El Playboy tiene un Secreto...

By CheekyBrothers

1.8M 134K 47.3K

Todo empezó cuando descubrió su pequeño secreto. Aria había estado mintiendo y necesitaba arreglar la situaci... More

El Playboy tiene un Secreto
one
two
three
four
five
six
seven
eight
nine
ten
eleven
twelve
thirteen
fourteen
sixteen
seventeen
eighteen
nineteen
twenty
twenty one
twenty two
twenty three
twenty four
twenty five
twenty six
twenty seven
twenty eight
twenty nine
thirty
thirty one
thirty two
thirty three
thirty four

fifteen

54.5K 4.4K 2K
By CheekyBrothers

Okay, son las 2 a.m. y estaba tan feliz viendo la tele pensando que había subido el capítulo, cuando entro en Wattpad a mirar y me sale todo esto. No sé qué sucedió, lo había subido desde el teléfono, bueno, o eso pensaba, pero en realidad se quedó como un borrador. Espero que esta vez funcione, no me puedo creer que hasta Wattpad me trolee xD. Siento las molestias playboys ^_^

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

15. Del cómo entender a Walter Clark es misión imposible.

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

A R I A

Fijé mis ojos en Walter, más sorprendida que nunca. ¿Qué estaba haciendo aquí? ¿Por qué tenía que elegir este lugar cuando mis antiguas compañeras estaban aquí? ¿Y por qué demonios me estaba sonriendo? No me gustaba esa sonrisa furtiva en sus labios. Siempre me llevaba a nuevos problemas que tenía que resolver por mi cuenta. Pero cuando lo estaba observando con sorpresa y curiosidad, algo en él llamó mi atención. De alguna manera se veía diferente. ¿Cómo explicarlo? Parecía menos enojado y su sonrisa era más honesta que esas sonrisas que mostraba en clase.

Negué con la cabeza. No, no era posible que Walter sonriera así. ¿Cómo podía siquiera pensar eso?

- ¿Qué estás haciendo aquí? - finalmente hablé, antes de arrebatarle mi taza de café.

Empecé a beber. No es que tuviera sed o ganas de tomar café (se me quitaron todas al verle), solo quería beberlo antes de que pudiera quitármelo de nuevo y engullirlo descaradamente cuando era yo quien pagaba por él.

- ¿Ahora quieres actuar inocente? - se cruzó de brazos, mirándome cuidadosamente.

Junté las cejas, informándole que no tenía ni idea de lo que estaba hablando y se burló, buscando en el bolsillo de su pantalón.

- Me pediste que viniera.

- ¿Qué? - arrugué las cejas. - No lo hice. ¿Por qué debería siquiera contactarte?

Walter ignoró mi comentario cáustico y me mostró su teléfono, agitándolo frente a mi cara. Me incliné más cerca y entorné los ojos para ver un mensaje corto y el número que se mostraba en la pantalla. En efecto, fue enviado desde mi teléfono, pero, ¿cómo? Levanté la cabeza para mirar a Walter con incredulidad, esperando encontrar una respuesta en sus ojos. Él no estaba mintiendo, pero también dije la verdad, ¿cómo era posible que recibiera mi mensaje cuando ni siquiera usé mi teléfono? La ultima vez que lo tuve en mis manos fue cuando se lo di a...

Taylor.

Maldita sea.

- ¡Voy a matarla! - resoplé, revolviéndome el cabello.

Increíble. ¿Cómo podía ella hacerme eso? Le dije lo molesto que era mi falso novio, pero ella todavía lo llamaba y le decía que viniera sin mi conocimiento.

- ¿Matar a quién?

Walter guardó su teléfono en el bolsillo. Parecía un poco confundido. Puse mi mano libre en la cadera, buscando a esa pequeña traidora. Taylor ya me vio con Walter y caminaba rápidamente en nuestra dirección con una gran sonrisa en su rostro. Abrí la boca para comenzar mi pequeña diatriba cuando se unió a nosotros, pero rápidamente cubrió mi boca, riendo nerviosamente. Walter dio un pequeño paso hacia atrás, sin estar seguro de lo que estaba pasando.

- Antes de que empieces a gritarme, déjame explicarme - le envió una sonrisa tímida y volvió su atención a mí, ignorando mis protestas amortiguadas. - Vi a Marian hace unos días y ella empezó de nuevo a hablar sobre si todavía seguías siendo una perdedora. No podía quedarme sentada mirando, ¿sabes? Así que llamé a tu novio para ponerlas celosas, porque sabía que no le pedirías que viniera aquí - se detuvo para mirar a Walter, obviamente lo miró y parpadeó varias veces, sin saber qué decir o hacer. - Por cierto, no sabía que era tan guapo. Eres una chica con suerte.

Taylor levantó su pulgar con aprobación, riendo después de su última frase y rodé los ojos. Ella no tenía por qué elevar su ya alta autoestima. Walter la escuchó, principalmente porque Taylor no se molestó en bajar la voz, y sus labios se curvaron en una amplia sonrisa. Le gustaba que le hicieran cumplidos, ¿no?

- Escucha - suspiré pesadamente, quitándome la mano que cubría mi boca.

Ya sabía por qué antes estaba actuando tan extraño. Se sentía culpable por hacer algo a mis espaldas, incluso si era por mi propio bien. Pero alguien tenía que poner fin a esta farsa antes de que fuera demasiado tarde. No quería repetir la situación en el instituto.

- Sé que quieres lo mejor para mí, pero no voy a usar a Walter. Está bien si se burlan de mí, no es como si me importara su opinión, ¿vale? - volteé mi cabeza hacia mi falso novio que me miraba con interés. - ¿Ves? No te envié ese mensaje, así que puedes irte a casa.

Sin despedirme de él, agarré la mano de Taylor y la arrastré conmigo a nuestra mesa antes de que pudiera pensar en otro gran plan. Aunque realmente no me importaba la opinión de los demás, ser el hazmerreír definitivamente no era mi sueño. Pero podría soportarlo. Tenía que mostrarle a Taylor lo fuerte que me había vuelto y que no debería preocuparse más. Además, mentirle a todos era agotador y quería dejarlo. Sí, no más mentiras. También tendría que contarles la verdad a Iris y a Charlotte el lunes, esperaba su comprensión.

- ¿Qué haces? - me susurró Taylor al oído y pude sentir un poco de frustración en su voz. - Era la mejor oportunidad de reducir a Marian a cenizas por todas las cosas horribles que te dijo.

- No voy a ser como ella. No me hará sentir mejor y lo sabes.

- ¿Qué? Pero...

- No hay peros, Taylor - la interrumpí, mirándola para saber si me entendía. - Ahora, si preguntan quién es Walter, solo pretende que no lo conocemos.

Apretó los dientes pero murmuró un "muy bien", sonreí levemente, acariciando su brazo. Ella era una buena amiga, siempre dispuesta a hacer cosas que sabía que no eran buenas, solo para hacerme sentir mejor. Por mucho que lo apreciara, tampoco quería que se volviera mentirosa y estafadora como yo. Era una buena chica y esperaba que siguiera así.

Miré nuestra mesa y escuché la conmoción. Maldición, probablemente nos vieron a Walter y a mí.

- ¿Quién era? - preguntó Marian tan pronto como estuvimos lo suficientemente cerca.

Sentí la mirada penetrante de Taylor sobre mí, pero no iba a rendirme y fingir que estaba locamente enamorada. Me aclaré la garganta y pensé en una buena excusa.

- Un chico que me pidió dinero - me encogí de hombros.

Las chicas me miraban como si hubiera dicho que mi pasión era correr desnuda por la calle y empecé a tener dudas si incluso me escucharon correctamente.

Marian frunció el ceño. - ¿De verdad? Pero bebió de tu café... y actuó como si te conociera...

- Verás, el mundo está lleno de idiotas como él - me reí nerviosamente.

La verdad es que ni siquiera sabía por qué estaba nerviosa. Me acordé de la taza de café y de repente entendí que Walter había estado bebiendo de ella. Sus labios la tocaron y...

- Sí, el mundo está lleno de idiotas.

Sentí una mano cálida en mi cintura y que me acercó más, casi perdiendo el equilibrio. Una fragancia familiar de colonia llegó a mi nariz y mi cuerpo se tensó de inmediato al olor. Abrí bruscamente los ojos, solo para encontrar los ojos marrones de Walter. Él inclinó la cabeza y sonrió antes de volverse hacia las chicas.

- Es por eso que no puedo dejarla sola ni por un segundo. La comerían viva.

- ¿Quién eres? - preguntó alguien después de un breve momento de silencio.

Ni siquiera podía decir quién lo dijo, porque no pude apartar los ojos de la cara de Walter. ¿Qué estaba haciendo de nuevo? Le dije que volviera a casa, ¿no?

- Ah, claro.

Se quitó la gorra para mostrar su hermoso rostro en todo su esplendor y la puso en mi cabeza, enviándome otra sonrisa amable que me hizo sonrojar como loca. Nuestros ojos se encontraron por un momento (un momento que fue bastante largo como para ser uno normal) y me estremecí inconscientemente. A pesar del aire acondicionado en la cafetería, podía sentir el enrojecimiento ardiente arrastrándose por mi rostro. Luego miró a las chicas que lo miraban con los ojos muy abiertos.

- Soy Walter, el novio de Aria. Encantado de conoceros.

Su abrazo se apretó y ahora estaba presionada contra su cuerpo, sintiendo su calor. Hubo una ola rápida de suspiros divertidos y conmocionados. Inhalé con un suave silbido, dándome cuenta de que había estado conteniendo la respiración. Mis manos comenzaron a sudar y no podía decir si era por la mirada de las chicas que sentía sobre mí o el toque repentino y suave de Walter. Solo sabía una cosa, definitivamente estaba demasiado cerca y esa cercanía estaba causando una extraña sensación en mi estómago que no podía nombrar.

- ¡Sentaros!

Alguien nos empujó a Walter y a mí suavemente y finalmente salí de mis pensamientos. Se sentó cómodamente en una silla y no tuve más remedio que tomar asiento a su lado. Cuando nuestras piernas se tocaron, sentí esos estúpidos escalofríos de nuevo. ¿Qué estaba pasando conmigo? ¿Por qué de repente estaba siendo tan consciente de su toque?

- Así que... - levanté los ojos para ver a Marian mirándome sospechosamente. - ¿Tienes novio? ¿Por qué mentiste?

Miré a mí alrededor para ver la reacción de las otras chicas y todas nos observaban a Walter y a mí, esperando con expectación mi respuesta. Quería desaparecer, o al menos cubrirme la cara con la gorra que tenía en la cabeza. Y Walter probablemente vio a través de mí porque un segundo después, agarró la parte superior de la gorra y la bajó juguetonamente para cubrir mis ojos.

- ¿Volvió a hacer eso? - lo escuché reír, pero estaba demasiado asustada y avergonzada para arreglar la gorra y mirarlo. - A Aria le encanta molestarme así todo el tiempo. Pero, sí, soy su novio.

- ¿No son lindos? - escuché a Taylor.

Definitivamente estaba feliz que al final su plan no funcionara mal.

- Walter es el chico más dulce de su instituto, también es un buen estudiante.

¡¿El más dulce?! Podría estar de acuerdo con el más molesto, ¿pero el más dulce?

- ¿Cómo lo obligaste a salir contigo, Aria?

Me moví nerviosamente en mi silla cuando escuché a Marian una vez más. Lo dijo con su tono dulce y despreocupado, pero pude sentir fácilmente el insulto oculto. Las otras chicas comenzaron a reírse junto a ella.

- ¡Cuéntanos tu secreto! ¡Queremos saber cómo atrapar a un novio tan guapo!

Apreté los dientes y los puños hasta el punto de que mis dedos se pusieron blancos. Sabía que terminaría así, es por eso que no quería fingir. No importaba lo que hiciera, siempre encontrarían la forma de reírse de mí.

- Oye, ¿cómo te llamas?

Walter se inclinó hacia adelante, colocando sus codos sobre la mesa. Estaba mirando a Marian con una sonrisa en su rostro y ella definitivamente disfrutó el interés hacia su persona.

Ella apartó su cabello e imitó su pose, sonriendo ampliamente. - Marian.

- Marian - Walter ladeó la cabeza, sin apartar los ojos de ella. - ¿Has oído alguna vez la frase el silencio es oro? Piensa en ello antes de que alguien pierda su paciencia debido a tu parloteo.

Y con eso se reclinó en la silla, dejando a Marian y a las otras chicas sin palabras.

Hubo un largo e insoportable silencio y cerré los ojos, temerosa de lo que sucedería después. Sería un desastre. Podía imaginar a Marian gritándole a Walter por insultarla. Y cuando estaba segura de que todas las chicas saltarían sobre él, listas para arrancarle la cara, Marian resopló con una risa, incapaz de controlar su sensación. Pronto Walter se unió a ella, haciendo la situación más incómoda. Levanté la punta de la gorra y lo miré con incredulidad.

- Lo siento - sonrió como si nada hubiera pasado. - Eso fue lo que Aria me dijo cuando traté de hablar con ella por primera vez. Respondiendo a tu pregunta, Marian, no creo que me haya forzado a salir con ella. Es más como que la obligué a salir conmigo.

Otra gran mentira, pero las chicas comenzaron a reírse torpemente, probablemente comprando su explicación de su insulto anterior hacia Marian. Ella también parecía más relajada, pero todavía se podían ver algunos indicios de disgusto en su rostro. Suspiré de alivio. Al menos logró iluminar el ambiente, defendiéndome de sus duras bromas.

Antes de darme cuenta, también estaba sonriendo, un poco más agradecida por su compañía.

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

Todo el día fue bastante extraño. Me quedé sola, como si realmente no estuviera allí, mientras que Walter estaba en el centro de atención. Realmente no me importaba, al menos tenía mucho tiempo para pensar en cosas relacionadas con Walter y conmigo.

Las chicas le preguntaban sobre todo lo que podían pensar. Incluso si le molestaban, él no lo mostraba, pero no me sorprendió en absoluto. Walter sabía cómo actuar frente a otras personas. Era bueno actuando agradable y encantador y podía fácilmente ocultar sus verdaderos sentimientos. Esa era la parte que más odiaba de él. Por mucho que quisiera que se abriera a mí, sabía que no lo haría. Se sentía más seguro en su propio mundo y seguramente no tenía pensado dejarme entrar.

Además, no estaba segura de por qué de repente quería entrar en su pequeño mundo.

Era sorprendente cómo estos últimos días cambiaron todo entre Walter y yo. Sabía que había una razón oculta detrás de su comportamiento con otras personas. Aunque todavía no hablábamos demasiado, al menos sabía algo más de él. Jake me había ayudado a entender que Walter no era así por nada y me alegré por eso. Quería intentar ayudarlo y descubrir por qué era así, por muy doloroso que fuera para él. Incluso si peleábamos todo el tiempo, hoy era diferente. Sentía que me estaba ayudando, como si quisiera pagarme por todas las cosas que sucedieron el día anterior en su casa. A pesar de que era amable todos los días en el instituto, no podía evitar pensar que hoy no se estaba forzando a sí mismo a sonreír. Y debido a eso, mi cabeza estaba llena de pensamientos innecesarios y ridículos.

- ¿Qué pasa?

Salí de mi aturdimiento y lo vi mirándome con curiosidad. La reunión estaba llegando a su fin y esperábamos a que algunas chicas pagaran la cuenta. Todos estaban charlando alegremente frente a la cafetería cuando me quedé allí con una expresión en blanco.

- N-nada - tartamudeé sosteniendo mi bolso como si pudiera protegerme de él.

- ¡Chicos, podemos irnos! - gritó alguien con entusiasmo y nuestro grupo comenzó a caminar.

Ya era bastante tarde y habíamos decidido ir juntos a la estación de autobuses.

- Oye, Aria - sentí que alguien agarraba mi camiseta para detenerme.

Sabía que era Walter y tuve que obligarme a darme la vuelta y enfrentarlo. De alguna manera, no podía mirarlo directamente a los ojos sin avergonzarme. Hoy había actuado como un verdadero novio, manteniéndome cerca todo el tiempo, protegiéndome y asegurándose de que estaba cómoda. Sabía que sólo estaba fingiendo, pero era increíblemente difícil evitar que mi corazón latiera más rápido cada vez que sus dedos rozaban mis manos.

- ¿Qué? - le dije, tratando de sonar normal.

De alguna manera mi voz temblaba y esperaba que él no se diera cuenta.

- Levanta tus manos.

- ¿Qué?

- Levanta las manos - repitió pacientemente, ignorando mi tono de sorpresa.

Aunque no estaba segura de lo que quería de mí, hice lo que me pidió. Levanté las manos al nivel de mi pecho, mirando sospechosamente a Walter quien estaba examinando mis dos palmas en silencio. Antes de que pudiera decir algo, agarró mi mano izquierda y tiró de mí para que fuera con él. Debido a su ritmo rápido, pronto alcanzamos a los demás. Siguiendo su camino, miré su mano que sostenía la mía y me di cuenta de que nuestros dedos estaban entrelazados. Era la primera vez que sostenía la mano de alguien así y eso fue suficiente para hacer que mi corazón latiera dentro como un martillo.

Un maldito martillo automático.

Cambié mi atención a mi mano derecha, tratando de descubrir por qué no la eligió. No me llevó mucho tiempo darme cuenta de por qué.

Todavía había una pequeña quemadura entre mis dedos.

Me mordí el labio nerviosamente. Él no quería que tomarme de la mano me causara dolor.

Oh Dios, ¿por qué Walter estaba siendo tan bueno?

No me gustaba la sensación que sentía cada vez que me miraba. No me gustaba la ola cálida que me paralizaba cada vez que me tocaba. No sabía lo que estaba pasando ni conmigo ni con mi cuerpo y por qué de repente disfrutaba de su compañía. Ni siquiera podía explicar por qué no había apartado mi mano y había dejado que la sostuviera. Tenía que recordarme al menos cinco veces por minutos que solo estaba fingiendo. Y él era muy bueno en eso.

- Gracias por hoy - hablé finalmente, mirando hacia abajo como una niña culpable.

Él no dijo nada y seguimos caminando en silencio. Las chicas delante de nosotros charlaban y reían a carcajadas, pero de algún modo me sentí mejor en la compañía silenciosa de Walter.

- ¿Por qué no querías mentirles? - habló, mirándome directamente a los ojos. - Sabias que iban a reírse de ti, pero aún así no me pediste ayuda. ¿Por qué?

Me tomé mi tiempo para pensarlo. No estaba segura pero sentía que era malo usar a Walter para mis propios beneficios. Además, ya no quería mentir. Si quería ganar la confianza de la gente y volverme más fuerte, tenía que dejar de mentir. No quería lastimar a otros.

- ¿Sabes por qué mentí acerca de tener un novio? - pregunté y él me miró por un segundo, solo para apartar la vista de nuevo.

- No.

- Porque soy una cobarde. Tenía miedo de estar sola - sonreí amargamente, sorprendida por mi repentina confesión. - Solo quería tener a alguien a mi lado. Parece que puedo soportar ser insultada, pero la soledad es insoportable para mí.

Lo sentí apretar mi mano con fuerza, solo por un segundo, así que también podría haber sido solo mi imaginación. Luego se detuvo abruptamente, haciéndome casi chocar contra él. Levanté la cabeza con sorpresa para ver su rostro. Luego, soltó mi mano.

- Tengo que irme. Jules me está esperando.

Me sorprendió su mención repentina de Jules. Era esa chica rubia que había visto en la casa de Walter, ¿no?

- Um, sí, claro.

Metí las manos en los bolsillos porque de alguna forma el frío que sentía después de que el toque de Walter desapareciera, era insoportable.

Forcé una pequeña sonrisa. - Cuídate.

Y sin mirarlo, corrí hacia Taylor que estaba hablando con otra chica. Me mordí el labio inferior, tratando de reponerme y dejar de pensar en las cálidas manos de Walter. Solo estábamos actuando, pretendiendo ser una pareja y no debería olvidarlo sin importar nada.

Me detuve a mitad de camino y miré hacia atrás para ver a Walter, pero él había desaparecido, haciéndome difícil creer que él había estado incluso conmigo.

▬▬▬▬❀▬▬▬▬

¡Hola Playboys! ¿Cómo han estado? Espero que muy bien ^^ Yo he estado bien, aunque puedo decir que he estado mejor, quizá me vaya a ver fotitos de coreanitos, para ver si así se me sube el ánimo xD

Dejando de lado mis hormonas revolucionadas por culpa de los asiáticos, ¿qué piensan del capítulo? ¿Y de Walter? ¿Creen que se está ablandando? ¿Por qué haría eso? ¿Lo comprenden, no, si, a veces, nunca? ¿Está loco? ¿Qué le sucede a este men? Ustedes solo díganme si este Walter les gusta o no...

Bueno, espero que disfruten mucho con la lectura. Por cierto, muchas gracias por todo su increíble apoyo, cada vez son más y se me cae la baba de l@s lector@s amoros@s que tengo *_*

Cheeky Love, xx

Continue Reading

You'll Also Like

1.4M 75.4K 71
-Soy una niña buena- susurro adormilada -claro que sí nena - dice daddy acurrucandonos más en la cama. - ahora toma tu biberón baby- escucho a papi...
33.2M 4.3M 46
[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has e...
4.8M 425K 79
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
137K 6.6K 48
Una historia que promete atraparte desde el principio hasta el final. Camila es una chica humilded, Ignacio Besnier es el heredero de un imperio empr...