neon → min yoongi

By amgabriell

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❝Incluso a través de las luces de neón lo he reconocido, señor Min Yoongi.❞ → Historia original. → Advertenc... More

Sinopsis
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Epílogo
¡Nota final!

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By amgabriell


Jimin la estaba esperando justo como había prometido en la puerta del edificio. Se había cambiado de ropa y ahora vestía un jean negro roto en las rodillas y un suéter holgado del mismo color. Si Sae no tuviera las gafas puestas no lo hubiese podido ver con claridad por la oscuridad de la calle.

— ¿Lista? —Preguntó el chico cuando Sae le saludó con la mano y se acercó hasta él. Jimin le había traído un café debido a que recordó que había estado metida todo el día trabajando en la oficina.

— Ya estoy lista, ¿pasamos por la pizzería? —Tenían la tradición de comer pizza en un local a una cuadra del apartamento de Jimin.

— ¿No prefieres otra cosa hoy? —Preguntó y de repente reparó en la mano de Sae —¿Qué es eso? —Frunció el ceño.

— Un café, Jimin. ¿Qué más sería? —Dijo ella divertida hasta que notó que en la mano del peli negro también había uno.

— Ya... ¿lo has comprado para mí? Yo te traje este —Dijo él levantando el café moviéndolo levemente hacia los lados.

— Oh no, este me lo ha dado quien menos piensas —Jimin volvió a arrugar el ceño —Puedes beberte ese.

Sae Wa sonreía mirando el recipiente vacío que una vez tuvo café comprado por su jefe.

— ¿Min Yoongi? —Preguntó Jimin fingiendo que no le importaba mientras iniciaban la marcha hacia su apartamento.

— Sí, estaba muy sorprendida. Quizás sí tenga corazón —Bromeó ella mientras se abrazaba así misma —Y quizás me pueda colar en él.

Jimin no se había dado cuenta pero había apretado sus dedos alrededor del vaso de plástico tan fuerte que hizo que el café se botara y le quemara la mano.

— ¡Mierda! —Chilló cuando sintió su piel arder.

— ¡Dios, Jimin! —La chica le quitó el vaso inmediatamente de las manos y empezó a buscar frenéticamente una servilleta en su cartera para ofrecérsela.

Sus ojos estaban clavados en la mirada de la chica y en su cabeza se repetía una y otra vez la frase que le había dicho Taehyung más temprano.

¿Estaba molesto? Sí. Estaba molesto porque nunca se había tomado en serio sus sentimientos hacia a Sae Wa, estaba molesto porque la chica tenía un flechazo con su jefe y este no le prestaba atención. Estaba molesto porque ella nunca lo había mirado como algo más que un amigo.

De repente se sintió genuinamente avergonzado porque siempre se había comportando como un rompecorazones delante de Sae Wa, decía palabrotas, le hacía comentarios obscenos y hasta eructaba delante de ella.

¿Cómo iba a tomarlo en serio o mirarlo como hombre si se comportaba como un cavernícola?

— ¿Jimin? ¿El café te quemó la mano o el cerebro? —Le preguntó ella cuando vio que Jimin estaba sumido en sus pensamientos.

— Lo siento —Se disculpó desviando la mirada y aclarando su voz.

Al haber pensado en todo ello no tenía el valor de mirar a Sae Wa a la cara, era como si de repente entendiera que tenía delante de sus ojos a la chica que le gustaba y que nunca había actuado en pro de conquistarla.

— Como digas —Ella se encogió de hombros —Cuando lleguemos a tu casa la mojaremos en agua fría.

En una situación normal él hubiese hecho un chiste sexual pero ahora se mordió el labio inferior y nuevamente una ola de vergüenza le recorrió el cuerpo.

Sae lo miró de reojo un poco extrañada.

— ¿No lo vas a hacer? Lo estaba esperando.

— ¿El qué?

— Algún comentario vulgar como siempre —Jimin sintió que le caía una piedra en el estómago.

Sí, para Sae Wa definitivamente era un cavernícola con mucha tensión sexual y una amplia variedad de vulgaridades para decir.

— He... he decidido no hacerlo tan seguido.

— Pero si temprano me dijiste que tenía que mamártela —Dijo ella y el comentario le cayó muy mal al peli negro.

— Ya, Sae... —Iba a pedirle que por favor no le recordara eso pero justamente llegaron a la pizzería y la chica entró contenta a hacer su orden.

Ella siempre era quien la pedía, la mitad con los sabores que le gustaban a Jimin y la otra mitad de acuerdo a su preferencia. El peli negro se quedó de pie mirándola desde afuera del local con el ceño fruncido mientras se mordía el labio inferior.

¿Cómo es que no se había dado cuenta antes que Sae era tan hermosa y que él la miraba con otros ojos que no eran precisamente los de una amistad?

¿Cómo?

***


Cuando llegaron al apartamento todo estaba a oscuras, Jimin prendió la luz principal y llevó la pizza hasta el mesón de la cocina mientras que Sae se quitaba los zapatos en la entrada.

— Menos mal llegamos, me estaba muriendo del frío —Dijo la chica sentándose en una de las sillas de la cocina.

— Me hubieses dicho y te daba mi suéter.

— Entonces tú te morirías de frío —Sonrió y Jimin se sonrojó ligeramente —Igual ya llegamos —Se encogió de hombros sin darle importancia al hecho de que el peli negro estaba intentando ser caballeroso.

Jimin ya había abierto la caja de la pizza haciendo que el olor inundara los sentidos de ambos. Le pasó un plato a Sae, abrió el refrigerador en busca de un poco de refresco y luego fueron directo a la sala para acomodarse mejor mientras buscaban la película que verían hoy.

— ¿La cobija? —Preguntó Sae y el peli negro palideció.

Era un chico que de noche podía ponerse caliente viendo videos y ensuciar determinadas cosas como por ejemplo la cobija roja que siempre usaban cuando veían películas.

— Estaba sucia, tuve que lavarla —Intentó actuar normal para no morirse de la vergüenza y admitir que la había ensuciado de sus fluidos.

— ¿Te corriste en ella?

— ¡Dios bendito, Sae! —Ahora estaba rojo como un tomate y no podía hacer nada para disimularlo.

— ¿Por qué no lo admites? —Ella estaba riéndose pero Jimin hacía puchero de lo avergonzado que se sentía.

— Ya, no quiero hablar de eso —Se levantó y fue a buscar otra cobija, aprovechó de apagar la luz y cuando llegó de nuevo a la sala, Sae Wa ya había elegido una película.

— Listo —Dijo ella haciendo click en el control acomodándose a un lado de Jimin.

— ¿Por qué vamos a ver esto? —Se revolvió incómodo en el sofá.

— Porque me han dicho que trata el tema sexual bastante bien —Respondió sin despegar los ojos del televisor —¿Te molesta?

— Mierda Sae, de verdad que no me provoca para nada ver una película llamada Ninfomaníaca* pero bueno —Suspiró derrotado y se llevó un pedazo de pizza a la boca.

— Prometo que si te aburre te haré la mamada que tanto quieres —Bromeó.

Pero Sae Wa ignoraba que su broma había generado estragos en los nervios de Jimin quien intentaba quitarse de la cabeza la imagen de la chica arrodillada frente a él.

— Como sea —Rodó los ojos y se dispuso a ver la dichosa película.

Sae parecía muy entretenida con la película e incluso parecía disfrutarla en un principio, sin embargo, luego de un rato parecía que Jimin y ella estaban viendo un video pornográfico muy largo con más arte y menos ficción.

Jimin se revolvió incómodo en el sofá y Sae no se atrevía a decir ningún comentario porque hasta a ella la situación la tenía un poco incómoda.

— ¿Qué tal si... —Empezó Jimin intentando salvar la velada.

— Exacto, yo pienso igual —Ni siquiera lo dejó terminar y empezó a tantear el sofá en busca del control para poner otra película. Dio un pequeño respingo cuando sus dedos se encontraron con los de Jimin y este la miró de forma extraña.

— Lo siento —Se disculpó él sin retirar la mano y la vista de Sae Wa.

— Mejor veamos otra cosa —Dijo la chica aclarándose la voz retirando su mano lentamente de la de Jimin —Otra... —Pero no terminó de liberarse porque el chico la apretó con suavidad y Sae se giró sorprendida.

Jimin tenía los ojos más chiquitos de lo normal y la miraba con una suavidad que nunca antes se había asomado en su rostro.

— Jimin, ¿estás borracho? —Le preguntó con el ceño fruncido pero aunque aquella pregunta le dolió, el peli negro hizo caso omiso y siguió mirándola de la misma forma.

Permaneció el silencio y el ambiente se tensó tanto que el aire podía ser cortado con los dedos. Sae Wa no entendía que pasaba con su amigo y por eso no se le ocurrió nada mejor que hacer uno de sus comentarios para aligerar la tensión.

— Ah... —Dijo asintiendo varias veces desviando la mirada —Es sobre la mamada ¿no? Ya me pongo de rodillas —Hizo las veces de que se iba a levantar del sofá para posarse frente a él pero Jimin no la dejó.

En lugar de eso la tomó por la nuca y sin quitarle la mirada de encima se echó un poco sobre ella.

— No digas esas cosas, Sae —Fue lo último que escuchó la chica antes de que los gruesos y carnosos labios de Jimin se posaran sobre los de ella.

¿Golpearlo? No.

¿Correr? No.

¿Gritar? ¿Para qué?

Su cerebro no podía procesar todo lo que estaba pasando en ese momento.

Jimin y ella nunca se habían mirado con otros ojos que no fueran los de una simple amistad cargada de chistes sexuales pero ahora él estaba ahí sobre ella besándola con tanta pasión que Sae Wa pensó que se la quería comer.

No sabía qué hacer o qué era lo correcto cuando Jimin le llevó los brazos atrás de la cabeza y empezó a bajar los labios por su cuello pero si de algo estaba segura era que lo estaba disfrutando mucho más de lo que le gustaría admitir.

— Jimin... —Susurró ella encendiendo las alarmas del peli negro.

Pero no dijo más.

Se dejó llevar el resto de la noche por las caricias y los besos apasionados que el chico le propiciaba.

Él estaba nublado, ciego y embriagado del cuerpo de Sae Wa cuando empezó a embestirla con suavidad pero a pesar de la sensación de placer infinito que sentía el tener sexo con ella en su cabeza rondaban miles de preguntas.

¿Por qué no lo rechazaba? Quizás ella también sentía algo por él pero no se había dado cuenta de ello hasta ahora.

¿Le estaba gustando? Supuso que sí cuando la chica repartía gemidos por la habitación y se retorcía mientras él la penetraba.

Todo parecía ir bien en la mente de Jimin y aunque tuvo miedo de que en cualquier momento Sae se levantara y corriera despavorida de su apartamento siguió haciéndole el amor como si fuera la primera mujer a la que había tocado.

Todo iba bien de verdad que sí. El único pequeño detalle que no significaba nada para Sae Wa pero que significaba todo para Jimin fue que cuando la chica estaba teniendo un orgasmo de sus labios se le escapó un nombre.

No el del peli negro que tenía entre las piernas sino del que había dejado en la oficina tras recibirle un café. El de mirada fría y rostro de porcelana.

Min Yoongi.

Y todas las preguntas de Jimin dejaron de cobrar sentido en su cabeza.





→ ninfomaníaca: persona adicta al sexo. 

¡preciosxs! no me maten si en este fanfic hago sufrir a jimin

lxs adoro, tengan un lindo día.

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