¡Hola!, ¿qué tal? Soy un gato...

By MMIvens

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"Nunca podría encariñarme con un chico gato tan repugnante como tú". "Yo sé que me amas". ¡Hola!, ¿qué tal? S... More

Mi vida como gato.
¡Padres, llamen al cura!
¡Finge demencia!
Todo menos tú.
¡Estupido gato, la regaste! De nuevo...
Viernes 13.
NARRADOR.
Último día del festival.
Reparto.
¡Muérdeme!
Especial navideño, parte 1: Algo está mal aquí.
Especial navideño, parte 2: Habitan fantasmas aquí.
Especial navideño, parte 3º: Feliz navidad.
Alison.
¿Es idiota?
Ya te habías tardado.

El gato y el emo.

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By MMIvens

NARRA CONNOR.

-Hey... ¿Pin Pon no debería estar muerto? -su voz modorra hace que abra los ojos. Es mi pesadilla gatuna.

-¿De qué diablos hablas ahora? -pregunto adormilado. Son las 5 a.m. y el gato no deja de hablar y caminar encima de mí. Malditos animales nocturnos- ¿Quién debería estar muerto?

-Tú... Pero ese no es el chiste. -lo miro molesto planeando mi asesinato-. Me refiero a Pin Pon. Se supone que es guapo y de cartón. Debería estar muerto ya que se lava la cara con agua y con jabón... -susurra intentando verse inteligente mientras arma su conspiración contra los creadores de la canción.

-¿Me despertaste solo para decirme eso...? ¡ESTÚPIDO GATO! -grito enojado, pero a los segundos mi expresión es de alguien espantado. Me mira confundido al ver que ni lo sigo maldiciendo-. Espera... Eso nunca lo había pensado....

-Exacto... -se dió la razón mostrando sus dientitos como sonrisa.

-Te odio... Y... -miro a los lados, pensando en cómo dormirme nuevamente-. Ya da igual, me voy parar. -lo aventé contra la cama, causando que se aplastara la cara y me levanté de un salto... golpeándome con la madera.

-¿Quién era el emo de cabello blanco al que trajiste la otra vez? -pregunta él volviendo en sí, mientras yo tallo mi cabeza con cuidado.

¿Habla de Drax?

-Un amigo... -susurro poniéndome de pie, ahora lentamente.

-Mientes.

Cuanto odio a este gato...

-Quería información sobre una chica y lo ayudé a conseguirla. -respondo buscando mis pantalones en alguna parte del suelo, ni idea porque siempre termino desnudo. El calor hace que tire todo-. Aunque él realmente no sabe lo que quiere.

-Eso es más creíble... -susurra-. ¿Se llama Drax, no? ¿Es como tú? -pregunta intentando irritarme.
¿Cómo yo? Creo que sé de que habla.

-Parecido. Su padre era millonario, pero ya no están y su hermana se encarga de él... Es súper listo pero solo va a la escuela de vez en cuando, ya que solo asiste por un estúpido club. Él en realidad no tiene amigos o una verdadera familia, ya que él los alejó. A veces pienso que me sucederá lo mismo.

-¿Qué harás de desayunar? -me interrumpe ignorando todas mis palabras.

Volteo a verlo más molesto que la presidenta bipolar en llamas.

-¡ESCUCHA CUANDO TE ESTÁN HABLANDO! -le grito fuertemente, golpeando con mis palmas la cama. ¡Es un maldito!

-¿Dijiste huevos? Suena bien.

-Cuánto te odio... -intento contar hasta diez-. Definitivamente te odio..., gato demonio. -respiro profundo, invocando a Dios o lo que sea para calmarme. Me pongo triste y él me pregunta qué hay de desayunar, genial.

-Para mí tú eres... ¡UN EMO ÁNGEL! -grita con voz angelical brincando hacia a mí, como si fuera la cosa más diabólica y linda.
No sé si quiere hacerme reír o enojarme más.

-¡GATO PERVERTIDO, ALÉJATE DE MÍ! -¿Qué con ese apodo, Connor?-

-En realidad si te odio... -dice estornudando en mí, y lo empujo asqueado. Hace frío.

-Maldito gato...

No sé si es mi imaginación... Pero parece que me puso de buen humor.

~•~•~•~

-Son las 4:00 p.m... -susurro volteando a ver el despertador, mostrando una mueca-. Acompáñame a la escuela.

-Connor... -el gato me encima su pata-. Es sábado, déjame dormir -dice ronroneando algo adormilado en la cama. Su ronroneo es muy fuerte, me molesta más que una mosca.

Vimos películas toda la mitad del día... Me siento drogado cuando no me paro temprano, y más si solo vemos películas acerca de comida italiana.

-Estoy en problemas por ti, idiota. Tenemos que limpiar la escuela -levanto la cobija, con la intención de levantarme.

-Ni si quiera puedo sostener una escoba... Aparte... -estira sus patas, con tanto esfuerzo que me hace ver lo obeso que está-, ¿me crees capaz de arruinar mis garras?

-Alison traerá a Jessica después e iremos a comer juntos -siseo poniéndome de pie, evitando la parte fría del suelo. ¡Demasiado frío!

-¿Cuándo nos vamos?

~•~•~•~

-Bueno, empiecen por limpiar el baño de chicos del segundo piso y luego los salones 4A, 2B, y 1A. Yo estaré aquí por si necesitan algo -menciona Alison trapeando con una fuerza brutal y un mal genio el piso, como si fuera una persona mala a quien debe limpiar-. Hay unos chicos limpiando por ahí, y todavía faltan dos escorias que no han llegado.

¿Por qué ofende tanto a las personas? Últimamente me siento confundido acerca de Alison. Ha sido mi crush por tanto tiempo, tal vez porque no tenía nada más en que pensar. Ahora que conozco más el mundo me doy cuenta de que las cosas son diferentes.

Recogí mi cabello con unas ligas y me puse guantes.

-Vamos... Jackson. -lo saco de la mochila, tomándolo del cuello para evitar que me muerda. Está pesado. Debería ponerlo a dieta.

-Ni creas que limpiaré, humano.

Una hora más tarde...

Mientras limpiábamos los cristales -Jackson solo brincaba de un lado a otro persiguiendo algún bicho invisible-, pude ver a dos chicos entrar corriendo a la escuela.

-Disculpa por la tardanza. -reconocí la voz, es de aquella chica de clase de matemáticas, y la que me detuvo la otra vez en una tienda de ropa porque querían arrestarme por meter un gato.

Decidí asomarme un poco.

-¡TE DIJE A LAS 4:30 p.m. DE SÁBADO, IDIOTA! -gritó Alison golpeando al chico que me topé en el baño hace unos días. ¿John?

-¡LO LAMENTO! -gritó pidiendo piedad de sus azotes nada agradables. Ay... de nuevo el látigo. Pensé que y lo había vendido.

-Esto no tiene nada que ver conmigo... -susurro volviendo a mis cosas.

Los otros dos chicos comenzaron con la limpieza escolar, o más bien, empezaron con el castigo.

-Si no hubieras tirado a Drake no estaríamos aquí, idiota -se oían sus peleas cuando pasabas cerca del baño, y también olía toda la peste.

Comencé a limpiar molesto el último salón, en especial, molesto por aquel estúpido gato que solo se burlaba de mí por mi cola de caballo. Que me guste recogerme el cabello cuando limpio no me hace hermano de Ariana Grande.

El olor del limpiador comenzaba a marearme. No, no era eso... Comí las frituras caducadas.

-Connor, ¿estás bien? Estás rojo de la cara. ¿Tienes fiebre? -preguntó el gato, dándome unos empujones con su pata. No sé si quiere saber si estoy bien o si quiere tirarme.

-Estoy bien, idiota -respondo agotado volviendo a limpiar-. Solo tengo algo de sueño... No he dormido bien.

En un movimiento torpe, tiro una de las escobas mientras pongo la basura en el recogedor. Agh...

Molesto, me agacho para recoger la escoba, pero piso por accidente el recogedor, el cual al intentar caer y tirar su basura me dió una bofetada dejándome aún más mareado.

-¡MALDITA SEA! ¡¡ESE NO ESTABA AHÍ ANTES!! -volteo a ver molesto al gato, el cual intenta mirar hacia otro lado para zafarse del problema-. ¡AGH, MALDICIÓN! -grito molesto, con la cara roja y mareado sin poder ver bien. Pateo molesto la cubeta con agua, haciendo que toda el agua se riegue y el piso se ensucie aún más.

Camino un poco hacia Jackson, deseoso por darle una patada. Veo todo borroso, y en un abrir y cerrar de ojos, mi cara está apunto de estrellarse contra el suelo.
Adiós mundo cruel.
Adiós estúpido mundo gatuno.
Adiós rostro de pene.
Adiós.

Los ojos verdes que me ven directamente a los ojos evitaron mi encuentro con la muerte -sí, sé que soy exagerado-. Me agarró de la cintura, evitando que resbalara más.

Mi cara estaba roja, no por que me haya tomado de ahí, sino por el impacto de la situación y la fiebre.
Pasaron unos segundo y los chicos que habían llegado tarde abrieron de golpe la puerta haciendo un fuerte sonido, causando que mi piel se erizara del miedo.

¿Cómo diablos se debe reaccionar cuando entras a una habitación en la qué hay un chico emo algo afeminado -lo que la gente piensa-, que parece sonrojado, y un chico apuesto de ojos verdes tomándolo por la cintura, agua tirada en todo el suelo, y posición extraña? No lo sé, pero me siento mal por esos chicos. El trauma dudará un rato y luego comenzarán a visitar al psiquiatra.

Los miré espantado y a la vez muerto de vergüenza, no sabía ni que decirles.
Por otro lado, Jackson, volteó a verlos como si fuera lo más normal del mundo, pero el idiota no me soltó, no... ¡SONRIÓ TIRÁNDOLE UN BESO A LA RUBIA!

-Mejor no preguntamos... -cerraron aquella puerta, perturbados.

-¡Maldito gato, justo cuando me caigo te transformas! ¡VUELVE A SER NORMAL GATO DEMONIO! -grito fuertemente algo enojado, y lo empujo haciendo que me suelte, consiguiendo que yo caiga al piso.

Soy la mala suerte andante.
Él, él es parte de mi mala suerte.

-Idiota..., no sabía que me iba a transformar de la nada. -Extiende su brazo, haciendo un chasquido de lengua-, deberías agradecerme, maldita cerda malagradecida -dice haciendo la voz de un cerdo. ¿Cuándo comenzó a ver tantos memes?

Jackson volvió a su forma gatuna, después de haberse concentrado como si estuviera haciendo del baño.

-Pero que... ¡PASÓ AQUÍ! ¡CONNOOOOR! -Alison parecía estar apunto del colapso. Quedó el doble de sucio.

-¿Vamos a comer? -pregunta Jessica entrando, paseando su cola por mis piernas.

~•~•~•~

NARRA JACKSON.

Caminamos todo el camino hasta casa, como los mejores gatos malandros de la manzana. Juro por mi madre que Jessica se derretirá por mí algún día.

Los dos tortolitos, Connor y Alison, platicaron todo el camino, ignorándonos por completo. Se dieron cuenta de que ambos eran fans de Star Wars.

-Jackson... -susurra Jessica, pegándose a mí. Bingo, chiquita.

-¿Seh?

-No le hables a los chicos y mueve la boca discretamente... -susurra nuevamente, poniendo sus patas delante mío.

-¿Por qué susurramos...? -pregunto, sin detenerme.

-Idiota, ¿no te has dado cuenta...? Voltea discretamente hacia la derecha.

Volteo como el exorcista, dramáticamente.
Ok, no, no soy estúpido como Connor ni el indigente que me llamó Pelusa.

Volteé lentamente, como si fuera lo más normal del mundo.

Un gato negro con ojos azules y rasgos mayores nos miraba fijamente desde el tejado de una casa. Usa una placa plateada con sus iniciales y unos números clave.

-Nos viene siguiendo desde hace una hora...

-Maldición. Estamos muertos, Jessica...

-No, si no lo sabe, aún tenemos esperanza -susurra ella nuevamente, evitando que su cola tiemble.

-Eso espero.

Al llegar a casa hablamos con los chicos acerca del problema. Los números clave, pertenecientes a los servidores del ministerio.

-Perfecto, sé como exterminar gatos. -Connor saca un arco y explosivos de sus padres.

-¡CONNOR! -le gritamos todos molestos, y Alison le tira un dardo en la pierna.

-¿Qué? ¿No vamos a matar a nadie?

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