YoungJae marcó por milésima vez el número de BamBam, pero éste no respondía.
— ¿Sigue sin responder? — preguntó JB, recargándose en su auto empezando a perder la paciencia. Tenían 10 minutos esperando al tailandés, quien supuestamente los alcanzaría después de ir al baño.
En eso el celular de YoungJae sonó.
"Brownie", leyó en la pantalla.
— ¡YuGyeom! ¿Has visto a Bamie?
— Sí, está aquí conmigo.
— ¿¡Qué!? Pero si me dijo que saldría conmigo y Bumie porque tú te irías a tu práctica. —protestó el mayor.
— Pero de seguro se sentiría incómodo ante tanta cursilería tuya y de JB hyung, así que mejor lo llevaré conmigo a la academia.
YoungJae refunfuñó avergonzado. Él y su hyung no eran tan cursis... ¿O sí?
— Nos vemos en casa, Jae. — dicho esto, YuGyeom colgó.
JaeBum se sacó la paleta de la boca para preguntar por el extranjero, pero YoungJae se le adelantó.
— Se irá con YuGyeom.
— ¡Yei!
YoungJae lo miró con un puchero.
— No yei... — se corrigió fingiendo tristeza, haciendo reír levemente a YoungJae.
— Eres un bobo, Bumie.
— ¿"Bobo"? — alzó una ceja. — ¿Así te diriges a tu mayor, niñito?
YoungJae rió con más fuerza antes de colgarse del cuello del mayor y plantarle un beso en la mejilla.
— ¿A dónde piensas llevarme?
JaeBum le abrió la puerta del copiloto a YoungJae y lo invitó a subir, cuando éste lo hizo rodeó el auto y se subió también.
— Descubrí hace poco un lugar que podría gustarte.
— ¿Qué es?
— Lo sabrás cuando lleguemos. — JB emprendió camino hasta dicho lugar, riendo ante el berrinche de su pequeño novio.
En el trayecto el mayor pudo disfrutar de la hermosa voz de YoungJae cantando las canciones del CD de Bruno Mars que se reproducía en el estéreo, siguiéndolo de vez en cuando con la letra haciendo sonreír al menor.
YoungJae amaba escuchar a su novio cantar, su voz era hermosa y de un tono increíble. Más de una vez lo había invitado al club de canto, pero JB siempre respondía con el mismo "no me gusta cantar en público". Aún así YoungJae atesoraba cada nota que JaeBum cantaba frente a él, ya que era el único con quien lo hacía.
— Llegamos.
Ambos bajaron del auto y caminaron a la entrada del establecimiento.
— ¡Un arcade! — exclamó el menor emocionado. YoungJae era un gran fan de los vídeojuegos y, por ende, de las maquinitas.
— Jackson me habló de él y pensé que te gustaría. — comentó JaeBum, guardando las llaves de su auto en sus bolsillos. Al alzar la vista y ver los brillantes ojitos de su novio se sintió satisfecho con su idea.
—¡Me encanta! Entremos, Bumie. Quiero jugar todos los juegos ¿sí?
JaeBum fue prácticamente arrastrado por YoungJae dentro del lugar.
— Jamás había visto un arcade tan grande. — comentó YoungJae viendo con emoción todas máquinas e instalaciones llamativas que se encontraban dentro del gran lugar.
— ¡Hola, hola! — los saludó eufóricamente un empleado, sobresaltándolos un poco. —Bienvenidos a EXO PLANET ¿hay algo en que pueda ayudarles? — preguntó con amabilidad el moreno.
— Uh, sí. ¿Cuánto tenemos que pagar por cada juego?— preguntó JB.
— Con estas pulseras podrán jugar cualquier juego, 10,000₩ cada una. — dijo sacando unas ligas verdes fosforescentes del bolso que llevaba en su cintura.
— Deme dos, por favor. — pidió JB a punto de sacar su billetera, pero fue detenido por YoungJae. — ¿Qué pasa?
— Yo invito.
— ¿Qué? No, yo te traje así que yo invito.
— Pero ya me compraste el almuerzo, Bumie.
— ¿Y?
— Que no puedes comprarme todo, hyung.
— Sí, sí puedo.
YoungJae hizo un puchero.
— Déjame pagar esto y tú compras lo que ordenemos para cenar ¿qué dices? — sugirió JB haciendo sonreír a YoungJae.
— Está bien.
JaeBum pagó las pulseras y éstas les fueron entregadas, después de ponérselas se dirigieron a los juegos.
— ¡Mira, Bumie! Un juego de baloncesto, enséñame.
JaeBum casi rompe en llanto. Su niño pidiéndole que le enseñe baloncesto fue demasiado para su corazón.
— Tomas el balón de esta manera, — YoungJae repitió la acción de JB sobre el balón. — levantas un poco y con tu mano derecha impulsas. — lanzó el balón y encestó con facilidad, YoungJae hizo lo mismo pero el balón rebotó en el aro impidiendo que encestara.
— Lo haces ver tan fácil.
— Lo es, bebé. Ven aquí. — JaeBum lo tomó de la cintura y lo colocó frente a él. — Ten. — le dio el balón y colocó sus manos sobre las de YoungJae, sujetando el balón.
Sonrió enternecido al ver como las mejillas de su menor se teñían de un hermoso carmesí a la vez que sus manos bajo las propias habían comenzado a temblar ligeramente. YoungJae solía avergonzarse cuando se le acercaba más de lo normal y sin previo aviso.
— Levantas un poco y con tu mano derecha impulsas. — repitió la instrucción. Pegando su pecho a la espalda de YoungJae lanzó el balón, encestando. — ¿Ves? Es fácil.
YoungJae se encogió tímido entre los brazos de JB, quien lo sujetaba desde atrás y respiraba en su nuca. A pesar de que su relación ya llevaba casi 6 meses aún se sentía cohibido cuando el mayor estaba tan cerca de él. Su varonil aroma y esa sonrisa coqueta hacían que las maripositas de su estómago revolotearan sin control.
— Estás rojo. — rió JaeBum, besando la mejilla del menor.
— N- no te burles.
JB giró el cuerpo del pequeño, quedando frente a frente. Los ojos marrones de YoungJae se desviaron de los de su hyung, quien lo tomó de la barbilla para que lo mirase.
— ¿Alguna vez te he dicho que eres la persona más hermosa que mis ojos han visto?
YoungJae no podía estar más rojo.
— Pues lo eres. — confesó antes de tomar el rostro del menor entre sus manos y besarlo en los labios, lenta y tiernamente.
Al separarse, YoungJae escondió al instante su rostro en el fornido pecho de JaeBum, sintiendo su corazón revolotear como loco. Jamás se cansaría de esa sensación.
☀️
La noche cayó y la joven pareja salió del arcade con una bolsa llena de premios que, en su mayoría, YoungJae había conseguido. Si bien JaeBum sabía que su novio era bueno en estas cosas, nunca imaginó que rompería los récords de casi todas las maquinitas.
— ¡Que divertido fue! ¿No lo crees, Bumie? — sonrió YoungJae, poniéndose el cinturón.
— Lo creo. — le sonrió de vuelta. — ¿Qué quieres cenar?
YoungJae miró al frente pensando, unos segundos después miró el perfil de JB. Se veía más relajado que días anteriores, se sentía feliz de ser capaz de darle momentos de tranquilidad a su novio en esta época tan difícil para él, con tanto que pensar.
— Elige tú, Bumie. Lo que sea está bien. — JaeBum miró de reojo al menor, sonriendo ante la tierna mirada que éste tenía sobre él.
YoungJae siempre había sido muy cariñoso con él, a pesar de que es un chico tímido le gustaba demostrarle su amor al mayor y eso lo enamoraba cada vez más. Sin embargo, últimamente esas muestras de afecto habían ido en aumento y aunque no le molestaba (al contrario) le hacía pensar que quizá YoungJae estaba preocupado por sus estados de ánimo y eso era lo que JaeBum menos quería lograr.
— ¿Qué tal pollo frito? — propuso JB haciendo reír al castaño. — ¿Por qué la risa, eh?
— Es que presentí que dirías eso. — volvió a reír. — Pero está bien, pollo frito para Bumie.
Después de un rato más conduciendo llegaron a la casa de JB, la cual compartía con su tío cercano. Aún así, éste siempre se encontraba de viaje por lo que se podría decir que JaeBum vivía solo.
YoungJae se dejó caer en el sillón de la sala luego de quitarse el abrigo para colgarlo en el respaldo de éste. A los segundos JaeBum lo alcanzó para acostarse con su cabeza en las piernas del menor.
— Muero de hambre. ¿Deberíamos pedir la comida ya?
— Me parece bien, también tengo hambre. — respondió el Jae menor jugando con el cabello ligeramente rizado de su novio.
JaeBum sacó su celular para después pedir la cena, al colgar se acurrucó un poco más en el castaño enterrando su rostro en el abdomen de éste. Cerró sus ojos, disfrutando de las caricias que YoungJae le brindaba con suavidad en su cabeza y rostro.
— Quisiera poder estar así por siempre. — confesó JaeBum, estirando su brazo hasta que su mano alcanzó el rostro de YoungJae.
— "Así" ¿cómo? — preguntó YoungJae, sonriendo al ver las mejillas sonrojadas de su mayor, cosa que no sucedía muy seguido.
— Pues así como estamos ahora. Tú y yo, juntos, relajados, con pollo frito en camino.
YoungJae dejó escapar aquella risa que lo caracterizaba y que JB adoraba.
— Yo también quisiera estar contigo siempre. — dijo YoungJae, en un tímido susurro.
Hubo un silencio que, lejos de ser incómodo, fue tranquilizante. Únicamente compartiendo miradas y ligeros roces. JB ascendió su mano a la nuca de su novio y lo jalo hacia abajo, conectando sus labios con los rosados de éste.
— Bu-Bumie... — JaeBum sonrió ante el suspiro del menor e intensificó un poco más el beso sin romper el ambiente dulce y tranquilo. La mano de JB volvió a bajar a las mejillas del pequeño, acariciándolas con suavidad mientras disfrutaba del delicioso sabor de los labios del menor.
Justo en ese momento tocaron la puerta interrumpiendo el meloso momento de los Jae.
— Yo iré.
— No, está bien. Iré yo.
— No, me toca pagar a mí.
— Pero, bebé...
— Pero nada.
El menor se levantó del sillón en dirección a la puerta, recogió la cena y con orgullo pagó.
— A cenar, Bumie.
YoungJae se dirigió a la cocina, sacando dos platos y colocándolos en la mesa, a los pocos segundos apareció JaeBum derrapando.
— Pollo, por fin, pollo. — canturreó JB, desenvolviendo la comida y sirviéndose en un plato junto al de su novio, quien se sentó frente a él a comer.
La cena transcurrió entre bromas y pláticas sobre temas aleatorios. Ambos disfrutando de la rica cena y de la compañía del otro.
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Hola, bellezas 💖 ¿Cómo están?
Primero que nada ¡muchas gracias! Los votos y lecturas han ido en aumento, cosa que me hace muy feliz. 💚
Espero que la historia les siga gustando, no duden en dejar sus comentario con sus opiniones si así lo quieren. 🖤
☀️Gracias por leer☀️
[ Última corrección: 29 de mayo del 2021 ]