Maratón 16/?
...
*3Días Después*
El doctor nos vino avisar que hoy le darían de alta a Joel, estaba muy emocionada porque el se fuese a casa conmigo.
—Ves mi niña, todo iba a estar bien— dijo Esperanza, tras escuchar el aviso del doctor.
—Si, tienes razón— dije sonriendo.
—Hare unos exámenes para verificar que esté muy bien y luego podrán llevárselo— dijo el doctor.
—Esta bien— dijimos contentas de verle de nuevo.
Luego de unos minutos, desayunamos, he recuperado el apetito ya que me sentía un poco mejor, con las noticias positivas con respecto a Joel. Pasaron unas horas y el doctor llegó con Joel el cual estaba caminando, algo débil, me alegre y me entristecí por eso, no era de mi agrado verlo así en ese estado.
—Princesa— dijo mientras lo abrazaba suave y cuidadosamente.
—Mi amor, vamos a casa— dije tomándole la mano, el vió a Esperanza y frunció el ceño.
—¿Qué casa?— dijo.
—La mía tontín— reí.
—Esta bien, pero...— se acercó a mi oído y dijo— ¿Quién es ella?
Sentí un escalofrío inmediatamente al sentir el calor que emitía su aliento al chocar con mi cuello.
—Oh, si tienes razón— susurré.
—Esperanza, el es Joel, Joel ella es Esperanza, ha sido mi nana desde bebé y pues la concidero como una madre de crianza— dije sonriendole, Joel y Esperanza se saludaron, al llegar a mi casa ayude a Joel a bajar y caminar por las pequeñas escaleras de la casa.
—Mi amor, no hace falta— dijo Joel.
—Claro que si, mírate cómo estás...— dije preocupada.
—Lo sé, pero verás que no es así en unas cuantas semanas— dijo queriendo subir mi autoestima.
—Bien, ojalá que te mejores lo más pronto posible, no me gusta verte así de débil— dije abriendo la puerta de mi casa.
—Wow... ¿Esta es tu casa? Dijiste casa no mansión— reí por las palabras de Joel.
—Acomodate, estás en tu casa también— dije ayudándole a que se sentara en el sillón.
—Wow... Es muy cómodo— dijo cerrando los ojos plácidamente, al tener tacto de su espalda con el sofá.
—Lo sé, lo sé, ¿Quieres fruta picada?— dije, ya que iba a la cocina a prepararme uno.
—_____________, yo iré— dijo Esperanza.
—No te preocupes, puedo ir, si quieres puedes tomarte el día libre y pasarla bien con tu familia— le sonreí.
—Esta bien, los dejo a solas— dijo Esperanza haciendo una cara divertida.