La esperanza siempre tan compleja
como un laberinto de ideas y sentimientos que,
en algún momento,
llegará al final para perderse danzando
junto con lágrimas
tan brillantes como diamantes.
Somos estrellas sin suficiente cielo,
pueden vernos pero jamás nos conocerán completamente,
nos convertimos en el anhelo del tiempo.
Quieres huir,
que nunca exista un adiós
pero el destino juega a ser el dueño
aprisionándote en una jaula
diciendo que todo está bien,
que nada más es un sueño.
Persiguiendo lo imposible,
no necesitas a nada ni a nadie;
el mundo debe alejarse,
sueles olvidar como respirar
te ahogas en el dulce y flébil lamentar
de las flores.
Versas en la oscuridad,
todo a tu alrededor se derrumba
y te sigues diciendo que está[s] bien.
Los secretos se refugian
en los brazos de la luna
donde no se los puede ver,
el pasado muere en una vieja ruina.
Hay un fantasma en la ventana
quien contempla la fluidez del alma
que está en una constante batalla
con las palabras,
intentando volar y fallando estrepitosamente.