos.

Intento borrarla de una u otra manera, pero no lo logro y cuando finalmente me doy por vencida coloco las manos en el lavabo y agacho la mirada, permanezco en esa posición durante un rato hasta que siento que me he calmado por completo y puedo salir, seguramente muy pronto sea la hora de la comida.

Giro sobre mis pies y cuando doy el primer paso mi tobillo se queja y caigo por segunda vez al suelo, aprieto los puños dejando esta vez entrar a la humillación del todo y cierro los ojos con fuerza, no puedo creer que esto me esté pasando a mí.

—¿Alex? —escucho la voz de Derek, pero no me digno a mirarlo, no sé si pueda hacerlo sin llorar y me prometí no hacerlo—, Alex ¿qué te ha sucedido?

Tomándome por los brazos me ayuda a ponerme de pie, pero apenas coloco el pie de nuevo en el suelo este se dobla y de no ser porque me está sosteniendo ya habría caído de vuelta.

Me sostengo por sus codos y recargo mi frente en su hombro intentando aliviar el dolor, pero este no se va así que en un movimiento que me sorprende Derek me toma por la cintura y me alza hasta sentarme en el lavabo, con la misma rapidez se arrodilla frente a mí y me saca el zapato analizando mi pie, observo anonadada la situación sin saber cómo reaccionar, ¿Qué está ocurriendo aquí?

Doy un respingo en cuanto sus fríos dedos hacen contacto con mi pie que comienza a hormiguear, frunzo el ceño al no sentirlo del todo desagradable y sacudo la cabeza, estoy perdiendo la razón.

—Creo que solo esta torcido, te llevare a la enfermería —habla poniéndose de pie, niego frenéticamente y lo tomo por los hombros.

—No, a la enfermería no por favor —pido, no quiero pensar la burla que seré si me ven entrar a la enfermería.

—De acuerdo, no te llevare a la enfermería, pero debemos conseguir algo de hielo —asiento y estoy a punto de ponerme de pie cuando el loco chico frente a mi pasa sus brazos por debajo de mí y me carga atrayéndome a su cuerpo, envuelvo mis manos alrededor de su cuello para no caer y lo observo interrogante.

—Vamos Alex, que no puedes ni ponerte de pie —alega al observar mi gesto, agacho la mirada avergonzada y sin más salimos del baño, en los pasillos todo se encuentra como lo deje antes de entrar al baño, parecen desérticos y lo serian de no ser por las voces que se escuchan a lo lejos en los salones de clases.

Observo a mi alrededor cuidando que no nos observen y cuando salimos al estacionamiento respiro aliviada, cuando creo que nos dirigimos a su auto Derek gira y nos adentramos en el jardín trasero de la escuela en donde algunas mesas adornan el lugar, me lleva hasta una de ellas y me sienta sobre ella, entregándome mi mochila y mi zapato, le agradezco y este se limita solo a asentir.

—Iré a conseguir algo de hielo, por favor no te vayas a mover de aquí, nadie te encontrará así que pierde cuidado.

Asiento y sin más desaparece dejándome sola, observo, todo con interés pues pocas veces había estado aquí y me sorprende lo hermoso que es, algunos árboles cubren el lugar, de hecho, la mesa en la que me encuentro está bajo la sombra de uno de estos y todo el suelo se encuentra cubierto por pasto.

Después de un rato logro escuchar a lo lejos el timbre para salir a descansar, me tenso de inmediato, pero para mi suerte y tal y como lo dijo Derek nadie aparece por este lugar, lo que me extraña con tanta belleza que tiene.

Minutos más tarde logro divisar la silueta de Derek aparecer a lo lejos, trae cargando un par de bolsas.

No despego mi mirada de él hasta que llega y coloca las cosas a mi lado.

—¿Cómo se encuentra? —pregunta tomando asiento en el banco frente a mí y sacando el hielo de una de las bolsas.

—Lo siento caliente e hinchado —contesto en voz baja y su mano se detiene antes de que el frio haga contacto con mi pie.

Rio y aparto la mirada de él avergonzada.

—Oh por Dios, eso se escuchó muy mal —hablo totalmente sonrojada, él ríe y asiente.

—Si —contesta y segundos después coloca el hielo sobre mi tobillo.

Me quejo por el movimiento repentino pero segundos después me acostumbro y dejo de sentir el frio.

—También he traído algo de comida —anuncia señalando con la cabeza la otra bolsa, la observo y la tomo entre mis manos analizando su contenido.

Asombrada observo la etiqueta de una de las bolsas.

Ha traído comida de mi restaurante favorito. Saco la bolsa y mi estómago ruge al instante en que reconozco el exquisito olor de las enchiladas.

—Haz traído enchiladas —digo emocionada y no espero para abrirlas por completo—, son mi platillo favorito, siempre me recuerdan a mi abue.

—No sabía que comprarte —comenta sin despegar sus ojos de mi pie—, me alegra haber hecho la elección correcta esta vez.

Asiento, pero no puedo hablar y este al ver que no contesto alza la mirada y rompe en carcajadas al verme con la boca llena de comida, intento reír junto a él, pero no puedo y por poco termino asfixiada.

Tomo algo de agua y finalmente puedo respirar con normalidad y sonreír.

—Haz hecho la elección correcta —afirmo y sonrío al ver que no he pensado en todo este rato en Johann o Virginia, Derek ha logrado distraerme—, gracias —le agradezco por ambas cosas.

Lo observo alegre y su mirada cambia a una algo más triste, de inmediato me arrepiento de haber dicho eso y trato de retractarme, pero el habla antes.

—No hay de que, ha sido un placer.

Después de esas palabras deja mi pie y toma asiento a mi lado tomando el otro paquete y sacando otras enchiladas.

Por un largo rato reímos y conversamos logrando distraerme por completo de todo lo que ocurre a tan solo unos metros, es la primera vez que sonrío honestamente en esta semana y la primera que río y me siento muy bien para ser sincera.

Cuando la hora de volver a clases regresa es como si ambos despertáramos de un trance y volviéramos a la realidad, me convenzo a mí misma de que no puedo pasármela escondida todo el tiempo y me dispongo a ponerme de pie para volver a clases, pero de nuevo Derek es más rápido y me toma en sus brazos, grito por la sorpresa y después rio.

—¿Piensas llevarme así hasta mi salón? —pregunto divertida.

Derek se encoje de hombros.

—¿Por qué no? —pregunta.

Río y no digo nada más, para mi suerte la mayoría de alumnos ya han entrado a sus salones de clase y me libro de ser el centro de atención.

O al menos eso es lo que creía hasta que llegamos a la puerta de nuestro destino, pues en lugar de que Derek me deje en el suelo como cualquier persona normal lo haría, toca la puerta conmigo aun en sus brazos y pide permiso al profesor para que pueda entrar.

Escondo mi cabeza en su pecho a medida que avanzamos y siento la mirada de todos sobre nosotros.

—Listo —comenta en cuanto me deposita en mi lugar.

—Gracias —digo en voz baja y este asiente sonriendo.

—Cuando quieras.



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