Hola!!!! Ya nos falta muy poquito para el Año Nuevo! Horas apenas, puede que para algunos de ustedes ya sea 2018 (en cuyo caso, Feliz Año Nuevo!!!). Y les traigo esta capitulo con esta nota al comienzo para comunicarles que mañana publicaré el último capitulo de la primera parte y después me tomaré unos días de descanso antes de continuar con la segunda! O no sé si publicar el de mañana hoy... para que así ya esté terminada en este último día de 2017, a ustedes que les parece?
Espero que disfruten y que pasen un muy Feliz Año Nuevo!!!
Me he pasado todo el día tratando de descubrir algo fuera de lo anormal, alguna pista o indicio de que hay un plan cocinándose para poner a esta casa patas para arriba, un plan que nos permitirá a Jason y a mí escapar... pero no encuentro nada fuera de lo ordinario. Conforme pasaba el tiempo, la hora acordada con Jason se acercaba, pero mis dudas acerca del plan se incrementaban.
Esa misma tarde, a Sacha se le había ocurrido enseñarme un poco de maquillaje puesto que me había comprado cajas y cajas de él pero yo no tenía absolutamente ninguna idea de qué hacer con él. Pasar tiempo con nadie con cómo estaban mis nervios era lo último que quería hacer, pero sabía que rehusarme sería sospechoso. Estuve dos horas con ella durante las cuales fingí prestar atención y esperando el momento justo para civilmente echarla de mi habitación, pero ya habían pasado cinco horas y ella no se iba, lo que comenzaba a ponerme los pelos de punta. Para cuando el reloj llegó a las ocho, ya me estaba desesperando. No confiaba en Sacha, a pesar de que me cayera bien no podía olvidar quien era ella y quien yo, la carcelera y su prisionera. En este momento particularmente cuando sabía que Jason estaría a punto de intentar una locura que, funcionara o no lo pondría en gravísimo peligro.
Jason no me había dicho nada acerca de su plan, y si bien el celular le había dado esperanza como no había tenido antes, yo era perfectamente consciente de que todo el asunto era demasiado sospechoso. No solo no veía como alguien podía infiltrar un celular para dárselo a Jason, pero tampoco podía creer que alguien hubiera podido diseñar un plan de escape de este lugar en tan sólo unos días. O Rogers era demasiado idiota (que lo era) como para arriesgar a su hijo de esa manera, o algo mas extraño y mucho más aterrador estaba ocurriendo. s
-Kristal... ¡Kristal!- Sacha chasquea los dedos delante de mi cara, sacándome de mis pensamientos.- ¿Acaso escuchaste algo de lo que he dicho?
-Ehh si,- Me esforcé por tratar de recordar lo que había acabado de decir para no parecer tan despistada y que no sospechara,- que el rubor tiene que ser aplicado después del... ehh...después del primer?
Ella me mira de reojo por un momento antes de replicar.-Era después de la base, pero por lo menos estuviste cerca.- Hace un gesto descontento y deja el frasco con el que estaba.- ¿Te estoy aburriendo? ¿O acaso eres una de esas chicas que cree que el maquillaje es para frívolas?
-No no, no es nada de eso, es sólo que... no sé para qué me servirá esto,-intento decirlo de la mejor manera posible, que me parecía inútil y que quería que se vaya.- Digo, ¿Cuándo podré ponerme maquillaje? Apenas si puedo salir de la casa.
Ella se encogió de hombros, tratando de no verse herida. Definitivamente mi intento de ser sutil había fallado pero... todavía no se iba. El reloj marca y cuarto y yo prácticamente saltaba de mi silla. Definitivamente Sacha tenía que saber algo, ¿sino por qué se quedaría aquí después de que repetidamente le he dicho que deseo estar sola? Le he tirado indirectas toda la tarde pero parece hacerse oídos sordos.
-No tienes por qué utilizar maquillaje solo fuera de la casa, se supone que es algo divertido que haces porque te gusta, no porque la gente te verá.- Se desploma en la cama.- pero si no quieres aprenderlo está bien, no te voy a forzar tampoco. Y cuando recién empiezas puede ser bastante aburrido si no sabes nada.- Mira alrededor de la habitación como si en busca de algo y me siento tentada de tomarla por los pies y arrastrarla fuera de aquí. Es como si estuviera plantada en el lugar.- ¿Entonces qué quieres hacer?
Las ocho y media y ella todavía no se iba, demonios. ¿Cómo podía echarla sin que fuera demasiado obvio? Le había dicho mil veces que estaba cansada y que no me sentía muy bien, pero ella siempre se ofrecía a pedir comida o mirar una película, todas actividades que nos involucraban a las dos juntas.
¿Y si Jason lograba de alguna manera eludir a sus guardias y llegaba hasta aquí solo para encontrarla a Sacha? Ella puede ser mucho más amable y considerada que su primo, de eso no hay duda, pero sabía que en una situación como esa Sacha lo delataría a Jason en un parpadear; después de todo se suponía que Jason no debía siquiera salir de su habitación.
Además... ¿Qué pasaba si Jason realmente, y de alguna manera milagrosa había logrado conseguir una manera de escapar y ella lo arruinaba?
Estaba a punto de simplemente echarla, inventar una mentira algo acerca de diarrea explosiva o cualquier cosa que la hiciera irse cuando hay un golpe a la puerta.
Me congelo y quiero ir hasta la puerta para decirle a Jason que se vaya cuando Sacha llama.
-Entre.
La puerta se abre y para mi gran alivio es Sammara, la joven Delta trayendo unos ítems de ropa lavados y planchados que yo ni siquiera recordaba haber usado.
Sammara nos hace una reverencia profunda a ambas y silenciosamente se dedica a guardar las cosas en mi ropero para luego volver a irse silenciosa como la buena sirvienta que yo jamás había podido ser.
-Gracias Sammara.- Le dije honestamente cuando la chica estaba por llegar a la puerta.
-¿Sammara?- Llama sacha sorprendida mirando entre las dos y yo la veo extrañada. ¿Qué tiene de raro un nombre?- ¿Puedes venir para acá?
Sammara se detiene congelada en la puerta, pero prontamente obedece y se acerca.
-¿Sacha?- pregunto poniéndome nerviosa, el reloj continúa avanzando y ella sigue aquí. No quería nada más que Sacha desapareciera y, al ver el rostro de Sammara me parece que a ella le gustaría desaparecer también.- ¿Qué sucede?
Pero sacha me ignora.
-¿Sabían que tienen la misma altura?- Pregunta de la nada con un tono divertido y una sonrisa juguetona apareciendo en sus labios. Oh no. Es la misma sonrisa que tiene siempre que está aburrida y se le ocurre algún plan descabellado, como intentar depilarme con crayones derretidos porque lo vio por Internet.
Yo la miro a ella y luego a Sammara, al usar ambas zapatillas planas tenemos más o menos la misma altura.
-Si-admito-¿... por?
-Y hasta sus rostros se parecen un poco...- Ella parece meditar algo y por el rabillo del ojo veo que Sammara aprieta las manos con fuerza. Diablos, ¿acaso ha pasado algo malo que yo no comprendo?
-¡Ya sé!- Dice Sacha con los ojos brillantes.- ¿Qué tal si intento maquillarlas para que se parezcan?
-¿Cómo?- Pregunto extrañada y mis ojos vuelven al reloj en el televisor, las ocho treinta y ocho. Maldición, ella de veras que sabe que algo sucede. Tenía que saberlo si no, no estaría tan insistente.
-¡Si! Vamos será divertido. Siempre salen esos videos en Youtube de gente que se maquilla como Taylor Swift o Gal Gadot, ¡apuesto a que puedo hacer que ustedes dos sean idénticas! Sus rostros ya hasta se parecen un poco.- No sé si ofenderme o no por el comentario, porque suena dolorosamente similar a esos de "todos los Deltas son iguales" en los cuales las castas superiores bromeaban que no podían diferenciarnos.
Sammara permanece callada con la cabeza gacha. La situación la está haciendo incómoda, eso es seguro pero Sacha es completamente inmune mientras busca por sus pinceles y demás cosas.
Nueve menos veinte y yo estoy a punto de explotar. ¿Y si Jason tiene razón y esta es nuestra única oportunidad pero Sacha está aquí para arruinarlo?
El corazón me latía locamente y el acto desinteresado de Sacha me molestaba. ¿Cómo podía actuar tan feliz cuando sabía lo que estaba sucediendo? ¿Lo sabía o era simplemente una ignorante que obedecía las reglas del Alfa de mantenerme aquí?
-¿Por qué estás haciendo esto?- Pregunté de repente, exasperada e increíblemente molesta.
Sacha se detuvo y me miró, confundida con los pinceles todavía en la mano.
-¿A qué te refieres?
-¡Esto!- señalo con un gesto toda la habitación sin estar segura de que es lo que quiero decir. Sé que quiero gritarle, pero también sé que no quiero develar mucha información por si acaso.- El estar... aquí, todo el día todos los días. ¿Acaso el Alfa cree que me debes de tener vigilada todo este tiempo?
-¿Qué?- Ella sacude la cabeza pero sus ojos se detienen en Sammara y parece morderse la lengua. Después de todo, nadie debe de saber de mi condición de captiva excepto ellos y los guardias.- No, Kristal no es nada por el estilo yo....
-Te he pedido que me dejaras en paz toda la tarde.-Le espeté cortante.- Te he dicho que estaba cansada que quería estar sola, ¡hasta he pensado en fingir una diarrea solo para que te vayas pero no escuchas!
Estoy gritando y veo a Sammara alejarse hacia la puerta como si pudiera huir. Sacha por el otro lado parece herida, pero no quiero ver su rostro con sus mentiras. No quiero creer que mis palabras verdaderamente le duelen cuando yo sé que no es así. No cuando me ha mantenido captiva todo este tiempo.
-Yo... no me di cuenta yo...-Sus ojos comenzaban a enrojecerse por las lágrimas y su voz sonaba entrecortada.- Yo... creí que te gustaba... pasar tiempo conmigo.
-¡Ay por favor!-Repongo enojada porque este acto de ella verdaderamente me está afectando y no quiero verla llorar. Odio que me preocupe por ella, como si hubiera algo porque preocuparse cuando era familia del hombre más violento y poderoso que jamás había conocido por lo que dejo salir ira acumulada por mucho tiempo.- ¡Como si no supieras que me estás vigilando!¿ O acaso crees que podría pasármela bien con aquella que me tiene secuestrada y encerrada en esta casa?
Su rostro se contrajo en dolor y por un minuto mi armadura se rompió sentí lastima, pero me crucé de brazos e ignoré el dolor. Nada de lo que había dicho era mentira. Después de todo, ella era la que me vigilaba. Ella era la que me mantenía aquí haciendo el trabajo cuando su primo y sus guardias no podían.
-No.- se enjuagó las lágrimas que empezaban a salir de sus ojos. Los míos comenzaron a picar, pero me rehusé a dejar que aquellas lagrimas traicioneras cayeran. Estaba en lo cierto... ¿verdad? Lo estaba.- Tienes razón he sido una idiota, por supuesto que no somos amigas.- Se ocupó en dejar los pinceles ordenadamente de vuelta en el bolso y se levantó de la cama.
-Lo siento Kristal yo... yo no te volveré a molestar.- Con su cabello cubriendo su rostro tiró de la puerta y se fue. Escuché sus pasos por el pasillo antes de que Sammara hiciera una profunda reverencia y se fuera también, probablemente sorprendida e incómoda por la escena que había acabado de presenciar.
Cuando me aseguré de que no podía escuchar a absolutamente nadie más, me dejé desplomar en el piso, las lagrimas que no quería soltar estaban por fin saliendo y me maldije por ello. No debía de llorar, después de todo ella era la enemiga, ¿verdad? Sin importar lo bien que me trataba, no podía olvidar que ella era una cómplice. Que ella sabía lo que su primo hacía manteniéndome aquí y sin embargo continuaba ayudándole.
¿Pero por qué su rostro herido se había sentido como una puñalada a mi propio corazón?
Tan ocupada estaba en mi propia pena que para cuando lo escuché, ya era demasiado tarde.
Alguien pone sus manos sobre mí y me sobresalto, pateando y luchando cuando me intentan sujetar.
-Shh.- La voz de Jason me detiene en el acto y lo miro sorprendida.- No hagas ruido o nos meterás en problemas.
Mis ojos como platos, lo miro un segundo más para asegurarme de que es real. ¡Dios mio! ¿Realmente ha podido escapar de sus guardias? Toco sus manos, su cara y me doy cuenta que si, verdaderamente está aquí. Pero luego recuerdo los míos postrados en el deck y tapo su boca, señalando con un gesto la ventana y rogando que haga silencio.
-Tranquila.- Dice él liberándose de mi mano y caminando hacia las ventanas. Aterrorizada de que lo descubran intento detenerlo, pero no quiero hacer ruido alguno para no llamar la atención.- ¿Acaso no has notado nada raro?
Y con eso abre las cortinas de par en par y me da una vista completa del deck completamente oscuro... y sin guardias a la vista.
-¿Cómo...?- Me levanto Y Jason alza su mano para que yo la tome. Ambos deslizamos las ventanas y el suave viento nocturno nos acaricia. Por kilómetros vemos playa desierta, sin guardias ni vigilancia.
-¿Cómo es posible?- Susurro temerosa porque alguien nos descubra. Sé que todavía hay gente dentro de la casa, recién se habían ido Sacha y Sammara, sin mencionar los otros guardias y hasta puede que el mismísimo Alfa si no había salido, pero en este lugar parecían haber desaparecido.
-Te dije que tenía un plan.- Me dice sonriente y me atrevo a devolverle la sonrisa. ¿Puede ser que por fin podamos escapar?-Vamos.
Comenzamos a correr sigilosamente por la arena, mi corazón latiendo a toda velocidad, mis pies resistiéndome el sentido común diciéndome que esto no puede ser, que es demasiado fácil que nos descubrirán y que tendremos que pagar las severas consecuencias, pero nadie nos detiene y pronto tenemos a la gigante cerca a la vista, haciéndonos correr más deprisa contra la suave arena donde cada paso se sienten como siete.
-¿La cerca estará abierta?- pregunto casi sin aliento.
-Debería, va a haber un auto esperándonos.
¡Libertad! No lo podía creer, era demasiado bueno para ser verdad.
-Sacha acababa de salir de mi habitación, ¿Y si regresa?- Estábamos lejos, pero no lo suficiente para que no nos alcanzara, especialmente en forma de Lobo y yo no podía transformarme para correr más de prisa.
-No te preocupes.- Responde el casi sin aliento, a pesar de tener mejor condición que yo, correr en forma humana lo cansaba.- Ella ya debe de estar muerta.
-¿Qué?- Me detengo horrorizada y el corre unos pasos más antes de darse cuenta que no estoy tras él.
-¿Qué haces?-Inquiere incrédulo tomando de mi mano y tirando.- Vamos no tenemos tiempo para detenernos.
-¿Cómo que ella está muerta?- Pregunto, negándome a moverme.
-Necesitábamos una distracción para poder escapar y el plan era que ella muriera, el Alfa estará muy ocupado con la muerte de su preciada prima para darse cuenta de que no estamos.- Explica como si fuera obvio, sentido común. Pero cuando vuelve a tirar de mi mano yo me zafo y él me mira incrédulo.
-¡No hablas en serio!- Chillo sin creer lo que oigo. No no, la casa está sumamente vigilada, no hay forma de que nadie pudiera dañar a Sacha... y sin embargo aquí estábamos, escapándonos. Si esto era posible, ¿quién sabe qué más?
-¿Kristal, que esperabas? No me digas que sientes lastima por ella, después de todo es pariente de ese maldito enfermo.- Ahora no sólo sonaba incrédulo sino enojado.- No puedes ser tan idiota.
Sus palabras dolían, pero por primera vez las ignoré y no me importó lo que él pensara de mí.
-Ella es inocente, no merece eso.- Si fuera el Alfa... por lo menos lo entendería, ¿pero Sacha? Ella sólo seguía órdenes y yo sabía que no estaba contenta por la situación en la que me encontraba. Recuerdo lo horrible que la traté hace tan sólo unos minutos y, si bien no estaba contenta con ser mantenida prisionera, sabía que Sacha no se merecía la muerte. De eso no tenía duda alguna.
-¡ELLA TE MANTUVO ALLÍ, ENCERRADA COMO UN PERRO!- Estalló Jason, furioso.- ¿Y ahora que, quieres volver a ella? ¿No entiendes que si la situación fuera al revés ella te dejaría morir?
Puede que sea así, pero recuerdo el cálido rostro sonriente de la Beta, su alegría y como siempre me esperaba contenta cuando salía de mi habitación, y lo dudaba.
-Aun así,- respondí,- no voy a dejar que muera.- Me doy media vuelta y me dispongo a volver.
-Si haces esto entonces lo eliges a él, ¿me entiende Kristal?- Estaba furioso pero sus ojos enrojecidos me decían que estaba al borde de las lágrimas.- Si vuelves me iré y tú te quedarás aquí con él. Sabré que lo eliges a él antes que a mí.
Me doy vuelta y lo enfrento, mirándolo tristemente. ¿Tan superficial ha sido siempre?
-No seas imbécil, no elijo a nadie. Simplemente no voy a dejar que alguien muera para poder escapar yo.
Y con eso comienzo a correr sin molestarme en escuchar si sus pasos vienen detrás de mí.
Ya casi no me queda aliento, pero me esfuerzo a correr a pesar de la falta del aire y el dolor en mis costados y para cuando llego a mi habitación todo esta tan calmo y desierto como cuando me fui y por un momento puedo creer que en realidad no ha pasado nada, que Sacha en verdad está bien y puedo volver a salir. Con suerte Jason me estará esperando... pero no. Saliendo al pasillo comienzo a buscar por Sacha. La casa está calma y no veo a los guardias en alerta como lo estarían si ella hubiera muerto pero no puedo confiarme, debo de asegurarme que está bien.
Corro primero hacia su habitación, llamando la atención de algunos Deltas, entre ellos Sammara que me miran extrañados. Definitivamente si había chances de escapar, las he arruinado ahora.
Abro la puerta de un tirón y lo que siento es mezcla alivio y decepción.
Sacha esta recostada en su cama. Suspiro, aliviada de que esté con vida pero decepcionada de que he arruinado mi oportunidad por nada.
¡Idiota! Debería de saber que Sacha estaba más que a salvo, ¡especialmente en la casa de su mismísimo Alfa!
Escucho los pasos de un guardia acercase y me dejo derretir contra el marco de la puerta. Con tanto correr era obvio que llamaría la atención de los guardias y pronto se enterarían de que Jason ya no estaba, pero por lo menos sabía que Sacha estaba a salvo, si bien significaba que yo seguía atrapada aquí adentro.
-¿Señorita, pasa algo? La hemos visto correr hasta aquí.
Yo sacudo la mano, tratando de recuperar mi aliento para poder hablar cuando de repente me doy cuenta.
Aliento...
Sacha no estaba respirando.
Escuchaba el sonido agitado de mi propia respiración y la del guardia, pero no la de Sacha.
De un respingo me pongo de pie y corro hacia Sacha en su cama. Ella está de costado, su cara de lado a la pared y para cuando doy vuelta la cama me encuentro con su rostro congelado, una espuma saliendo de su boca y sus ojos abiertos fijos a la pared, sin ver.