-¿Cómo estuvo la fiesta?- preguntó mi madre interesada. Estaba frente a ella en el comedor.
-Bien y aunque no lo quise terminé bailando.-
-Sabía que aunque me odiaras, las clases de baile serían de mucha ayuda.- me reí. –por cierto, ¿sacaste tu auto en la madrugada?-
-Si.- dije terminando mi cereal.- fui a dejar a una amiga en su casa.-
-De acuerdo, solo conduce con cuidado- me pidió preocupada.
-Lo haré.- dije levantándome de la mesa.- Casi lo olvido. Los chicos vendrán esta tarde-
-Gracias por avisarme le diré a Milika que ponga 4 platos más en la cena. ¿Puedes decirle a Mathew que si no me paga mi bote de helado no lo dejaré entrar?- me reí.
-Se lo diré.- Mathew había perdido un juego de cartas contra mi madre y aun no pagaba su penitencia.
-Cuando llegue Keana ¿puedes decirle que necesito hablar con ella?- habló por primera vez Taylor. Estaba tan entretenida en su móvil que no parecía prestar atención a la conversación.
-¿Está todo bien?-
-Lo está, solo necesito preguntarle unas cosas-
-¿Por qué no me lo preguntas a mí? Soy tu hermana.-
-Lo sé pero Keana da buenos consejos. – tenía razón.
-Siento que me cambias por ella.- dije con fingida tristeza.
-Ella nunca tendrá tu lugar en la mesa del té. Hablando de eso, no lo olvides, fiesta de té a las 8.-
-Ahí estaré.- ella sonrió enormemente. Haría todo por ver su sonrisa así de perfecta.
-Lauren.- me llamó una voz cuando hice otro intento por alejarme.- ¿puedes decirle a Mathew y Miller que el futbol de mañana se cancela?-
Incluso Chris tenía planes con ellos.
-De acuerdo…- miré a mamá que me miraba con una enorme sonrisa.
Volví a hacer otro intento por irme pero recordé algo importante.
-Mamá, posiblemente sean 5 platos en la cena.-
-¿Invitarás a tu novia?- preguntó Chris entusiasmado.
-No tengo novia.-
-No es lo que Miller y Mathew me dijeron.-respondió con una sonrisa cómplice.
-Los mataré y luego vendré por ti.- le guiñé el ojo en medio de una sonrisa divertida y me fui antes de que me hicieran más preguntas.
Eran las 9 am y sin nada por hacer regresé a mi cama para volver a dormir.
Amaba las vacaciones. Podía dormir todo el día sin temer que Ana me despertara para ir a la escuela. Podía dormir toda la tarde sin culpa ni remordimientos, claro siempre y cuando mis locos amigos no organizaran una tarde de películas en mi casa.
Después de unos minutos revisando mi móvil, me quede dormida y realmente no recuerdo durante cuánto tiempo, las cortinas evitaban que entrara luz a mi habitación. No sabía cuánto tiempo llevaba dormida pero tres suaves golpes en la puerta me hicieron despertar.
-Señorita Lauren, tiene visitas.- ¡Mierda, seguía en pijama!
-No los dejes entrar, Ana.-
-Lastima, ya estamos aquí.-
Ingresaron a mi habitación con una divertida sonrisa en sus rostros.
-¿Te he dicho lo hermosa que luces cuando despiertas?- preguntó Mathew. Podía notar algo de sarcasmo en sus palabras.
-Muy gracioso. Lo siento, me quede dormida pero ustedes vendrían hasta las…- tomé mi teléfono de inmediato revisando la hora.
-Las 2. Vaya sueño el tuyo.-
-Al parecer salté la hora del almuerzo.- dije pensando en cuanto había dormida. Parecía ridículo.
-Lo sabemos. Tu madre dijo que si tienes hambre hay comida en el microondas.-
-Bien, ahora a lo que vinimos.- murmuró Keana entrando en la cama, bajo las mantas junto a mí. Dinah se acostó junto a ella. Miller caminó hasta el televisor para poner la película que habían comprado y se acostó al pie de la cama. Y Mathew como siempre se acomodó en el pequeño sillón.
-Hay un espacio al otro lado de Lauren.- murmuró Dinah como si nada, mientras abría una bolsa de gomitas.
Camila vaciló pero finalmente llegó a mi lado y se metió bajo las mantas, cerca de mí.
-Hola- fue su primera palabra desde que llegó- Bonita pijama.-
-Es más bonita cuando esta sin ella- murmuró Mathew.
-No lo escuches.- pedí antes de arrojarle una de las miles de almohadas que tenía.
-Tu madre se sorprendió mucho al verme.- habló más bajo ya que la película estaba empezando.- Creo que no esperaba que yo viniera.-
-Eso y que mi hermano dijo que vendría mi novia.- sonreí divertida bajo la mira cuestionante de la pequeña. -no les hagas caso.- pedí sin más antes de volver la mirada a la pantalla.
-¿Por qué dijo eso?-
-Miller y Mathew se lo dijeron.- susurré sin despegar la mirada del televisor. Camila tenía sus ojos en mí.
-Ahora entiendo porque tu madre no dejaba de mirarme y sonreírme encantada.-
-Tal vez le agradas.-
-¿Cómo tu novia?- preguntó y volví la mirada hacia ella.
-No lo sé.- dije con una sonrisa.- Jamás le he presentado a una novia. Tal vez le agradarías.- vi cómo se sonrojó ligeramente antes de ver por primera vez la televisión.
-¡Mierda!- gritó antes de meterse bajo las cobijas.
-¿Estas bien, Camila?- pregunté asustada tratando de retirar las mantas de su rostro.
-No. Odio las películas de terror.- dijo causando la risa de todos los chicos. Yo intenté no hacerlo pero resultaba difícil.
-Camila, llevamos viendo la película más de cinco minutos y desde que empezó ha sido más que sangrienta.-
-Creo que caíste en el encanto Jauregui.- se burló Dinah.
-¿Qué?- me reí. -No la escuches, por favor.-
-¿Qué significa eso?-
-Nada-
-Cuando caes en el encanto Jauregui dejas de prestar atención al mundo y te pierdes en el indescifrable color de sus ojos.- respondió Dinah
-Su voz es todo lo que escuchas- siguió Mathew
-Y sus labios es todo lo que…-
-Basta ya. Hablo en serio.- pedí increíblemente avergonzada. -No tienes que ver la película si no quieres. Podemos cambiarla.- le dije a la pequeña junto a mí.
Ella levanto la cabeza para mirar a mis amigos que parecían realmente interesados en la película.
-Está bien, puedo soportarlo.- dijo con fingida resistencia.
-De acuerdo.- sonreí para volver mi atención al frente.
No pasó ni 10 minutos cuando sentí el cuerpo de Camila temblar a mi lado. Volví la mirada a ella y vi como la mitad de su rostro estaba cubierto y cada vez que algo malo o sangriento pasaba se escondía totalmente bajo la manta. Evité reír.
-¿Me acompañas a traer palomitas?- le pedí en un susurro.
-Si.- dijo ella corriendo para salir de mi habitación. No pude más. Esta vez solté una carcajada junto a Keana y Dinah que habían escuchado mi pregunta.
Salí de la cama y baje hacia la primera planta para encontrar a Camila sentada en las escaleras. Parecía pensativa.
-¿Estas bien?- pregunté de pie frente a ella.
-Sí, yo solo… me preguntaba si en realidad hay personas tan perversas para hacer ese tipo de cosas.-
-No pienses en ello. Es solo una película.-
-Pero…-
-No volveremos allá. ¿Qué te parece si preparamos palomitas y vemos algo no tan sangriento y aterrador en la sala?-
-Pero te perderás la…-
-Está bien.- dije caminando hacia la cocina con Camila tras de mi.- De todas formas Miller y Math hablarán de ello y me dirán que pasó.-
-Gracias, Lauren. –
-Nada que agradecer.- saque un paquete de palomitas y lo metí al microondas.
-Por cierto, no mentía cuando lo dije. Bonita pijama.- utilizaba un pantalón a cuadros color azul, una camiseta negra de mi banda favorita y un par de medias. Me reí.
-Gracias, supongo.- coloqué las palomitas en un tazón, tome dos sodas y caminamos a la sala. -¿Qué quieres ver?- le pregunte una vez que llegue al sillón y tome el mando del televisor. Ella se sentó junto a mí.
-Caricaturas, estarían bien.-
Deje la programación en unos tres lindos osos. Parecían divertidos.
-¿Lauren?-
-Si.- dije volviendo la mirada hacia ella.
-Yo…-
-Dijiste que no era tu novia.- una suave voz a nuestra espalda nos hizo crear una notoria distancia entre las dos. Chris nos miraba con una enorme sonrisa.
-No es mi novia.-
-¿Puede ser la mía?- preguntó haciendo sonrojar a Camila.
-¡No!- dije de inmediato.
-¿Por qué no? No es tu novia.-
-Pero me gusta.- simplemente lo solté.
¡Mierda!
Camila y Chris me miraron confundidos.
Miré hacia la puerta. Si tomaba las llaves de mi auto y corría lo más rápido posible, podría huir de esto antes de que empiecen las incómodas preguntas.
-¿Te gusto?- preguntó Camila, nerviosa por la respuesta.
Demasiado tarde para huir.