1| Predictions (Elijah Mikael...

By Bucky_Barnes89

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Samantha Mitchell es una chica común que lucha por ser lo más invisible posible. Si no fuera por su ruidosa y... More

Prólogo
Playlist
1- The Originals Arrival
2- The Oracle
3- Tangled Up Blue
4- Girl in New Orleans
6- Dealings With Magic
7- Vision and Mission
8- The River In Reverse
9- It'll Cost You More than You Think
Sam muere al final
10- Price of Blood
11- In Honor of The Fallen
12- Powerful Enemies
SE CANCELA
13- Difficult Decisions
14- Long Way Back from Hell
15- Games and Tricks
16- It's Hard to Say Goodbye
¿Klamantha o Samlijah?
Plegarias Escuchadas y Preguntas Respondidas
17- Moon Over Bourbon Street
18- Every Pact Has a Weak Point
19- One Day, Many Losses and Several Gains
20- Even in Your Dreams
21- The Battle of New Orleans
22- From a Cradle to a Grave
Profecy: Anuncios y Agradecimientos

5- Sinners and Saints

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By Bucky_Barnes89

Narra Samantha.

Algo dentro de mi se retorcía, causaba estragos en mi cuerpo y me provocaba nauseas. Sabía de qué se trataba apenas salí de aquel endemoniado pantano como alma que lleva el diablo en la motocicleta robada. Aceleré hasta llegar al lugar del que la había tomado para devolverla. ¿Pero con qué me encuentro? Con dos gorilas esperando por mi regreso con la maldita motocicleta. Tuve que borrar sus memorias y pedir disculpas antes de retirarme. El dolor y los mareos me estaba matando. Era por esta razón por la que no podía absorber el vínculo entre esa perra y la tal Hayley, que ahora por su total imprudencia estaba empezando a caerme mal. Eres portadora de un bebé milagro ¡¿y te vas a lazar de cabeza a un consultorio de una maldita bruja?! ¡alguien que le de un premio por madre del año a esta idiota!

Pude lograr llegar hasta Rousseau's dando traspiés, pero finalmente llegué al callejón que daba a la entrada trasera, podía sentir a Sophie acercarse a mi. Aún no lograba entender el por qué tanto empeño en traer a los originales a esta endemoniada ciudad con una guerra a punto de estallar. Justo cuando empezaba a deducir las maravillas del universo Sophie salió por la puerta trasera arrastrando una bolsa de basura. Podía sentir las gotas de sudor recorrer mi frente y unas grandes nauseas me embargaron junto con un dolor en el estómago, aquel vínculo pedía ser devuelto a su dueña. Esa magia no era mía y por lo tanto aquellos malditos ancestros me presionaban para devolver ese vínculo.

Ya verán cuando sea mi turno de otorgar su castigo eterno. Los ojos de la bruja se fijaron en mi y al reconocerme una mueca de desagrado se instaló en su patético rostro.

- ¿No estabas con ese chico?- preguntó con un poco de molestia, pero luego en reparar en mi apariencia su expresión se suavizó y se fue acercando a mi con cautela- ¿Estás bien Sam?

- ¿Cómo te atreves a llamarme por ese apodo?- pregunté indignada, Dios como la odiaba- ¿Te he dado el derecho criatura inútil?- escupí para luego encogerme de dolor. Juro que condenaré a sus ancestros al puto infierno si no me dejan en paz. El ceño de Sophie se frunció.

- ¿Por qué tanta...- pero la interrumpí antes de que pudiera continuar.

- Agh ¡al demonio!- exclamé harta del dolor. Tomé su brazo y con un movimiento de mi mano un circulo de fuego se formó al rededor de nosotras. Debía devolver el vínculo antes de que sus ancestros del diablo me asesinaran. Podré tener un gran poder pero aún sigo siendo mortal. La bruja me miró con asombro y miedo al mismo tiempo.

- E-eres...

- ¡Si, lo soy! Ahora quédate quieta por amor a ¡agh!- gruñí del dolor. Decidida dirigí mis manos a mi estómago y cerré mis ojos para centrarme en el hechizo. Poco a poco fui extrayendo el vínculo de mis entrañas como si de una bola de luz se tratara. Sentí aquella bola de poder salir de mi boca, lo tomé entre mis manos luego de cerrar mis labios con una mueca de asco y lo dirigí al pecho de la bruja, quien al recuperar su vínculo con la licántropo me observó con furia.

- ¿Cómo lo hiciste?- rodé los ojos con molestia ante su voz tan irritante. Yo jadeaba intentando recuperar mis fuerzas ¡Ya verás Jane-anne! ¡haré que tu castigo sea el doble de lo que sufres ahora!- ¡Sam! ¿Estás escuchándome? ¿cómo lograste quitarme el vínculo que me unía a Hayley?- su voz me estaba irritando. El circulo de fuego estaba por extinguirse cuando de pronto tomé la cabeza de Sophie entre mis manos. Aquello la hizo pegar un salto del susto, sus ojos me miraban confusos y con miedo. Sonreí para mis adentros antes de adentrarme en su mente. Debía borrar su memoria de todo lo que había visto en estos minutos.

Poco a poco fui tomando los recuerdos pero hubo algunos que me llamaron la atención. Si me preguntaba por qué las hermanas Deveraux habían traído a los originales aquí para empezar, también me preguntaba el motivo de la guerra que ahora se desarrollaba. Sabía que el lío era muy antiguo pero había momentos en los que se respiraba la paz entre las razas, o eso le habían dicho sus ancestros.

Decidí mirar aquellos recuerdos y lo que encontré no me gustó para nada. Si Marcel no me agradaba, ahora lo detestaba aunque pensándolo bien, por primera vez en su vida hacía algo sensato. Salí de la mente de Sophie y la solté dejando que cayera al suelo inconsciente, el fuego se apagó de golpe con su caída. Con la respiración agitada me apoyé en mis rodillas intentando recuperar el aire en mis pulmones y analizar todo lo que había visto, cuando en ese momento un par de chicos salieron por la entrada trasera riendo, pero al observarnos a ambas en este estado sus miradas de preocupación se hicieron presentes.

- ¿Están bien muñecas?- preguntó uno de ellos. Yo solo puse mi mejor sonrisa y dispuesta a actuar como una damisela en peligro me dirigí a ellos.

- Mi amiga se desmayó, supongo que está demasiado ebria- dije con una mueca- ¿Les importaría llevarla adentro? yo no me siento muy bien- mi tono de voz era el adecuado para hacerles creer que enserio necesitaba ayuda. Aunque si necesitaba a alguien que me sujetara para no arrancar su corazón. Los chicos asintieron y se llevaron a Sophie dentro del bar.

Ahora entendía el porqué de la guerra, entendía por qué habían traído a los originales. Todo era por esa estúpida niña.

Al sentirme mejor me dirigí a casa lista para descansar. Mañana debería entrar al submundo para que esos idiotas aceptaran, así fuera a regañadientes, que no solo debía salvar culos inmortales sino que también se sumaba la chiquilla de la cosecha.

Alguien me debía explicaciones.

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Narrador externo.

Los latidos sonaban cada vez más fuerte provenientes de su garganta. El sonido era increíblemente tentador para cualquier vampiro, incluso para un original, pero él tenía fuerza de voluntad. Demasiada fuerza de voluntad para no arrojarse a su garganta para beber su sangre. Elijah tragó saliva, intentaba con mucho éxito contener la sed de sangre que su cuerpo le pedía a gritos saciar. Davina lo miraba estupefacta ¿cómo el "antiguo" había logrado levantarse? se suponía que la daga lo retendría. Pero ahí estaba, Elijah se encontraba de pie conteniendo su hambre a una distancia de la joven bruja. Las venas de sus ojos se retrajeron mientras ambos se sostenían la mirada.

- Tu eres al que llaman honorable- se atrevió a decir la niña en un intento por ocultar su nerviosismo. Elijah sonrió de lado con amabilidad mientras sus manos, que lucían un lindo tono grisáceo se sujetaban a una silla.

- Si, así me llaman- respondió él- Incluso seguí a mi hermano a Nueva Orleans para la guerra. Entonces te pregunto...- Elijah dio un par de pasos hasta poder tomar asiento en aquella silla- ¿Suena honorable para ti?- la mirada dura de Davina se desvió al suelo. Estaba frente a un vampiro original, que si ya de por sí era peligroso alimentado lo era aún más con el hambre que cargaba.

- No te vez bien- la voz de la bruja no denotaba miedo alguno y eso lo admiraba el original. Después de todo se enfrentaba a una niña.

- Bueno, esta mañana tenía una daga mística clavada en mi pecho así que creo que me conservo muy bien- intentó aligerar el ambiente tenso que se había creado pero ante la falta de respuesta de la bruja decidió ir directo al grano- Davina, pienso que tenemos el poder para detener la guerra entre brujas y vampiros antes de que empiece realmente. Yo, manteniendo a raya a mi hermano, tú, poniéndote como realmente eres y no como una herramienta para Marcel o las brujas- se notaba que la niña no era estúpida y planeaba llegar a ella con palabras, si no lo lograba recurriría a la amenaza.

- ¿Y por qué tengo que confiar en ti?- preguntó ella insegura.

- Para empezar- comenzó el original- A pesar de esta insaciable hambre no he intentado tomar tu sangre- la bruja debía admitir que era verdad y que para ser un vampiro no lo hacía nada mal. Supuso que tantos años de práctica le tuvieron que servir de algo.

- ¿Y por qué no? soy la única aquí- intentó provocarle, pero al ver que él no cedía se encaminó a una mesilla que estaba cerca.

- Por que a pesar de mi condición actual nunca me alimentaría de una niña- declaró el original.

Davina tomó una aguja y se acercó a Elijah, dirigió la aguja a su dedo índice y se pinchó con ella. El aroma de la sangre era tan seductor y apetitoso que su garganta lloraba por probar aunque sea solo una gota. Sus ojos cafés no abandonaron el rostro de la niña mientras observaba de reojo como la aguja era adornada por una gota de sangre. Aguantó un poco la respiración, necesitaba aguantar. No fue sino hasta que Davina le ofreció la aguja con una mirada desafiante que Elijah tomó con cuidado su muñeca y dirigió la aguja hasta sus labios. La gota se adentró a su boca y a su sistema devolviéndole el color a su piel.

Elijah sintió como su sed se calmaba y respiró profundo antes de mirar a la bruja con agradecimiento. Davina le sonrió mínimamente en respuesta.

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Ambos hermanos originales se encontraban en la apodada "Casa Segura" mientras discutían con Sophie Deveraux lo que parecía ser una descabellada historia sobre un sacrificio de niñas. Camille se preguntó si la chica desconocida no estarían hablando de algún pacto con el diablo o una cosa por el estilo, estaba allí esperando a que el vampiro se desocupara ya que no veía muy prudente irrumpir en una sala en donde su compañera de trabajo estaba. De pronto el sonido de un celular retumbó en las paredes de la mansión y Klaus no tardó en contestar, hablaba con Marcel. Finalmente luego de una charla sobre brujas muertas en un pantano, colgó la llamada.

- No puedes salir ahora- dijo la bruja, en ese momento la loba embarazada entraba a la sala en donde estaban reunidos todos- Tengo que reunir los restos de las brujas y consagrarlos, si no lo hago antes de que el sol se oculte se perderá el lazo de su magia.

- Esas brujas trataron de asesinar a Hayley- dijo el original señalando a la castaña- Prefiero que el informante de Marcel no encuentre algo que lo guíe hacia nosotros, ella o a... ya sabes eso- señaló a la embarazada nuevamente un poco cortado. No sabía como dirigirse hacia su hijo no nato sin parecer débil ante la bruja, así que prefería parecer insensible.

- Eres tan delicado- dijo la chica contestó con sarcasmo. 

- No te vayas y guarda el resto de la historia hasta que regrese- dijo para luego salir de aquel salón, pero justo cuando estuvo por salir de la inmensa casa fue intervenido por la rubia de ojos claros- Hola amor- la saludó Klaus a Camille- ¿Qué te trae por aquí?- la chica estaba confundida ¿a caso no le había pedido venir? 

Estuvo por decírselo cuando el vampiro ya la había sacado de la casa, sintió un leve mareo y cuando por fin pudo fijarse en lo que la rodeaba reparó en que se encontraban en algún lugar del barrio francés. 

- ¿Para eso me hiciste ir hasta allá?

- No te alteres amor, tenía visitas que se no te agradarían- dijo Klaus con su típica sonrisa- necesito que hagas algo por mi.

- ¿Y de qué se trata?- preguntó Camille con curiosidad.

- Necesito que espíes a tu amiguita y me averigües si en realidad es el oráculo de Nueva Orleans o debo seguir buscando.

- ¿No que estabas seguro de que era ella?- preguntó la rubia con un poco de confusión.

- Sospecho que es ella, solo necesito que me confirmes si es el oráculo o no, así iré descartando- dijo él con una sonrisa mientras ambos caminaban por las calles de Nueva Orleans.

- ¿Y por qué no lo averiguas por tu propia cuenta? o mejor aún envías a tu hermana- se quejó ella, no era sirviente de nadie y mucho menos de un vampiro tan arrogante como lo era Klaus Mikaelson.

- Por que debo rescatar a mi hermano de tu muy adorado novio, Marcel- dijo con alegría fingida para luego cambiar su actitud por un rostro serio e imponente, se detuvo de golpe y le dio la cara a la rubia- Ahora, vas a ir con tu querida amiga y averiguarás si es el oráculo que busco o no ¿entendido?- su tono rudo junto a esos ojos la hizo temblar, por lo que solo se atinó a asentir.

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Narra Samantha.

Me dirigía a una tienda de motocicletas, el suceso de anoche me hizo ver que necesitaba una. No tenía poderes como la super velocidad ni el teletransportarme, así que debía optar por algo más mundano. Si iba a salvar el culo de aquella loba embarazada cada tanto necesitaba desplazarme rápido por la ciudad.  

Esto era hermoso, ahora no solo debía servir a los primeros vampiros de la historia, sino que también debía proteger a una chiquilla ingenua que se rehusó a morir en la cosecha. Aunque gracias a eso las brujas están a punto de perder sus poderes, es una estupidez que la chiquilla esa se esconda, es más que obvio que con Sophie ligada a los originales la van a encontrar. Necesitaba apresurar todo antes de que la gran guerra estallara, necesitaba establecer el vínculo entre los Mikaelson pronto o mi oportunidad se iría. Debía encontrar al original que me faltaba y para ello debía rastrearlo. 

Luego de pagar por el que sería mi medio de transporte por el resto de mi estancia aquí, acordaron entregarme mi motocicleta al día siguiente. Solo rogaba a los ancestros que esa niña no se le ocurriera hacer algo estúpido o yo misma le sacaría la estupidez a punta de hechizos. Me dirigí al barrio francés a hacer unas compras, necesitaba un jarrón de arena blanca para realizar el círculo sin interrupción alguna. Necesitaba hablar con los viejos oráculos largo y tendido y ni Cami ni el mismísimo Klaus me sacarían de ese círculo hasta poder pactar con ellos.

La bruja que me atendió me miraba muy extraño, como si tuviera algo en mi cara. ¡JA! si tan solo supiera que eso que tenía ella en la cara no era un lunar sino una verruga. Estaba tentada a aumentar su tamaño pero me abstuve, compré el gran jarrón con arena blanca y me largué de allí. Al llegar a casa me encerré en mi habitación, saqué las velas de mi armario y con ellas hice el círculo y al rededor de ellas hice otro circulo con la arena.

- Esto debe ser suficiente- dicho esto me adentré al círculo y con un movimiento de mi mano las velas se encendieron, me senté en el suelo con las piernas cruzadas y cerré mis ojos, no sin antes encender la arena. Este círculo quedaría protegido con un campo de fuerza muy potente, quien intentara cruzarlo debía pensárselo dos veces.

El calor de las velas envolvió mi cuerpo y sentí como todo daba vueltas y finalmente quedaba de cabeza. Con cautela abrí mis ojos y me encontraba fuera de la señorial casa de los Mikaelson, solo que con los mismos colores lúgubres de siempre. Me quedé en la calle oscura del submundo esperando a que los antiguos oráculos me rodearan.

- ¿Nos llamaste?- preguntó la voz de un hombre, al fijarme un gran circulo de figuras encapuchadas me rodeaba.

- Necesito discutir un interesante asunto con ustedes.

- ¿Por qué aún no te has unido a los originales?- la voz de una anciana hizo eco en el submundo.

- ¡La guerra se acerca y no nos queda mucho tiempo!- una voz de un joven exclamó.

- ¡Esta chiquilla no está haciendo absolutamente nada para salvarnos!- gritó una mujer.

- ¡OIGAN!- grité fuerte y claro para que los antiguos me escucharan- ¡Ustedes me trajeron aquí, yo no me ofrecí de voluntaria! Así que les pido un poco más de fe, si quieren ser salvados deben confiar en que puedo con esto- declaré, ya estaba harta de que me criticaran o que exigieran algo que quizá no merecían- A no ser que me devuelvan a mi dimensión y elijan a otra persona para el puesto de oráculo.

- ¡Tonterías!- exclamó la voz de un anciano- Eres la única que porta la sangre de un oráculo y fuiste criada en una dimensión diferente.

- En ese caso tengan paciencia- los miraba de forma mordaz, si alguno se atrevía a desafiarme era capaz de ligarme a una maldita bruja aunque estas me desagradaran- He venido aquí para exponerles la situación actual. La cosecha que las brujas llevaron a cabo fue un fiasco, creímos que las niñas habían muerto pero una sigue con vida. Tenemos una oportunidad de acabar con las brujas y voy a tomarla- los murmullos explotaron entre los ancestros- ¡Protegeré a la niña hasta que pase la ciega y los poderes de las brujas queden extintos!- una gran exclamación de asombro se escuchó entre los antiguos oráculos.

- ¡No puedes vincularte a esa escoria!

- ¡No te permitiremos que le sirvas a un ser tan vil y asqueroso!

- ¡Jamás dije que me vincularía a ella!- me hice escuchar entre el alboroto- Solo dije que la protegería hasta que la ciega pase y las brujas pierdan su poder, luego la niña no nos será de utilidad- era increíble como esos ancianos polvorientos lograban mandarme. Pero no esta vez, yo era el oráculo de Nueva Orleans y si querían ser salvados debían seguir mis reglas.

- ¡Nos oponemos!- y con eso la muchedumbre volvió a los gritos. Cansada rodé los ojos.

- ¡Entonces busquen a alguien más que les ayude con su purificación de raza!- me senté en el suelo, y justo cuando estuve por salir de allí una mano fría me sujetó del brazo, un suspiro se escuchó y aquella figura encapuchada se dirigió a su comunidad.

- Hermanos, la guerra se acerca y esta chica debe unirse a los originales antes de que sea demasiado tarde. ¿Nos negaremos a la oportunidad de deshacernos de las brujas? Por años buscamos una manera y ahora la tenemos frente a nosotros. Nos esforzamos en traerla hasta aquí, no debemos darle la espalda a sus decisiones- los ancestros guardaron silencio ante la voz de la líder, la figura me miró- No pondremos en duda tus decisiones sobre a quién proteger y a quién no, es tu decisión. Solo te pedimos que cumplas con tu deber antes de que tu tiempo se acabe- declaró la voz de la mujer. 

- Para eso necesito encontrar al Mikaelson restante.

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Narrador externo.

 Davina dibujaba con precisión mientras el original a sus espaldas tomaba entre sus manos un violín. Tenerlo allí encerrado traía sus ventajas, al menos tenía con quien hablar y eso para ella era un logro. Ya empezaba a odiar ese lugar.

- ¿Tocas?- los ojos verdes de la bruja se desviaron de su caballete a el original, quien observaba el instrumento con curiosidad. Aquello le llevó a revivir la noche del festival, un sentimiento de culpa se instaló en su estómago. Si no hubiese salido de su ático quizá Klaus no la hubiera encontrado y Tim no correría peligro.

- Eso no es mío- Elijah parecía hacer caso omiso a sus palabras mientras revisaba el instrumento con curiosidad. Curiosidad que fue interrumpida por los pasos de Marcel subiendo por la escalera. La puerta se abrió y el moreno pudo vislumbrar a su protegida dibujando en aquel caballete, el ataúd del original estaba cerrado.

- Buenas noticias encanto- anunció él con una sonrisa mientras la castaña cubría el dibujo del original que estaba haciendo con otro dibujo- te mudaré de este montón de polvo.

- ¿Enserio? ¿cuándo?- preguntó la joven con emoción.

- Esta noche, solo necesito cerrar unos acuerdos- Davina rió incrédula y miró con adoración al hombre que la había protegido desde la cosecha. Para ella, él era su familia. Marcel se dirigió al ataúd con la gran "M" de plata- ¿Y el original?

- N-no hay que molestar el cuerpo- dijo Davina antes de que el moreno pudiera abrirlo. Él la miró confundido- Está en medio de un hechizo- dijo como excusa. Excusa que Marcel creyó.

- Apuesto a que si- dijo con una sonrisa- Empaca ¿de acuerdo? lo que quieras, te compraré lo que necesites- Davina le sonrió y asintió para que luego Marcel dejara la habitación. En ese momento Elijah salió de su escondite un poco sorprendido por la actitud de la niña.

- No le dijiste que estoy despierto.

- Aún hay cosas que decir.

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Camille ni siquiera sabía por qué espiaba a su amiga, ella solo observaba asombrada por la ranura de la puerta, ya que esta se encontraba entreabierta, como María meditaba. Estaba muerta de miedo pues había visto como la castaña con un movimiento de su mano había encendido todas las velas sin necesidad de un cerillo, al igual que con el circulo de lo que parecía arena blanca. No sabía cuanto tiempo tardaría Samantha en terminar aquel raro ritual pero en cuanto saliera de su trance la enfrentaría y le exigiría la verdad.




- ¿Qué es lo que necesitas?- preguntó la más antigua de los ancestros al oráculo de Nueva Orleans. Ella parecía ser la líder de aquel clan, ya que decirle aquelarre sería un grave error. 

- Encontrar al Mikaelson restante y reunirlo con su familia, así podré establecer el vínculo- dijo mientras buscaba a su alrededor, pero al observar que no había más que asfalto en sus pies y que le tomaría una eternidad moverse a un kilómetro del lugar en el que se encontraba, simplemente se agachó en el suelo- Eso y tierra del cementerio- dijo la castaña. La tierra contenía mucha más propiedad que cualquier arena o sal para rastrear a cualquier persona, sea vampiro o licántropo. La misma mantenía la esencia de la persona intacta ya que la tierra del cementerio no era pisada muy seguido que digamos, y en un lugar lleno de magia como lo era el submundo funcionaba el doble de veces más rápido.

En un abrir y cerrar de ojos los ancestros habían dejado de rodearla, y un gran circulo de tierra se encontraba en su lugar. 

- Usa esta tierra, te servirá de guía en el submundo para que sepan en donde se encuentra el original- le dijo la figura encapuchada con voz de mujer- Así sabrás en donde está en el mundo real- Sam asintió para luego cerrar los ojos y extender sus manos en el suelo.




La rubia sentía tanta curiosidad por lo que estaba haciendo su amiga y el por qué tardaba tanto en la "invocación" que estaba haciendo, por lo tanto se acercó poco a poco con el debido cuidado para que Sam no la descubriera (en el lejano caso de que todo fuera una jodida broma y que solo estuviera meditando). Si todo resultaba ser una broma le daría un Óscar a su amiga por ser tan buena actriz y por usar efectos especiales tan creíbles.

Con cautela extendió la mano hacia ella para poder alcanzar su hombro, pero apenas sus dedos rozaron lo que parecía ser un campo de fuerza, soltó un alarido del dolor mientras se retorcía en el suelo. En la palma de su mano había una gran quemadura y sólo bastaron un par de segundos para que su brazo comenzara a arderle como si estuviera en el mismo infierno. No solo era la quemadura en su palma, sino todo el brazo. Poco a poco el mismo ardor comenzó a extenderse por su torso y se vio obligada a mirar debajo de su camisa para asegurarse de que todo estaba en orden, cuando en realidad no era así.

En su abdomen se encontraba un ligero sarpullido que empezaba a transformarse en llagas abiertas. Camille observó a su amiga con horror e intentando buscar una respuesta a lo que había hecho, pero lo que vio la dejó más horrorizada. Sam la miraba, pero sus ojos estaban blancos en su totalidad, la pupila no estaba y su cuerpo levitaba ligeramente en el aire.

Aterrada, Camille salió como alma que lleva el diablo de la habitación de la castaña, tomó un gran abrigo del perchero y corrió fuera de la casa. Debía encontrar a Klaus, él quizá podría ayudarla.




Al salir del submundo con toda la prisa del mundo y ver que nadie se encontraba en la casa, Samantha maldijo en voz alta. El hechizo de localización no había sido terminado, y le dolía un poco la cabeza por la intensidad del hechizo y de sus protecciones. De por si usar tierra de un cementerio garantizaba que encontraras a quien buscas mucho más rápido que con sal o arena, pero debía usar gran parte de su poder para encontrarlo, y más aún cuando el vínculo no estaba establecido ni mucho menos tenía su sangre. Maldijo nuevamente al revisar la casa de arriba a abajo y cuando no encontró a nadie en su casa se sentó a pensar en quién demonios la había interrumpido. 

La tierra corría por las calles del submundo, una copia lúgubre de Nueva Orleans, y cuando iba a mitad de camino pudo sentir un tirón. Alguien había intentado traspasar la protección que ella había colocado.

Su frustración se hizo más grande al recordar la cantidad de personas en su lista de "¿A quién voy a proteger?" y pronto la furia la embargó al recordar que uno de sus aliados le había ocultado información tan valiosa, como que la cosecha no solo había sido llevada a cabo, sino que también había sido interrumpida y que había una sobreviviente. 

No tenía nada que perder. Tomó su celular y marcó el número de aquel imbécil.

- Hola Kieran- dijo ella con tono mordaz una vez que el sacerdote le hubiera contestado el teléfono- Escuché de una fuente muy confiable que volviste a la ciudad.

- ¿Y eso qué?- respondió un poco altanero.

- Oh no, relaja tu tono conmigo- advirtió severamente la castaña- Recuerda con quien estas hablando- un bufido lleno de molestia se escuchó del otro lado de la línea.

- ¿Qué quieres?

- Te lo diré una vez que llegue a tu despacho- y dicho esto, Samantha trancó la llamada con una gran sonrisa llena de cinismo en su rostro.

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- ¿Eso es lo que quieres? ¿Ser normal?- preguntó Elijah a la joven bruja, quien luego de explicarle sobre lo que se trataba la cosecha finalmente le había dicho que solo debía esperar para que ella fuera libre de la magia.

- Es que no quiero ser como soy- dijo Davina con un nudo en la garganta- Aveces lastimo a las personas, incluso si no quiero- toda su frustración estaba reflejada en sus palabras- Y... he intentado buscar ayuda pero la única persona que puede ayudarme amenazó con matar a Marcel.

- ¿Y quién podría ayudarte?- preguntó Elijah con curiosidad y confusión, puesto que la única criatura capaz de ayudar a Davina era una bruja y dado que todas querían asesinarla no podía imaginar quién podría ayudarla con su problema mágico.

- El oráculo de Nueva Orleans.

¿A caso la había escuchado bien? ¿un oráculo? ¿en Nueva Orleans? No podía creer lo que escuchaba.

Por casi toda su existencia creyó que aquellas criaturas eran un mito, un cuento que aveces los ancianos contaban para describir a las brujas. Como aveces sucede con una película basada en un libro, verla en pantalla no es lo mismo que leer por tu propia cuenta la historia. ¿Cómo era posible que nunca hubiera escuchado de aquella criatura y más aún cuando se encontraban en la ciudad en la que residía?

- ¡Kieran!- un grito lleno de furia interrumpió los pensamientos del original y logró que tanto él como Davina miraran en dirección a la puerta para luego compartir una mirada- ¡Me debes muchas explicaciones!- por un momento ambos sintieron una inmensa cantidad de poder que hacía el ambiente más pesado.

- Es ella- el tono de voz de Davina era ligeramente tembloroso. Elijah pudo notar por el aumento de su ritmo cardíaco que le temía al oráculo.

Samantha había entrado furiosa a la iglesia y buscaba al sacerdote por todos lados. Todo esto era su maldita culpa. De las sombras emergió Kieran con expresión tensa.

- ¡Vaya vaya! miren quién decidió volver a la ciudad- el tono sarcástico en la voz de la chica no era de esperarse.

- ¿Qué quieres esta vez?- Davina con mucha dificultad lograba escuchar lo que sucedía allí abajo, el eco del lugar no le ayudaba mucho. En cambio Elijah podía escuchar muy claramente al sacerdote hablar con quien parecía ser una chica.

- Por si no lo olvidas tu y yo somos aliados mi querido cura- dijo Sam mientras se acercaba poco a poco con una sonrisa lasciva- Y un pajarito me dijo que no solo la cosecha había sido llevada a cabo, sino que también había sido interrumpida- Kieran se tensó aún más- Y por si eso fuera poco quedó una sobreviviente.

- No se de que me hablas- dijo el sacerdote con algo de nerviosismo. Samantha soltó una risita que lejos de molestar a Kieran le puso los pelos de punta. De pronto aquella sonrisa se borró siendo reemplazada por una expresión completamente seria. Samantha, con un movimiento de su mano logró hacer que Kieran levitara y con otro más el sacerdote quedó estampado en la pared.

- Me ocultaste información sumamente valiosa sobre las brujas- dijo la castaña con furia- Quiero saber por qué- espetó entre dientes.

- No sabía...- intentó decir Kieran pero entre más hablaba más oxígeno perdía.

- ¿Creíste que asesinaría a la chiquilla?- preguntó enojada- ¿Qué te hace pensar que lo haría?- con otro movimiento de su mano ella bajó a Kieran al suelo, quien recuperó el oxígeno con una gran bocanada de aire. Samantha lo observó con una mueca y se agachó para murmurarle - Si hay algo que detesto más que la mentira es la traición Kieran, así que dame una buena razón para no ordenarle a Marcel que te mate- la castaña le otorgó al sacerdote unos segundos antes de que lo obligara con su magia a arrodillarse.

- Marcel tiene planeado sacarla de la ciudad- dijo luego de gritar por el dolor punzante sobre sus extremidades. Sam sonrió con satisfacción al escuchar aquella respuesta, así mantendría a la brujita a salvo y garantizaría que las brujas perderían sus poderes después de la ciega. Y con eso liberó a Kieran de su magia, él cayó al suelo agotado y cuando creyó que el oráculo se había ido sintió como tiraban de su cabello y alzaban su cabeza.

- Más te vale que esa niña esté fuera de Nueva Orleans para antes de que la Luna salga, de lo contrario todo será un baño de sangre- murmuró el oráculo antes de soltar su cabello y retirarse de aquella iglesia, llevándose consigo todo el poder que emanaba.

- Es demasiado poderosa- dijo Elijah una vez que aquella aura aplastante llena de poder abandonó el lugar.

- Lo supe en tanto la conocí- Dijo Davina mientras volvía a dibujar en su caballete- Ese día solo estreché su mano y pude sentir todo ese poder. Marcel también lo sintió- explicó la bruja- Y como era nueva en la ciudad pensamos que era una bruja cualquiera, así que los vampiros la siguieron por un par de semanas pero siempre le perdían el rastro. Incluso intenté hacer un hechizo localizador pero solo logré enfurecerla- Elijah había escuchado cada amenaza que había salido de la boca del misterioso oráculo y no pudo evitar comparar ese carácter con el de su hermano. Lograba entender el temor que Davina sentía por la chica misteriosa.

- ¿Y cuándo fue que llegó este oráculo?

- Hace un año- respondió Davina con la mirada fija en el caballete- Luego de que la profecía se anunciara.

- ¿Qué profecía?- preguntó con el ceño fruncido.

- Hace un par de años Sabine tuvo una visión- empezó a explicar la castaña- Era sobre una criatura que vendría a la ciudad con increíbles poderes para destruir a todos. Aunque no la recuerdo muy bien, creo que así era. 

Elijah lo meditó un poco, si una criatura como esa existía ¿por qué elegiría Nueva Orleans como su residencia? ¿por qué justo ahora que una guerra venía en camino? ¿Cuál era el propósito de esta mujer? Sus conocimientos por ese tipo de criaturas eran completamente escasos y se prometió que apenas Davina lo dejara salir buscaría todo lo relacionado con el oráculo de Nueva Orleans.

- Ya puedes devolverlo a su legítimo dueño- dijo Elijah devolviéndole a Davina el violín reparado- Ya está restaurado.

Davina lo tomó entre sus manos sorprendida de que el original reparara algo tan importante para ella. Una ráfaga de viento se escuchaba silbar en la habitación, la niña intentaba controlar sus emociones pero al recordar una y otra vez como Tim era víctima de Klaus le rompía el corazón.

- No se si lo veré de nuevo- dijo ella con pesar. Las cosas a su alrededor comenzaron a sacudirse en consecuencia de la magia que despedía la chica. Elijah observó sorprendido como todo se movía, con semejante cantidad de poder esa niña podía bien ser una amenaza, sin embargo podría ponerla de su lado. El rostro de Davina denotaba miedo ante lo que  había logrado hacer. No quería lastimar a nadie. Eso le dio una idea al original.

- Davina, este poder que tienes extraído de tus amigas caídas es demasiado para ti. Necesitas control, eso requiere estudio y práctica- dijo suavemente a la castaña aterrada- Mi madre era un bruja muy poderosa, me dejó sus grimorios, una gama de libros llenos de hechizos. Estos libros tienen toda la información que necesitas para controlar tu magia- la bruja al descubrir hacia dónde quería llegar el vampiro con sus palabras lo miró sorprendida- Si me sacas de aquí los puedo compartir contigo- su ceño se encontraba levemente fruncido con algo de desconfianza- Pero si te vas con Marcel no volveremos a vernos. No podré encontrarte y no podré ayudarte. Además- continuó el original- Encontraré a ese oráculo y la convenceré de que te ayude con tu magia si es necesario.

- La brujas me manipularon, y ya sabes como terminó- No debía fiarse de un antiguo, no cuando éste era hermano de Klaus Mikaelson, el peor de todos.

- Esto no es manipulación- él sonrió con ternura- Esto es una cosa a cambio de otra- no podía creer cuanta inocencia ocultaba esa pequeña detrás de ese carácter tan fuerte y decidido que aveces mostraba- Te estoy ofreciendo un trato- dijo finalmente.

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Camille caminaba a paso apresurado hasta la dirección que Klaus le había dicho por mensaje. Apenas había ocurrido el incidente en casa la rubia había marcado con furia el número del original hasta que finalmente había atendido el condenado aparato.

- ¿Qué tal te va con tu misión?- preguntó Klaus con tono jocoso, a lo que Camille rodó los ojos, pero se recordó a sí misma que debía ser paciente y no insultar al vampiro o lo pagaría muy caro.

- Necesito tu ayuda- Klaus frunció el ceño al escuchar esas palabras- Tuve un pequeño inconveniente- Camille intentaba sonar lo más normal posible. Sus heridas se agravaban a cada minuto al igual que el dolor.

- ¿En dónde estás?

- Cerca del Barrio Francés.

- Ve a un callejón y espérame allí, estaré allá en seguida- dijo el original para luego trancar la llamada. Con su velocidad vampírica se traslada hasta el Barrio Frances y empieza a buscar a la rubia, busca entre los puestos de las brujas pero no la encuentra. No es hasta que ve a una figura encapuchada en un callejón con un par de cabellos rubios escapándose del gorro que se da cuenta de que es la chica que ha estado buscando. Se acerca a ella con una sonrisa y le toma del hombro para voltearla, pero al hacerlo su sonrisa se borra y no puede evitar mirarla con cierto horror.

Su piel se encontraba rojiza y llena de llagas abiertas.

- ¿Qué diablos te sucedió?- pregunta Klaus. ¿Qué demonios le había pasado en el rostro? Necesitaba una buena explicación por que dudaba que el oráculo le hiciera aquello a su mejor amiga.

- Se que luzco terrible, pero te explicaré todo una vez que me ayudes con esto- dijo señalando su rostro. Nik sin dudarlo mordió su muñeca y le ofreció de su sangre, la cuál ella bebió sin dudarlo. Poco a poco las llagas fueron cerrándose hasta que ya no había rastro alguno de ellas. Su piel rojiza fue volviendo a su color natural poco a poco y junto con el ardor desapareció.

- Ahora, ¿serías tan amable de explicar cómo es que terminaste así?- le preguntó el original con curiosidad.

- Tenías razón, Samantha es un- Camille frunció el ceño al no recordar el nombre que Klaus había utilizado para su amiga- Esa cosa que crees que es.

- Un oráculo- le recordó el rubio.

- Como sea, el punto es que lo es- dijo Cami un poco estresada. Aún no entendía cómo es que su mejor amiga se lo había ocultado todo este tiempo, como la había mantenido en la ignorancia y no se molestaba en involucrarla.

- Lograste ver algo ¿no es así?- preguntó él con su típica sonrisa, Cami solo asintió.

- Estaba en un círculo de velas y por fuera había otro círculo, solo que éste era de fuego- recordó con nerviosismo mientras hacía ademanes con las manos intentando explicarle al híbrido- En fin, ella estaba levitando en el aire y cuando intenté acercarme a ella sentí como me quemaba la...- se detuvo al detener su vista en su mano, en la palma de su mano se encontraba una mancha de color rojo que se extendía desde el centro de su palma, y la recorría hasta la punta de sus dedos. Klaus tomó su mano para observar aquella mancha.

-Era una barrera- declaró el original una vez evaluada la marca- y esta marca solo la puede borrar quien la hizo.

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Davina mira la puerta fijamente mientras escucha como los pasos de Marcel se alejan. Luego de haberlo engañado con una falsa profecía debía admitir que se sentía un poco mal por haberlo hecho, pero realmente quería aprender a controlar su magia y si Elijah mantenía su promesa ella misma haría a las brujas pagar por haberla engañado. Davina se incorporó en la cama mientras lo buscaba.

- ¿Elijah?- llamó ella al original, quien salió de su escondite con una sonrisa.

- Me alegra que te quedaras- dijo él con una sonrisa.

- ¿Mantendrás tu promesa sobre el libro de hechizos de tu madre?

- Lo haré.

- ¿Y qué me dices del oráculo?

- Podré con ella- respondió el original decidido a cumplirle a la pequeña, aunque claro estaba que la niña no era una tonta y estaba tratando con una bruja muy poderosa- A parte de las dificultades valoro a mi familia sobre todas las cosas. Lamento que la tuya te haya fallado- ella lo miró confundida.

- Tu hermano Klaus te entregó a tu enemigo en un ataúd, y aún así no renuncias a él- eso no era una pregunta sino una afirmación.

- Ya he renunciado a renunciar. Es una aflicción- sus ojos se encontraron con la curiosa mirada de la bruja- Voy a pelear por mi familia hasta mi último respiro- Davina sabía que aquellas palabras contenían cierta amenaza, pero no se dejó intimidar.

- Y yo voy a pelear igual.

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- ¿Ahora qué?- le preguntó Kieran altaneramente al ver a Marcel bajar del ático sin Davina- ¿La vas a dejar ahí arriba para que cualquiera la encuentre?

- No estoy de humor Kieran- dice el moreno mientras alza una mano.

- Se suponía que la sacaría de Nueva Orleans después de la cosecha- dijo enojado y a la vez algo nervioso. Después de todo le había prometido al mítico oráculo que la niña estaría fuera de la ciudad para el anochecer- Ya le fallamos a tres niñas ¡no le fallaremos a ella!- exclamó en un intento por convencer al líder de los vampiros- ¡Ese era el plan! ¡por eso te pedí ayuda!

- Los planes cambian.

- ¿Luego de descubrir lo poderosa que es?- debía cumplirle a Samantha, de lo contrario tendrían problemas ambos. Marcel lo miró indignado.

- Vamos a dejar algo claro. Durante ocho meses desde que te fuiste he manejado muy bien este lugar, ¡no necesito que vuelvas y te metas en mis asuntos! ¡haré lo que quiera cuando yo quiera! ¿oíste?- dijo para luego empezar a caminar por el pasillo junto al mal humor que cargaba, no solo Kieran le había prometido al oráculo de Nueva Orleans salir de la ciudad.

- ¿Quieres ser el jefe?- la voz del sacerdote fue en aumento- ¿Quieres tener la última palabra?¡BIEN! ¡pero recuerda que yo tengo el trato con los humanos!- Marcel se volteó ante la amenaza- ¡Y conozco al oráculo de Nueva Orleans!- eso dejó a Marcel helado, pero no dejó que aquel imbécil lo notara. Si era así y Kieran decía algo, él estaba muerto- Si no quieres ser mi enemigo Marcel, te voy a sugerir una cosa: aléjate de mi sobrina.

- Bien- dijo con enojo, eso no le preocupaba en lo absoluto- ¿Quién rayos es ella?- preguntó con una mueca de confusión mientras caminaba por el pasillo.

- Cami- sus pasos de pronto se detuvieron al escuchar el nombre de la rubia. 

Oh si, estaba jodido.

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Narra Samantha

Me desperté por una insistente llamada en mi celular. Me había quedado dormida en el sillón, pude visualizar en la mesilla de enfrente el vaso vacío de agua y la caja de advil que había comprado en la farmacia. Este poder me estaba consumiendo poco a poco y sabía que si no establecía un vínculo con los originales pronto, mis poderes me matarían. Tan solo un par de hechizos habían funcionado para dejarme agotada y con un dolor punzante en la cabeza.

Tomé el teléfono y al mirar la pantalla pude ver que era Kieran quien me llamaba. Rodé los ojos fatigada.

- Será mejor que tengas una buena noticia- dije con tono malhumorado una vez contestada la llamada.

- Lamento ser portador de malas noticias Sam, pero...- guardó silencio.

- Ya escúpelo.

- Ella no salió de la ciudad- todo se detuvo por un segundo y me tomó esa cantidad de tiempo procesar lo que el sacerdote me había dicho.

- ¡¿Qué?!- grité enojada. Maldición, ¿ese vampiro inútil no podía hacer algo bien en su miserable existencia? Si creía que mantener a su protegida aquí, en una ciudad infestada de brujas, era seguro pues entonces la sangre que se estaba tomando debía estar vencida.

- Marcel no la sacó de la ciudad- eso solo me hizo enojar aún más. Respiré profundo, debía calmarme o perdería el control de mis poderes.  Algo tuvo que haberle hecho dudar de su decisión sobre mover a Davina de lugar y debía averiguarlo.

- Entonces prepárate para la guerra Kieran.

Colgué la llamada.

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Narrador externo

Elijah entró en la casa segura y con una sonrisa ve a su hermana, quien lo recibe con un abrazo. Sabía cuan angustiada estaba la pequeña Rebekah una vez que se enteró que él estaba en manos de una brujita adolescente. A cualquiera de sus hermanos le preocuparía. Y como al final de cada día los originales tendrían una noche tranquila. Hayley miraba desde lejos al atractivo original, era más que obvio que se sentía atraída hacia él y es que no podía evitarlo. Jamás se había enamorado. 

Se alejó de la escena familiar que le traía nostalgia y confusión bajo la mirada de cierto original de ojos castaños. Rebekah se libera del abrazo para finalmente sonreírle.

- Ahora que estas en casa ¿tu primer plan es matar a Niklaus?- pregunta con una sonrisa maliciosa mientras observa a Klaus, pero Elijah parece ignorar completamente su pregunta.

- Disculpa- dice en respuesta el castaño para luego besas su frente- Un momento- dicho esto sale en búsqueda de la licántropo que acelera su corazón bajo la mirada estupefacta de sus hermanos. La encuentra en el pórtico de la mansión bajo la luz de la luna, los grillos suenan y todo es perfecto para la pareja.

- Ya volviste- dice la licántropo con una sonrisa.

- Volví- ella se acerca poco a poco para finalmente asestarle una cachetada. Elijah impresionado lleva su mano a la mejilla golpeada y la observa. 

- No hagas promesas que no puedes cumplir- advierte con un tono mordaz- Bienvenido a casa- su voz había cambiado a una casi infantil. Finalmente lo dejó solo en aquel pórtico.

Ya un poco más tarde, reunido con todos los que habitaban la "Casa Segura". Es decir, sus hermanos y Hayley, habían decidido discutir sobre la situación actual de la guerra que estaba por empezar.

- Lo que nos trajo a Nueva Orleans fue una mentira. La historia que Sophie Deveraux inventó, esta lucha por el control del barrio francés, la guerra entre vampiros y brujas, no era por el territorio sino por Davina- explicó a los que estaban allí sentados- Hace ocho meses, Jane- Anne y Sophie Deveraux perdieron todo, pero cuatro meses después una joven embarazada entra a su restaurante y todas las esperanzas se renuevan. Jane-Anne sacrificó su vida para que Sophie te usara para encontrar a Davina, si Sophie Deveraux tiene éxito en capturar a Davina podrá regresar a la hija de Jane-Anne a la vida- las piezas estaban unidas, ambas historias revelaban la verdad sobre a qué era lo que se enfrentaban los originales- Creímos que volvimos a liberar una guerra de poder, pero esto es sobre la familia. Para devolver a su sobrina a la vida, Sophie Deveraux peleará hasta la muerte, eso la hace más peligrosa que nadie.

- En eso te equivocas hermano- responde Klaus con una sonrisa en su rostro.

- ¿A qué te refieres?- pregunta Rebekah.

- Oh, tu sabes muy bien a quién me refiero.

Holaaaaa!

He vuelto

Enserio lamento haberlas dejado con el suspenso por taaanto tiempo, pero les explicaré por qué me tardé tanto.

Como algunas ya sabrán no había podido encontrar una página en internet que me dejara ver los capítulos de The Originals (al menos la primera temporada que es la que estoy editando). Anteriormente la veía en pelispedia, pero no se que mierdas pasó que ahora esa vaina no se ve un coño. Pero como verán he actualizado, eso significa que encontré una página (bendita sea) y estaré actualizando más seguido. También logré terminar la otra novela (la de Bucky) y solo me falta editar. Un proceso muy corto que no me quita tiempo.

Luego está el caso del internet. 

Para los que no lo saben, y espero que entiendan. Yo vivo en Venezuela. Osea que hay patria xdxdxd. Okno. Pero si se me fue el internet un buen tiempo ya que se robaron los cables xD. Así tan cual chicas, me robaron el internet. Peeero ya he vuelto y no pienso abandonar esto.

Y el que robe mis cables lo mato.

En fin, ahora si me dedicaré a este libro de lleno y verán capítulos más seguidos. No pongo horarios por que no se si pueda cumplirlos. También tengo unos estudios que requieren mi atención ps.

Por cierto, las chicas que me pidieron estar con Klaus, lo lamento enserio no poder incluirlas en la historia. Al menos no por ahora. Mantendré viva a Camille tanto como está en la serie ya que (como ven y saben) es un personaje muy clave en la historia, tanto para Klaus como para María. Así que una vez más lo lamento.

No dejen de leer.

Voten.

Comenten.

No consuman drogas.

 Y si lo hacen ps compartan xd.

-Male

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