-Claro, eh, dame 15 minutos.- murmuré sorprendida.
-Te espero.-sonrió.
Ya vestida y "peinada" bajé con tranquilidad, disimulando mi ansiedad por lo que Calum tenía para decirme.
Nos tardamos unos 10 minutos en llegar a la plaza respondiendo preguntas vagas de Calum.
Nuevamente, incómodo.
Nos sentamos en el borde de la característica fuente y dije.
-Uhm, ¿sobre que necesitas hablar?.- murmuré.
-Sobre tu confesión.-rió leve.
No le veía el chiste de todos modos.
-Si, como verás, estoy con Joe, creo que todo pasó por nuestro distanciamiento durante estas semanas que me hizo creer que había algo más que veía en ti, pero no es así, me dí cuenta que con quién debo estar es con Joe ¿sabes?.-expliqué sin rodeos y decorrido.
-¿Debes? Eso no suena bien.-dijo frunciendo el ceño.
-No me refiero a eso, todo fué un mal entendido, estoy con Joe y así soy feliz, muy feliz. Lamento hacer que pasaras por todo esto, en serio, está todo bien conmigo, y con nosotros.-sonreí, y ninguna palabra de lo que había mencionado era real, a excepción de lo feliz que era con Joe.
-Uhm, bien, creo que está todo arreglado, al fin.-asintió sonriendo leve.
-Sí.-sonreí igual.
Unos segundos de silencio invadieron.
-¿Estás segura que ya no hay nada?.-preguntó con una mueca.
-¿Mhm?.-pregunté confundida.
-Por mi, ¿ya no sientes nada?.-podía ver una pizca de desilusión en sus ojos, pero en alguna parte de mi, eso se sentía bien.
-No digas "ya" porque núnca lo sentí Calum.-soy un asco de mujer y amiga.
Pero vamos, el no terminará con Marcie, no lo hizo la primera vez. Seré yo quién quede sola y humillada. Ya lo viví una vez, no más.
-Bien, creo que es hora de irnos.-dijo, sonó frío pero intentó disimularlo con una leve sonrisa.
¿Había hecho lo correcto?
Ibamos a una cuadra de la plaza cuándo una voz hizo que nos giraramos sorprendidos, o al menos él.