Los días posteriores al accidente no fueron fáciles. Las cosas en la escuela se volverían muy extrañas. Todo cambió para siempre. Todo cambió en mi para siempre.
Luego de caer inconsciente nos lograron sacar del fondo del barranco gracias a un intenso operativo de rescate . Nos llevaron de urgencia a la clínica más cerca. Solo llegamos dieciséis con vida. Nuestra profesora había muerto junto a más de la mitad de mi curso. Yo pase dos días en cuidado intensivos ya que mis costillas rotas habían dañado alguno de mis órganos. Mis hombros dislocados solo sumaron más castigo a mi cuerpo y días de recuperación. Di gracias a todos los dioses posibles cuando supe que Ana (mi mejor y eterna amiga) se recuperaba en la sala que se encontraba frente a la mía con solo heridas leves y alguno que otra hueso roto. Al lunes siguiente ya podía caminar, lo primero que hice fue a visitar a mi amiga, al vernos solo nos abrazamos y lloramos muchos minutos sin decir una palabra. Las enfermeras tenían la orden de dejarnos a solas. Luego las visitas eran más frecuentes, yo casi pasaba el día junto a Ana.
Fue en una de las conversaciones con ella que me enteré de algunas cosas. La directora del Ellian College tuvo una rueda de prensa esa misma tarde del accidente, la que no termino nada de bien para ella. Un grupo de apoderados liderados por los padres de Victoria la intentaron agredir lanzando algunas sillas y la intentaron atrapar para desatar su rabia, pero logró evadirlos y ocultarse en su despacho. El informe devastó a los familiares de mis compañeras. A pesar de todo esto el colegio sólo postergó unas semanas el inicio del segundo semestre, la fecha de retorno era el 5 de septiembre. Pero no solo nosotros tuvimos sufrimos con el accidente, el bus de nuestra escuela hermana el "Saint College" que fue alcanzado por el nuestro, también cayó al barranco y este se llevo la peor parte ya que luego de caer sobre nosotras se deslizo unos metros hacia el rio, ahogando a la mayoría de los supervivientes malheridos. Su tragedia fue peor a la nuestra: Su maestra muerta y solo siete alumnos sobrevivieron, no podía pensar en otra cosa que no fuera aquel maldito accidente. El sentimiento al despertar, el beso de mi madre, debí quedarme en casa así ya no tendría esta imagen de mis compañeras muertas frente a mis ojos, aunque no compartiera con la mayoría cualquiera se quebraría al presenciar aquella masacre, sentía tanta impotencia en aquel momento, solo podía llorar.
Junto al resto de mis compañeras empezamos a tener sesiones grupales con el psicólogo del hospital, luego nos entrevistan individualmente a cada una. Se intentaban asegurar de poder dimensionar las secuelas que tendríamos más adelante, pero esto solo me causaba un enorme malestar. Durante las sesiones individuales debía relatar paso a paso el doloroso incidente. Cuando llegaba a la parte de que el bus caía y abría los ojos para contemplar aquella horrorosa escena, una sensación de repulsión nacía en mi interior y empezaba a vomitar. Estas sesiones eran todos los días, una verdadera tortura, necesaria según los doctores pero no para mi, en mi interior solo quería que me dejaran tranquila.
Luego de un par de sesiones y a medida que recordaba aquel incidente empece a tener sueños muy extraños. La mayor parte del tiempo se trataban de Victoria haciendo cualquier cosa, desde ella en un día de escuela hasta escenas de ella en su casa con sus padres. Todo esto lo podía soñar con tanto detalle, incluso más que mis sueños normales. No podía entender porque mi mente estaba tan obsesionada con ella, bueno, hasta aquella noche.
Durante mi última plática nocturna antes de dormir y despertar para irme a casa, las enfermeras nos trajeron a Ana y a mi una deliciosa gelatina para celebrar nuestra recuperación (como si hubiera algo que celebrar de todo esto). Para no ser maleducada fingí que me encantaba la idea y creo que Ana hizo lo mismo, ya que cuando ellas se fueron pasamos unos minutos en silencio viendo aquel pocillo viscoso. Fue precisamente en aquel minuto, cuando comía la primera cucharada de aquella sustancia que un relámpago en mi mente me llevó a recordar aquel acto inhumano que había cometido: Devorar el cerebro de Victoria. Inmediatamente vomite, que para ese entonces era normal en mi ( y en la mayoría de mis compañeras) cuando la puerta se abrió las enfermeras entraron rápidamente para asistir pero les dije que solo fue que me atragante con la gelatina y me la seguí comiendo, no quería alargar más mi estadía en aquel lugar.
Luego de que se fueran las enfermeras Ana me preguntó que me había sucedido pero solo evite hablar del tema. Solo le dije que recordé nuevamente el accidente y sentía una pena por todo lo ocurrido. No podía contarle lo que había hecho. Estaba confundida y mi mente daba vueltas y vueltas así que me fuí a mi habitación para dormir lo ante posible. Tuve pesadillas toda la noche con Victoria. Aquellos sueños donde ella aparecía solamente tampoco se iban.
Algo realmente curioso pasó en ese momento, cuando caminaba hacia la recepción escuche mucho ruido en una de las salas donde se recuperaban algunos de los alumnos del Saint College. Totalmente curiosa me acerqué a escuchar de que se trataba. Me ubique a un costado de la puerta y logré oír algo estremeció totalmente.
— ¡No estoy loco, no estoy inventando esto! - gritó un joven.
— Nadie dice eso, pero es imposible que tengas los recuerdos de tu compañero muerto.
— ¡Pues los tengo! y no solo sus recuerdos si no su memoria completa todo paso en el accidente cuando yo me comí su...-.El joven iba a decir algo pero se quedó en silencio. Luego una enfermera cerró la puerta.
¿Que era lo que él había comido? ¿Lo mismo que yo? Esto no podía ser, nadie en su sano juicio haría lo que hice, que idiotez, pero si mis sueños son lo que él dice, si son recuerdos de Victoria. Solo quería escapar así que corrí hasta la recepción y le pedí a mis padres que me sacaran del hospital luego.
Al llegar a mi casa tuve un sentimiento de felicidad. Cuando abrí la puerta no pude evitar recordar cuando salí aquel día. Le dije a mis padres que me iba a mi habitación para estar un rato a solas. Ellos comprendieron y no me dijeron anda más, solo me pidieron que les avisara cualquier cosa que me pasara. Mi habitación estaba como siempre, llena de libros, mis cuadros favoritos y sobretodo extrañaba mi computadora, era mi fuente de información principal. Necesitaba dormir un poco quería con ansias descansar en mi cama.
Desperté muy entrada la noche y observe que mis padres me dejaron algo de comer en una bandeja en mi escritorio. Me senté a comer algo mientras veía los papeles que había dejado antes de irme al viaje. En su mayoría eran guías y ejercicios para la prueba de acceso a la universidad. Luego de comer empecé a ordenar los papeles para despejar mi escritorio y poder usar mi computadora un rato, quería saber más sobre el accidente, todo lo contrario a lo que me indicaron en el hospital. Tenía de todas las materias: Lenguaje, Historia, Ciencias y Matemáticas. Por un segundo el solo recordar que debía estudiar matemáticas me frustro pero sabía que era un mal necesario aprenderlas. Solo por quitarme esa sensación tome un lápiz y empecé a desarrollar los ejercicios, para mi sorpresa eran todos fáciles. Tome los ejercicios que etiquete como avanzados anteriormente en mis estudios y logre resolverlos sin ningún problema. Sabía cómo hacer todo lo antes me costaba muchísimo ¿Cómo era posible esto?.
Tomé inmediatamente todos las otras guías que tenía a mano de diversos temas y comencé a desarrollarlas sin dificultad. Estaba muy emocionada y sorprendida, no podía comprender qué estaba pasando. Mis anteriores noches de estudio eran largas y tediosas. Tenía marcados ejercicios que no había podido resolver en semanas y ahora como si nada estaban resueltos. Fue luego de este pensamiento que un escalofrío me recorrió completamente. Recordé lo que había dicho aquel chico cuando iba saliendo del hospital. El menciono que tenia memorias y no solo recuerdo de su compañero cuando comió "algo". Sí él había hecho lo mismo que yo y si lo que decía era verdad entonces todo esto podía tener mucho sentido de una forma muy misteriosa. Victoria era la mejor estudiante de la escuela, a pesar de ser una presumida entre todas las chicas era muy inteligente y brillante. Compitió dos veces en el campeonato regional de Ciencias y Matemáticas y alcanzó un alto puesto en el torneo nacional.
Esto era increíble y terrorífico al mismo tiempo, pasé de sentirme culpable por haber cometido aquel acto inhumano a una pequeña alegría por haberlo hecho. Ana tenía razón en su pregunta sarcástica de todas formas, comer cerebro hace que el tuyo sea más inteligente, si consumes el adecuado supongo. De todas formas debía comprobar esto así que encendí mi computadora y pase hasta la madrugada buscando sobre esta loca teoría que imaginaba.
Después de casi seis horas buscando no llegue a nada que pudiera llamar una pista o respuesta. Supongo que la única forma de comprobar esto era comiendo nuevamente un cerebro. Otra sensación recorrió mi cuerpo de golpe pero mi mente me aterrizo nuevamente al cuestionarme lo que me había planteado. ¿Que estaba pensando? me dije a mi misma, me dio miedo el tipo de pensamiento que estaba teniendo, asumí que se atribuía al shock del accidente y al no haber dormido en toda la noche. Era mejor descansar, por ahora, así que deje todo como estaba y me fui a mi cama, estos pensamientos debían cesar, o eso pensaba en ese minuto.