Sus hermosos y aterradores oj...

By Naoko_Ichigo

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Draco la empujo contra la pared, la beso y golpeo el vidrio de la ventana que se encontraba junto a su cabeza... More

Chapter 2
Chapter 3
Chapter 4
Chapter 5
Chapter 6
Chapter 7
Chapter 8
Chapter 9
Chapter 10
Chapter 11
Chapter 12
Chapter 13
Chapter 14

Chapter 1

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By Naoko_Ichigo

Disclaimer: Los personajes de Harry Potter no me pertenecen, son propiedad de J.K. Rowling. La historia tampoco me pertenece, esta pertenece a thecellarfloor y fue beteada por Miss Lefroy Fraser.

xxx

La biblioteca se encontraba desierta cuando se sentó para leer un libro.

Alicia en el país de las maravillas. El título contenía un cierto misterio, ¿verdad? Hermione recordó su niñez, cuando aún no sabía que era una bruja. Lo había leído numerosas veces, hasta el punto en que casi se lo sabía de memoria.

Era diferente a los demás libros que su madre quería que leyera de niña, ya que Alicia no era como las jóvenes de las otras historias. Alicia no era una princesa, Alicia no tenía un príncipe y, no importaba a cuanta gente Alicia conociera, se encontraba terrible e innegablemente sola. Algo respecto a eso le había intrigado en aquel entonces, y ahora parecía que nada había cambiado luego de todos esos años.

Hermione Granger se asustaba y, a la vez, fascinaba al pensar en que ella y Alicia tenían muchas cosas en común.

Hogwarts. El lugar era su aventura, su madriguera, su taza de té, su castillo de corazones, su hogar. A menudo pensaba en aquel lugar como su propio País de las Maravillas.

Por siete años había vivido allí. Había pasado por muchas cosas, entre ellas luchar en la batalla final contra Voldemort junto con sus dos mejores amigos. Al final, habían triunfado.

Ahora el Mundo Mágico finalmente estaba en paz.

Pero las cosas habían comenzado a cambiar. A pesar de que la guerra había terminado, aún dejaba repercusiones. Sus amigos comenzaron a apartarse. No sabía por qué, pero día a día podría sentirlos más lejos de ella.

O quizás no habían sido ellos. Quizás solo era ella la que se distanciaba.

Sea lo que fuere, estaba asustada. Se sentía incapaz de detenerlo. Tenía miedo de que el tiempo pasara y ya fueran inalcanzables para ella, que se fueran completamente y ella se encontraría nuevamente sola.

¿Como Alicia?

Pero el País de las Maravillas había sido solo un sueño para Alicia y para cuando había vuelto de él, estaba a salvo. Hermione no tenía ese lujo. Hogwarts, para ella Hogwarts era real.

—¿Necesitas algo, Malfoy? —dijo con poco interés. Estaba tan perdida en sus pensamientos que no lo había notado sentarse frente a ella en la mesa. La muchacha apartó su vista del libro y lo miró fijamente. Su cabello platinado estaba revuelto y cubría sus ojos grises. Tenía las manos metidas en sus bolsillos y sus pies apoyados sobre la mesa. Su mera presencia demandaba atención. Estaba dedicándole una sonrisa torcida, como siempre, pero había algo diferente, y no en el buen sentido. Hermione se estremeció levemente cuando encontró su mirada. Fríos y sin expresión.

—¿Cómo has estado, Granger?

—No hagas preguntas tan amistosas —fue su turno de sonreír. Las últimas semanas, Malfoy había estado actuando bastante extraño. Cuando estaban en la misma clase, se sentaba a su lado o cerca, la miraba mientras comían en el Gran Salón o aparecía dramáticamente de la nada cuando se encontraba sola. No le había prestado importancia alguna. Quizás solo lo estaba haciendo para irritarla —cualquiera pensaría que realmente te intereso— añadió para enfadarlo.

¿Cómo podía ser que Draco Malfoy pudiera estar interesado en lo que según él era una basura?

Repentinamente, cambió de posición y se inclinó hacia ella. Hermione presionó su espalda contra la silla, alarmada, sosteniendo su varita dentro del bolsillo de su túnica en caso de que intentase algo.

—¿Y si lo estuviera? —Se inclinó aún más, disfrutando de la obvia incomodidad de la muchacha.

—¿Qué? —Aquella respuesta la había tomado por sorpresa. La sonrisa de Malfoy se agrandó aún más, y entonces la tomó por la barbilla, obligándola a mirarle. Hermione se estremeció al sentir su mano sobre su piel, mientras que Draco parecía perplejo.

—Tus ojos, Granger. Son tan transparentes, tan inocentes y honestos —dijo distraídamente, mientras la estudiaba. Se acercaba lentamente a ella, como si fuera a besarla. Hermione estaba tan sorprendida por su extraño comportamiento que no podía apartarse. Estaba hablando en clave. ¿De qué demonios estaba hablando?

—D-de qué ¿de qué demonios estás hablando?

—Deberías aprender a esconderlos. —Estaba tan cerca de ella que podría sentir su aliento rozando su piel—. Son tan... tentadores.

Hermione se estremeció ante sus palabras, pero nunca admitiría que sintió miedo. Estaba demasiado aturdida como para decir algo. Sentía que la boca se le secaba. ¿A qué se refería con tentadores? ¿Qué le ocurría?

—Tú simplemente no puedes... y-yo —tartamudeó. Finalmente, se las arregló para apartarlo. Se puso de pie torpemente, juntando sus libros y metiéndolos apresuradamente en su bolso. Claramente, Malfoy había perdido el juicio y tenía un mal presentimiento sobre ello. Se giró para salir de allí.

—McGonagall quería algo.

La chica se detuvo a medio camino. Volvió a mirarlo, molesta de que tuviera una excusa para retenerla. Se miraron el uno al otro por unos instantes. Su instinto le decía que corriera, que se pusiera a salvo, pero se rehusaba a sentirse intimidada.

Malfoy le regalo una sonrisa sarcástica y, con su pie, apartó la silla donde había estado sentada antes.

—Siéntate.

Hermione maldijo en su interior y se sentó a regañadientes, manteniendo la silla apartada de la mesa. Él simplemente sonrió.

—No voy a asesinarte, amor. Solo quiero hablar.

—No me llames así —dijo molesta Hermione—, no quiero hablar contigo. No quiero estar cerca de ti. No quiero tener nada que ver contigo. Ahora, por favor, dime qué quería McGonagall y déjame ir.

—Granger, Granger, Granger —le hablaba como si fuera una niña y eso le sacaba de quicio—. Esa no es forma de hablarle a un Malfoy. De cualquier forma, deberías saber que es tu culpa.

—¿Culpa? ¿Que es mi culpa?

—Esto —dijo moviendo sus manos como si fuera lo más obvio del mundo.

Hermione le miraba confundida y él volvió a sonreír.

—¿Realmente no tienes idea?

—No, por favor, ilumíname.

—No —dijo repentinamente más entusiasmado. Esto se estaba volviendo escalofriante—. Tu ignorancia lo hace más interesante —añadió poniéndose de pie y se volteó para irse.

¿Mi qué?

—¿Qué era lo que la profesora McGonagall quería decirme? —le gritó.

Malfoy simplemente le regaló otra sonrisa torcida y siguió su camino.

Realmente no había ningún mensaje de McGonagall, ¿o lo había?

Hermione maldijo en voz baja y se obligó a no maldecirlo allí mismo.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

—¿Qué está ocurriendo? —les preguntó Hermione a las personas que se encontraban frente a ella. Una enorme multitud se había agrupado en el pasillo. Los estudiantes estaban entusiasmados por algo. Aunque no podía ver a través de las cabezas, sabía que debía detener lo que fuera que estaba ocurriendo. Después de todo, era su trabajo como Premio Anual.

—¡Draco Malfoy y Blaise Zabini se están peleando! —dijo con entusiasmo un estudiante de primer año, a quien ella no conocía. Hermione frunció los labios. ¿Cómo se atrevían a armar tal conmoción? Intentó abrirse paso entre los estudiantes, pero nada parecía dar resultado y estaba atascada al final de la multitud. Molesta, se movió para tomar su varita, pero unos segundos después las personas comenzaron a apartarse, probablemente para darle paso a alguien.

Draco Malfoy se abrió paso entre la multitud con una expresión de enfado en su rostro. Todos se veían sorprendidos y asustados. A su paso se escuchaban susurros, pero a Malfoy no le importaban. Su labio estaba sangrando y tenía un golpe terrible a un lado de su rostro. Su cabello estaba revuelto y su expresión era la de un asesino en busca de una víctima, aunque probablemente eso hizo segundos atrás.

Hermione temía pensar qué había ocurrido con Zabini.

Lo vio tendido como un cadáver unos cuantos pasos lejos de Malfoy. Nadie se había atrevido a acercarse a él, en caso de que Malfoy decidiera volver. Con todo el coraje Gryffindor que pudo juntar, Hermione Granger se mantuvo donde estaba. No se apartó como lo había hecho la multitud, tampoco mantuvo distancia. Estaba determinada a decirle cuál era su opinión y una posible detención. Ahora se encontraba cara a cara con Malfoy y la mirada asesina de este no ayudaba a su coraje para nada.

Estaba a punto de decir algo cuando finalmente Malfoy la vio. Se abalanzó sobre ella tan rápido que no tuvo tiempo para reaccionar. La apretó contra la pared y presionó sus labios bruscamente sobre los de ella. Malfoy alzó una de sus manos y descargó un golpe sobre el vidrio de la ventana que se encontraba detrás de Hermione, rompiéndolo por completo. Los estudiantes, antes amontonados por la emoción de presenciar la pelea, ahogaron un grito de sorpresa al ver lo que ocurría.

Pero Hermione no podía gritar. Inclusive no podía respirar.

¿Qué hiciste? Sus pensamientos gritaban violentamente. Malfoy la miró antes de alejarse con un rasguño en su mano debido a su violenta acción.

Todos estaban quietos, demasiado aturdidos por lo que acababan de presenciar.

Hermione estaba temblando de ira, sus manos se cerraban en puños.

—¡Vuelvan a sus dormitorios! ¡Ahora! —gritó, todos se tropezaron son sus pies al alejarse.

Con un movimiento de su varita, el vidrio de la ventana volvió a su condición original. Hermione se acercó al cuerpo inconsciente de Blaise Zabini.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoO

—Ya te lo dije Harry, creo que se trae algo conmigo —trató de explicarle a sus amigos mientras se encontraban en el Gran Comedor. Hermione estaba sentada, mirando su sopa, jugando con la cuchara. Había perdido el apetito en el instante en que Malfoy comenzó a mirarla fijamente.

—¿Quién? ¿Malfoy? —dijo Harry frunciendo el ceño— está desquiciado, Hermione. Probablemente lo hace para molestarte.

—Merlín, Harry tiene razón, Hermione —dijo Ron mientras llenaba su plato de una exagerada ración de comida, lo suficiente como para alimentar a todo un pelotón—. No creo que ese imbécil quiera salir con alguien como tú.

—¿Alguien como yo? —repitió molesta, comenzando a alzar la voz—, ¿qué quieres decir con eso, Ronald?

—De seguro anda detrás de chicas más lindas. —Sus ojos se agrandaron al instante en que se dio cuenta de lo que estaba diciendo. Harry le hechó una mirada al instante en que Hermione golpeó la mesa con las palmas de sus manos y se puso de pie.

—Los veo más tarde —dijo fríamente. Sabía a lo que se referían. Simplemente no podían creer que alguien mostrara el menor interés en ella. No habían escuchado nada sobre el beso, Merlín, sentía nauseas de solo decirlo, y tampoco planeaba decírselo. Aun así, si eventualmente se enteraban de lo ocurrido, ella lo negaría. Hermione se alejó sin siquiera mirarlos una vez más.

Y podía sentir los ojos de todo el mundo sobre ella. Hasta podía oír sus susurros. Sabía de lo que estaban hablando.

Se maldijo a sí misma y caminó furiosa hacia la enfermería. Zabini estaba recostado en una de las camas, con un libro en sus manos. No se molestó en alzar la vista cuando ella se sentó a un lado de la cama.

Por un momento permanecieron en silencio. Ella no hablaba, sus pensamientos repasaban los eventos ocurridos. Draco Malfoy no era estúpido. Sabía el resultado de sus acciones. Sabía que los rumores se extenderían. Sabía que posiblemente esto mancharía su apellido de sangre pura.

¿Entonces por qué aun así lo hizo?

Obviamente, con la guerra terminada, la sangre ya poco importaba. Pero aun así... no podía evitar sentirse insegura. Era como si algo muy malo estuviera a punto de ocurrir.

—¿Sí? —dijo Blaise Zabini, mientras seguía leyendo su libro. Solo en aquel entonces se dio cuenta de que había estado hablando consigo misma.

—Disculpa —respondió amargamente. Apartó los inseguros pensamientos y le dio una cálida sonrisa— ¿cómo te sientes?

—Mejor —dijo, cerrando finalmente el libro y volviéndose hacia ella. Su relación con Blaise se había vuelto algo más civilizada desde el comienzo del año. Él también era Premio Anual y, afortunadamente, estaba dispuesto a hacer las diferencias a un lado para trabajar juntos. A pesar de que era un Slytherin, lo respetaba, y él a ella.

Incluso mucha gente decía que harían una pareja perfecta.

—Yo, err, quería preguntarte algo —dijo suavemente, insegura de si quería continuar.

—Sí, por supuesto —dijo—. Cualquier cosa.

—¿Qué ocurrió entre Malfoy y tú?

—Todo menos eso —respondió secamente. Hermione se estremeció cuando su mirada encontró la suya.

—¿Por qué? ¿Es algo así como un secreto?

—No, solo estoy preocupado por lo que sucedería.

—¿Te refieres a que le tienes miedo? —le preguntó tajantemente. No podía entender cómo alguien tan inteligente como Blaise estaba asustado de alguien como Malfoy. No era tan peligroso, ¿verdad?

¿Lo era?

Él apartó su mirada de Hermione y suspiró.

—Draco es más malvado y peligroso de lo que crees.

—¿Lo es? —preguntó, sus facciones se tornaron en una mueca de incredulidad.

—Sí, Granger, lo es —dijo seriamente. Blaise cerró sus ojos por un momento, como si pensara en lo que diría a continuación—. No sabes ni la mitad. Te lo advierto ahora, como tu... conocido. Ten cuidado. Está tras de t-

—Blaise. —Hermione escuchó una fría y familiar voz antes de que Blaise pudiera terminar su oración. Se estremeció cuando sintió el brazo de Malfoy rodeando su cintura, presionando sus cuerpos y, por un instante, Hermione sintió nuevamente el vertiginoso sentimiento de miedo. Lo apartó lejos. Malfoy estaba de pie, con una expresión de arrogancia y su sonrisa torcida fija en su rostro—. ¿Cómo estás?

—Granger estaba a punto de irse —dijo Blaise, con un tono de advertencia en su voz. Estaba tratando de decirle que corriera lejos, pero siendo tan testaruda como era, no lo hizo.

—Excelente, entonces iré con ella —dijo Malfoy, sin que su sonrisa abandonara su rostro. Los ojos de Blaise se agrandaron al instante.

—Creo que puede arreglárselas sola, Draco —murmuró entre dientes—. Además, ¿no viniste a hablar conmigo?

—No tengo nada que decirte —dijo Malfoy fríamente—. Solo estaba asegurándome de que estuvieras vivo. Desafortunadamente, lo estás —tomó a Hermione de la mano y la arrastró salvajemente mientras caminaba hacia la puerta.

—¡Hey! ¿Qué estás...? ¡Suéltame, Malfoy!

Blaise Zabini sacudió su cabeza. Granger no saldría libre de esta.

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Fin Capitulo Uno.

Notas: ¡Hola todo el mundo! ¿Cómo están? Después de mucho pensarlo, finalmente decidí comenzar a publicar algunos de los Dramione que tengo. Espero les agrade esta historia. Saludos.

Naoko Ichigo

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