Wings [Hopemin]

By JongZeloLove

28.8K 4.3K 1.3K

Cuando Jimin tenía toda esperanza perdida de encontrarse con un ser humano puro y bueno de verdad, aparece Ho... More

1. Rendido
2. Despierto para el desayuno
3. El pasado de Hoseok
4. Deseo cumplido
5. Yoongi
7. El perro
8. Un regalo muy especial
9. Un ángel
10. La lujuria
Epílogo: Wings

6. Conociéndose

2.1K 391 131
By JongZeloLove


Hoseok sabía que la persona que había sacado todas las cosas de su ex novio de su vida, fue Jimin. Lo había intentado buscar por todas partes y no había ni rastro de él. Llegó a pensar lo mal policía que debía ser si no era capaz de encontrarle, pero allí estaba, delante de él con sus cabellos rubios y acompañado de otro chico, más blanco y con el pelo negro.

-¿Cómo has estado? ¿Estás viviendo en un buen lugar? –preguntó el castaño.

-Sí, tengo una pequeña casa en la azotea de la casa de un amigo, además muchas veces me deja que duerma con él o me voy con Yoongi –dijo Jimin mirando al pelinegro, que le sonrió un poco.

-Ah... me preocupaba que con el mal tiempo siguieres durmiendo mal o por ahí tirado en los bancos...

-¿Estabas viviendo en la calle? –preguntó el pelinegro, no le había contado aquello.

-Ehh... sí, pero ahora está todo bien –dijo el rubio calmando a su amigo.

-Jimin, sé que fuiste tú quien hizo aquello por mí... Me gustaría agradecerte... ¿Quieres venir conmigo a comer un día?

-¿Pero cómo podías vivir en la calle? –insistió Yoongi.

-Estoy bien ahora, de verdad, ya has visto mi casa... ¿Mm? –le respondió Jimin sin darle tiempo a responder a la pregunta del castaño.

-Tu mini casa que es más pequeña que la mía. Ahora que tengo trabajo si me mudo entonces dejaré que –empezó a decir el pelinegro pero el otro le tapó la boca con su mano sonriendo para que dejara de hablar de aquel tema.

-Está bien, Hoseok, comer algún día juntos.

El castaño le dedicó una sonrisa, aunque viendo la relación que tenían, pensó que eran demasiado cercanos y tal vez eran algo más que amigos. Le dio curiosidad pero no quería preguntar con el pelinegro delante.

-¿Me das tu número de teléfono? –preguntó Hoseok.

-No, es que... no puedo –respondió el rubio. Recordó que solamente podía usarlo para hablar con SeoJoon si necesitaba algo o para cuidar de Yoongi cuando estuviera mal.

-¿Por qué no? –preguntó el castaño.

-Es... Lo uso solo para el trabajo...

-¿Soy trabajo yo? –preguntó Yoongi apartando la mano de su boca.

-Calla, hombre –le dijo Jimin.

El pelinegro se cruzó de brazos haciendo una mueca, se callaría pero no estaba conforme con ello. Se dio cuenta de que Hoseok lo miró y él le devolvió la mirada, pero sin cambiar su cara, le interesaba poco lo que aquel chico pensase de él.

-Ehm... ¿Entonces cómo quedamos? –preguntó el castaño.

-Pues ahora –respondió Jimin, refiriéndose a aclarar la hora y día en ese momento.

-¿Ahora? Bueno... Está bien. No tengo nada especial preparado pero podemos comer. Salgo en una hora de trabajar, tendrías que esperarme un ratito...

-¿Eh? ¿Ahora? Pues... Está bien, quedamos ahora –dijo Jimin sonriendo sin comprender por qué tenía que ser en ese mismo instante y por ello dejó escapar una risa nerviosa.

Yoongi lo miró de reojo, nunca había visto así al rubio desde que lo conocía, pero no dijo nada.

-Entonces... ¿Quedamos aquí en una hora? –preguntó el castaño.

-Vale –dijo Jimin asintiendo con la cabeza.

-Tu jornada laboral te hará compañía esta hora, entonces –agregó Yoongi, aún molesto al enterarse de que le había dado su móvil y solo lo usaba para el trabajo.

El ángel rio nervioso y le tapó la boca de nuevo, pero saludó a Hoseok con la mano a modo de despedida.

Pasó una hora y cuando de lejos vieron que el castaño se acercaba, Yoongi se despidió del ángel y los dejó para que pudieran estar a solas. Ellos fueron a la casa de Hoseok. Jimin vio que había cambiado desde el último día, había algunas fotos nuevas, pero salía solo él, no había ni rastro de su ex novio ni del perro.

Para comer, el castaño terminó preparando algo rápido, pasta. Cosa que para él podía resultar habitual pero que el rubio no había probado jamás en su vida, así que le pareció estupendo probar algo nuevo.

-¿De verdad nunca habías comido espaguetis? ¿Qué clase de persona no ha comido nunca pasta?

-La clase de persona como yo –dijo Jimin encogiéndose de hombros.

-Mnh...¿Y dónde estás viviendo? ¿No podremos quedar de nuevo? –preguntó Hoseok.

Él se había cambiado de ropa cuando salió del trabajo y entonces dejó a la vista el collar que el rubio le había regalado. Desde aquel momento lo había llevado siempre menos en el trabajo, y Jimin se dio cuenta de ello pero no dijo nada sobre eso.

-No lo sé... Cuando nos encontremos de nuevo estará bien.

-¿Y el chico de antes? ¿Es...? ¿Sois solo amigos? Me dijiste que no tenías a nadie...

-Somos solo amigos y no tenía a nadie, lo conocí después, es el único que no se ha largado de mi vida como han hecho los demás.

-¿Los demás? Yo quiero acercarme y no me dejas –se quejó Hoseok.

Aquello provocó una sonrisa en el rostro de Jimin que acercó su mano a tocar con suavidad su cabello unos instantes.

-Ya te has acercado, estoy comiendo aquí... ¿No? No te preocupes por lo del número de teléfono, si tenemos que encontrarnos de nuevo sabré cuando tengo que acercarme a ti –comentó el ángel, pues para algo le había dejado allí aquel collar.

-Que misterioso eres... ¿Qué quieres de postre?

-¿Postre? Es que... ya estoy lleno, no puedo comer nada más –dijo Jimin pensando en el pecado de la gula. Le encantaría seguir comiendo, pero no tenía hambre.

-¿Ya? ¿Fruta? Tengo plátanos.

-No, cuando me de hambre te avisaré.

-Está bien...Ah. ¿Por qué has dicho antes que todos te abandonaban? Digo... me contaste lo de aquel chico que vivía aquí y te dejó porque no querías sexo pero... ¿Había más? Más amigos que te dejaron...

-Sí... también Jin...

Era un día soleado, recientemente JungKook le había abandonado y se sentía mal por ello. No tenía a dónde ir y apenas llevaba una semana buscándose la vida para poder dormir cuando fuera necesario en mitad de un bosque, aprovechando que podía volar para encontrar los lugares más seguros. Pero no estaba bien aislarse de la ciudad, por ello estaba caminando desde las afueras cuando escuchó un grito en una de las casas. Su curiosidad y necesidad de ayudar a las personas le obligaron a acercarse al lugar del que provenía aquel grito, para lo que, además, saltó una valla colándose en dicha casa. Vio a través de una ventana a un chico quejándose y con la mano metida debajo del agua. Había estado cocinando así que pensó que seguramente se habría quemado. Llamó a la ventaba y el chico, sorprendido porque él había entrado sin su permiso a su propiedad, le abrió la ventana.

-¿Qué pasa? ¿Quién eres? –preguntó Jin con la mano mojada.

-Escuché un grito y pensé que pasaba algo, vine corriendo a ayudar –explicó el rubio.

La expresión de aquel chico tan guapo, cambió. Parecía una persona amable y buena, y efectivamente, era amable.

-Ah pues... me quemé cuando cocinaba y ahora me duele mucho la mano, está todo controlado, gracias.

Él le sonrió, pero Jimin veía aquella mano hinchada y roja, no tenía buena pinta, quería ayudar.

-¿Por qué no llamas a un médico? Parece que no deberías dejarlo pasar...

-Me pondré una crema y la vendaré, no te preocupes, pero muchas gracias de verdad –insistió el amable y sonriente chico.

Se giró para poder poner la mano bajo el agua de nuevo y Jimin se apoyó en la ventana observándolo, no dijo nada más, pero unos minutos después cuando Jin se giró de nuevo, se asustó, pensó que ya no estaría.

-Pienso que deberías ponerla en hielo, está inflamada... ¿Te vas a poder vendar tú solo? –preguntó el rubio.

-Pues... lo intentaré, supongo...

-¿Me dejas que te ayude?

Jin ladeó la cabeza, no pensó que el rubio tuviera pinta de ladrón o violador psicópata, así que asintió sonriendo.

-Vale, pasa.

Jin se fue hacia la puerta para abrirle, pero su sorpresa fue cuando, tras un rato mirando a la puerta por la que no entraba nadie, una voz detrás de él le sobresaltó.

-¿Esperamos a alguien más?

Jin dio un respingo y se giró para mirarlo, sorprendido.

-¿Cómo has entrado?

-Por la ventana, me has dicho que pasara –contestó Jimin como un niño bueno.

-Ah... Existen las puertas... ¿Sabes?

Le curó, y como no podía cocinar bien, Jimin le ayudó a hacer las cosas que le faltaban bajo las órdenes, ya que él no sabía cocinar. Estaba tan perdido dentro de la cocina. No sabía cómo funcionaba el horno o cómo encender la vitrocerámica. Aquello provocaba las risas del chico guapo que terminó por invitarle a comer tras haberle hecho trabajar duro.

Hablaron de muchas cosas y, al Jimin contarle que solía dormir en el bosque, Jin le ofreció pasar la noche en una antigua cabaña en la que vivió cuando era pequeño, cuando estaba en la casa de sus abuelos. Así empezó su amistad, mientras Jin tuvo la mano mal, Jimin estuvo ayudándole a cocinar lo poco que podía o ayudándole a limpiar, a cambio, podía dormir en la cabaña aquella.

Fue el fin cuando un día que pasó en el centro, al volver él ya no estaba. La cabaña estaba cerrada, su casa estaba cerrada. No había una nota, no había explicaciones que se le vinieran a la mente. Se coló por una ventana preocupado de que hubiera pasado algo pero no, no estaba allí. Le esperó durante horas, incluida la noche, pero a la mañana siguiente un vecino lo vio y le explicó que Jin se había ido con alguien por la mañana y que no volvería, probablemente su pareja.

-¿Quién es Jin? –preguntó Hoseok.

-Pues... le ayudé mientras estuvo manco, cuando se recuperó se largó sin decirme nada.

-Oh vaya... ¿Todos se van cuando no tienes nada que ofrecerles a parte de tu amistad?

-Al parecer... También me hizo algo parecido NamJoon...

-¿NamJoon? ¿Qué hizo ese...?

-No lo conocía mucho, solo lo conocí una noche.

Ya había empezado a hacer más frío. Jin le había abandonado y él estaba muerto de hambre. Había caminado por algunas calles preguntándose dónde podría conseguir algo de comida si no tenía dinero, entonces vio un bar y se asomó por la ventana. Vio a la gente comiendo, tenía una pinta deliciosa y, mientras se fijaba, se relamió los labios. Un chico se acercó a él y observó a través de los cristales.

-¿Por qué no entras a comer?

Jimin se giró para mirarlo, fijándose en el muchacho que le había hablado.

-¿Oh? Oh... no tengo dinero.

-Yo tampoco, pero si me acompañas puedo conseguirlo gratis, hay una mujer que me da de comer siempre –explicó el chico.

-¿Gratis? Eso está mal.

-Son cosas que ella va a tirar así que prefiere dármelas... ¿Vienes o no? –preguntó NamJoon.

-Eh... claro, voy.

Jimin era inocente y se fiaba de cualquiera. Entraron en un establecimiento donde vendían un montón de cosas y aquel chico le dio algunas cosas para que las cogiera.

-Ten, voy a saludarla, ve saliendo.

El ángel confió en él y, justo cuando NamJoon se acercó a hablar con la mujer, él salió. Pero nada más salir escuchó gritos y de pronto el chico que le acompañaba le dio un empujón, quitándole todas las cosas que llevaba y corrió dejándolo atrás. La señora le pidió explicaciones a Jimin y él le explicó a ella que no tenía dinero y que pensaba que eran gratis. La señora, al ver que el chico prácticamente estaba a punto de llorar, dejó que le pagara limpiándole toda la tienda de arriba abajo.

-Pues... me engañó para que robara...

-¿Te engañó? ¿Para qué? ¿Y qué robaste? –preguntó Hoseok, la vida del rubio era de lo más interesante.

-Cosas de comer, y tuve que limpiar toda la tienda para que no llamase a la policía... Y al final no comí nada, lo pasé muy mal esa noche...

Jimin era realmente adorable ante sus ojos. La inocencia que tenía era constantemente notable, pero con las cosas que le había contado, también se dio cuenta de que solía fiarse de cualquiera.

-No deberías fiarte del primero que te habla por la calle.

-Pues... tú me trajiste a tu casa sin conocerme...

Hoseok sonrió, aquello era cierto.

-Sí, me fie, pero yo soy policía, te podía arrestar si me hacías algo malo. Además, sé defenderme.

-Y yo –dijo Jimin, era de las pocas cosas que sabía hacer bien en la vida.

-¿Ah sí? ¿Sabes?

-Claro que sé, hice artes marciales.

-¿Hiciste artes marciales y vas confiando en cualquier tipo? –preguntó el castaño.

-Igual que tú –dijo Jimin sonriendo de aquella forma tan angelical.

-Ash... no puedo contra ti.

Al escuchar que el castaño se reía, el otro se contagió de ello.

-¿Y tú no tienes anécdotas? –preguntó el rubio.

-Mnh las que tengo son con Taehyung y no me apetece recordarlo mucho. Y las que he vivido siendo policía son algo desagradables...

-¡Ah! ¡Cierto! Ahora que te conté que robé aquella vez... ¿Me vas a arrestar? ¿Voy a ir a la cárcel? –preguntó Jimin realmente preocupado.

-Sí, voy a arrestarte. Tendrás que hacer el favor de acompañarme a comisaría ahora mismo –dijo Hoseok en un tono serio.

Jimin agachó la cabeza con pena y asintió, pues debía hacer frente al castigo que suponía aquello. Se puso en pie y lo miró con cierta pena.

-Al menos me alegra que seas tú quien me arreste...

Hoseok se empezó a reír al ver que se lo había creído. En venganza, Jimin decidió marcharse, por ese día ya habían tenido un buen rato.

-Pero... ¿Tienes que irte ya?

-Es que me espera Yoongi, le ayudo a buscar trabajo. Además te lo has buscado asustándome con llevarme a la cárcel.

-Lo siento... ¿Puedo arrepentirme invitándote a cenar?

-No, porque eso no es un arrepentimiento, es porque quieres tú que yo me quede –dijo Jimin, que era inocente pero no tonto.

Finalmente se despidieron y el ángel se fue de la casa, dejando a Hoseok solo y pensando en él.

Continue Reading

You'll Also Like

589K 79.1K 46
Una sola noche. Dos mujeres lesbianas. ¿Un embarazo? ¡Imposible!
3.5M 194K 60
Que pasaría si el más temido de la mafia encuentra al amor de su vida ? Y no solo eso lo enamora a tal punto de solo querer estar junto a ella olvida...
503K 51.5K 129
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
4.3M 415K 107
¿Qué pasaría si todo lo que odias, se convirtiera en aquello por lo que darías la vida? ¿Qué sentirías si lo que te arrebató a tus seres queridos, a...