Bajo Cielos Humanos.

By YossZomb

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¿Aún crees en esas historias del amor? Aquellas en las que te describen la vida de ensueño de cualquier dama... More

Prologo
¿Cuántas vueltas le has dado al mundo?
¿Final de la busqueda?
Al Oeste De Libra
Pasión Carnívora.
Nicho de Mariposas.
Un Dulce Amargo.
Mas Rubio Que El Sol
Falsas Intensiones
La Serpiente De Cronos.
Llueven Estrellas
Verde - Ambarino
Retorno
Ave Enjaulada
La Caida
Extra I.
Extra (2).
Mucho Mas De 1000 Años.

Antídoto Para Un Corazón Roto.

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By YossZomb

***

Hace mas de 300 años atras.

una secuencia de pasos lentos se dejaban escuchar por el templo de Layna, los guardias del lugar seguían finitamente a aquella mujer que atravesaba su fortaleza sin problema alguno, pero la diosa se veía disgustada por su inquilina. Era incomodo pero ansiado el ambiente que podía respirarse en el lugar. Fue cuando esas pisadas llegaron ante la diosa que esperadamente la castaña fue rodeada.

— Lo diré solo una vez — anunció la gloriosa diosa blanca — Libra... abandona el templo, vaga entre los humanos que ya conoces y devuélveme lo que siempre me ha pertenecido — 

— ¿Qué tendré a cambio de ello? — retó el sereno aqua, dejando su confianza en manos de la mujer.

— Cualquier cosa que desees — 

"tan mística esa sensación de que todo se encuentra controlado a un a manos del famoso destino..."

***

★★☆☆☆☆☆☆☆☆

— te dije que tu deseo era incoherente y estúpido — sentenció Layna permitiendo que sus guardia azotaran y patearan los débiles cuerpos de sus "invitados" — ¿realmente pensaste que salvarías a todos?, niña SIEMPRE HAS ESTADO SOLA, incluso cuando en el universo solo fueron Ofiuco y tú — escupió observando desde su alto trono, como el puro blanco de su templo se teñía de carmin.

— No creo que debas...— intentó hablar el serpentario, impotente ante la imagen que la diosa le presentaba.

— Cobarde... — soltó el escorpión intentando vocalizar con las pocas fuerzas que quedaba en su fragil cuerpo humano — ella confió en ti y tu... solo te quedas ahi a verla... ahora entiendo porque tú... — un ultimo golpe en la cabeza del escarlata bastó para callarlo, generándole un efecto similar a un sincope*.

— Escorpio no es más que un juego, un idiota que solo espera a conocer el estúpido amor, quieras o no verlo así, él ha vivido muchos menos años que tú — soltó la diosa blanca con un aura tan oscura que su existencia era extrañada — ¿por qué piensas perder el tiempo en niñerías? —

La menor de ojos aqua no paraba de sonreír a pesar de la situación en la que se encontraba su físico, sus labios dejaban caer pequeñas gotas carmín y sus piernas temblaban intentando mantenerse firme y no caer a un lado del abatido físico verdoso de su "hermana".

— eres tan cínica que a pesar de que intento protegerte te burlas en mi cara de todas mis acciones a tu favor — una nueva marca se formó en la espalda del la chica tras el golpe de esos seres que "protegían" a su diosa.

— si tú conoces mejor a Escorpio, ¿por que me dejaste caer a aquellos mundos?, que según tu lengua está lleno de dolores y penas, pensando que él olvidaría todo tan rápido como tú a tus orígenes — soltó la menor palideciendo ante la mirada de quien aseguraba cuidarla en los momentos de peligro.

Su cuerpo se drenó de toda fuerza por el paso de los segundos. La fragilidad de un humano jamás se debe de oponer a la densa existencia de sus creadores, pero Libra era ignorante ante lo que conllevaba sus acciones, puesto que había tomado una decisión y no la haría arrepentirse, no lo hizo durante siglos, no lo hará por un instante.

— no tienes el minimo derecho de cuestionarme después de tantas comodidades que te he llegado a brindar desde el día en que Zeus se atrevió a brindarte la gema robada que formó Hestia — las palabras eran escupidas de sus labios totalmente empapados de un odio irracional que denigraba cada vez más a la joven frente a ella — te concederé el honor de dejar tu frágil cuerpo y pertenecer libremente a Hades, él sabe exactamente qué hacer contigo  — comentó mostrando el quebradizo anillo que habia arrebatado de Escorpio, después de haber terminado igual que Damara, derrumbado en el suelo sin fuerza alguna ni para abrir los ojos.

— si piensas que Hades cederá su trono por una simple piedra, realmente eres más ingenua que yo, no te hará reina si es lo que esperas — emitió en un hilo de voz, ya cansada de mantenerse en pie. Su delicada figura, despues de minutos de guerra y resistencia, tocó el suelo manchando el perlado color blanco con el exquisito carmín de su cuerpo.

— Han tardado mucho para finalmente hacerlo — resonó una voz en el ambiente dejando en evidencia que la diosa no es la única enterada de sus planes.

Nerviosa, buscó a sus alrededores aquel intruso, sin éxito ante su acción. Los cuerpos de la menor y su "hermana" se rodearon de un aura tan brillante que era imposible siquiera poner tus ojos sobre ellas, en el lapso de unos segundos la minúscula gema salió del alcance de la diosa para engullir a ambas, dejándolas descansar en su interior

— y pensar que tenía un gran prestigio en el templo — se dejó escuchar nuevamente aquel chico. La sonrisa volvió a la diosa al reconocer aquella entidad adentrándose en el gigantesco salón.

— ¿Qué ganas tú haciendo esto? — cuestionó observando como el sagitario era rodeado por sus guardias mientras él continuaba su lento caminar hasta le piedrecilla aqua y el moribundo escorpión — ¿crees que ahora serás más aceptado por tu amigo?, Escorpio es un simple niño que no sabe apreciar lo que tiene, o ¿me equivoco, Ofiuco? — El silencio volvió haciéndole creer que aún tenía oportunidad de salir victoriosa.

— lo unico que tú sabes de Escorpio es lo que Ofiuco le ha contado y tontamente ha creído — expuso el peli morado, deteniéndose un par de segundos para ver aquella mirada blanquecina aun con un aura de victoria.

— Sagitario, tú no me debes nada, no tienes razon para estar aquí — comentó el pelinegro bajando por las escaleras que lo separaban de aquel mar de sangre.

— Escorpio tampoco te debe nada, pero tú intentas robarle — aquellas palabras detuvieron los pesados pasos del serpentario — no te preocupes, nadie mas sabe de tu fracaso como un intento de hermano de Zeus —

— ¿Cómo sabes eso? — la rabia del pelinegro se notaba ante el denso veneno que bajaba por sus colmillos humedeciendo sus propios labios.

— No cedas ante sus amenazas, el es solo un chiquillo desesperado por ganar algo de importancia — las palabras de la diosa parecian ser mudas para los oidos de la molesta serpiente que no perdia de vista a aquel sereno arquero.

— si un eslabón cae, como cadena, todos caemos, Layna — expuso el peli morado, — y si uno sube, nos lleva a la cima a todos, ¿no Ofiuco? — cuestionó retóricamente careciendo de temor ante la amenaza del mencionado — en cambio, tú no estás atada a nada y si te desmoronas, nadie lo hará junto a ti... — continuó envolviendo la gema con un paño tan suave como la seda antes de guardarla en un compartimento de la canana* que adornaba su pecho. Al momento de querer retornar, el cuadrúpedo fue rodeado por un par de guardias impidiendo su paso.

— si hieres a una mas de mis creaciones, tu templo caerá al vacío una vez mas — Zeus se dejó escuchar por cada rincón del recinto sembrando el temor en los peones de Layna. Sin ninguna otra palabra, los guardias se apartaron dejando que Sagitario saliese del lugar con la misma tranquilidad con la que había llegado — En cuanto los dos... — sentenció el dios silenciando las quejas de Layna — a Bael no puedo tocarlo, pero ustedes son ahora de mi pertenencia, y con ello, sus actos serán regidos por mi... a menos que deseen la opción con la que sentenciaron a mis creaciones — la amenazante voz del dios quebrantaba las pulidas paredes del templo.

La imagen del rey de los dioses y su mirada de desaprobación cayeron sobre su viejo discípulo. Ofiuco intentaba retroceder, pero una presion sobre su nuca se lo impedía. La densidad del ambiente aumentó con la presencia del mayor de los hijos de Cronos.

— disculpa, Zeus, pero prefiero que me permitas encargarme de todos ellos — pidió Hades con  serenidad en su voz y rostro, mientras sujetaba a la serpiente por el cuello evitando que este se moviera — las deudas son conmigo, más que contigo... lo de tus "hijos", lo pagará Bael, pero Ofiuco y Layna, son mis deudores —

***

Dentro de una cúpula cristalina, en la cima de un pequeño abeto, esperaba una delgada chica rubia, esa dama que solía correr por campos humanos cuando niña, ahora solo reposaba observando cada mínimo detalle que la "envoltura" le permitía. La nostalgia de aquella vez que pisó por primera vez ese suelo e inhalo el aire tan liviano de sus campos. Cuando entre risas y miradas conoció a humanos tan parecidos a aquellos semidioses, los que ellos conocían de maneras muy diferente a como realmente son.

Recordó aquella mirada dulce y tierna de la pequeña Libra, esa chica que volvería a su jardín como la niña rota que nunca llegó a ver. Gracias a ella había pasado momentos majestuosos, momentos que hasta el distanciamiento, podía verlos de una manera más clara y que le hacen tomarle un miedo enorme al hecho de perder a alguien tan cercano.

(No solo fue Escorpio quien deseaba verla nuevamente) murmuró recostándose sobre la rama a la que había llegado después de su agotado intento de recuperar el deteriorado jardín aqua — no la dejes sola — pidió al primer astro nocturno que relucía en el cielo. Tomó aire llenando a tope sus pulmones y dejarlo escapar lentamente como el suspiro más liviano que pudieses sentir — ¿sabes que...? — continuó sintiendo la presencia de su gemelo a los pies del árbol — no me arrepiento de mucho, pero solo pienso en la multitud de cosas que pude evitar, como pude hacerlo e incluso... no dejo de darle vueltas a el simple hecho del ¿por qué fui creada? — expuso mientras el chico escalaba poco a poco para llegar a la misma altura que la rubia — pensar que allá, bajo este cielo que vemos ahora, hay dos chicos engendrados por mi, y quizas algun dia volvamos a reunirnos, donde sea que eso pueda suceder — las lágrimas caían de su rostro sin pena alguna de empapar su recorrido.

— el destino no es dueño de tu vida, pero tú tampoco eres dueño de ese destino — compartió el gemelo recargando su cabeza a sus rodillas retraídas.

— ¿Dónde viste eso, niño? —

— le leí del respaldo de tu cama en tu habitación — expuso sonriendo por su pequeña travesura.

— ya decía yo que era un comentario demasiado inteligente para ti — bromeó recibiendo un leve empujón de su acompañante — la chica viene en camino —

— lo sé, yo también puedo sentir el ambiente pesado —

********************************************************************************************

sincope*: Pérdida pasajera del conocimiento que va acompañada de una paralización momentánea de los movimientos del corazón y de la respiración, debido a una falta de irrigación sanguínea en el cerebro.

canana*: carrilleras o bandolera es un dispuesto para llevar o para recargar un .



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