—¿Como no hacer esto algo personal? ¡Valentine me quiere muerta! ¡Desde siempre!—Me hace una seña de que me calle y regresa a ver a la puerta
—Lo sé—me dice duro
—Después de que te abrí mi corazón y mi alma. Te dije cosas que nunca le he dicho a nadie. Ni quiera a mi hermana, ¡MI sangre! y tu solo me miraste a los ojos y me mentiste—le digo dolida—Supongo que es de familia—Avanzo hacia la puerta.
—Oye—lo ignoro—¡______! ¡Vuelve!—grita mi nombre pero yo solo sigo mi camino.
***
Al entrar a la casa grito de frustración y golpeo la pared.
—Al parecer eso salió muy mal—Luke se levanta del sofá y yo comienzo a dar vueltas por toda la sala.
—______, cálmate—me dice Luke mientras cruza los brazos
—¿Iba a decírmelo en algún momento?—pregunto frustrada.
—No lo sé—responde
—¡Confiaba en él más que en nadie!—exclamo—Y esto es lo que me pasa—Empuño mi mano para contener las ganas de soltar magia, pero me es imposible y la suelto en una mesita de vidrio donde se encontraba una foto de ambos.
—Sé que estás enojada. Lo siento, pero debes calmarte. Me duele verte tan lastimada—dice de la forma mas tranquila
—No, ahora no es momento para calmarse—digo con rabia y trato de tirar un adorno pero Luke me toma del brazo
—Si, lo es. Alec se está esforzando. Créeme, está de nuestro lado. Nunca haría nada para lastimarte. He visto como te ve—.
—Es demasiado tarde para eso. La reina Seelie tenía razón. No podemos confiar en la clave. Volvieron a engañarnos. Solo que ahora Valentine está libre, la Espada está perdida y corre riesgo de supervivencia de los subterráneos. Debemos decirle—digo
—No confío en ella. Nunca confié—dice Luke serio
—Si queremos detener a Valentine, necesitaremos la ayuda de la Reina. Arreglaré un viaje a la corte—Digo decidida
|ALEC|
—¡Maldita sea!—golpeo el escritorio con mis puños.
***
Tras lo ocurrido con el espejo Mortal, reuní al equipo para organizarnos.
—Lamento llegar tarde. ¿Alguien a visto a Max? Lo he estado buscando por todas partes—Izzy es la ultima en llegar
—¿Viste en la armería? Posiblemente está afilando las cuchillas para su primera tarea—responde Jace
—Ya revisé—suelta un suspiro de frustración
—Tenemos asuntos más urgentes. Gracias a la ayuda de Dot, tenemos el Espejo Mortal—respondo
—Lo tienes en el instituto. Está bien vigilado, supongo—dice Sebastian con la cabeza baja
—Solo los guardias de Elite saben donde está. Es lo más seguro—respondo
—Jonathan fue tras Elliot y Dot para obtener el Espejo. Ahora que sabe que lo tenemos, volverá por él—informa Clary
—Así es. Repórtense en cualquier posible escenario en el que Jonathan y Valentine podrían entrar aquí—Todos asiente y se marchan. Excepto Izzy. Yo me recargo sobre la pantalla.
—¿Está todo bien?—pregunta. La regreso a ver y baja la cabeza.
—Le dijiste a ____ sobre la Espada-Alma, ¿no?—solo frunzo los labios—¿Tan malo fue?—Ella pone una mano sobre mi hombro
|T.N|
La reina Seelie no nos hizo esperar y nos atendió.
***
Llegamos a la corte Seelie.
—Milady, ahora les presento a _____ Morgenstern y Lucian Graymark—Nos presentan y ambos hacemos una pequeña reverencia.
—La clave mintió, y Valentine tiene la Espada. ¿A alguien le sorprende?—Luke y yo regresamos a vernos
—Milady. Estamos de acuerdo con que es hora de cambiar nuestro destino. Aceptamos unirnos al mundo subterráneo para atrapar a Valentine—digo
—Bien. Pero lo haremos a nuestra manera. Nada de respetar las reglas de la Clave—menciona ella con antipatía
—Con todo respeto su alteza, no vinimos a combatir a los Shadowhunerts—dice Luke serio
—Los shadowhunters nos quieren muertos. ¿Crees que perdieron a Valentine por accidente?—cuestiona ella
—No confío en la clave, pero confío en Clary. Ella y Jace tienen el espejo mortal para proteger a los subterráneos de Valentie—dice Luke
—Tu amor por los shadowhunters te debilita—le dice la Reina Seelie—Por eso han perdido tantos lobos.
Oh shit.
—Las perdidas de mi manada son por culpa de Valentine—responde Luke a la defensiva
—Después de las mentiras que te dijo tu novio, estás de mi lado, ¿no?—Abro la boca para tratar de decir algo pero la voz no me sale.
—_____, vinimos a detener a Valentine, no a hacer enemigos y romper acuerdos—dice Luke
—No permitas que tu enamoramiento interfiera con la protección de los tuyos—tengo que pensar con claridad.
—Le ruego paciencia, su alteza. Romper nuestra alianza con los shadowhunters es un paso que requiere consideración—no me doblego
—Decídanlo rápido—Ella toma una rosa y me la da—Una vez que todos los pétalos de esta rosa se tornen negros, se acabará su tiempo. Y los que no están de mi lado estarán del lado perdedor—todos los subidos que estaban esparcidos pasan a estar junto a ella.
—Milady—ambos nos retiramos.
***
Llego a la casa y tomo un baño, me pongo la ropa interior, cepillo mis dientes y salgo envuelta en las toallas. La mañana ya había aparecido y yo no dormí en toda la noche. Voy a la cocina y saco una botella con agua. Camino hacia la terraza y me recargo en el barandal. Suspiro pesadamente y regreso a la sala. Tomo un sorbo de agua y la pongo en la mesa de centro
donde está la flor que la Reina Seelie me había dado. Me siento en el sofá y la veo con atención. Me hizo recordar la mañana del día después de curar a Luke. (El día que lo mordió el alfa).
El sol estaba en su esplendor esa manaña, al levantarme todo mi cuerpo dolía, como si hubiera hecho ejercicio extremo.
Ni siquiera me había dado cuenta de que había dormido en casa de Magnus.
Sentí mi garganta seca y fui a la cocina por agua.
Regresé y me senté en el mismo sofá en el cual había pasado la noche.
Al sentarme el sofá rechinó e hizo que Alec (quien estaba en el sofá frente a mi) despertara exaltado.
—¿Me quedé dormido?—preguntó mientras se tallaba los ojos.
—Ambos nos quedamos dormidos—me sonrojé un poco.
Qué estúpida era, que estúpida soy.
—No debí quedarme. No debí perder mi tiempo y energía en tu amigo. Las conozco apenas y ya han causado demasiados problemas—un desprecio más a la lista.
—Tú eres más que una cara bonita, ¿no?—pregunté.
—¿Qué significa eso?—preguntó
—Compartiste tu fuerza conmigo para ayudar a Luke. No creo que cualquier shadowhunter lo haga, no creo que cualquiera tenga un buen corazón y menos uno tan antipático como tu—sonrío.
—Confío en ti. No sé por qué, pero confío—le doy media sonrisa—¿Qué hora es? Tengo que volver al instituto—se pone la chaqueta. Abro la boca para decir algo, pero el me interrumpe—No le digas a nadie que dormí aquí—se fue.
Dejándome como tonta.
Siempre traté de mostrar la mejor parte de mi.
Los desprecios nunca me afectaron tanto, no como los que Alexander me ha hecho. ¡ESTÚPIDA! ¡MIL VECES ESTÚPIDA POR CONFIAR EN ÉL!.
Salgo de mi trance y veo como la rosa se ha puesto un poco negra.
Me voy a mi habitación me pongo la pijama y acuesto a dormir para descansar un rato.