—Fue difícil convencer a tu nuevo socio, corrección, futuro socio porque todavía no firman los papeles.
—No tanto como enamorarte a ti.
—Eso si que fue difícil hasta que dio fruto, ahora me tienes toda embobada, ¿Porque tienes que lucir tan sexy con traje? —pregunte coqueta.
—¿Más que tu? —se acerca hasta que no queda espacio entre nosotros.
Rompo ese espacio juntando nuestras bocas de una manera brusca, su lengua recorre la mía en un compás, varias emociones se adueñan de mi cuerpo y exigiendo más mis manos recorren su abdomen escondido en las gruesas prendas de ropa y justo cuando el iba a sentarme arriba de la mesa la puerta es tocada, nos separamos y volvimos a estabilizar nuestra apariencia.
—Pase —comenta cuando recupera el aliento.
—Disculpe Sr. Dylan pero mi jefe requiere de su presencia para firmar los papeles —informa la amenaza en patas.
—Puedes avisarle que ya iré.
La chica asiente y se va, por su cara pensó que Dylan iba a ir con ella, ilusa.
—¿Vienes? —pregunta y negué.
—Te espero en el ascensor para que vayamos a comer, ¡Ojo con esa víbora! —advierto.
—Dudo que la mire de otra manera si tengo sólo ojos para ti.
—No lo digo por ti, si no por ella.
***
Al fin ya habíamos acabado con nuestro día laboral, pero eso no era todo, tuve que llegar a preparar algo rico y si no fuera por la educada novia de Nicholas ya estaría haciendo carbón para que coma el inicuo.
—En cinco minutos llegan, si quieres yo le hecho un vistazo a la comida mientras vas a ponerte algo formal —me observa de reojo.
Tenía razon, de formal no tenía nada. Cuando llegue lo primero que hice fue darme una ducha y ponerme una de las camisa de Dylan, agarrarme el pelo en una coleta y cocinar. Si fuera por mi ya estaría sacando la primera prenda de ropa de mi closet pero eso no iba hacer apropiado para los ojos de mi novio. Para cada ocasión tenía que estar presentable, con demasiado glamour para la vista de todos. Entre tantos vestidos saque uno azul acompañado con unos tacos bajos, solté mi cabello y lo peine hasta que no quedará ningún nudo, tome con un pinche los pelitos que caían hacia mi cara y salí para enfrentar mi cruda realidad.
—Hola Hannah —saluda Becca.
—Hola Becca.
Mi mirada se pierde en la búsqueda de Dylan, ¿Donde se metió?
—Ellos están en la terraza —me informa. —Hablando de Reyes de Roma —bromea.
Cuando me doy vuelta mi mirada observa cada detalle de las prendas de Nicholas, no pude evitar soltar una pequeña risa al verlo tan formal, ¿Este es el chico que conocí? Ni en mis peores sueños me lo imaginé vestido de esa forma. Lo saludo con la mano y corro para la cocina como si estuviera a punto de quemarse algo, nose si soy adivina o Dylan es pésimo "echando vistazos" porque por un poquito se quemaba. Después de escapar de esa incómoda escena volví como si nada.
—¿Donde está el baño? —escucho su voz y doy media vuelta para escapar antes de que fuera tarde.
—Hannah te mostrará, ¿Puedes querida?
—Es que tengo... —Dylan me mira con carita de cachorro y rendida accedí. —Esta bien, voy cerca del bañi si que aprovechó de enseñarle donde es.
Con la cara de cachorrito de Dylan nunca puedo decir que no y aveces suele ser una gran desventaja para mi, por ejemplo, ahora mismo. Camine rápido a la dirección del baño.
—¿Porque estas en este País? —pregunta.
—Esa pregunta va para ti, yo nací aquí por si se te olvida.
—No me importa si naciste aquí, mi pregunta es diferente.
—Eres un sinvergüenza que nisiquiera debería dirigirle la palabra.
—Dime porque estas aquí y se sincera porque no quiero armar un numerito —advierte malhumorado.
—Mira idiota, si te hablo es por educación y sólo lo hago por Dylan por que estoy aguantando no golpearte hasta dejarte como un puré de papas, ¿No entiendes que no quiero saber nada de ti y que me importa un comino si te mueres?, ¿Crees que vine aquí para buscarte o saber de ti? En ese punto te equivocas porque como dije anteriormente, tu existencia para mi ya no es nada.
—¿Y crees que a mi me importa la tuya? Te estoy preguntando porque este país cuando podías irte a muchos más, no dejaré de hacerte la existencia imposible hasta que me lo digas. Sea lo que sea los dos queremos lo mismo.
—Según tu, ¿Que es lo que queremos los dos? —pregunto irónica.
—Nos queremos lejos.
—¡Eres un sinico de mierda que debería pudrirse en el maldito infierno! —solté todo lo que quería decirle desde un comienzo, cuando me doy cuenta de mi vocabulario mi mejillas tomaron un color rojizo. —¡¿Ves lo que logras?! Desde que estoy con Dylan nunca solté una grosería y vienes tú, me encabronas y me haces soltar miles...
Antes de que pudiera seguir gritándole y reclamandole me toma del brazo para meterme al baño con él.
—Dime porque apareces de esta manera en mi vida —eleva su tono de voz.
—¿Eres sinico o te gusta fingir? Tu fuiste el estúpido que me dejo cuando más lo necesitaba y ahora me exige explicaciones —reclame.
—¿Todo bien? —pregunta Dylan desde el otro lado.
—Si, a Nicholas le pasó un problema con el lavatorio.
—Esta conversación continuará —susurra amenazante mientras sostenía mi brazo, lo quito de mala gana y salí del baño.
—Que terrible que las cosas no funcionen bien, el otro día también me pasó lo mismo. Es urgente que llames para arreglar porque debe ser el cartucho con sarro —contesté mientras aparentaba enojo.
—¿Y pudiste hacer algo por el lavatorio?
—Con una aguja trate de destaparlo y algo funciono, espero que más tarde funcione normal.
—En la semana veré para que vean que está sucediendo, pero a mi no me pasó nada raro como lo que me acabas de contar.
—Por eso te digo, el cartucho debe tener sarro y eso impide que salga bien el agua, que se yo, ¿Me ves cara de arreglar baños? —explicó con una chispa de sarcasmo.
—Te entiendo, debe ser una pequeña falla, ¿Vamos?
Movi mi cabeza hacia arriba y abajo, lo beso y desaparecimos del lugar. Menos mal que pude crear una buena mentira, puede que no me la crea pero veré como hechare a perder eso o Nicholas podría ser más astuto y ver que hace adentro con el lavatorio. Esto me estaba sacando de quicio, ¿Como que la conversación continuará? Hace mucho tiempo todo me quedo muy claro para saber que no le importó y sólo quiere deshacerse de mi como lo hizo cuando me abandono, esta vez no dejaré que se salga con la suya porque el que volverá a escapar será el, yo no me movere. Mínimo ser sincero y dejar de actuar como si nada le importara, esta bien que sea un insensible pero que no sea sinico, detesto a las personas así. Si el fuera más inteligente y me quisiera lejos que no la hablé más a Dylan, ¡Problema resuelto!
—¿Te ayudo a colocar la mesa? —pregunta Becca.
—Si tu quieres —me escogí de hombros.
Colocamos toda la mesa en orden, quedó todo tan perfecto que sólo el toque que encajaba con todo era mi plato especial; ensalada waldorf con unos Bagel. Serví los platos con ayuda de Becca y cuando terminamos, todos tomamos asiento. En toda la cena la mirada penetrante de Nicholas me tenia inquieta, ¿Porque se sentó adelante de mi? Apuesto que lo está haciendo a propósito para que tome en cuenta esa conversación que tenemos que seguir. Esa mirada me hacía recordar cuando lo conocí por primera vez y eso no me gustaba para nada. Toma los palillos para tomar el Bagel y me da otra estúpida mirada, ¿Porque no la esquivo?