Esto es raro pero tampoco tengo muchas ganas de cambiar como quedo. Lo escribí después de un ataque melancólico mientras escuchaba Error de VIXX.
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JooHyun tomo su mochila y se dirigió a la recepción del hospital para despedirse. Camino hasta el gran escritorio circular en medio del primer piso con una efímera sonrisa en los labios.
-Ya me voy SeungWan. —la castaña llamo la atención de la jefa de enfermería, quien tenía la cabeza enterrada en un expediente.
-De acuerdo Joohyunnie~ —de la nada levanto la cabeza. — ¡Espera, espera, espera! —la menor se detuvo ante las palabras de SeungWan. — KyungSoo dijo que cuando terminaras te quería en su despacho —le hizo señas de que se acercara. — y estaba sonriendo. —susurro. — ¿Quién sabe que maldades está planeando ahora?
-¿Segura que es una maldad?
-Cariño: ¿Suceden cosas buenas cada vez que ese hombre sonríe? —alego apoyando un brazo sobre el escritorio. — Desde que yo lo conozco -desgraciadamente casi cuarenta años- nunca es bueno que sonría.
JooHyun expandió un poco su sonrisa. La única persona que no temía a la presencia del director del hospital, Do KyungSoo, era Son SeungWan, la segunda al mando del lugar. Y tampoco temía hablar de él con los demás. Seungwan era una especie de puente entre los médicos y su director, porque nadie se atrevía a verlo a la cara.
Excepto ella.
-Iré entonces. —dio media vuelta, dirigiéndose a tomar el ascensor nuevamente.
Cuando llego al cuarto piso, exclusivo para aquellos pacientes del director donde pocos médicos y enfermeros podían entrar, fue directo a su oficina. Toco suavemente la puerta y oyó el permiso inmediato, abriendo la puerta.
-¿Queria verme maestro? —cerro la puerta y camino hasta los asientos frente al escritorio.
-Si JooHyun, tengo algo para ti. —abrió uno de sus cajones y saco de ellos un sobre blanco, dándoselo rápidamente con una pequeña sonrisa en los labios. JooHyun lo tomo y lo abrió a la vez que el mayor comenzo a hablar. — Es una copia, ya hice que BoGum envié el original con su destinatario.
Los labios de la castaña se curvaron un poco al notar las primeras palabras en los documentos.
"Formulario de divorcio"
-Me tome la libertad de leerlo antes de su envió, esta todo tal cual que querías. —continuo el pelinegro. — Incluso se hizo hincapié en tu pedido de no querer nada de su dinero y de que vas a pagar lo que usaste para tus estudios. Es solo cuestión de que JunMyeon lo firme y estarás soltera nuevamente.
-Muchas gracias maestro. —soltó mirando al mayor.
-No es nada que no pueda hacer por mi aprendiz favorita. —JooHyun rodo los ojos.
-Soy su única aprendiz. —contesto haciendo que KyungSoo apretara los labios en una mueca de fastidio.
-Y suficientes dolores de cabeza tengo contigo. Empieza a mejorar tu chino, en tres meses te quiero trabajando en la nueva clínica en Beijing. —menciono volviendo a centrarse en los expedientes sobre su mesa. — Asi que apresúrate en terminar tu tesis.
-Solo tienen que darme la fecha para defenderlo. Si es todo me voy, JunMyeon ya debería haberlo recibido si lo enviaron esta tarde.
-Supongo. Si heriste su orgullo con el pedido y te quiere echar de la casa, sabes dónde queda el departamento para emergencias y donde están escondidas las llaves.
-Sigo diciendo que me da demasiados privilegios.
-Eres mi discípula, no dejare que estés en condiciones precarias mientras hago de ti mi sucesora. —respondió sin levantar la vista.
-¿Sucesora? —exclamo sorprendida logrando que el mayor la mirara.
-Ya estoy lo suficientemente viejo como para ser padre. ¿Creíste que iba a dejar mis tesoros en manos de cualquiera? No JooHyun, para eso estas tú. Trabajaras un tiempo, mejoraras tus habilidades, te harás de renombre y luego lideraras las clínicas.
-Oh. —fue lo único que pudo decir.
-SeHun está en el quirófano, luego le diré que preguntaste por él. —comento burlón, JooHyun sonrió de lado ante el extraño humor de su jefe negando con la cabeza.
Se despidió rápidamente del mayor y salió de la oficina, tomando otra vez el ascensor para bajar, al llegar al primer piso, SeungWan la miro con ojos entrecerrados.
-¿Qué?
-Tienes la misma sonrisa que KyungSoo esta mañana. Aish, no vas a negarme que te estas convirtiendo en él. —negó con la cabeza. JooHyun sonrió nuevamente recordando las palabras que el otro le dijo antes.
-SeungWan, ¿Sabes por qué me escogió a mí? —la mayor arqueo los labios sonriendo.
-Porque eres su retrato cariño. Conocerte es conocer a Do Kyungsoo nuevamente, claro que, una versión femenina y más joven. —agrego causando una pequeña risa. — Ninguno es absolutamente feliz y tratan de mejorar sus propias aptitudes antes de buscar la verdadera respuesta. —JooHyun la miraba pasmada y la de cabello azul solo sonreía con algo de nostalgia. — Kyungsoo quiere convertirte en lo que él ya no puede por la edad. —concluyo cruzándose de brazos. — Por cierto, ¿Que quería decirte?
-Nada importante. —la mirada de Seungwan la interrogo. — Sobre mi matrimonio. Tú sabes el desastre que era y ahora solo empeoro con la llegada de Yoona. —rodo los ojos.
-¿En serio?
-Sí. Mis padres y los Kim quieren que JunMyeon y yo nos separemos, para asi poder hacer la unión original que era Yoona y él. —comenzo a caminar hacia la entrada del hospital con la mayor siguiéndola. — Asi que decidí adelantar los eventos y ya le pedí el divorcio. El director se encargó de los documentos y hoy mismo su abogado lo envió. Probablemente sea soltera en poco tiempo.
-Qué extraño. —menciono. — Estoy segura que hace un mes te llevo a escondidas a Hawái para que estén los dos solos sin que sus familias los molesten.
-Lo hizo, pero eso no quita que aún no confío en él y que beso a Yoona la semana pasada. Como una persona que sabe de mi pasado ¿Qué harías tú? —la mayor solo la miro buscando respuestas. — Me lo imaginaba. No me importa si me convierto en alguien igual que mi maestro, ahora mismo, es un futuro mucho mejor que seguir siendo la señora de Kim. —termino y salió del hospital, dirigiéndose a su Audi RS7 negro, regalo de Kyungsoo por sus veintiséis años.
Entro rápidamente y dejo su mochila junto al sobre en el asiento del copiloto. Suspiro mientras se colocaba el cinturón y prendía la radio. Puso en marcha el auto y salió del estacionamiento.
-Mmm, ¿Cómo habrá reaccionado JunMyeon al ver los papeles? —comento para sí misma. — Apuesto todo a que habrá celebrado, por fin podrá casarse con su Yoonie~ —aniño su voz para luego chistar.
-Y ahora, un tema que ha vuelto a dominar los charts por cumplir cuatro años, Error de VIXX.
Joohyun sonrió de lado, aumentando el volumen de la radio.
Ese tema representaba gran parte de su vida desde que contrajo matrimonio con JunMyeon.
Matrimonio que en realidad debió ser con su melliza, Bae Yoona, pero la querida amada de mamá y papá no quería enlazar su vida, y con la patética excusa de ser muy joven, se escapó una semana antes de la ceremonia. Ella tuvo que ocupar su lugar, a pesar del disgusto de sus padres y los Kim, porque alguien debía casarse con JunMyeon y unir las dos empresas.
Para todas las mujeres, el mejor día de su vida es el de su matrimonio.
Para JooHyun fue el peor.
Aún puede recordar con exactitud la incomodidad de usar un vestido de la talla de Yoona, la mueca de decepción en los labios de sus padres en la marcha nupcial y el ceño fruncido de su futuro esposo en cuanto llego al altar.
JunMyeon no estaba contento, y a ella le dolió. Le dolió porque había llegado a sentir algo por el mayor pero murió en el momento en el que se convirtió en la esposa de un hombre molesto con la vida.
A medida que el tiempo pasaba y el castaño seguía con su terca obsesión por su melliza, JooHyun decidió construir una defensa, en contra de JunMyeon y de su familia.
Gracias al cielo, en su tercer año en la facultad de medicina, conoció al doctor de renombre, Do KyungSoo, quien luego de dar una cátedra en su facultad, se interesó en ella y la tomo bajo su instrucción, enseñándole a endurecer sus sentimientos y entendiese que su corazón es solo un órgano que servía para latir.
Siempre había sido alguien tranquila, ingenua y tímida, por lo que su nueva desconfianza y seguridad alarmo a sus padres, mas no le tomaron importancia. En cambio noto una pisca de preocupación en su marido, quien al parecer logro notar que algo estaba mal.
No obstante, luego del divorcio se encargaría de alejarse de todo lo que tenga que ver con las empresas Kim o Bae y se centraría solo en volverse una buena sucesora para KyungSoo, a fin de cuentas, su maestro y su trabajo era la única cosa buena que tenía su vida.
JooHyun termino de cantar la canción con una sonrisa y la locutora anuncio que el siguiente tema seria Fantasy del mismo grupo.
-Diablos, aún tengo que comprar Hades para completar los albums. —se recordó.
-Llamada entrante: Imbécil.
La castaña suspiro frustrada ¿No podía disfrutar de su grupo favorito sin que JunMyeon la interrumpiese?
-Toma la llamada. —y... maldita sea KyungSoo que se le dio por darle un auto inteligente, capaz de contestar la llamada. — ¿Qué quieres JunMyeon? —la irritación podía notarse claramente.
-¿Qué diablos es lo que tengo en mi escritorio Kim JooHyun?
-¿Se supone que puedo ver lo que tienes en la mesa Kim Junmyeon? —contesto con el mismo tono empleado por su esposo.
-Son documentos de divorcio, ¿Qué rayos tienes en la cabeza?
-Mi cerebro cariño, y son justamente eso. Quiero el divorcio JunMyeon.
-¿Por qué? ¿No quedamos en intentarlo JooHyun?
La pregunta desesperada la tomo desprevenida.
En el momento en que el castaño lo dijo en Hawái, ella tuvo pequeñas esperanzas de que no todo estaba perdido. Pero su accionar hace un par de semanas le mostro lo contrario.
-Jamás te dije que lo haríamos Junmyeon. —contesto. — Además, Yoona ha vuelto, podrás casarte con ella y cumplir el sueño de tu vida.
-¿Quién dice que sigo queriendo estar con ella?
-Ay por favor, durante todo nuestro matrimonio te la pasaste refunfuñando por ello.
-¡Hace años deje de hacerlo JooHyun! ¿Por qué razón sino te hubiese -básicamente- secuestrado hace un mes para que fuéramos solos a Hawái y pedirte que al menos intentemos tener un matrimonio real si iba a terminar separándome de ti?
-No lo sé. Tal vez para asegurarte un pequeño JunMyeon.
-¡JooHyun!
-¡No me grites maldita sea! Hago lo que se me antoja y ya. —exclamo mientras detenía el auto ante la luz roja del semáforo.
-Espero entonces que sepas que no te lo dare. No pienso separarme de ti.
-Demonios JunMyeon, es lo mejor para los dos. —el semáforo indico luz verde y ella avanzo.
-No JooHyun... escucha, yo t-
El choque fue abrupto e inesperado. JooHyun intento maniobrar el auto en la acera, pero no conto con que lo que sea que le haya chocado, volvió a hacer contacto con su vehículo. El Audi comenzo a dar vueltas mientras la castaña se sostenía del volante.
Minutos después, cuando todo se detuvo, ella abrió los ojos, notando que todo daba vuelta.
-¡JooHyun! ¡JooHyun!
La voz de JunMyeon apenas se notaba contra el zumbido en sus orejas.
-JunMyeon... —modulo apenas, tratando de no moverse. Su pecho dolía y pudo enfocar dificultosamente por el vidrio frontal del auto.
-¿Nena, estas bien? ¿Qué sucedió?
La castaña pudo reconocer a la figura esbelta que bajaba del otro auto y se acercaba hacia el vehículo volcado.
-Yoona...
-¿Qué?
-Lo siento JooHyun, pero cometí un grave error en dejar a JunMyeon en tus manos y ahora solo quiero recuperarlo. —escucho la voz de su hermana. — Créeme, es lo mejor para ti.
Luego de eso, vio como la pelinegra volvió a su auto y se fue.
-¡Maldita perra! ¿Hyun, donde estás?
JooHyun apenas pudo pronunciar su ubicación y este rápidamente contacto con una ambulancia y se puso en marcha en su dirección.
-Llama a KyungSoo... —dijo y el mando del auto parecía seguir intacto porque obedeció rápidamente.
-¿JooHyun?
-Maestro duele...
-¿De qué hablas, que sucede?
-Auto... Yoona... choque...
-¿Qué? ¿Dónde estás? Ahora mismo voy para allá!
El ruido del otro lado fue demasiado brusco y ella elevo su mano, tocando la parte posterior de su cabeza, notando rápidamente que sangraba.
Su cabeza comenzo a tirar una serie de respuestas a lo que veía a pesar del incesante palpitar.
-Zona temporal. Traumatismo.
-¿Qué dijiste? Voy en camino pequeña, resiste.
Cerro los ojos por un instante y cuando los abrió se vio en medio de una habitación de hotel. Se vio a si misma durmiendo en la cama grande y a JunMyeon parado contra la puerta corrediza trasparente que daba contra el balcón. Noto que comenzaba a despertarse y a moverse en la cama llamando la atención del mayor, quien giro mirándola apoyado contra la pared.
-Recuerdo esto... —murmuro viéndose a sí misma levantarse.
-¿JunMyeon? ¿No tenías una reunión? —pregunto restregándose los ojos.
-Lo siento JooHyun. —dijo el castaño, confundiéndola. — No hay tal reunión.
-¿Qué?
-Mentí. —respondió acercándose lentamente a la cama. — No había ninguna reunión.
-Entonces, ¿Qué rayos hacemos aquí?
-Yo... solo quería que te relajaras. —la menor arqueo una ceja, despertando por completo. — últimamente, con el tema de tu tesis, la pasantía, y las horas voluntarias que haces... Has estado demasiado tensa y mi madre yendo a casa no ayuda mucho.
JooHyun sonrió. Era verdad, esos días fueron un verdadero infierno, su suegra no paraba de decirle que hacia las cosas mal y que debería centrarse en ser solo la esposa de JunMyeon, no tratar de superarlo. Hasta había pensado dormir en el hospital o mudarse al departamento que KyungSoo tenía cerca del hospital para emergencias.
-¿Qué? ¿Kim JunMyeon preocupándose por mí? Esto es nuevo.
Oh si, recuerda perfectamente como la sonrisa tímida del mayor desapareció. Admite que en cuanto lo hizo se sintió un poquito mal, pero no se disculparía.
-Debí haberlo hecho antes, disculpa Hyun.
-¿Desde cuándo me llamas Hyun? —Junmyeon cerró los puños molesto. Había dejado de llamarla asi cuando se casaron.
-Jamás debí dejar de hacerlo. Lo siento.
-¿Seguro que te sientes bien? —pregunto descolocándolo. — No es normal que te disculpes, mucho menos que lo hagas tan seguido. —inquirió cruzándose de brazos en la cama. JunMyeon camino hasta esta y se sentó al lado de su esposa.
-Estoy bien JooHyun, yo solo quería despejarte... solo eso.
-De acuerdo. Gracias supongo. —contesto mirando hacia otro lado.
-Y... quería hablar de otra cosa.
-¿Qué cosa?
-Yo... —el mayor movió los labios y las manos varia veces, pero sin decir nada. Al final sacudió la cabeza y la miro fijo. — ¿Han pasado cinco años desde que nos casamos verdad? —ella asintió. — No hemos estado bien durante este tiempo, y yo... realmente quiero...
-...que lo intentemos. —recito las mismas palabras que su recuerdo.
-¿Perdón? Creo que no escuche bien...
-Quiero que lo intentemos JooHyun, quiero que seamos un matrimonio de verdad, que nos amemos, que seamos felices.
La estupefacción que veía en su propio rostro le hizo sonreír. Miro a JunMyeon, quien tenía una expresión expectante y esperanzada, se miró a sí misma, sabiendo lo que iba a pasar.
Se levantó de la cama y camino rápido hasta la puerta de la habitación.
-JooHyun...
La vio abrir la puerta y cruzar escuchando las palabras que se dedicaría a ignorar durante la semana que estuvieron en Hawái y desde que volvieron.
-...te amo.
¡JooHyun!
El grito en su cabeza provoco que la habitación comenzara a dar vueltas. Su nombre comenzo a ser repetido varias veces mientras todo volvía a ser negro.
-¡JooHyun!
Abrió los ojos lentamente, encontrándose nuevamente dentro del auto, viendo desde afuera como JunMyeon y KyungSoo intentaban abrir la puerta del piloto abollada. Sintió en su boca un sabor metálico, y supo que era sangre.
Aprecio como ambos arrancaron la puerta y JunMyeon se apresuró en tratar de sacarla del vehículo, siendo detenido por el mayor.
-Pero que...
-Hazlo con cuidado imbécil, puedes desnucarla si no tienes cuidado. —reto y procedió a colocarle primero un cuello ortopédico mientras la ambulancia llegaba a la zona del accidente. El menor de los dos tomo en sus brazos el cuerpo de su mujer y la saco bajo las instrucciones del mayor, quien se percató rápidamente de la herida de la cabeza, por lo que la miro sin expresión.
-JooHyun.
-Lo se maestro.
-Señor, permítanos transportarla. —dijeron los paramédicos, JooHyun sentía como los brazos de JunMyeon se cernían sobre su cuerpo con cuidado y preocupación.
-JunMyeon, tienen que llevarla.
-Va a estar bien, ¿Verdad? —le pregunto al mayor.
-Deja que se la lleven muchacho. —dijo serio.
-JunMyeon... —Joohyun pronuncio bajo su nombre llamando su atención.
-Tranquila, vas a estar bien. —dijo tratando de sonreír. — Cuando te recuperes, te llevare a donde quieras. Solo, quédate...
-Es suficiente. —dictamino KyungSoo, el castaño dejo que los paramédicos alzaran a su esposa sobre la camilla y la introdujeran en la ambulancia. — Yo que tú me dirijo al hospital ahora mismo. —aconsejo y camino rápidamente hacia su auto.
KyungSoo se pasó una mano por el cabello mientras la otra encendía el motor. Debía llamar a SeungWan para que se prepare para la cirugía que el mismo atendería.
Solo los dioses sabían si JooHyun sobreviviría a ese día.
La llegada al hospital fue un escándalo total. La jefa de enfermería disparaba órdenes a diestra y siniestra para el momento que los paramédicos entraron con JooHyun debatiéndose entre la consciencia y la inconsciencia. Siguiéndolos, entraron Kyungsoo y JunMyeon.
-KyungSoo, el quirófano ya está listo al igual que el equipo médico. ¿Qué sucedió? —SeungWan los alcanzo y camino a la par de ellos.
-No he podido ver mucho, pero te puedo asegurar que con ese golpe no la tendremos sencillo. —dijo con sarcasmo. Los paramédicos entraron con JooHyun en el ascensor y KyungSoo detuvo a JunMyeon. — Escucha; quédate aquí y llama a no sé quién debas, deja que nosotros nos encarguemos a partir de ahora.
-¿Sobrevivirá, verdad? —pregunto angustiado.
-No voy a mentirte muchacho, hay pocas probabilidades de que sobreviva a la intervención, y de hacerlo, la noche será larga para ella.
JunMyeon miro al cuerpo tendido de la castaña, quien abrió los ojos apenas.
JooHyun enfoco a duras penas el rostro desolado del mayor mientras la miraba aterrado. Le daba un poco de pena el estado en el que estaba.
Ella ya sabía su pronóstico. Sabía que sus posibilidades de sobrevivir eran casi nulas a pesar de la bruma que había en su cerebro al pensar. Sonrió levemente al ver a KyungSoo entrar al ascensor y este cerrarse.
-Maestr-
-Shh después tendrás tiempo de hablar.
-Necesito pedirle un favor. —el pelinegro y la de cabello azul la miraron desconcertados.
JunMyeon caminaba de un lado a otro, nervioso y aterrado. Hace siete horas se habían llevado a Joohyun al quirófano, y desde entonces no tuvo ninguna respuesta. Sus padres y sus suegros estaban con él a la espera de noticias. Los padres de su esposa estaban taciturnos, una de sus hijas estaba presa y la otra luchando por sobrevivir a causa de la otra.
JunMyeon casi pierde la cabeza al ver llegar a Yoona, fingiendo preocupación. En cuanto sus padres pidieron explicaciones de porque se comportaba asi, él les conto lo que oyó a través de la llamada, sorprendiendo a la pelinegra. Minutos después, la policía había llegado a arrestarla ya que las grabaciones de seguridad mostraron el incidente completo y ella no se había preocupado en ocultarse.
El panel sobre las puertas del quirófano pasó de rojo a verde, llamando su atención.
Su corazón latía demasiado rápido en cuanto vio a varios médicos salir de allí. KyungSoo, en compañía de SeungWan, fueron los únicos que se quedaron con la familia.
El pelinegro se sacó el barbijo y los miro en silencio durante unos segundos.
-Yo también perdí algo importante hoy. No lo logro.
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Año y medio después. China.
-¡Irene, ven un momento! —la castaña corrió por la sala de emergencias hacia donde estaba su padre curando a un pequeño niño. — Este niño tiene un pequeño caso de anemia ¿Con que debería tratarlo? —el pelinegro sonrió de lado viendo como la menor hacia muecas intentando recordar.
-¿Suero, que puede ser aplicado vía intravenosa? —respondió no muy segura.
-Correcto. —aprobó haciendo que la joven sonriera festejando.
-Hazle preguntas más complicadas KyungSoo que cualquiera contesta eso. —Irene vio divertida como su padre fulminaba con la mirada a SeungWan y la mayor solo le saco la lengua.
-Algún día voy a matarte. —el niño y la castaña rieron.
-Sí claro, repítetelo hasta que te lo creas Soo~ —tomo unos expedientes y se fue del cuarto.
-Esa mujer me tiene harto... —negó con la cabeza. Irene aguanto las ganas de reír y miro al niño con anemia, quien la observaba con atención.
-¿Sucede algo pequeño?
-Mi maestra dice que los que se pelean se quieren ¿Eso significa que el señor doctor y la señora enfermera se quieren? —la expresión de su padre valió oro.
Salió del pequeño cuarto riendo a carcajadas, divirtiendo a los demás quienes la miraban extrañados.
-¿Qué sucedió? —una de sus amigas, Amber, le pregunto al verla.
-Ese niño es un genio. —dijo sonriendo, le conto brevemente lo que paso y la de cabellos cortos rio con ella.
-Amber, Irene, las necesito~ —la voz cantarina de SeungWan o como comenzaron a llamar en China, Wendy, resonó en el lugar. Ambas siguieron el sonido y salieron del campamento armado.
La pelirroja estaba firmando unos papeles que unos militares le estaban dando.
-¿Qué sucede YiYang? —Amber pregunto a dos de sus compañeras, Yiyang y NingNing, quienes al parecer estaban esperando por órdenes de la mayor.
-Parece que un grupo del servicio militar coreano estaba entrenando cerca de aquí y uno de sus hombres se desmayó. Como nuestro campamento está cerca de la frontera, la mayoría entiende coreano y a ellos les quedaba más cerca que volver a su destacamento, vinieron aquí. —explico.
-¿Se lo comunicaron a mi padre? —pregunto Irene.
-Dijeron que sí. Que el director les dio permiso para venir. —contesto YiYang. Las cuatro vieron como Wendy terminaba de hablar con los hombres, luego estos se fueron trotando a quien sabe dónde y la mayor se acercó a ellas.
-YiYang, NingNing necesito que preparen un cuarto aislado, Amber ve a buscar a KyungSoo e Irene, necesito que me traigas los registros que están en el escritorio de tu padre, el cuarto cajón a la derecha contando desde abajo.
Cada quien fue a realizar su pedido e Irene no puedo evitar sonreír al ver la exactitud de Wendy con la organización de su padre. Tomo los registros y salió del despacho del mayor. Camino buscando con la mirada donde pudiera estar SeungWan y su padre, pero impacto contra alguien.
-¡Oh lo siento mucho! —oyó que se disculparon rápidamente, levanto el rostro para restarle importancia.
-No se preocupe por eso. Yo tampoco estaba viendo. —sonrió, pero esta se desvaneció cuando noto que los ojos del mayor estaban descolocados mirándola. — ¿Se encuentra bien?
-¿JooHyun?
-¿Perdón? —arqueo las cejas confundidas.
-Irene, mi preciosa diosa de la paz, ¿Dónde está el demonio de tu padre? —un hombre bastante mayor llego interrumpiéndolos. — Vine a traerle el cargamento que me pidió ayer.
-Yo también estoy buscándolo KyuHyun. —le respondió sin dejar de mirar al soldado. Esa expresión desolada ya la había visto antes.
-¡KyuHyun! —la voz de su padre se escuchó de inmediato. Irene se sorprendió al ver que KyungSoo la colocaba detrás de él con disimulo. — Irene, SeungWan está al final del pasillo a la izquierda. Ve que necesita esos registros ahora.
-Claro. —solo asintió y comenzo a alejarse.
-Joo-
-No es ella JunMyeon. —frunció el ceño al oír a su padre, parece ser que se conocían. Camino hasta donde el pasillo principal se dividía en dos, y al doblar miro al hombre, quien tenía fija su mirada en ella aun.
No entiende porque, pero su corazón palpitaba fuertemente y su pecho dolía, como si cientos de espinas la estuvieran atravesando.
JunMyeon. Asi lo había llamado su papá... ¿Lo habrá conocido antes del accidente que le hizo perder la memoria?
-Oye Irene ¿Te encuentras bien? —Amber entro al pasillo y le toco el hombro.
-Eh sí, yo...
-¿Por qué estas llorando? —la pregunta la sorprendió, rápidamente llevo su mano a su mejilla y se dio cuenta que, en efecto, estaba llorando.
La jornada por ese día había terminado, dejando exhausto como siempre a los doctores que trabajan en su campamento temporal y KyungSoo decidió quedarse un momento más para dar por cerrado algunos casos. Varios golpes suaves resonaron de su puerta y el no dudo en dar permiso a que entraran.
-KyungSoo...
-¿Qué sucede SeungWan?
-¿Sabes que no podrás mantener el secreto por mucho tiempo, verdad? —el pelinegro giro y la encaro.
-¿Quien tomó la decisión de "morir" y ser mi hija? —la mujer se acercó más. — Además, JunMyeon creyó la mentira de esta mañana. Es solo cuestión de tiempo de que se vayan. Aun asi, hare que Irene se quede en la cuidad hasta que dejen el campamento.
-Amber la encontró llorando luego de encontrarse con JunMyeon.
-¿Por qué?
-No lo sé. Cuando se lo preguntamos, ella dijo que no sabía porque lo estaba haciendo y despues le dolia la cabeza. —informo. KyungSoo se agarró la cabeza con una mano. — No debimos prometérselo.
-Realmente pensabas no darle un último consuelo por si se iba.
-Pero no se fue, está aquí y si recupera la memoria, e-
-Si recupera la memoria vera que cumplimos SeungWan. JooHyun lo dijo claro, si sobrevivía teníamos que fingir su muerte y sacarla del país. Si perdía la memoria, se volvía mi hija y si no, también.
-Tengo un favor que pedirles. —ambos la miraron extrañados. — Sé que no hay probabilidades de seguir después de esto. —Seungwan iba a hablar pero la menor no le dejo. — Pero si sobrevivo a la cirugía, quiero que les digan que no lo hice.
-¿Por qué?
-Solo háganlo. —dijo mirando a ambos apenas. KyungSoo y SeungWan intercambiaron miradas unos segundos.
-Está bien. —y contestaron a la vez.
-Y hay otra cosa. Si llego a sobrevivir, ya sabemos que hay un 50% de probabilidades de que pierda la memoria. De ser asi, quiero abrir los ojos y ser la hija de Do KyungSoo, no Bae JooHyun. —el pelinegro se quedó sin palabras al oírla. — Y si no pierdo mis recuerdos, también quiero serlo. Te aseguras de mejor forma el sucesor ¿No lo crees?
-Pero las cosas no serán tan fáciles KyungSoo. Si JunMyeon investiga aunque sea un poco, vera que Do Irene comenzo a existir un mes después de la muerte de JooHyun. ¿Qué haremos si descubre la verdad y ella no recupera la memoria?
-Nada. Bae JooHyun, esposa de Kim JunMyeon, está muerta. Si Irene recupera la memoria, se enfrentara por su cuenta a JunMyeon, y si sigue siendo mi hija, yo quitare del camino a Kim.
Detrás de la puerta, Irene escuchaba todo con las manos tapando su boca. Tenía ganas de vomitar y todo le daba vueltas.
A paso lento salió del campamento abrumada. Camino hasta una pequeña roca y se sentó sobre esta.
¿Era cierto todo lo que había escuchado? ¿En verdad había una mentira tan grande y oscura detrás de ella?
No podía creerlo. KyungSoo no era su padre. Nunca lo fue.
No solo eso. Por lo escucho, ella misma decidió fingir su muerte si sobrevivía, a expensas de lo que podía llegar a sentir su esposo.
Su esposo... cuando vio esa mañana al hombre noto una gran tristeza y desolación provenir de aquellos ojos oscuros que la miraban un poco esperanzado.
¿Por qué lo había hecho? ¿Qué ganaba con ello? ¿Que ocultaban sus recuerdos para tomar una decisión como esa?
-Oh, señorita Irene, que sorpresa verla aun aquí.
Su cuerpo se helo. Esa voz era de JunMyeon (¿Era asi que se llamaba?)
Giro apenas y vio al hombre acercarse a ella sonriendo. Trago saliva y fingió una sonrisa.
-Hola...