Francés® (Terminada)

Oleh Deenha

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Frederick era totalmente opuesto a lo que era Valentina. Ambos vivían en mundos y comodidades distintas. Él... Lebih Banyak

Sinopsis
Prólogo
Capitulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Adelanto
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Aviso
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Aviso triste
Capítulo 62
Capítulo 63
Capítulo 64
Capítulo 65
Aviso
Capítulo 66
Capítulo 67
Capítulo 68
Capítulo 69
Aclaración.
Capítulo 70
Instagram Live
Capítulo 71
Capítulo 72
Respuestas por Instagram
Valentina

Aviso de Cancelación

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Oleh Deenha

¡Mentira! 

Capítulo 50


Cuando Frederick entró en la habitación lo que encontró lo decepcionó un poco. Valentina estaba envuelta en una bata de seda con una toalla en la cabeza y lo veía divertida y maliciosa.

—¿Creías que ibas a encontrarme en la ducha aún?

—Ciertamente, sí.

—Te dije que serían cinco minutos

—Has dejado la regadera abierta—Frederick se cruzó de brazos con una sonrisa

—Era parte de una estrategia—Valentina le sonrió inocente y luego fue a cerrar la llave de la ducha.—Te recomiendo que te des una ducha, está deliciosa.

—Voy a tomar una—asintió él.—solo si te quedas a mirar

—¡Eres un cerdo!—rió ella y pasó a su lado.

Frederick la tomo por el brazo suavemente, abrazándola contra su pecho.—Ya me has visto desnudo antes

—Como ya te dije, no por decisión o gusto

—Por decisión estoy seguro de que no, pero tengo mis dudas en cuanto a lo del gusto. No recuerdo que te molestase aquella vez. Ni que apartaras la vista de cierta parte de mi anatomía.—Frederick inclinó el rostro para oler el aroma de su cabello. Olía a rosas y canela.—Me gusta el olor

—Deje la botella de champú sobre la encimera, por si quieres usarlo—su tono delataba algo de nerviosismo

—Qué graciosa—Frederick rió entre dientes—tratando de evitar el tema, ¿Eh?

—¿Con quién hablabas?

—Sigues evitando el tema—Frederick negó y decidió seguir su juego—Con un amigo

—Que mucha información me estás dando

—Estoy siguiendo tu juego, dulzura

Valentina se giró en sus brazos para mirarlo a los ojos. Frederick miró directo a los de ella y le sonrió.

—Yo no estoy jugando a nada, Señor Rousseau

—Si no te conociera, te creería en cuanto me dedicaras esa sonrisa socarrona.

—Aunque usted no lo crea, es mi sonrisa natural

—No vas a convencerme con eso

—¿Cómo lo convencería, entonces?

—Dúchate conmigo

—¿Es usted ciego que no se ha dado cuenta de que ya he tomado una ducha?

—Entonces quédate a mirar cómo me ducho—Frederick sonrió de lado al ver que Valentina se sonrojaba

—Estás loco si crees que voy a hacer eso

—Estoy loco—Frederick asintió estando de acuerdo.—pero tengo una duda. Si empezara a desnudarme, ¿Te irías o te quedarías a mirar?

—Esa es una pregunta absurda—Valentina soltó un bufido.—Es obvio que me iría

Frederick sonrió malicioso y cargo a Valentina poniéndola sobre su hombro. Escuchó su grito de sorpresa mientras él comenzaba a caminar hacia la ducha. Quería ver qué hacía ella en una situación comprometedora. Valentina se retorcía entre sus brazos pidiéndole que la bajara al suelo pero Frederick la ignoraba, al entrar en la ducha, abrió la llave y la lluvia artificial lentamente comenzó a mojarlos. Frederick al fin puso a Valentina sobre sus pies pero la mantuvo firmemente aferrada por la espalda para que no escapara.

—¡Eres un tonto!—Valentina estaba quitándose el cabello de la cara mientras que él se limitaba a sonreír.—¡Yo ya había tomado una ducha!

—Me pareció que no se había enjabonado muy bien, Señorita Ferroso—Frederick sonreía divertido.—Así que quise ayudarla con eso

—¡No es verdad!—Valentina le golpeaba el pecho pero no muy fuerte.—Yo me duche bien, tu eres un mal perdedor que no acepto la decepción de no haberme visto desnuda.

—Justo ahora puedo hacerlo solo necesito quitarte esa molesta bata de baño y podré verte desnuda

Valentina lo miró horrorizada para después fruncirle el ceño molesta. Ella tomó la bata de baño más fuerte y la junto lo más que pudo. Eso solo hizo que Frederick pusiera atención en su escote, por el que escurría el agua.

No le servía de nada, se dijo Frederick. Podía ver la forma en la que la tela se adhería a sus pechos; era demasiado erótico. Frederick podía apreciar la forma en la que sus pezones se tensaron debajo de la tela ya que sus puntas se notaban ligeramente contra la tela mojada. Miró más abajo y vio que las caderas de Valentina si bien no eran exageradas, eran generosas.

Quiso seguir explorando su cuerpo pero una mano en su mentón lo hicieron regresar su vista a los ojos de Valentina.

—Mis ojos están aquí, Señor Rousseau

—Solo estaba explorando un poco con la vista

—Mejor que no lo haga—ella le sonrió de lado

—¿Prefieres que lo haga con mis manos?—Frederick llevó las manos de su espalda a sus caderas, haciendo ligeros círculos con sus pulgares.—Ciertamente me gusta más acariciarte con mis manos. Recorrer cada parte de tu piel mojada y secarla con mis labios.

Frederick pudo ver cómo la piel del cuello y pechos de Valentina se erizaba, fue ahí cuando supo que estaba ganando esa batalla.

—Te encantaría, ¿verdad, dulzura?

Valentina puso las manos en su pecho pero no lo empujaba. El agua nublaba un poco su vista pero podía ver la seriedad en el rostro de ella y algo más, un brillo en sus ojos distinto a cualquier otro que había visto en ellos hasta entonces.

—Debo salir de aquí y dejar que te duches.

—No estoy pidiendo que salgas

—No, pero es peligroso estar aquí

—¿Por qué?

Frederick lo sabía pero quería escucharlo de sus sensuales y rosados labios. Podía sentir el calor de sus cuerpos juntos y apostaba a que ella también, no podía ser posible que estando tan cerca ella no pudiese notar lo mucho que le afectaba en ese momento.

—Porque ya he tomado una ducha anteriormente

—¿Es la única razón, Valentina?—Frederick inclinó la cabeza hasta su cuello, donde deposito un suave y largo beso con la boca abierta, probando el sabor de su piel mezclada con el agua de la regadera y el jabón que había utilizado para ducharse. La sintió estremecer un poco. Sabía que estaba excediéndose de los límites pero ella le tentaba demasiado y había algo en ella que le hacía no poder resistirse a ella.

—No es correcto lo que estamos haciendo, Frederick—susurro ella

—No veo por qué no hacerlo—susurró él a su vez contra la piel de su cuello

—No sería nada más que sexo

Tenía razón, Frederick lo sabía y aun así no podía parar. Subió sus besos hasta la parte sensible detrás de su oído. Valentina se aferró a su camisa mojada mientras él besaba el lóbulo de su oreja para después morderlo suavemente y darle un ligero tirón, sin hacerle daño.

—Podría ser, pero ambos sabemos que queremos esto

—Te has olvidado de una simple razón—Valentina susurraba, era como si la voz se le estuviera yendo.

Frederick retiro el rostro de su cuello y la miró a los ojos, pero ella los tenía cerrados.—¿Cuál es?

—Soy virgen

Frederick se quedó unos segundos en silencio considerando si estaría bien quitarle la virginidad en ese momento. No, decidió, no vale la pena hacerla pasar por algo así cuando no siento más que aprecio por ella.

Tomó el rostro de Valentina entre sus manos e inclinó el rostro hasta que sus labios se tocaron, la besó con suavidad. Valentina se resistió unos segundos hasta que le correspondió el beso. Frederick sintió como ella le abrazaba por la cintura. No quiso profundizar el beso, quería transmitirle seguridad y confianza. Una parte de él necesitaba que Valentina supiera que él nunca iba a forzarla a hacer algo que ella no quisiera, al menos aquello que estuviera en sus manos y en sus posibilidades.

Bonita lección, su subconsciente escogió ese momento para hacerse presente, no la forzarías jamás a hacer algo que ella no quisiera pero la estás obligando a casarse contigo. Dime, ¿Vale todo el sufrimiento que le causaras con tal de no perder tu adorado prestigio? ¿Realmente la castigaras de esa forma con tal de salirte con la tuya como siempre?

Frederick rompió el beso y la miro hasta que ella abrió sus lindos ojos cafés.

—No voy a obligarte a tener sexo conmigo.

Valentina asintió lentamente y lo soltó, separándose de él.

—Te esperare afuera para ir a comer, no tardes demasiado.

—¿Mencione algo malo?

Valentina negó con la cabeza pero Frederick sabía que algo pasaba por la cabeza de ella ya que de repente se había puesto distante. La observó salir de la ducha y tomar otra bata grande, después de haberse colocado una toalla en la cabeza. Se detuvo a dos pasos de la puerta de entrada al dormitorio cuando se dio la vuelta y lo miro a los ojos a través de los cristales de la ducha.

—De hecho, sí. Pasa algo, Frederick—Frederick no podía ver su rostro con claridad ya que el agua de la regadera y el cristal hacían que ella se viera un poco borrosa.—Siempre tratas de mostrarte frio y distante pero ambos sabemos que no es así. Te has convencido a ti mismo de que no mereces ser amado por las estupideces que hiciste en el pasado pero déjame decirte una cosa, francés idiota, a todos nos han lastimado y todos hemos sido lastimados en alguna parte de nuestra vida y no por eso vamos por el mundo hiriendo sentimientos ni rompiendo las nulas ilusiones de la gente que realmente quiere darse una oportunidad con nosotros. Eres un idiota por creer que lo que le hiciste a esa chica tendrá algo negativo en mi reacción. Me estás diciendo que solo puedes darme sexo cuando estoy arriesgando todo mi futuro por ser parte de este estúpido plan que tienes de conseguirte una maldita esposa para impresionar a no sé qué persona. Ni siquiera te has detenido un segundo a pensar en lo que yo quería, dices que puedo ser libre pero tengo que estar atada a ti.

Frederick cerró la llave de la regadera y salió de la ducha, le daba igual si la carísima alfombra se estropeaba con el agua, él no podía dejar de ver a Valentina. Desde que ella se había enterado de la verdad no la había visto tan furiosa como en ese momento. Sabía que ella tenía razón pero no quería creerla, no del todo. Necesitaba aferrarse a lo que sabía que tenía seguro para poder seguir adelante. No podía dejar que todo lo que había hecho se quedase así, se lo debía a Aden y a Anhice.

—¿No dirás nada?

—¿Qué quieres que te diga, Valentina?

—Que eres un estúpido, tal vez

—Lo soy

—¿Sólo eso? ¿No te da un poco de remordimiento saber que me has arruinado la ida en alguna forma?

—Yo no he arruinado tu vida, la he mejorado.—Frederick comenzaba a molestarse.—¿Dónde estarías ahora si no hubiera aparecido yo ese día en esa subasta? Seguirías encerrada en ese lugar, atada a la cama como un...—basta, fuiste demasiado lejos. Frederick se dio cuenta de que sus palabras habían herido a Valentina cuando la mirada y el rostro de ella se tornaron con dolor. Se había excedido cuando ella solamente quería desahogarse con él sobre lo que estaba pasando.

—¿Cómo un qué? ¡Dilo!—Valentina estaba furiosa y dolida, él podía notarlo.—¿Cómo un perro?

—Sabes que no era mi intención decir eso, Valentina

—No te engañes, Frederick. Estas seguro y yo también que tuviste toda la intención de decirlo.

Frederick podía ver las lágrimas de Valentina y le sorprendió que no derramase ni una sola. Estaba siendo fuerte por una estupidez que él había cometido.

—Lo único que quería era que entendieras que no te forzaría a tener sexo conmigo

—Ese es tu maldito problema. Piensas que porque para ti es solo sexo para todos nosotros es así.

—No puedes hablar de algo que no conoces, Valentina.

—Tienes razón, tal vez no sepa nada de hacer el amor o tener sexo como tú lo llamas, pero sí que sé lo que es tener sentimientos y esos parece que tú no los tienes. No me sorprende que Anhice te haya dejado por tu hermano. Al menos Aden, en el poco tiempo que pase con él, demostró que tiene sentimientos y no es una roca fría como tú.

Frederick vio salir a Valentina y sintió como la sangre parecía drenada de su cuerpo cuando proceso todas las palabras que ella le dijo antes de irse. Ella pensaba que Anhice había preferido a Aden sobre él.

Escuchó un portazo y fue cuando él salió de su estupor. Iba a dejarla calmarse mientras él mismo lo hacía. Estaba furioso y la ira ardía dentro de él, por sus palabras y por las de ella. No quería aceptar eso, él no era una roca fría sin sentimientos.

Ella no sabe nada, nada de lo que he pasado y aun así se atreve a juzgarme tan duro.

No es que pudiese culparla, no le había dado muchos detalles sobre lo que lo atormentaba y aún así ella no había insistido en ningún momento.

Fue la mención de Aden, se dijo, lo que realmente lo puso furioso. Debía aceptar que le afectaba que Valentina se expresara tan bien de su hermano cuando no los conocía, a ninguno de los dos.

No voy a sacarla de su error, si ella quiere creer que Aden es mejor que yo, adelante. Que crea lo que quiera creer. Pero si así serán las cosas de ahora en adelante, Valentina iba a aprender que sé interpretar mis papeles a la perfección.

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Lamento la tardanza pero en verdad no me sentía nada bien emocionalmente, sé que ni la novela ni ustedes tienen la culpa pero son cosas que pasan y a veces se necesita un respiro de todo. también quiero agradecer a todas esas personitas que se preocuparon por mí, muchisimas gracias, en serio.

Por otra parte quier recomendarles la novela EL ULTIMO SILENCIO DE @TatianaCarreo2, en verdad, no van a arrepentirse de leerla.

Deenha x.

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