Conquistando a Jeremy (BG.5 L...

Av darlis_steff

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Si hay algo que Naomi Kanet y Jeremy McQueen pueden afirmar es que a veces dejar atrás el pasado no es tan se... Mer

Conquistando a Jeremy
Prólogo
Capítulo Uno
Capítulo Dos
Capítulo Tres
Capítulo Cuatro
Capítulo Cinco
Capítulo Seis
Capítulo Siete
Capítulo Ocho
Capítulo Nueve
Capítulo Diez
Capítulo Once
Capítulo Doce
Capítulo Trece
Capítulo Catorce
Capítulo Quince
Capítulo Dieciséis
Capítulo Diecisiete
Capítulo Dieciocho
Capítulo Diecinueve
Capítulo Veinte
Capítulo Veintinuno
Capítulo Veintitrés
Capítulo Veinticuatro (Penúltimo)
Capítulo Veinticinco (Final)
Epílogo

Capítulo Veintidós

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Av darlis_steff


Capítulo veintidós.

Naomi



9 de noviembre, 2014.

Sonrío terminando de pasar la toalla húmeda por la mejilla del pequeño Chris, él mantiene el ceño muy fruncido debido a que se encuentra molesto. Cuando termino le doy un toquecito en la punta de la nariz con mi dedo que me gana una sonrisa.

Christopher pertenece al grupo de pequeños que tiene ocho años, es muy dulce, hiperactivo y elocuente, pero también tiene una tendencia fácil para molestarse, por suerte no he tenido problemas grandes con él durante mi clase.

¿He comentado ya que amo mi trabajo?

—No hay necesidad de estar molesto, Christopher.

—Pero ella dijo que mi dibujo era feo, maestra, y todos rieron.

—Ya, pero ¿Qué te he dicho sobre el arte?

—Que cuando se pinta con el alma...—frunce el ceño no pescando las palabras que siguen y yo río.

—Y se siente, el resultado no estará mal ni feo, todo depende de la perspectiva que le dé quien lo ve—hago una pausa porque recuerdo que este es un niño que seguramente no entiende toda la palabrería que estoy dándole—. En fin, tu dibujo no estaba feo, no hay porque ser agresivos ni lastimar a otros cuando nos enojamos ¿De acuerdo?

—Vale—alarga la última vocal y acaba por sonreírme. Alcanzo su dibujo del cielo y las montañas, y se lo entrego, pero sacude la cabeza y me lo devuelve—. Se lo regalo maestra, parece que le gustó. Es suyo.

Me enternece demasiado y acepto su regalo, solo entonces alguien se aclara la garganta. Alzo la vista encontrándome a la mamá de Christopher en la puerta, ella me da una sonrisa tensa con una mano sobre un collar que definitivamente es de oro. Da pasos elegantes dentro del salón y noto con sorpresa que Jeremy permanece en la puerta de mi salón de clases.

—Recoge tus cosas, Chris. Ya nos vamos a casa, tenemos una reunión importante.

—Pero quiero ir al parque.

—No lo repetiré de nuevo Christopher, tu padre nos espera.

Veo como el niño recoge sus cosas, me pongo de pie y sonrío a la señora. Ella no ha sido muy educada desde nuestro primer encuentro, sin embargo no dejo de intentarlo.

—Hola señora, Michell...

—Hola—responde—. Me disculpa, pero de nuevo me temo que olvidé su nombre.

—Naomi Ka...—desde la puerta Jeremy finge una tos—McQueen.

Aún resulta tan extraño utilizar mi nuevo apellido de casada, incluso en ocasiones me encuentro con la vista en mi anillo o en el que Jeremy lleva.

—Señorita McQueen, no se lo tome a mal, pero no tengo tiempo de socializar. Voy con prisa y su clase no es nuestra prioridad, entendemos que solo es un entretenimiento para Chris ¿Ya listo, bebé? —pregunta al niño, luego devuelve su vista a mí.

No espera una respuesta de mi parte, se gira y Christopher camina detrás de su madre, se despide con la mano y le sonrío. Ella se detiene brevemente al ver a Jeremy, pero luego continúa su camino. Jeremy entra con una sonrisa.

—Esa sí que es una mamá dulce.

—Demasiado dulce—se detiene frente a mí y mi corazón late a toda prisa por su cercanía— ¿Qué haces aquí? Pensé que me habías dicho que tenías mucho trabajo.

— ¿Por qué no recoges tus cosas y nos vamos? Me hablaste de cierta política que no me permite besar a mi esposa cuando vengo por ella a su trabajo.

Río y comienzo a recoger las pinturas para guardarlas en el estante, me encargo de ordenar todo y guardar mis cosas; cuando estoy lista salgo con él caminando a mi lado. Me despido de los pocos profesores y trabajadores que veo de camino a la salida y noto las miraditas candentes que le dan a Jeremy. Camino hasta su auto y él abre la puerta de atrás para qué deje mis cosas, cuando cierra la puerta me atrae a un abrazo fuerte dejando un suave beso en mi cuello.

—Feliz cumpleaños, bonita.

—Gracias—sonrío devolviéndole el abrazo. Me encantaría besarlo hasta desfallecer, pero aun nos encontramos en la escuela. Se aparta sonriéndome.

—Tengo toda la tarde libre especialmente para ti.

—Eso me gusta—abre la puerta para mí y luego de que yo suba, él rodea el auto para subir a su puesto—. Así que dime ¿Qué se siente tener veinticinco años?

—Me hace plantearme si debo ir en busca de un esposo que tenga mi edad.

— ¡Oye! Esa reflexión no me gusta—pone el auto en marcha y yo me giro lo máximo que me permite el cinturón de seguridad para observarlo—. ¿Te gustaría ir al cine? Siempre quise ir y meterme mano con una chica, digamos que me he superado porque iría con mi esposa.

—El sexo te vuelve loco—me río.

—El sexo contigo a mí me enloquece. Rompiste mi abstinencia y ahora has creado a este ser que solo quiere dejarte desnuda para hundirse una y otra vez en ti.

No mentiré diciendo que esa declaración no ha tenido una reacción inmediata en mi cuerpo. La verdad es que creo totalmente en las palabras de Jeremy porque es la manera en la que me siento. Desde que lo hicimos hace unos días por primera vez, cuando nos vemos, que ha sido prácticamente todos los días, de algún modo terminamos en su apartamento o en el mío sin ropa y gimiendo mucho. Parecemos un par de adolescentes hormonados que no pueden mantener las manos quietas.

Pasé de tener miedo del sexo, a querer hacerlo todo el tiempo, como si mi cuerpo quisiera recuperar todas esas experiencias y momentos que me perdí. Y hay algo más que lo físico, cuando Jeremy y yo estamos así, unidos o después de hacerlo, yo me siento tan cerca de él y conversamos tanto. Es muy diferente a lo que conocía.

—Me gusta la idea del cine.

— ¿Incluida la metida de mano? —cuestiona sin verme, pero sonriendo.

—Incluso la metida de mano.

— ¡Mujer! Definitivamente eres mi esposa soñada.

***

Río mientras entramos a tropezones en mi apartamento. Los labios de Jeremy están en mi cuello mientras sus manos están deshaciéndose de los botones de mi camisa. Yo misma me encarga de desabrochar mi pantalón y casi caigo mientras intento sacarlo. Él ríe y deja de besarme para ayudarme. Quedo en bragas y hago el intento de quitarme la camisa para poder deshacerme del sujetador pero sostiene mis manos.

—No, creo que te ves caliente así, solo te falta...—Baja las copas de mi sujetador para dejar mis pechos a plena vista, sonríe—Sí, esta es la vista perfecta.

Ya, claro. Estoy en bragas, con mi camisa abierta y un sujetador mal puesto. Lo veo sacarse su camisa, desabrochar el botón de su pantalón, bajar la cremallera y luego me hace caminar de espaldas hasta dar con mi sofá.

Río, pero transformo mi risa en gemidos cuando captura uno de mis pezones en su boca. Me he dado cuenta que Jeremy es un hombre de besar mucho los pechos y estrujar mucho mi trasero, he aprendido poco a poco esas cosas de él en los últimos días.

Enredo mis manos en su cabello y abro mis piernas para que él se deje caer justo entre ellas. Se siente bien, me hace ver las estrellas, todo. Me enloquece. Mientras se deleita con mis pechos su mano baja por mi abdomen antes de tocarme debajo de mis bragas. Me toca de una manera increíble, una que ha ido perfeccionando poco a poco descubriendo que caricias me encienden más.

Como puedo meto las manos entre nosotros y lo acaricio por sobre el bóxer, él gime. Nos acariciamos y besamos. En algún momento logramos bajar lo necesario de su bóxer y luego Jeremy entra en mí. Gimo y cierro mis ojos disfrutando de este momento.

Sus embestidas son lentas, rítmicas y profundas, me hace sentir que toca cada lugar dentro de mí. Me hace removerme debajo de él, inquieta y desesperada por más. Él disfruta de estar jugando conmigo y estarme llevando a este abismo. Clavo mis uñas en cada mejilla de su trasero instándolo a ir más rápido y cuando lo hace digo un montón de incoherencias. Cuando alcanzo el orgasmo parece que no dejo de llamarlo y lo siento estremecerse mientras él también lo alcanza.

Nuestras respiraciones son agitadas mientras bajamos de la nube de placer, entonces río dándome cuenta que estamos a medio vestir.

—Me ha gustado este cumpleaños—susurro. Alza su rostro y me da cortos besos en la boca.

—Y eso que no te he dicho tu regalo—su sonrisa es amplia—. Estuve averiguando con Hilary y ella me dijo que admiran a cierto pintor, así que logré conseguir un par de entradas para una exhibición privada de sus obras.

— ¿De casualidad ese pintor es austriaco?

—Lo es.

—Oh, Dios. Es el regalo perfecto ¡Gracias!

Lo abrazo con fuerzas y él ríe antes de darme un beso. No me queda duda de que amo a este hombre que se ha colado hondo en mi corazón. Ahora el siguiente paso es decirlo.

***

22 de noviembre, 2014.

Cuando abro la puerta de mi apartamento, dos pequeños torbellinos entran corriendo. Uno de ellos grita "tetas" mientras la otra repara todo como si intentara entender si mi hogar es digno para sus pequeños pies de princesa.

Alzo mi vista a April que se encoje de hombros y besa de manera sonora mi mejilla antes de abrirse paso en mi apartamento pidiendo orden a los mellizos. Nathan ya está trepando a mi sofá mientras Zoey sigue inspeccionando todo. La verdad es que los niños de April son una belleza y también son muy encantadores, claro está que tomaron algo de la locura de su madre, pero a mí me encanta y casi tomo la oferta de ella cuando pretende regalarlos, aunque todos sabemos muy bien que ella solo bromea.

—Lamento venir sin avisar, pero ellos estaban más activos de lo normal, así que pretendo agotarlos y dije que vendríamos a casa de su Nao a jugar. Y aquí estamos, con una misión de desgastarlos hasta que queden dormidos mientras vemos una película de su papi.

—Creo que en lo que llevamos de amistad, ya me he visto todas las películas de Kurt.

—Ajá, pero aún nos quedan aquellas donde no era el protagonista—abre la mochila donde no solo tiene las cosas de sus hijos si no tres DVD. Río.

—No sé por qué no me sorprende.

En un primer momento cuando April y yo nos conocimos fue un poco tenso debido a que en ese momento yo estaba hecha un caos con Jeremy y April solo me dio una bofetada de realidad con unas palabras poco sensibles; es la mejor amiga de Ethan y eso conllevo a que entablara lazos fuertes con Grace a quien ya conocía desde una experiencia anterior, y ya queda bastante claro que Grace es amiga de Hilary, y por ende, nos conocemos. Aunque en el principio las cosas fueron un poco tensas por el primer roce, el tiempo nos ayudó a hacer borrón y cuenta nueva. Descubrimos que ambas estábamos bastante libres de puestos de amistad, que habían algunas cosas en las que coincidíamos y que yo me había enamorado de sus encantadores y desastrosos hijos, además, está el factor de que coincidir en amistades, era como ser obligadas a ser amigas.

Aún pueden existir ocasiones en las que nuestras ideas chocan porque donde yo soy más asustadiza y precavida, April es aventurera e intrépida. Mientras yo puedo decir "vete con calma antes de irte a la cama" April puede decir "fóllatelo hasta dejarlo seco". Somos muy diferentes y a veces incluso no tenemos de qué hablar, pero hemos entablado una amistad en donde sus hijos me llaman mi Nao y disfrutamos de reunirnos.

Tomo a Nathan del sofá en mis brazos, como si se tratase de un muñeco, y comienzo a caminar hasta mi habitación donde veremos la película.

— ¿No saludas a Nao, Nate?

—Mi Nao tene tetas. Tetas para Nate—se ríe de forma risueña mientras patalea. Nathan claramente pasa mucho tiempo con chicos, las tetas parecen ser su obsesión para tocar, además de ser su palabra favorita.

—Nate, por favor, ha pasado demasiado tiempo, supera la fase de tetas—implora April cargando a Zoey y siguiéndome—. Por cierto, Naomi, espero y tengas comida saludable, si les damos dulces ellos simplemente nunca pararán.

—Mami, mila—Zoey señala algo a April y yo dejo a Nathan sobre mi cama.

Debido a que trato de comer saludable mantengo siempre frutas por lo que voy a la cocina y hago una ensalada breve para darle a los mellizos. April se encarga de poner a reproducir una película de dibujos animados que los entretiene de tanto en tanto porque pasan más tiempo correteando y jugando entre ellos que viendo la película; pero mientras le echamos un ojo, conversamos.

—Así que ¿Tan bueno es el sexo con Jeremy? Ya me lo intuía, es una lástima que no le hinqué el diente cuando estaba soltero—bromea y yo resoplo acostándome boca abajo.

—Realmente mi experiencia en el campo sexual solo fue con Ronald—me estremezco—; al principio, durante los años que nuestra relación fue miel sobre rosas, el sexo era bueno, sentía que era correcto y me sentía especial—tonta de mí que creí que era todo lo que iba a conocer y que sería el único hombre en mi vida—, luego conocí a la bestia que me hacía cerrar los ojos y rogar que terminara. Mi cuerpo lo rechazaba, por lo que...Ya sabes, no estaba preparada y dolía mucho.

Los dedos de April peinan mi cabello, alzo la vista y me da una sonrisa que no es de lástima, de hecho pareciera que me ve con admiración y orgullo.

—Pasé más de dos años asustada de la idea de cualquier hombre tocándome, me resentí y creí que nunca más volvería a desear el tacto de un hombre, sentir lujuria, pasión, deseo y entonces Jeremy viene y comienza a calentar todo paso a paso—sonrío—. No es que sucediera de la noche a la mañana, de alguna manera Jeremy tuvo la paciencia de un año y medio para que llegáramos a este punto—estiro mi mano viendo mi anillo, mi sonrisa crece—. Ya no da miedo.

—No sabes lo feliz que me hace saber que eres feliz, lo mereces—arruga su nariz en una mueca—. Y todas merecen que le den orgasmos de ensueño, así que ¡Felicidades!

—Gracias—río.

— ¿Tiene la serpiente más grande que hayas visto? —Se inclina hacia mí para susurrar—Digo serpiente porque si digo polla o pene y Nate escucha, entonces mi vida será aún más difícil.

—Oh, por Dios—llevo una mano a mi boca riendo mientras giro hasta estar boca arriba y observarla—. Honestamente, Jeremy puede sentirse muy orgulloso de lo que guarda su bóxer.

—Ah, te deja bien llena.

—A veces no entiendo de dónde viene tanto ingenio.

—Me partía el culo buscando miles de manera de enfadar a Ethan, créeme no es difícil, así que ese idiota logró ayudarme a moldear y encontrar mi personalidad. Luego cuando enfermé y pensé que moriría, mandé todo al carajo y dije que no me callaría nada—sonríe—. Básicamente trato de decir todo lo que pase por mi cabeza, de esa manera siempre soy honesta. Excepto que evito decir ciertas cosas frente a mis hijos.

»Zozo puede olvidar que digo cualquier cosa mala, pero Nate se convierte en un pequeño loro repitiendo todo. Si no pregúntale a Dexter por qué todavía mi hijo sigue diciendo tetas todo el tiempo.

—Eres refrescante.

—Sí, y también necito ser refrescante abajo—resopla—. Me saldrá polvo, ya te digo, me embaracé de un falso príncipe; y luego del primer año de los mellizos salí con un tipo aparentemente genial y que cuando fuimos a la cama era bueno, pero...

—Siempre tiene que haber un pero.

—Cuando conoció a mis niños parecía que lo incomodaban—se encoge de hombros—. No puedo salir con alguien que repele a mis hijos, incluso si hay buen sexo, nadie es más importante que mis torbellinos repetidos.

—Seguro conseguirás a un buen tipo que te dé tus ansiados orgasmos y amor para ti y tus hijos.

—Si se llama Kurt mejor—ambas reímos—, pero hablando muy en serio, sí espero a conocer a un buen hombre. Thomas fue un maldito bastardo que masticó mi corazón cuando se fue, me robó y me dejó embarazada abandonada, pero no me hace perder mis esperanzas en el amor. Por una mala experiencia no sentenciaré las posibles oportunidades. De lo malo también se saca lo bueno.

»Solo mira—asiente con su cabeza hacia los mellizos que ríen bailando mientras en la película los dibujos animados cantan—, me rompieron el corazón, pero meses después los descendientes de quien lo hizo, me lo unieron y me llenaron de un amor que nunca había sentido. Ya te digo, de lo malo también se saca lo bueno.

Reflexiono sus palabras viendo a los mellizos. Viví un calvario en mi matrimonio y el tiempo posterior a ello, pero querer romper todo vínculo con Ronald es lo que en cierta manera me llevó a volver a buscar de ejercer mi profesión llegando a la galería, lo que tiempo después me llevó a conocer a Hilary y finalmente a conocer a Jeremy. No digo que rescato algo de mi experiencia, me gustaría cambiar cosas del pasado, pero al menos soy capaz de aferrarme al hecho de que entre tanta oscuridad de lo malo, obtuve una luz de lo bueno. Entiendo a lo que se refiere April.

—Mira, creo que ya se están atontando—susurro señalando a los mellizos que ahora están sentados y pareciendo adormilados.

— ¡Sí! —Exclama muy bajo—Ya luego podremos ver a su papi en película, hacen una toma donde solo lleva el bóxer que te deja deseando que se lo quite todo.

—Pareces una adolescente enamorada de su ídolo.

—Kurt lo vale—ríe—. En la clínica fue quien mató mi tiempo libre, no te sabes las veces que lloré con alguna película o fantaseé con conocerlo. Me hacía desear curarme solo para ir a montármelo en grande con él.

— ¿Sexo con Kurt te motivaba?

—La mejor motivación de la vida—bromea y ambas reímos.

Es impresionante ver el cambio que ha dado mi vida. Pasé de simplemente respirar a vivir mi vida de verdad. Una vida donde tengo a personas increíbles, donde lloro, río, sueño. A veces me da miedo darme de bruces, me siento tan afortunada y bendecida.

***

24 de noviembre, 2014.

— ¿Qué tan cerca estás? —Jeremy ríe a través del teléfono mientras camino por el pasillo hasta mi apartamento.

—Tranquila, bonita, no me digas que te has vuelto adicta a mí.

—No quiero cenar sola.

—Y quieres lamerme, que no te dé vergüenza admitirlo.

—Tú quieres lamerme—río, saco las llaves de mi bolso sin dejar de sostener el celular con una mano.

—Y morderte. Yo quiero hacerte de todo, no niego mis deseos. Y para que conste, ya estoy subiendo al auto para ir darle una noche de ensueño a mi esposa.

— ¿Otra?

—Naomi McQueen, pretendo darte todas las noches de ensueño de tu vida. Te veo en un rato, esposa.

—Vale...

— ¡Oye!

— ¿Si?

— ¿Qué tal recibirme con una bata o abrigo sin nada debajo? Esa es una fantasía de lo más caliente.

—Nos vemos, Jeremy—finalizo la llamada riendo.

Los niños del curso que ve clases en la última hora de los viernes, tienen doce años y están en esa horrible etapa de la pubertad donde se creen invencibles, están enojados con el mundo y descubriendo que los bebés se hacen con mucha acción corporal, por lo que suele ser agotador. Sin embargo, la idea de saber que pasaré la noche con Jeremy elimina cualquier cansancio, sobre todo cuando no lo he visto en cuatro días. Quizá pueda realmente hacer la cosa del abrigo.

Nunca fui atrevida en lo referente al sexo, solía ser pasiva y esperar que dieran el primer paso, pero con Jeremy estoy explorando muchas cosas de mi sexualidad que no conocía. Resulta que siento tanta confianza con él que no me asusta dar el primer paso, me hace sentir bien cuando lo seduzco. Me siento segura de mí misma.

Cierro la puerta detrás de mí y tomo el correo el suelo. No son muchos, pero me paralizo al ver una nota con una letra que reconozco.



"Me cansé.

No quiero seguir siendo observador.

Me hiciste llegar a nivel 10...

Sabes lo que pasará."



Mi mano tiembla y dejo caer la nota junto los otros papeles. Siento náuseas y el corazón me late de forma desbocada.

—No dejes caer mi carta de amor, cariño.

No. No. Lo estoy imaginando. Su voz está en mi cabeza. No es real.

—La escribí con todo mi amor.

Mi respiración es agitada mientras alzo mi vista y veo a mi pesadilla dar pasos hacia mí. Mi cuerpo tiembla, pero aun así me giro y pongo mi mano en la manilla porque debo huir, si no lo hago él va a lastimarme...Incluso a matarme. Grito cuando su mano golpea justo al lado de mi cabeza ejerciendo presión para no dejarme abrir la puerta.

—No, no, cariño. Tenemos mucho con lo que ponernos al día. Estoy cabreado nivel 10 y no voy a dejarte ir.

—No es real, no lo es...—susurro una y otra vez.

—Es bueno verte, cariño. Te extrañé—comienzo a derramar lágrimas sintiendo su mano ascender por mi espalda hasta llegar a mi cabello. Tira de el—. No puedes escapar de mí, nunca.






Holaaaaa, lamento haber tardado tanto, no daré excusas ni explicaciones, solo diré que aquí estamos de nuevo y ya a unos poquititos pasos del final.

Espero y les guste.

Un mega beso.

Fortsätt läs

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