Capítulo 2 (Comienza la aventura)
- Chss, chss -me chisto Raúl. - ¿Qué tal te ha ido? ¿Te ha aprobado? Vamos, Marta, responde por Dios que esa cara no me dice nada.
- No me lo puedo creer - le dije sin levantar la vista del papel- ¡Me ha aprobado! - grité saltando de la silla.
- Marta comportate por favor - dijo mi profesor aguantando la risa.
- Perdón perdón.
No me podía creer que Inés me hubiera aprobado, era algo realmente increíble y que se lo iba a agradecer durante toda mi vida. En cuanto salimos, nos reunimos todos y fuimos a tomar algo para celebrarlo. Nos juntamos nueve personas a lo tonto y a lo bobo, pero la verdad es que nos lo pasamos realmente bien. A las tres me fui directa a mi casa ya que tenía que preparar todas mis cosas para irme a Mairena.
Al llegar a casa estaba mi madre esperándome para comer. La comida fue entretenida puesto que yo estaba tan feliz que sacaba cualquier tipo de conversación.
- Marta, acuérdate que a las seis viene Jose a buscarte. - me recordó mi madre.
- Sí mamá.. ¿Pero en serio que no puedo quedarme aquí? - volví a intentar convencerla. - Voy echar muchísimo de menos a mis amigos y allí me voy a aburrir
- Sí, vas a ir sí o sí. Echarás de menos a tus amigos pero seguramente que vas a hacer muy buenos amigos allí. Además los vecinos son muy amigos de la familia y tienen dos hijos realmente agradables así que no te puedes quejar.
Vale. Lo había captado: no había forma alguna por la que convencerla para que me dejara quedar en Málaga. Decidí meter en la maleta pantalones cortos, camisetas de tirantes, alguna que otra cosa de vestir ya que si supuestamente hago amigos saldremos algún día, y un pantalón largo y dos sudaderas por si algún día hace frío. Aunque en Sevilla y siendo verano poco frío va a hacer. Pero bueno, nunca está de más.
- ¡Vamos Marta! Que ya son las seis y tú aún no saliste de ese cuarto desde que acabamos de comer
- Voy, voy.- dije saliendo de la habitación - Lista.
Mi madre rió.
- Hija, que te vas dos meses no una vida entera
- Bueno mamá, llevo lo que necesito.
- Vale vale, yo no digo nada. Venga, baja que ya está ahí Jose. - Jose era el novio de mi prima. Era un encanto de chico, tenía 28 años y parecía que tenía 23. Jose trabaja en una empresa de la que es el jefe, y encima cobra un buen sueldo. Un buen partidazo viene siendo.
Me despedí de mi madre y baje al coche de Jose y emprendimos camino a Mairena. Donde sin quererlo ni saberlo, el primer día ya iba a ser increíble.