-Diario de Lorenzo
19 de febrero de 1840
La mujer paso la noche en el castillo, no despertó sino hasta horas de la tarde del día siguiente, ella no recuerda nada sobre quien es o de donde viene, cuando le preguntamos por su nombre lo único que nos supo decir fue "Anurian" dado esto decidimos llamarla así, era un nombre un tanto extraño para una mujer, pero era lo único que sabíamos realmente de ella. Desde el momento en que la señora Morrigan la mordió ella paso a ser una de nosotros y gradualmente durante la noche sus heridas sanaron, estaba en una condición perfecta para la mañana. No era una mujer muy social, o eso parecía, era muy cayada, o tal vez era así por la falta de memoria (la verdad daba algo de lastima el verla así, siento que todo la confundía y todo le daba miedo) dado que ahora ella era una nueva integrante de nuestra casa y el reino, como era costumbre el consejo se reuniría para discutir el asunto.
El consejo es un grupo de terratenientes que se encargaban de administrar las extensiones del reino, en total eran 4 sin contar a mis señores, ellos eran Lestat, Louis, Lefran y Armand, todos vampiros de poderes superiores lo que llamamos los Nosferatu, tres de ellos Lestat, Louis y Armand, siempre acudían sin falta a las reuniones del consejo, a diferencia de Lefran, Lefran es tal vez el más apático del consejo, no se relaciona prácticamente con nadie, pero a la vez es el hombre más fiel a mi señora Morrigan, el no asiste a las reuniones del consejo pero en otro momento tiende a reunirse con mi señora para ponerse al tanto, desgraciadamente a las reuniones del consejo solo pueden entrar los miembros y por lo tanto no tengo idea de que hablaran allí. Como era previsto los miembros que nombre llegaron al castillo y los 3 se reunieron en la sala del consejo que se ubica en una región subterránea del castillo, mientras esta reunión se daba la señora Morrigan me dejo al cuidado de Anurian cosa que hice desde que empezó hasta que se fue a dormir.
-Registro de reunión 2455
19 de febrero 1840
Como siempre yo Radamanthys plasmo en este libro las actividades ocurridas en la presente reunión del consejo, como es costumbre los terratenientes Lestat, Louis y Armand, están presentes dejando por fuera a Lefran, Mi esposa Morrigan empieza la reunión con una introducción.
-Morrigan: buenas noches mis queridos señores de Coven, les pedí con tanta urgencia su presencia por que el día de ayer decidí anexar a un nuevo miembro a nuestra casa
-Lestat: una decisión muy osada, para alguien que nos fuerza a anunciar la decisión por adelantado
-Armand: muy cierto, mi señora podría decirnos a que se debe esto
-Morrigan: muy a mi pesar debo mantener en secreto la razón por la cual he decidió introducir a nuestra familia a nuestro nuevo miembro, siento no poder confiárselos de momento, pero les aseguro que mi decisión tiene fundamento y cuando sea el momento apropiado les diré cuál es mi razón
-Louis: entonces no pierdas más tiempo y presenta al miembro
Mi esposa extendió una de sus manos y activo una bola de cristal que se hallaba en el centro de la mesa redonda donde nos reunimos, entonces de ella broto la típica luz mostrando la imagen de Anurian.
-Morrigan: ella es Anurian, la conseguí en el bosque junto a su hermano, buscaban ayuda porque ella había sido atacada por las criaturas del bosque, el hermano desapareció, pero decidí darle auxilio a ella y recibirla en casa
-Armand: ya veo porque la introdujiste, la verdad es una mujer muy hermosa, yo que tú me asustaría Radamanthys o alguien te quitara a tu esposa
-Radamanthys: una mujer nunca ocupara mi lugar, mi mujer puede enamorarse de cuantas mujeres lo desee pero su esposo siempre seré yo
Mi esposa volvió a mover su mano tornando la esfera como inactiva, seguidamente se les pidió a los miembros entregar los informes de sus locaciones, las actividades comerciales cada vez iban aumentadas más. Los comercios estaban más prósperos que nunca y las relaciones con los gobiernos humanos nos estaban abriendo nuevas puertas para expandir nuestro reino al nuevo mundo cruzando el mar, luego anexare a este los informes entregados por cada terrateniente luego de esto la reunión dio conclusión.
-Diario de Morrigan
19 de febrero 1840
La reunión con el consejo fue como siempre una presión, siento que aunque todos son hombres de confianza buscan mi cabeza para tomar mi lugar, creo que lo único que disfrute de este día fue mi visita de Lefran. Esa noche Radamanthys y yo nos retiramos a nuestros aposentos, estaba cansada y Radamanthys no era el hombre más atento, tenía sus momento en que era el hombre más cariñoso del mundo, pero eran tan pocos y este no era uno el simplemente se desvistió y se metió a la cama, yo me cambie y me puse una bata muy fina, siempre disfruto el viento frio nocturno y con una bata más gruesa no era lo mismo. Entonces como era costumbre las noches luego de las reuniones del consejo, una presencia se manifestó en el balcón de nuestra habitación.
-Radamanthys: ya llego Lefran
-Morrigan: pareces molesto???
-Radamanthys: yo??? Molesto??? Para nada ve, y atiéndelo
Me acerque a él y me senté por un momento a su lado en la cama.
-Morrigan: parece que alguien no puede cumplir con lo que expresa con sus palabras, que siempre ibas a ser tu mi esposo???
Radamanthys con una cara de seriedad solo me dijo.
-Radamanthys: siempre lo serás, no tengo nada que temer
Entonces me acerque a su mejilla y le di una pequeña lamida tras su oreja para luego besarlo, tras un pequeño escalofrió que lo recorrió luego de mi acto.
-Morrigan: relájate, ya vuelvo para terminar lo que empecé
De esta manera me doy cuenta de que si le importo, tras una sonrisa me levante de la cama y fui a atender a Lefran. Como siempre Lefran estaba sentado en el balcón con su brazos cruzados con la mitad de su cara cubierta por su cabello, al ver que yo me asomaba, él se levantó y se arrodilló ante mí con la pierna izquierda hacia delante apoyando en ella ese mismo brazo.
-Lefran: mi señora Morrigan, buenas noches, esta tan hermosa como siempre
-Morrigan: basta de tus halagos Lefran que los voy a terminar creyendo
-Lefran: entonces yo sería dichoso, porque esta boca que miente tan aberrantemente habría logrado expresar sencillamente lo que la lógica y el idioma no puede, pues una belleza como la suya no tiene una medida y el decir que es hermosa es solo un diminutivo comparado al infinito de lo que en verdad es usted
Oh Lefran, a veces desearía que Radamanthys fuera como tú, pero creo que verlo a él todos los días de esta manera me cansaría.
-Morrigan: levántate mi fiel Lefran, no me gusta que te ensucies tus ropas cada vez que vienes ante mí, la belleza que tanto te esfuerzas en cuidar se ve aplacada por el sucio que ganas al hincarte ante mí
-Lefran: esto no importa mi señora pues una vez que usted me ve ya mi limpieza ha cumplido con su cometido
Entonces Lefran se levantó y tomo mi mano derecha para besarla.
-Lefran: dígame mi señora en que le puede servir este humilde servidor, sea lo que sea, lo más minúsculo o lo mas trabajoso lo hare real para que usted me muestre esa sonrisa y esa satisfacción que solo yo me habré de ganar
-Morrigan: mi Lefran hoy te he llamado para informarte que he decidido incluir a alguien más a nuestra familia
-Lefran: esa es una buena noticia, me alegro de que nuestra familia cada vez sea más grande, podría decir quién es el afortunado
-Morrigan: acompáñame
Entonces desplegué mis alas y el las suyas y volamos juntos hasta la ventana del cuarto de Anurian, la muy inocente estaba dormida.
-Morrigan: esta es Anurian, la conseguí ayer en el bosque muy herida, su hermano nos pidió ayuda pero tan pronto la recogimos el desapareció
-Lefran: no es por llevarle la contraria mi señora, pero por qué decidió traerla con nosotros??? Usted no tiende a introducir a cualquiera en nuestra familia y menos a un extraño
-Morrigan: ella esconde un pasado muy terrible y es una persona muy importante, no podía dejarla morir
-Lefran: entiendo
-Morrigan: eres la única persona a la que le he contado esto por favor no le digas a nadie
-Lefran: mis labios están sellados y por más difícil que sea así nunca ocurra me llevare este secreto hasta la tumba
Entonces volamos nuevamente a mi balcón y allí nos quedamos hablando largo rato, él me contaba como estaban las cosas en sus tierras y como extrañaba los días que pasaba en el castillo y mi compañía, siempre me halago tanto y ahora que estaba lejos yo también extrañaba las conversaciones que por horas podíamos entablar. Finalmente Lefran se levantó y se disponía a irse, tomo mi mano y la beso, pero yo me acerque a él y le di un abrazo y un beso en la mejilla, él se sonrojo mientras yo le decía.
-Morrigan: cuídate mi Lefran espero verte pronto
-Lefran: lo hare solo para que su sonrisa esté presente en el momento de nuestro próximo encuentro, hasta entonces espero que usted también se cuide mi señora, hasta otra ocasión mi amada Morrigan
Entonces simplemente se desvaneció en el aire dejando un vacío que acompaño hasta la cama donde allí Radamanthys me recibió y extendiendo uno de sus brazos para abrazarme me dijo.
-Radamanthys: a que no debía temerle
Entonces girándome me lance sobre él y lo bese con aquella pasión que ni el mismo Lefran me conocía y entonces esa noche me le entregue a él.