CUANDO EL GATITO SE ENOJA, UN REY ES EL CULPABLE
Ver a sus dos mejores amigos discutir incansablemente, era lo más tedioso en la vida de Otabek Altin. En varias ocasiones intentó hacer que se llevaran bien, sin embargo jamás lo había logrado. Y es que al parecer todo problema iniciaba con Jean abrazándole o despeinando su cabello, seguido de alguna frase amistosa, lo que parecía disgustar mucho a Yuri, que lo abrazaba también.
Así que el oso, acababa con dos personas abrazándole muy fuerte, y mientras el joven rubio intentaba con todas las fuerzas apartar a Jean, y este solo se burlaba, él creía que moriría asfixiado.
Yuri estaba encantado con Otabek, y cuando un felino se emociona con algo, lo desea solo para sí.
Otabek que no entendía las razones de Yuri para molestarse de aquella forma, empujó con suavidad a Jean, haciéndolo sentar a su lado, en la pequeña heladería en que estaban, y es que a ellos les encantaba hacer aquel tipo de espectáculo sin importar el lugar, luego de fallar miserablemente al intentar lo mismo con Yuri, tomó al joven por la cintura y lo sentó en su regazo. Victorioso el de cabellos dorados, le mostró la lengua a su rival. Era la primera vez que un simple gato lograba ganarle a un rey. Pero aquello no le importaba a JJ, porque él conocía los sentimientos de Yuri, mejor que Otabek e incluso mejor que el rubio mismo.
Un par de horas en aquel sitio, con su pierna derecha cansada, el moreno les contó que su familia viajaría para su cumpleaños, no tuvo que decir más, ellos ya estaban planeando alguna cosa para él.