XVII."Happy Whit Sunday".
"Quizá debió haberse alejado mientras pudo."
Sean
-No lo sé, no he hablado con mi madre. -Nash respondió mi pregunta.
Ambos nos quedamos en silencio, sumidos en nuestros propios pensamientos.
-Aún no puedo creer que te hayas acostado con Thea. -Escupí de repente.
-¿Que te hace creer que lo hice? -Cuestionó lo que captó mi atención.
-¿No lo hiciste? -Pregunté incrédulo.
-No. -Respondió luciendo honesto.
-¿Entonces que fue todo eso de que estuviste en su cama? -Le recordé, pues el día que dejó mi castillo me había dicho que había estado en la cama de Thea.
-Pues eso, estuve en la cama de Thea, recostado esperando a que terminara de ducharse para despedirme. -Explicó.
-Ah. -Fue lo único que dije después de su breve explicación.
-Estoy cansado, nos vemos mañana.
No respondí nada, me quedé pensando, evaluando mis opciones.
Thea
Miré el reloj que colgaba de la pared, 12:13am y yo no podía dormir, decidí ponerme de pie e ir a la cocina para traer un vaso de agua. Salí de mi habitación encontrándome con los pasillos oscuros, apenas y una tenue luz se lograba colar.
No me fue muy difícil llegar a la cocina donde encendí las luces, sin querer demorarme más de lo necesario, tomé uno de los vasos y vertí el líquido transparente en este.
Cuando estaba a punto de regresar a mi habitación, escuché un ruido, como si alguien estuviera abriendo la puerta que daba a la piscina, fruncí el ceño, posteriormente se escucharon pasos dirigiéndose hasta aquí, unos segundos después y el príncipe Sean apareció en mi campo de visión.
-¿No se supone que deberías estar en tu habitación? -Habló con su voz demandante.
Aún continuaba vistiendo únicamente sus shorts para nadar, su torso estaba al desnudo, y su cabello lucía húmedo.
-No podía dormir, su majestad. -Respondí observando cómo se acercaba a mi.
Mi vista cayó hasta sus caderas, dónde el principio de su "v" bien marcada se asomaba.
-¿Sabes dónde está el despacho en este lugar? -Me preguntó a lo que asentí. -Llévame un vaso con agua.
Y con esa orden caminó fuera de la cocina, dejándome ahí. No tardé mucho antes de que ya me encontrara en camino al despacho con una bandeja conteniendo una pequeña jarra de agua junto a un vaso de cristal.
El pasillo se encontraba iluminado, probablemente el príncipe había encendido las luces. Golpeé con mis nudillos la puerta, entrando cuando el heredero me dijo que lo hiciera.
-He traído su agua, su alteza. -Dije cerrando la puerta detrás de mi.
El príncipe se encontraba sentado detrás del escritorio, pasando una pluma entre sus dedos. -Ponla sobre la barra. -Dijo señalando el lugar junto al escritorio donde normalmente se encontraba el alcohol.
Sin más lo hice dandole la espalda, cuando me giré me topé al príncipe parado detrás de mi.
Su mirada se encontraba posada en mis piernas desnudas, -debido a que estaba en mi pijama azul que consistía de un corto short holgado y una blusa de manga corta con botones al frente, sin olvidar que me encontraba descalza.-
-Suéltate el cabello. -Ordenó, tomándome desprevenida, de todas las órdenes que el príncipe me daba, jamás imaginé que esta fuera una.
Dudando un poco, removí la liga que ataba mi cabello castaño, dejándolo así caer por mis hombros. Por instinto pasé mis manos por este, tratando de peinarlo.
El príncipe prestó suma atención a mis acciones, todo esto era tan extraño. Se acercó más a mí, y tomándome por la cintura intercambió lugar conmigo. Sus manos causaban un extraño cosquilleo en el área que tocaba, comenzó a avanzar haciendo que yo retrocediera hasta que topé con el escritorio.
El heredero llevó sus manos a los tres primeros botones de mi blusa y los desabrochó, cuando mi cuello estuvo expuesto acercó su nariz hasta la curva que este formaba con mi hombro. Me tensé cuando sentí que dio un pequeño mordisco a mi piel.
Olvidé como respirar cuando una de sus rodillas separó mis piernas y su mano derecha acarició la piel desnuda de mis muslos. Coloqué mis manos en su pecho queriendo separarlo, pero era como si no tuviese fuerzas para hacerlo.
-¿Alguna vez te han tocado, Thea? -Preguntó subiendo sus labios hasta el lóbulo de mi oreja. -Contesta.
Me las arreglé para negar, y es que su mano comenzaba a hacer presión en mi piel.
-Me alegra saberlo, porque de ahora en adelante yo seré el primero y el único que lo haga. -Sentenció.
Sus manos dejaron mi piel para colocarlas en el elástico de mi short, y entonces lo bajó. Estaba abrumada.
-Voy a tocarte Thea, y te va a gustar.
Sus dedos comenzaron a tocar mi parte privada sobre la tela de mi ropa interior, con su otra mano me incitó a que me sentara sobre el escritorio quedando él entre mis piernas.
Dejó de tocarme solo para desabrochar el resto de los botones de mi blusa, dejándome así únicamente en bragas y sostén. Remojó sus labios observándome antes de posarlos en mi clavícula donde comenzó a succionar piel. Su mano regresó a mis bragas, pero esta vez las hizo a un lado, acariciando directamente la zona, me retorcí ante la sensación.
Mi corazón cayó cuando sentí como introducía lentamente uno de sus dedos, santa tortura, mis manos se aferraron a sus hombros, era una sensación incómoda, invasora, quería que se alejara, pero también quería que hiciera lo que sea que estaba haciendo.
Empezó a moverlo con lentitud, torturándome, mis piernas se enredaron con fuerza a sus caderas, quería más, y él pareció entenderlo. Introdujo un segundo dedo, era aún más incómodo, esta vez no los movió lento, no esperó a que mi cuerpo se acostumbrara a la situación, los comenzó a mover más rápido, tosco, lastimándome un poco en el proceso, nuestras respiraciones se comenzaron a hacer más pesadas, y mi espalda se arqueaba hacia él.
-Vamos Thea, quiero que obtengas un orgasmo y que llames el nombre de tu príncipe.
Sus palabras fueron como un dulce veneno, mi cuerpo se comenzaba a sentir extraño, mis labios se abrieron produciendo gemidos, no sentía vergüenza alguna.
-Príncipe... Shawn...
Casi pude asegurar que sonrió, y entonces, sin previo aviso se detuvo. Lo miré con los labios entreabiertos. Con rapidez bajó su short junto a sus bóxers, pánico se plasmó en mi cuando vi el tamaño de su erección, pensé que me tomaría ahí mismo, pero no lo hizo.
Tomó una de mis manos y la dirigió hacia su miembro, mi corazón latía desaforadamente, enrollé mis dedos alrededor de este, no tenía la menor idea de que hacer. El príncipe Shawn guió mi mano, moviéndola de adelante hacia atrás, mostrándome como debía hacerlo.
Y lo hice ganando de él pequeños gemidos y gruñidos, echó su cabeza hacia atrás, lo sentí temblar ante mi tacto para después retomar lo que estaba haciendo, volvió a sumergir sus dedos.
-Más rápido. -Ordenó con la voz ronca y obedecí, a la vez que el príncipe comenzó a acelerar sus movimientos.
Sentí tocar la gloria para después ser arrojada al mismísimo infierno.
-Feliz Whit Sunday, Thea. -Gruñó contra mi oído haciéndome llegar al borde.
Mi estómago se contrajo, quise gritar y maldecir en ese momento, tuve mi primer orgasmo, dejándome venir sobre sus dedos. Aún extasiada continúe mis movimientos sobre el príncipe, y unos instantes después lo escuché gemir y tensarse, alcanzó su orgasmo llenando mis muslos con su sustancia.
Recargó su cabeza sobre mi cuello recuperando su respiración.
Mi primer orgasmo me lo había dado el futuro rey de Dinamarca sobre un escritorio.
Yo le había dado un orgasmo al príncipe.
¿Que carajos estaba mal conmigo?
Hola, hola. Nos vemos en el infierno. Muchas gracias por leer, votar y comentar. Los amo.⚡️