Eρως [Eros].

By -Andreita-

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Donde Taehyung es un adorado dios griego, Eros, y Hoseok un simple humano. h i s t o r i a c o r t a [T... More

Introducción
ένα
δύο

τρία

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By -Andreita-

Capítulo 3.

A los dioses se les tenía que adorar, sobre todo al estar en una relación, se les rezaba, veneraba e incluso se les ofrecía tributo de cualquier manera, esto dependía a que se dedicaba el dios.

La respuesta de que le tenía que ofrecer a Taehyung era más que obvia, aunque él hubiera rechazado pasar la noche en su cama, estaba seguro que de una u otra manera terminaría haciéndolo.

Caminaron en silencio por las oscuras calles de Seúl buscando el edificio de Taehyung, ninguno hablaba, pero tampoco era necesario.
Sintió la mano de él rozar con la suya y la retiro de inmediato abrazando su extremidad, casi seguro de que había escuchado al menor reírse en un susurro.

Subieron unos cuantos pisos en el elevador -para ser exactos fueron seis- Hoseok tenía la mirada perdida en los botones intentando mantenerse cuerdo a sí mismo. Ahora no podría escapar.

— Reitero que no te obligaré a nada. — Al llegar a su piso, camino delante suya abriendo la puerta con un código, teniendo la caballerosidad de cederle el paso a él, causando un ligero color rosa en sus mejillas. Se sentó en alguno de los bancos de la encimera recargando su rostro en su mano.

— ¿Cenaste? — Pregunto Taehyung descolocando el largo abrigo de sus hombros.

— Nunca ceno. — Respondió con sinceridad, era algo innecesario en la rutina del delgado pelirrojo.

— ¿Quieres algo en especial? — Tomo asiento frente suya, intentando intimidarlo, lo cual, logró.

— Pizza está bien. — Le sonrió y tomo el teléfono.

— ¿Bebes algo? — Se acercó al refrigerador inspeccionándolo esperando su respuesta. Pensó dos veces antes de decir la respuesta, pensaba que si lo hacían mientras Hoseok no estaba en sus cinco sentidos sería más fácil olvidarlo después.

— Cerveza estará bien. — Era el alcohol que causaba más impacto en él, por lo tanto, su menos favorito. El acerco un six pack a la encimera diciéndole que tomara cuantas pudiera soportar.

Al terminar la tercera pizza y la quinta cerveza se sentía a reventar, añadiendo que el mareo ya se hacía presente.

— ¿Estás bien? — Taehyung le puso la mano en el hombro intentando ayudarlo.

— Sí, estoy súper bien. — Se dejó caer de espaldas teniendo la certeza de que el castaño lo atraparía sin pensarlo dos veces.

— Wow, cuidado pequeño—. Lo tomo de los huecos de las axilas causando unos estremecimientos por las cosquillas. Lo acostó en una cama tamaño matrimonial mirándolo desde arriba con preocupación.

Hoseok era el clásico borracho que comenzaba a sentir que las manos le picaban y la necesidad de exhibirse era muchísima. Al estar en la cama del todavía desconocido, comenzó a acariciarse por encima de la ropa soltando pequeños gemidos.

Taehyung lo miraba atento, pensando en su siguiente movimiento, por más que intentaba sacarle la mirada de encima le era imposible, el mayor se retorcía ante sus mismas manos encorvando la espalda.

— Por favor Tae. — Suspiro en un jadeo. El susodicho exhaló con fuerza apretando la quijada

<<Él no recordará nada>>.

Ese pensamiento desecho la idea de tomarlo esa noche, le beso la frente y cerró la puerta colocando el seguro. Esperando que Hoseok estuviera consciente cuando le ofreciera su cuerpo. Escucho un grito reclamando su presencia, pero lo ignoro caminando a la sala.

Era su primera vez en un caso así, él no podía simplemente poner las manos sobre él, si bien, esta era la manera de rendirles tributo a los dioses de su tipo, no lo quería así.

No estaba bien.

Acomodo su cuerpo en el pequeño sillón esperando que Morfeo lo tomara entre sus brazos.

Despertó con unos empujoncitos que le hicieron removerse, abriendo los ojos con dificultad divisó a un pelirrojo de ojos llorosos.
Aún era de noche, podía decirlo por la oscuridad en la habitación.

— Prometiste despertar conmigo por la mañana. — Sorbió su nariz abrazándose a sí mismo.

— No quería despertar a tu lado si la condición era tener sexo sin tu total consentimiento, y, aún no es de mañana—. Susurro con una voz adormilada.

—Te di mi consentimiento.

— No lo recordarías de cualquier manera. — Se levantó del sillón mirándolo directamente. — Pero, ése era tu objetivo, ¿no? — Le dio un leve empujón en el hombro.

Taehyung estaba dolido, si no le quería no hubiera aceptado la invitación a su apartamento, primeramente. Aunque era prudente acerca de la "esencia griega". Los dioses del amor la tenían bastante desarrollada, por lo tanto, mortal que querían, mortal que tenían. Tenía un efecto adormecedor en los humanos, haciéndolos sentir excitados, enamorados e inconscientes de sus acciones, una especie de droga que salía involuntariamente.

— No. — Respondió con el labio temblando.

— Puedo saber cuándo una persona miente. Me estas evitando la mirada y tus sienes están perladas de sudor. —Con uno de sus dedos le retiró el poco sudor y negó sarcástico. — ¿No te gusto? — El mayor se tomó su tiempo para responder, Taehyung esperaría mil vidas enteras por esa respuesta si era necesario.

— Aún tengo mis dudas. Entiéndeme, él solo quería mi cuerpo, y si tú también lo querías te lo ofrecí, pero me rechazaste porque no estaba consciente, supongo que de verdad me quieres. — Se encogió de hombros atreviéndose a mirarlo.

— Sí, te quiero. — Respondió apuradamente, el dios no podía soportar mucho más el rechazo de este mortal. Tomo al pelirrojo entre sus brazos cerrando los ojos, disfrutando del calor que desprendía, bajo una de sus manos hasta su espalda baja acariciando toda su extensión. El mayor soltó un quejido junto un respingo. — Lo siento. —Hoseok bajo la mirada, el simple toque del dios le estaba acelerando la respiración.

— Está bien. — Susurro estrujando las caderas del menor. — Puedes seguir. — Taehyung sorprendido por la actitud tan repentina se detuvo a admirar las vestimentas del pelirrojo. Estaba cubierto con su bata de baño, probablemente no había nada debajo. Contuvo su respiración y se rasco la nuca.

— ¿Estás seguro? — Tomo uno de los extremos de la tira de la bata, amenazando con deshacer el nudo. El asintió, cerrando los ojos con fuerza.

Tomo la mano de Hoseok y lo llevo a su habitación, no necesitaban condones, dos hombres no podían procrear y la naturalidad de Taehyung repelaba cualquier enfermedad mortal, tal vez necesitarían lubricante, esperaba que éste se hallara en el cajón de la cómoda.

Y cerró la puerta, si bien, no había nadie que pudiera encontrarlos en plena intimidad, podía sentir la incomodidad de su pequeño al tener la puerta abierta. Se recargo en la puerta esperando que él diera el primer paso, así le demostraría que realmente lo quería.

Gracias a los dioses tan pronto como dio su primera respiración dentro de la habitación Hoseok se acercó con la meta de tomar los labios de su dios. Taehyung sonrío en el beso por la notoria inexperiencia, tomo su rostro y lo acercó aún más. Camino hasta dejar caer al mayor en la cama, lo hizo lo más cuidadoso que pudo, alejo su mirada obteniendo una panorámica, el cuerpo aún cubierto entre las sábanas blancas, mirándolo con confusión, mejillas rosadas y labios hinchados.

<<Es tan hermoso>>.

Sus labios se volvieron a curvar en una media luna. Desabotonó el primer botón, siguiendo con el siguiente y el siguiente, intentando aparentar paciencia. Esperaba que el pelirrojo ayudara un poco, sin embargo se quedó estático mirando su abdomen.

Hoseok parpadeo varias veces pensando que era una alucinación, ¡Los dioses eran conocidos por su cuerpo esculpido por los mismos dioses! ¿No es así? Taehyung tenía el cuerpo más cotidiano que haya visto- que los podía contar con una mano- el esperaba un cuerpo de modelo. No tenía nada en contra de esos cuerpos, al contrario, prefería uno "normal", a uno perfecto.

Esto le dio un arranque de confianza y en un acto desenfrenado se deshizo de su camiseta.

— Tranquilo, pequeño. — Taehyung enmarco su rostro con ambas manos deslizándolas por toda su anatomía. — ¿Esperabas una fila de músculos? — Sonrió amistosamente.

— Es lo que esperas de un dios griego ¿No? — Respondió Hoseok.

Su pecho comenzaba a sentirse frío por la falta de tacto, por naturalidad se cubrió intentando devolver el calor.

— Naturalmente, supongo. — Recargo su peso en la cama usando sus antebrazos musitando en su oído. — Pero no soy como otros dioses, cariño. — Deposito un casto beso en su oreja para después lamberla a su gusto. Hoseok se aferraba al hombro de su dios encorvando la espalda.

— Con tan poco puedo hacerte sentir en el mismísimo Olimpo—. Con uno de sus largos dedos recorrió una línea imaginaria partiendo su cuerpo en dos. Los espasmos y quejidos no se hicieron esperar. — ¿Me permitirías seguir tocando? — Musitó nuevamente. Hoseok, atontando por las sensaciones asintió repetitivamente.

Desabrocho su pantalón y bajo la cremallera con lentitud, tentando a la paciencia.

— Por favor, Taehyung. — Levanto la cadera inconscientemente pidiendo más de su tacto.

— ¿Qué necesita mi mortal? — Hoseok cerró los ojos mordiendo su labio, una acción bastante erótica a los ojos del dios.

— Tócame.

— ¿Donde? — Acaricio un pezón del mayor obteniendo un leve gemido. — ¿Aquí? — Añadió pasando al otro pezón. — ¿O más abajo? — Con el dedo índice estiró el resorte de su ropa interior haciéndola chocar contra su tersa piel.

— ¡Ahí! — Gritó desesperado.

Siguiendo con su tarea, metió la mano dentro de la negra prenda, hizo círculos imaginarios en la pelvis haciendo retorcer al bello humano. Tomo la base del miembro bajando y subiendo suavemente.

— ¿Prefieres venirte con mi mano?, ¿o con algo más que mi mano? — Subió hasta el prepucio acariciando la ranura, sintiendo el líquido correr, llevo un poco de este a su boca saboreándolo, haciendo ruidos obscenos con la boca, quería que Hoseok supiera que estaba disfrutando de su cooperación. — Contesta. — Elevó el tono de la voz demandando que el pelirrojo abriera la boca.

— Como usted desee. — Usar esa manera de hablar indicaba respeto.

Volvió a bajar su mano tortuosamente lento, apretando alrededor de toda su extensión, bombeo con intensidad embobándose con los pequeños -o grandes- sonidos que producía. Su anatomía lo tenía totalmente embriagado, el dulce aroma de los cuerpos sudorosos le hacía sentirse mareado, tenía que seguir tomando ese cuerpo, dejarlo sin aliento.

— Me voy a venir. — Rápidamente removió su mano causando un quejido de su acompañante. Pudo leer sus pensamientos y negó divertido.

— No pongas esa cara, nunca asegure que te vendrías dos veces, cariño. — Beso apasionadamente los labios ajenos. Eran suaves, estaban empapados de saliva y rojizos por el simple hecho de estarlos sometiendo. Ambos tenían labios pequeños, pero no impedía el disfrute de la pelea entre lenguas y la inspección de sus bocas.

Taehyung lo hizo colocarse en cuatro, acariciaba la piel desnuda haciendo que esta se erizará de manera excitante, tan excitante y seductora que lo único que pudo hacer fue propina una buena bofetada a ese redondo trasero.

— Ahh~ — Encerró las sábanas entre sus manos elevando las caderas.

— Silencio. — Rozo la piel, admirando su mano plasmada en aquel cuerpo.

<<Lubricante>>.

Pensó volviendo a sus cincos sentidos.

Se volvió al mueble que contenía el líquido "milagroso" en su interior, lo saco tomando la mayor cantidad de tiempo que le fue posible. Quería impacientar a Hoseok, hacerlo rogar por su toque. Obteniendo la respuesta que quería pudo observar como la mano de su mortal iba serpenteando hasta llegar a su miembro, tomándolo con fuerza y masturbándose lentamente. Regreso con rapidez a la cama.

— Quieto. — Taehyung le volvió a proporcionar una nalgada, solo que esta fue más amable.
Acatando su orden no se movió ni un centímetro esperando los largos dedos del bronceado, estos abrieron paso, dilatando poco a poco. La habitación se llenaba de pequeños gemidos, suspiros, súplicas y el olor a almizcle.

— Estoy listo. — Pronuncio a duras penas, escondió su rostro entre las almohadas esperando no ser tan ruidoso cuando fue girado repentinamente.

— Quería ver tu rostro. Esto no solo se trata de adueñarme de tu cuerpo, o tener control sobre ti. Intento que sea placentero y al mismo tiempo transferirte mi amor. — Acaricio su mejilla con veneración y profano el cuerpo que se estaba convirtiendo en su todo.

A Hoseok no le tomo tiempo o esfuerzo acostumbrarse al tamaño, enrollo ambas piernas en su cadera empujándolo dentro suyo. Abrazo su cuello, negándole el contacto visual, después de lo que había dicho, Hoseok estaba cayendo por el dios, se estaba entregando, esperando que la mañana siguiente pudiera ver el cabello castaño esparcido en la almohada. Lágrimas escurrieron y sorbió disimuladamente.

— Perdón, ¿Te estoy haciendo daño?— Detuve mis embestidas e intente hacer contacto visual, lo cual me impidió escondiéndose aún más en la curva de mi cuello.

— No. Todo lo contrario. — Se aferró más y podía sentir la humedad de sus lágrimas, intenté seguir en lo mío pero me era imposible si mi pequeño estaba sufriendo.

— Eres perfecto. — Aclare mi garganta y seguí. — De pies a cabeza, Hoseok—. Finalmente dejo ver su rostro, mirándolo de frente, sequé sus lágrimas con las yemas de mis pulgares, besándolo.

<<Sí, éstos son mis otros pies y brazos>>.

Lo acogió entre sus brazos y el también comenzó a llorar. La paz lo invadía, había encontrado a su otro ser y no lo dejaría irse, se aferró a él toda esa noche, haciéndolo suyo las veces que le fue posible, marcándolo por todas partes. Él era suyo. Nadie iba a arrebatárselo.

Cuando el alba llego a sus cabezas beso la coronilla de Hoseok prometiéndole amor eterno.


—Impresionante ¿No?—. Señalo Afrodita. Su hijo había encontrado el amor. Momentáneo y pasajero en la vida de un inmortal, pero, estaba contenta de poder admirar dicha escena.

— Ese mortal fue mío—. Susurro Tánatos apenado. Recuperó la compostura rápidamente — Él parece feliz, puede tenerlo si se desean mutuamente. Hasta pronto mi señora. — Salió con la frente en alto de la habitación. Si bien era conocido por no ser un dios agresivo.

Afrodita esperaba una respuesta negativa ante la situación, sin embargo Eros parecía tener una buena amistad con él.

Pero no podía dejar de mirar a su pequeño siendo completado por alguien más. Sonrió para sus adentros y espero pronto conocer al lindo mortal de mejillas abultadas y llamativo pelo rojo.

Fin.

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